ii. chapter three, born to be fair
written by eunice !

Cuando eres joven no mides la magnitud de las cosas, ni les das la importancia que se merecen a las situaciones, y eso era el nuevo matrimonio de su madre para ella.

Apenas llego de la escuela, Cami se dio a la tarea de comer rápido, quedó con los chicos de ir al video club a las cinco de la tarde y lo que más odiaba ella era la impuntualidad, por ello debió apresurarse.

—Me imagino que irás con tus amigos y el indígena ese.

La voz de la señora de la casa se asomó entrando por la puerta tomando asiento al frente de la vista de su hija

—Se llama Tenoch mamá, y sí, iré al video club —afirmó con cansancio de escuchar sus despectivos comentarios.

—No sé si escuchaste en la mañana, pero esta noche tendremos una cena, donde Francisco y yo anunciaremos el compromiso.

Camille suspiro dejando la cuchara en su plato de sopa de fideo haciendo una mueca, de pronto se le había ido el apetito con ese recordatorio disfrazado de manipulación.

—Llegaré a las ocho, tu cena es a las diez.

—Bien —afirmó desganada. — Por lo visto, todo lo que te diga te da igual.

La mujer se levanto de la silla para salir de la cocina.

—Espero y ese círculo de estudio sea en serio, —advirtió recordando el motivo que su hija le había dado para ir seguidamente a dicho lugar. — Porque si solo lo haces como método de diversión y perder el tiempo, podrías aprovechar mejor el tiempo. Como Marisol, es agradable, sale a las tardeadas y es inteligente, con buen promedio.

Camille bufo y arrimó su plato bruscamente encogiéndose sobre la silla mientras escuchaba las agujas de los tacones de su madre alejarse poco a poco.

No odiaba a su hermanastra, ella no tenía la culpa, a comparación de ella, Marisol hace lo que sea para captar la atención de Desirée y hacer quedar mal a Camille delante de todos, era algo muy notorio que tenía con su padre.

Francisco es un amor de persona, a pesar de la desconfianza que tenía Camille en un principio con él, él hizo poco a poco de todo para ganarse su confianza y cariño de la hija de su pareja.

El noviazgo marchaba bien en el primer año, menos para Marisol, quien aún vivía con el resentimiento que sus padres se hayan divorciado cuando ella tenía 10 años, y que su padre haya ganado la custodia y ahora buscaba rehacer su vida de nuevo. Marisol no protestaba del todo, pues Desirée no era aquella mujer arribista que buscaba sacarle dinero a los hombres, eso hizo que le agradara, pero aquello cambió cuando su padre mencionó que iban a casarse, y aún no lograba entender que era lo que le molestaba, si tener que soportar la idea que su padre buscaba suplantar a su madre o tener que convivir con Camille.

A Camille le daba igual, lo que le importaba es que su madre fuera feliz, tal y como una vez lo fue con su padre.

Después de dejar medio plato de sopa en el plato y dejarlo en el fregadero, subió a su habitación para buscar su chamarra de mezclilla pues vio que el cielo comenzaba a tornarse gris, roció un poco de loción sobre su cuello y tomo su walkman.

El camino al video cine desde su casa no era largo, así que optaba mejor caminar que tomar el coche que su abuelo le regaló.

Apenas salió de su casa se topó a Francisco junto a Marisol, quienes se bajaban del auto del mayor junto con bolsas con el logo de un supermercado.

—Camilita. —habló apenas notó su presencia. — ¿No te quedarás en la cena?

—Sí, pero quede con mis amigos en ir un rato al video club. Volveré a tiempo.

Él la miro y asintió, mientras veía que su hija entraba desganada a la vivienda con dos bolsas, Francisco terminó de llevar todas y se despidió de la rubia, la chica se colocó sus auriculares comenzando a emprender su rumbo.

Le costó alrededor de tres canciones en llegar al negocio del padre de Alex. Sonrío al momento de entrar y ver a Memo hablar con Alex.

—Llegas tarde. —anunció Alex mirándola.

—Sí, como tú en cada mañana —se burló saludando a los demás.

Entro a la bodega donde acostumbraban tener sus reuniones, se sentó al lado de Mariana y de Memo.

