borrador 1
1974, Boston.
Abrió los ojos perezosamente, encontrándose ante el aquella pared blanca que había visto durante tanto tiempo, talvez días, semanas, meses, años. Intento estirar sus brazos pero era inútil, la camisa de fuerza se lo impedía, sus músculos estaban hechos polvo después de estar en la misma posición desde el ultimo baño que le dieron esos malnacidos; estiro sus piernas un poco, para después levantarse y comenzar a pesar en cuanto tiempo vería a aquel chico que traía la comida, aquel padre tan amable que siempre procuraba que todos los pacientes comieran aunque sea un poco para mantener su salud, Suspiro abatido cerrando sus ojos, él era el único e aquel lugar del infierno que se preocupaba por el después de aquel ataque a la hora del almuerzo que le había quitado su libertad y lo dejo condenado al aislamiento.
Recordó el momento mientras sus ojos veían las asquerosas uñas de sus pies, el chico nuevo de nombre Liam si no mal recordaba, comenzó a molestar a una de las pacientes más jóvenes de allí llamada Kira, así que el decidió que era suficiente, lo pidió de la mejor manera posible, pero el chico de inmediato lo golpeo, y él no se dejaría humillar tan fácilmente, así que no dudo un momento y lo golpeo de dejándolo en el suelo, recordó ese momento en el que el amante de su ex esposa intento matarlo, y siguió golpeando ya en el suelo, sus manos parecían un lienzo pintado con brochazos violento en tonos rojos. Después de eso él fue enviado a esa asquerosa habitación.
Levanto la vista al escuchar la puerta abrirse y ver a aquel joven muchacho chuzar por ella, de tez un poco morena, ojos de un tono verdoso un tanto apagado con manchas cafés sutilmente pintadas cerca de su pupila, su cabello de un tono azabache brillante, y su sonrisa, con sus dos dientes frontales más grandes haciéndolo ver inclusive un poco gracioso, se iluminaba inclusive más que las paredes blancas. Una sonrisa involuntaria se formó en sus labios al ver como se adentraba en la habitación.
-Hola Stiles, como haz despertado?- dijo aquel muchacho acercando más a él con una charola en las manos.
- mejor le digo que bien para no preocuparlo señor Hale- dijo riendo un poco mientras le veía a los ojos con una sutil sonrisa en los labios.
-ya te he dicho que no me digas señor Hale me hace sentir viejo, solo dime Derek – el mayor se agacho frente a él quitándole la tapa a la charola y mostrando un delicioso plato de pasta con albóndiga y salsa realmente apetecibles que desprendían un ligero humo junto con un aroma realmente bueno que le dictaba al castaño lo bien que sabría – Hoy sirvieron pasta así que le pedí a Margot un poco más, supuse que te gustaría algo nuevo de comer-.
- de verdad no debiste- dijo Stiles mientras le miraba de forma agradecida.
- solo has silencio y come – le moreno tomo un tenedor y comenzó a darle de comer al más joven, mientras este estaba teniendo una lucha mental entre si comer rápido o degustar el "regalo" de su protector.
Al terminar de darle de comer Derek dejo la charola vacía a un lado, se sentó y se quedó viendo a Stiles y viceversa. Sus miradas decían todo un mundo de sentimientos el uno por el otro, pero el más fuerte de todos era el cariño, o al menos eso era lo que querían pensar los dos. El mayor acercó su mano a la cara del chico con la camisa de fuerza, el cual se alejó un poco cohibido pero después se quedó quieto a merced de lo que aquel hombre quisiera hacer, su mano siguió su camino a limpiar unas pequeñas manchas de salsa en la comisura de la boca del de ojos bourbon. Sus miradas seguían leyendo la alma del otro. Cuando un pensamiento surco la mente del aquel joven padre, el de besar esos labios en forma de lazo que estaban a escasos sentimientos de los suyos. Derek siempre fue alguien que no le teme a nada, así que lo hizo, beso a el paciente acusado de mutilación y desmembramiento, y nunca se sintió tan vivo, tan libre, tan feliz, nunca se había sentido tan correcto.
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