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8. VANYA, KATERINA AND MYSTIC FALLS

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Flashback. 1492. Bulgaria.

— Lo que él quería hacernos...Te lo dije, Kat, te dije que era muy bueno para ser verdad.— se quejó Vanya ante su gemela — Y ahora eres igual que el, eres vampira.

Ambas Petrovas iban en un carruaje de regreso a su tierra natal, debían escapar lo más lejos de sus captores. De otra forma, podrían no haber sobrevivido.

— Logramos escapar, doña perfecta. Te protegí, eso es lo que hacen las hermanas.— decretó con molestia

— Los Mikaelson no dejarán de cazarnos, debemos separarnos. Es la única forma en que no nos encuentran juntas, será más difícil. — sugirió Vanya con frustración

— No, tu debes beber mi sangre y luego hacerte vampiro. Así no te que querrá para ese estúpido ritual. Será el final de todo, Vy.— impuso y la Swan tomó sus manos

— No seré vampiro, jamás. Nos vamos a separar, es lo mejor.— pegó su frente con la de su gemela — Te amo, Kat. Y eso nunca va a cambiar. Nos volveremos a ver, lo prometo.





[ ... ]


Presente. 2009. Forks.

El día de ayer fue un día...diferente. Comenzaba a creer que mi vida se está transformando en un agujero negro del que no tengo idea de como salir. Todo era muy confuso, todo era demasiado para seguir viviendo en una mentira. Los vampiros y sus secretos, siempre van de la mano.

Esta mañana Bella me convenció de ir a desayunar con papá, yo aún estaba algo abrumada por lo que me dijo Edward sobre Edmond, no sabía a quién creerle. No se cual es su juego, pero se que no seré parte de ello.

— ¿Por que tan callada, Bex? — mi hermana rompe mi burbuja al estacionarse — Desde que volviste de con los Cullen, actúas distinto.— suspiro y abro la puerta

— Soy la melliza misteriosa, ¿recuerdas? — alardeo y tenemos contacto visual

Tenía esa expresión en el rostro en que desconfiaba de mí, cosa de mellizas. Siempre me atrapaba en miss mentiras. Podía engañar al mundo, pero no a ella.

— Estoy bien, no es nada. Solo, son hombres, Así son todos.— me bajo algo indispuesta

— Arizona. ¿Qué te pasó? — me habla Mike y suspiro con fastidio — Vi que estas muy unida los Cullen.— interrumpe mi camino — No me gustan. — veo a mi hermana de reojo

— Lastima que no me interesa lo que tengas que decir.— expreso hostil y alza sus cejas — No eres nadie para decirmelo. Si Jessica te aguanta, pobre de ella. Yo no.— sonríe asintiendo

— Edward, el solo te mira...como si fueras algo comestible.— opina y trago saliva — Solo quería aconsejarte, pero veo que no escuchas a nadie que no lleve C por apellido.— encorvo una sonrisa juguetona — Eres fría. Lo puedo ver en esos intensos ojos marrones. Como veneno.

— Adiós, Mike.

Entramos ignorando los irritantes comentarios de un hombre fastidioso como Mike. No se como a Jessica le puede atraer alguien como él, pero bueno, cada quien sus feos gustos.

— Fuiste dura.— opina mi hermana y nos sentamos con papa

— Así es como se debe tratar a un hombre.— conteste petulante y sonríe

— Hola, niñas.— nos saluda papá — Bella, te pedí la ensalada de espinaca, y a ti, Becca, una hamburguesa de pollo. Espero les guste.— sonrío y nos dejan los platos

— Gracias, pa, ahora soy feliz.— expreso extasiada y me sonríe cálido

— Deberían probar una la próxima vez . Dejen de comer tanta carne.— aconseja mi melliza y me llevo la comida a la boca

— Estoy saludable como un caballo.— habla papá y cierro mis ojos disfrutando el deleite la comida grasosa y chatarra

— Jefe, los muchachos quieren saber.— pide la mesera y arrugo mis cejas viendo a las mesas

Nos observaban como si fuéramos una clase de noticiero, esas son las consecuencias de ser las hijas del jefe de la policía.

Mi padre se veía extrañamente tenso, como si el tema le incomodara, y me gustaría saber cual era la razón. Soy curiosa, eso viene de nacimiento.

— ¿Encontró algo en el río Queets hoy? — pregunta uno de los habitantes, todos eran viejos

— Si, una huella humana.— aclara algo indispuesto, trago saliva — Pero, sea quien sea, se dirige hacia el Este.— suspiro — El comisario Kitsap se hará cargo ahora. Bueno.

De pronto se me fue el apetito, solo de pensar que se quienes pueden ser los responsables, me hace sentir culpable.

— ¿Si? Espero que lo capturen pronto.— expuso la mesera con temor

Parecía que los vampiros, eran los villanos del pueblo. Los monstruos bajo tu cama de los cuentos de terror. ¿Lo peor? Que yo conectaba con dos. Y ya no sabía en que me estaba metiendo. O mentira, si sabía, pero quería ignorarlo. Es más fácil.

