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𝘧𝘪𝘯𝘥𝘴

“Buenos días, Ikari Shinji-kun. Hoy llegaste temprano”

“No tenía nada más que hacer”

—Hagamos una pausa.

Shinji volteó la mirada hacia más alto al oír su petición.

Llevaban bastante tiempo tocando el piano, al igual que todos los días, y de ser honesto ya comenzaba a sentir los dedos tensos y adoloridos. Incluso le costaba seguir el ritmo de la música; de seguro Nagisa propuso descansar al notar eso.

Pero no quería parar.

—Estoy bien, podemos seguir practicando—dijo, tratando de convencerlo.

—Estás cansado, si te sobreesfuerzas puedes terminar haciéndote daño. Pararemos un poco y luego podemos continuar—insistió el de cabello blanco, levantándose del asiento—. Espérame aquí, ya vuelvo.

Sin más, Nagisa se fue lentamente, dejando al más bajo solo junto al piano.

Él tenía razón en que lo mejor sería que tomaran un descanso. El ritmo de la música era cada vez más constante, y eran múltiples las veces que Ikari terminaba encontrándose con los dedos acalambrados de todo el esfuerzo. El albino siempre le decía que podían parar en cualquier momento que quisiera.

Aún así, Shinji prefería quedarse callado. Centrando todos sus pensamientos en coordinar el movimiento sobre las teclas, en vez de recordar la situación en la que se encontraba.

La monotonía de los días se mantenía intacta, y el chico ya estaba acostumbrado a esa nueva vida. Incluso le agradaba que fuera más tranquilo que tener que estar arriesgándose luchando contra ángeles. Pero la incertidumbre de todo su mundo a su alrededor lo ponía cada vez más ansioso.

Tenía demasiadas dudas, pero ninguna respuesta. Y, a su vez, miedo de saber cuales serían éstas.

Además, se sentía muy solo.

Era diferente a antes; solía sentirse así por no tener en quien confiar plenamente o quien pudiera entenderlo. Pero ahora no tenía a absolutamente nadie a su lado, siempre era él y solo él. El único momento donde eso cambiaba era cuando se encontraba con Nagisa.

Y ahora que este se fue, aunque solo sean unos minutos, esos pensamientos compulsivos regresaban.

El castaño se puso de pie, optando por recorrer el lugar mientras lo esperaba. Aunque eran múltiples las veces que había estado ahí, siempre se centraba en el piano o en Kaworu (o ambos), por lo que nunca había podido apreciar lo tranquilo que era ese espacio.

Los rayos del sol se sentían cálidos sobre él, y la brisa lo chocaba por encontrarse en el exterior. Todo se hallaba vacío, a excepción del piano y el pequeño árbol a un lado de este, pero aún así era el único sector agradable de ver en todo el Geofront (o lo que quedaba de este).

A pesar de que se encontrara en ruinas, en ese lugar parecía mantenerse cierta paz y serenidad.

Se acercó al borde, notando la inmensa altura a la que estaba; ni siquiera podía llegar a ver el suelo por la niebla. Una corriente de vértigo lo recorrió casi al instante, pero no se alejó.

“Es una caída larga” pensó, sin desviar su mirada a pesar de la molesta sensación de cosquilleo que le generaba. Para cualquiera sería aterrador imaginar resbalar y caer desde tan alto. Sería una muerte instantánea.

Una parte de su cabeza se preguntó cómo sería si saltara.

Una presión se instaló en su pecho ante sus propios pensamientos.

—¿Ikari-kun?

Tuvo un leve sobresalto al oír la voz de Kaworu a sus espaldas, interrumpiendo toda idea nefasta que su mente quisiera formular.

—V-Volviste rápido—se limitó a decir, tratando de actuar tranquilo. El más alto le extendió la mano ofreciéndole una botella de agua.

—No fui demasiado lejos—acotó—. Y no quería dejarte solo demasiado tiempo.