Tenoch evitó cruzar la mirada con Camille, sabían que tenían que hablar de lo que pasó el viernes de la semana pasada, pero solo se la pasaban en indirectas y malas miradas por parte de ambos, y en parte eso era malo para el negocio.

—Esto es tuyo Dani. —el moreno le ofreció el sobre de papel hacia su compañera con el correspondiente de su paga, seguido paso con Marifer y Alex quien estaba sacando los boings de la heladera.

—Voy. —habló sosteniendo los envases de jugo con dificultad, pero logrando tomar el sobre.

—Camille, —murmuró con incomodidad sin mirarla ofreciéndole el sobre. — Y este es para mí. Tengo veinte pesos extras por mis labores administrativas.

Daniela le miro mal al escuchar dicho comentario.

—Tenoch, no seas miserable, quedamos en una cosa. —reclamó.

—Está bien, él lleva las cuentas. —proclamó Axel en defensa de su amigo.

—Y los engrapo, los acomodo y organizo en sus folders. — enumeró el azabache.

—Sí, pero Daniela y yo llevamos la misma friega. —apoyó Camille a la protesta de la rizada aceptando el boing de Axel.

—No se quejen. —interrumpió mirando de reojo a Cami. — Este mes vamos a sacar más, porque ahora tenemos la compu de memo. —dijo con emoción dando suaves palmadas en el hombro del mencionado.

—Y a Memo.

—Si, las dos cosas. —afirmó restándole importancia a la presencia de su compañero. — Y esperemos no tener más problemas, amorosos. —masculló en voz baja.

Al mismo tiempo que Marifer y Axel se daban una mirada, Tenoch y Camille compartían lo mismo.

Tenoch y Camille se podían considerar los mejores en guardar secretos, pero no en ocultar sus sentimientos, era clara la incomodidad, lo que empezó en algo divertido y emocionante, terminó en una guerra.

—Dani, ya tengo la letra.

La voz de Memo la trae de nuevo a la realidad, el joven le da a su compañera un papel doblado, Daniela sonrío con determinada emoción al saber que logró traducir la canción.

—¿Está impresa? —cuestionó Tenoch al ver el formato de la hoja.

—Tengo impresora. —afirmó Memo mirándolo.

—Increíble. —pronunció con cautela tomando un pedazo de pizza y para darle una mordida.

Camille escuchó a Daniela quejarse de la incongruencia de la canción y la nula respuesta obtenida, ella agradeció y guardo el papel, ella ladeó la mirada hacia la pareja de Alex y Marifer quienes salían de la bodega para poder hablar a gusto.

—¿Te encuentras bien?

Memo miró hacia Camille dirigiéndole la pregunta al notar su vaga mirada, ella asintió.

—Si, estoy bien, gracias por preguntar.

Él asintió con duda ante su respuesta, pero no insistió. Después se aquella pregunta los cuatro fueron hacia el mostrador de dulces.

—Veré que me compró con mis ganancias. —dijo Daniela observando los dulces

—Si ahorrarás no estarías pidiendo más. —Reclamó Tenoch mirándole.

Camille rodó los ojos, era inútil poder estar de acuerdo con él. Daniela lanzó un comentario con ironía haciendo que le de más cuerda a él. Ella se agacho un poco mirando que dulces había en la parte de abajo.

Frunció el ceño cuando vio que Alex movía el pie con nerviosismo, se alzó para ver a la persona que había entrado al negocio, sonrío al ver quien era.

—No manches, Rafa. —dijo feliz corriendo hacia el chico abrazándolo.

El joven río leve al sentirla de sorpresa correspondiendo el abrazo. Camille y Rafa son vecinos, desde hace tres años que llegó se hicieron amigos, casi nunca coincidían puesto que Rafa tenía otros asuntos diferentes a los de ella, pero aún así, para Rafa, Camille era una gran amiga que lograba entenderlo y escucharlo.

A pesar de la buena energía y positividad que irradiaban ellos dos, el recelo de dos personas se mezclaba en la atmósfera, mirando a cada uno con cierta envidia.

 ( . . . )

El ambiente en lunes era asquerosamente aburrido, la música que el director ponía hacía un poco menos soportable esa situación.

Como se veía, cada mañana de lunes, los ánimos en las clases eran nulas, y eso se veía en las caras pálidas de los alumnos, curándose alguna resaca, o con sueño por desvelarse viendo las películas de estreno que pasaban en el cinco.