— Sus amigos las están llamando.— frunzo el ceño y volteo a ver

Mike hacia un ridículo baile frente a la ventana, se humillaba de una forma para grabarlo y guardarlo en mi celular. Una pieza mortal.

— No puede ser.— Bella se cubre el rostro avergonzada y yo sonrío

— Vayan con ellos si quieren. Yo me voy a acostar temprano. — avisa papá y agarro una patata

— Yo tengo que terminar mi libro, quedé en una buena parte.— informo y mastico mi comida

Amaba las papas fritas, son lo mejor de la existencia.

— Y yo me acostaré temprano.— agrega mi melliza

— Niñas, es viernes en la noche. Salgan.— dispone nuestro padre, Bella y yo nos vemos con incredulidad — Parece que le caes bien al muchacho Newton. — bufeo y como

— Si, es un buen amigo.— colabora mi hermana y toso la comida, casi me ahogo

— Por favor, el solo quiere dormir conmigo.— me quejo, mi padre me ve perplejo — ¿Que? Es la verdad. — acomoda su uniforme incómodo

— ¿Qué hay de los otros inútiles del pueblo? ¿Algún interesado? — cuestiona tímido y sonrío burlona, veo a Bella

— ¿Vamos a hablar de los muchacho? — referí incrédula y suspiro

— Parece que no.— regresa a su comida — Pero siento que las dejo solas demasiado. Deberían socializar con otros. Siempre son ustedes dos.— suspiro, veo a mi melliza

— No me molesta pasar el rato con mi hermana. Nos entendemos perfecto.— confiesa, le sonrío enternecida

Siempre hemos sido Bella y yo desde que tengo memoria. No podría vivir sin ella. Venimos juntas y a veces siento que somos una. Como si llevara una parte de mi con ella.





[ ... ]


Estábamos en casa cada uno en sus asuntos. Yo estaba sobre la cama con mi libro y una taza de café, lo adoraba, junto a la privacidad. Necesitaba encontrar una manera de dejar de sobre pensar en los Cullen. Esos mellizos que me tienen aturdida. Demasiado guapos para ser normales. Como sacados de una película.

— Bex, es mamá.— entra Bella dándome el teléfono, aparto la vista del libro

— Trataba de terminar mi libro.— me quejo y atiendo — Hola, ma.— veo a mi hermana salir

— Tu hermana me dijo que te está gustando más Forkes.— hago una mueca — Phil y yo estábamos buscando una casa para rentar.

— Sería genial. No hay cosas tan interesantes por aquí.— dejo mi libro en la mesita

— Becca, ¿segura que no tienes una razón para quedarte.— permanezco en silencio — Se que te cuesta vincularte con alguien desde lo que te paso...

— Madre, no lo menciones.

— Siempre me sentiré culpable, era mi responsabilidad cuidarte...

— Mamá, basta. No es sobre eso, ¿entiendes? — escucho su suspiro — Solo dejalo en el pasado, ahí es donde debe quedarse.

— Cerrarte al amor te hará solitaria. Es hermoso amar y ser amada. No te niegues esa satisfacción en tu vida, aún eres joven.

— Yo...— me sobresalto al ver a Edward en la ventana — ¿Puedo hablar contigo más tarde? — me quedo en signo de interrogación

Él tenía esa expresión seria de siempre, ni siquiera sabía en qué momento tuvo esa confianza de entrar a algo tan privado como mi habitación.

— ¡Tenemos que hablar de muchachos! ¿Tomas precauciones? — arrugo mis cejas

— Voy a cortar esta conversación. Te amo.

Cuelgo y me bajo de la cama aturdida; me preguntaba si mi pijama era decente.

— ¿Cómo demonios entraste? — me ve fijamente, estaba frente a mi

Apretaba mis brazos a mi cuerpo, estaba nerviosa.

— Por la ventana.— confiesa juguetón, era extraño, tenía una sonrisa

— ¿Haces eso a menudo? Porque es un delito, pero no creo que a los vampiros les importe romper las reglas.— bombardeo

— Solo hace un par de meses. Me gusta verte dormir. Es como si fuera estática, no hay ruido en tu mente. Solo silencio.— revela, trago saliva — Me resulta fascinante. Me relaja.— sus ojos marrones se clavan en los mios

— Es muy raro.— opino, se ríe — Tu lo eres. Pero eso ya lo sabías.— asiente poniendo una distancia entre nosotros

— Tu siempre tienes una opinión sobre el mundo. Como si quisieras comunicar todo lo que ves en un lugar no correspondido.— me cruzo de brazos — Eres única.