Shinji dejó salir una pequeña sonrisa ante su último comentario, aceptando la botella. A veces lo sorprendía como Nagisa parecía poder leerlo tan fácilmente.

—Es una linda vista—agregó el albino, observando la caída a su lado. Ikari dudó sobre si lo decía en serio o si estaba siendo sarcástico.

—Sí, aunque da algo de miedo—admitió; apenas volvió a bajar la mirada hacia ahí, notó el vértigo atacándolo nuevamente.

—Es normal temer cuando percibes un peligro, buscas protegerte a ti mismo—siguió hablando Kaworu, tras dejar salir una tierna risa. Y, contradictorio a sus palabras, se agachó para sentarse allí, con sus piernas casi colgando del borde.

Le fue confuso como podía hacer eso y estar tan tranquilo, pero aún así Shinji trató de imitarlo y acomodarse a su lado.

Estuvo dudoso en cada movimiento, con el latente pavor de hacer un paso en vano, incluso cuando ya había logrado sentarse. Le pareció incoherente ese sentimiento; sentía miedo de caer cuando hacía tan solo unos segundos pensó que saltar sería una buena opción.

Sonrío amargamente para sí mismo. Al parecer su mente siempre buscaba morir, pero su inconsciente se ocupaba de detenerlo.

—¿Sucede algo?—volvió a preguntar Nagisa, notando la leve expresión de malestar en el castaño.

—¿Eh? N-No, estoy bien—dijo para luego quedar en silencio, deseando no seguir siendo interrogado.

—No tenías una buena expresión hace unos segundos—continuó aunque el otro hubiese intentado esquivar el tema—. ¿No hay algo de lo que quieras hablar?

Tras que volviera a cuestionar, Shinji volteó la vista hacia él, manteniéndose callado. Quería repetir que no le sucedía nada, prefería ignorar todo lo que pasaba en su cabeza; pero Kaworu lo observaba con cierta preocupación, dándole tiempo de responder. Además de que sentía que éste podría seguir leyéndolo fácilmente sin importar cuánto mintiera.

Por una vez quiso dejar salir aquello que lo atormentaba.

El castaño expulso un largo suspiro.

—Estoy bastante preocupado—admitió finalmente.

—¿Hay algo en particular que te inquiete?

—Pues... Todo, supongo.

Mientras se tomaba unos segundos más en silencio para pensar qué decir, fijando su mirada en la botella entre sus manos, intentó contenerse de dejar salir otra sonrisa amarga.

—Es que... De pronto desperté sin saber dónde me encontraba, y termino enterándome que pasaron 14 años en los que estuve dormido dentro del EVA 01 y ahora todo es totalmente distinto a como lo recordaba. NERV se desmanteló y ya no es cómo antes, ni siquiera hay más ángeles con los cuales luchar, ya no sé cuál es el propósito de esto. Todas las personas que conocía se comportan distantes u hostiles conmigo, y me hace sentir que perdí todo. Incluso...

Hizo una pequeña pausa, subiendo una de sus manos hasta la gargantilla alrededor de su cuello.

—Incluso me pusieron esta cosa que podría explotar en cualquier momento—hubo más pesadez en su voz al decir eso—. Siempre me pedían que piloteara el EVA, y ahora se supone que no debo hacerlo... Pero mi padre dijo que tengo que volver a pilotear contigo. Todo es tan confuso...

Bajó aún más la mirada, enfocándose en un punto fijo y tratando de ignorar el paisaje frente a él. Regresó su mano sobre su regazo, jugueteando con la botella entre ambas para disimular la ansiedad que sentía.

—Aunque pasaron tantos años y todos cambiaron, aún sigo viéndome igual que antes... Asuka mencionó algo sobre eso, sobre la maldición del EVA, pero no lo entiendo. Todo lo que pasó se siente demasiado cercano para mí, me cuesta adaptarme a que ahora todo sea tan desolado—hizo un pequeño silencio a modo de pausa—. Y luego... Luego está Ayanami...