Mariana y Camille fueron a la cooperativa por algo de comer para pasarse el receso con calma, y en santa paz. Agradecían que la semana pasada estuviera tranquila y no estaban como máquinas haciendo tareas.

Camille comía de sus pepinos con chamoy con cacahuates y Dany de sus churrumaís.

El tumulto de una pila de libros de ciencias cayó de golpe sobre el centro de la mesa en donde ambas chicas estaban sentadas.

—¿Y esto?

—Es temporada de examen de química.

—¿otra vez?

—Gracias a Dios.

La notable esperanza en la voz de Tenoch hizo que las dos chicas miraran con fastidio la situación, ambas eran las mejores en química, y eso significaba que debían sacrificarse por sus compañeros que no daban ni una en la materia.

—Ambas con el don que tienen para la química pueden armarse esas guías celestiales. —motivó tomando a ambas de los hombros.

—No, Tenoch. Hacer las guías cuesta mucho trabajo. —se quejó Daniela.

—Pero podemos cobrar caro. —motivó el chico— Además, yo necesito una calculadora de emergencia, el pinche Salatiel dijo que si no la llevábamos no podemos entrar a su clase de cálculo, y no puedo tener ninguna, por la beca.

Ambas se miraron y asintieron, era para un bien común, a fin de cuentas.

—Está bien. —asintió Camille.

—Ese es el espíritu. —felicito dando un suave apretón en la mejilla de la rubia robándole un cacahuate.

Esto hizo que ella esbozara una suave sonrisa.

—Oye, ¿Y Memo? —indagó Dani.

—Fue al baño.

El escándalo empezó a extenderse hasta oírse en la biblioteca, los tres se miraron asustados al oír lo que los demás comenzaban a gritar la ley del poste.

Al asomarse y darse cuenta que quienes cargaban Diego y sus primates, eran a Memo bajaron corriendo hacia el patio.

—No mames —masculló Cami corriendo hacia el castaño quien se levantaba del suelo una vez los otros lo tiraron.

Ambas chicas lo ayudaron a levantarse, el solo se escondió en forma de tortuga sobre sus piernas, Dani y Cami se encargaron de darle consuelo.

—Memo, yo sé que duele, pero con cada poste te haces más fuerte, mírame a mí. —en un intento de motivarlo, Tenoch pronunció aquellas palabras que hizo que formaran el disgusto en Camille.

—Tenoch, ahora no. —pidió ella en un acto de prudencia por parte del moreno.

—¿Qué le paso?

Alex y Marifer que bajaban del salón tomados de la mano vieron la situación con cierta preocupación, al percatar que Memo tenía el semblante triste.

—Lo vieron solito y le hicieron poste. —contestó Dani sobando la espalda de Memo.

—No mames.

Alex murmuró aquello, harto de las cobardías que hacían Diego y sus perros falderos.

—Alex. —llamó su novia al ver que corría con dirección al salón, con los puños cerrados y molesto, si él fuera una caricatura, sería aquel personaje que avienta humo por las orejas.

Maldita ideología de machos de arreglar las cosas a golpes.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Ahh, que les digo. Fue horrible.

Se fue el internet cuando estaba terminando de editar el capítulo, y me imagino que ya venía fallando la señal porque el auto guardado de Word no funciono, y todo porque lo tengo guardado en one drive y no en mi dispositivo, según yo se guardó y cuando me di cuenta que no podía subir el capítulo lo deje ahí, guardado, y al día siguiente me percaté que solo había medio capitulo escrito. En pocas palabras, la culpa la tuvo Tláloc y Telmex.

En fin, espero les haya gustado el capítulo, y perdón, pero por el coraje que medio capitulo se borró me dio un bloqueo que incluso siento que el capítulo no es de lo mejor, aunque quise dar lo mejor. Y si no leyeron el cast completo, el contexto del gif es, la madre de Camille (Elizabeth Olsen) discutiendo con Camille, 

Pero mejor, díganme que teorías tienen de que pasara, que opinan de la nueva portada, o si de plano no les va gustando, aunque sea para eso comenten que siento feo que no comentan porque pienso que no les gusta :c

Bueno, tomen agua y tápense bien con estas lluvias.