Pensar en la chica de cabello celeste aumentaba lo desconcertado que se sentía.

—Antes de quedarme dentro del EVA, estaba tratando de salvarla. Todos me dijeron que ella ya no existía cuando Ayanami está aquí. Pero... No entiendo que le sucede. Siempre fue reservada con todos, y había logrado que fuera más cerca a mí. Pero ahora solo me ignora, habla mucho menos que antes, me hace preguntas confusas, y parece que no recuerda nada de lo que pasó. Me mira como si fuese un completo desconocido, incluso más que cuando la conocí...

Nagisa no decía ni una sola palabra, se limitaba a observarlo y oírlo en silencio. De cierta forma, eso relajaba a Shinji; podía hablar de sus sentimientos sin recibir una respuesta automática dónde lo juzgaran o le dijeran qué debería haber hecho.

Hubiese podido seguir mencionando muchas cosas más, pero tampoco quería excederse ni abusar de la amabilidad del chico.

—Siento que perdí todo lo que tenía—dijo finalmente, englobando todo lo mencionado—, y desearía que todo volviera a ser como antes. Siempre me sentía solo y por eso apartaba al resto de la gente, pero ahora duele incluso más al darme cuenta de que en verdad ya no tengo a nadie.

Una vez que terminó de desahogarse, se quedó callado. Le era extraño poder hablar de sus emociones (o sentirse seguro de hacerlo), pero en parte se sintió bien. Aún así, su ansiedad se mantenía presente; también cuestionándose que diría el albino de todo eso.

Quería confiar en que no lo lastimaría, pero su inconsciente amenazaba con recordarle que estaba siendo una molestia.

“¿Por qué le estoy contando todo esto a Nagisa-kun?”

Ese pensamiento también llegó a su mente.

Apenas lo conocía, y todo lo que hacía con él era tocar el piano. Sí era cierto que el chico de cabello blanco lo había apoyado y animado algunas veces; pero debía de haber llegado a sentir confianza innata hacia él para poder hablar tan libremente. Nunca le pasó algo así con nadie.

Entonces... ¿Por qué Nagisa era diferente?

El tan nombrado en sus pensamientos se hizo presente en la realidad al posar su mano contra la propia sin aviso alguno. Un escalofrío hizo temblar al castaño ante la sorpresa de su acción.

—Es normal que te sientas así—comenzó a hablar el más alto casi al instante—. Debe ser difícil despertar luego de tanto tiempo y ver que ya nada ni nadie es como lo recordabas. Cualquiera en tu lugar tendría incertidumbre, y querría saber por qué todo cambió tanto.

Shinji se mantuvo observando al chico mientras hablaba.

—Aún así—acotó el más bajo—, no creo estar listo para saberlo—le fue difícil admitir eso en particular—. Sé que es contradictorio, pero... También me aterra saber qué pasó.

—Sentir miedo también es algo normal, percibes ese cambio como un peligro y por eso no te es fácil afrontarlo—continuó, recordándole lo mencionado hace unos minutos—. Está bien que necesites tiempo para procesar algo así, no debes presionarte a ti mismo si no estás listo. Esos son tus sentimientos, y es válido que los enfrentes a tu manera.

Shinji quedó algo paralizado. Le era impensable recibir una respuesta así, pero se sentía bien que alguien lo escuchara sin juzgar. El albino no dejaba de mirarlo con calidez y ternura... Era algo nuevo para él.

—Los humanos suelen tener miedo de abrirse a los demás y conectar entre ellos, así evitan ser traicionados y heridos. Pero no pueden evitar sentirse solos, otra aspecto al que temen—su vista descendió desde su rostro hasta su mano sosteniendo la ajena, entrelazando aún más sus dedos entre sí; el castaño no supo distinguir que sensación le causó eso—. Los seres humanos debe lidiar con la soledad, porque son individuos. Sin embargo, pueden ser capaces de olvidar la tristeza, y hallar la voluntad para vivir.

El menor seguía observándolo sin inmutarse. No podía entender por completo lo que decía, pero de alguna manera sus palabras lo tranquilizaban, lo hacía sentirse comprendido en parte. Incluso cuando hizo aún más presión sobre su mano, la acción no lo incomodó en lo absoluto.

Nagisa volvió a verlo al rostro, fijando sus ojos rojizos en los ajenos.

—Ya no debes sentirte solo. Ahora yo estaré a tu lado hasta el final—acarició suavemente sobre los nudillos del castaño con su pulgar, sin dejar de mirarlo—. Quiero darte esa felicidad que buscas.

Ikari no necesitaba ver su reflejo para saber que debía de tener la cara roja hasta las orejas.

Estaba confundido por sus acciones, sobre el haber recibido tales palabras dirigidas específicamente a él... Pero más que nada, no descifraba sus propias emociones.

Y estaba generando un silencio entre ambos, cosa que lo estaba poniendo nervioso.

—Yo... No sé qué responder a eso...

Admitió, bajando la mirada, lleno de vergüenza. Nagisa le había dicho todo eso, pero él no era capaz de soltar palabra alguna.

—No te preocupes—aclaró el mayor, con su típica sonrisa calmada—. No tienes que darme una respuesta.

—Aún así—retomó su hablar, titubeando y esforzándose en regresarle la mirada—... Gracias, Nagisa-kun.

Kaworu ensanchó su cálida sonrisa.

—No es nada—respondió, volviendo a presionar su mano.

Ninguno de los dos siquiera amagó a soltar el agarre.

Shinji estaba abrumado. Nadie le había dicho cosas como esas, ni lo habían tratado así; como si sus sentimientos fueran válidos, y su existencia fuera valiosa para él. Nunca fue bueno para aceptar cumplidos, pero esto ya estaba a otro nivel totalmente diferente.

Reconoció como sus nervios volvían a instalarse en la boca de su estómago al pensar en el albino y sus encantadoras palabras; eran idénticos a los que había sentido varias veces con Ayanami y en algunas ocasiones con Asuka. Sabía que con ellas fue porque le atraían, pero Kaworu es un chico. No entendía qué le causaba para que sintiera eso.

“No hay manera de que...”

Pero se calló a sí mismo.

Como si parte de su subconsciente le dijera que era exactamente lo mismo que con ambas chicas.

El calor regresó a su rostro, mucho más que antes. Las dudas y confusión merodeaban en su cabeza buscando otra explicación acerca de lo que le hacía sentir. No podía tratarse de eso, ambos eran chicos; no podía tener ese tipo de sentimientos hacia otro hombre.

Y Nagisa...

Otro silencio se formó en su mente.

“Nagisa-kun me ha hecho sentir mejor que nadie en muchísimo tiempo... Incluso desde antes de que quedara atrapado en el EVA 01”

—¿Ocurre algo?—oyó al protagonista de sus pensamientos a su lado, observándolo nuevamente.

Shinji se dio cuenta del tipo de expresión que debía de haber puesto hace unos momentos.

—¿Eh? No, estoy bien—se apresuró en decir, esforzándose en verse más tranquilo—. Mejor vayamos a seguir tocando el piano.

Kaworu asintió ante su propuesta, poniéndose de pie y extendiéndole una mano para ayudarlo a pararse.

Aunque su rostro seguía ardiendo y el cosquilleo en su estómago seguía dando vueltas, tomó su mano, dejando salir una pequeña sonrisa con timidez.

Quizás parte de él sí se atrevía a aceptar lo que sentía por el albino.

Me tardé bastante, pero al fin llegó la actualización (además me hacía faltar escribir algo sobre estos dos♡).

Ya tengo el próximo capítulo a medias, así que trataré de no volver a tomarme tanto tiempo.

Muchas gracias por leer♡

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