— ¿Es una forma decente de decir que escupo todo lo que me viene a la mente? — lo veo incrédula y sonríe ampliamente — No se si golpearte o agradecerte.— asiente

— Si me golpearas, romperías tu mano.— informa, relamo mis labios pensativa — Pero no es una invitación a que lo hagas. Conociendote, quisieras comprobarlo.— me perdí viendo mis manos

— Me conoces bien.— impongo nerviosa — ¿Qué haces aquí? — suspira y se me acerca

— No he podido dejar de pensar en ti desde aquella vez en mi casa. La conexión que tuvimos. No podemos negar que existe.— manifiesta, trago saliva — Quería confirmarlo.

— No es tan fácil, Edward. Hay muchas cosas que separan nuestros sentimientos.— estaba frente a mi — Cosas, que no puedo dejar de pensar.— suspira — No puedo entregarme por completo, estoy confundida.— nos vemos fijamente

— Solo quiero intentar una cosa.— manifiesta, arrugo mis cejas — No te muevas.— de pronto, mi cuerpo estaba inmóvil

Él se inclinaba lentamente hacia a mi, como si fuera cuidadoso con sus movimientos. Mi corazón latía con una fuerza, que pensaba que podía salírseme del cuerpo. Mi garganta salivaba conociendo lo que el tenía pensado hacer.

Edward sabía que me ponía nerviosa, sabía que tenía el control. Yo...no le ponía un alto, y no entendía el por qué no. Tal vez era mi deseo oscuro, tal vez solo era la calentura del momento.

— No te muevas.— insiste

Siento como esta a centímetros de mis labios, a nada de besarlos. Estábamos los dos con la tensión a punto de explotar el cuarto. El no daba el paso por completo, solo dejaba que nuestras ganas se quedaran paralizadas en el aire, una que quemaba.

Solo estábamos uno frente al otro con la garganta húmeda, mi cuerpo solo gritaba

* BESAME*

La tensión me estaba matando, su hermano solo me robó el beso. El tenía más sutileza, como si quiera aprovechar cada segundo del momento.

El pega su frente con la mia, solo sintiendo mi respiración caliente. Estando a un segundo de ese click, de ese lapso de lujuria.

Fue ahí, cuando ya no había ninguna distancia entre nosotros, y sus labios hicieron contacto con los míos. Una explosión de sensaciones llenó mi cuerpo. Como si él pudiera hacerme sentir que podía tocar las estrellas, era apasionante.

Hubo un momento donde la temperatura subió ante el toque posesivo del beso; se sentó en la cama y con un movimiento rápido yo estaba sobre el. Lo tomaba de la nuca no queriéndome soltar de sus magnéticos labios. Era una química increíble. Su beso me excitaba.

El toma el control de mi cuerpo y se pone sobre mí tirándome a la cama, desliza su mano por mi pierna desnuda dándome escalofríos. No sentía miedo con él, me sentía cómoda y era extraño, porque no lo hacía con nadie. Ni con Edmond, es como si fuera algo inocente.

De pronto...él se detuvo y se alejó de mí. Me cubrí con vergüenza, no sé en qué momento todo fue tan lejos.

— Lo siento...no sé qué fue lo que me pasó.— me llevo la mano a la cabeza — No deberías estar aquí y esto no debió pasar.— bajo mis manos

— Soy más fuerte de lo que pensaba.— opina apoyado en mi pared — Jamás puedo perder el control contigo.— frunzo el ceño y se da la vuelta dándome la espalda

— ¿Y eso qué significa? — se queda unos segundos en silencio — ¿Edward? — voltea a verme

— No se como actuar cuando estoy contigo, lo que pasó hoy...Debió ser confuso.— opina y asiento — No quería abordarte así. Solo...Solo quería, no lo se.— rasca su cabeza

— Si, no suelo hacer estas cosas. No soy espontánea y no se porqué sucedió esto.— agarro mi taza de café — Y es incómodo.— se me acerca — ¿Qué haces? — se sienta en mi cama

— Vamos a platicar toda la noche sobre nosotros, así no creerás que soy el villano.— sugiere, alzo mis cejas — Vamos, Becca. No te quita nada.— suspiro pensativa

— Bien, tomo ese desafío.— sonríe victorioso

Ni siquiera me di cuenta cuando el tiempo pasó tan rápido. Sólo nos la pasamos hablando sobre nuestros gustos, experiencias. Cosas que compartes con alguien que te importa y quieres que sepa todo de ti. Se me da tan natural con el, que de alguna forma creo en el. En mis huesos siento que el puede ser quien rescate ésa parte cálida de mi.

Es irónico en realidad. Que el está hecho casi de hielo, y yo soy calor. Y él es quien termina descongelando la gran barrera que hay en mi.





[ ... ]


Narrador omnisciente
Mientras tanto en la mansión Cullen, había una vampiro en particular que tenía planes secretos contra el clan. Su misión, era ir tirando una pieza por pieza, hasta dar con todo el tablero. Tendría un lugar en la jerarquía Vulturi, pero no solo con Aro, si no, con otro vampiro que iba en busca de una doble para un ritual. Louise siempre fue ambiciosa, siempre amando el poder. Y ese original, le prometió ser más poderoso que Aro a cambio de la ubicación de Rebecca.

— Edmond, tenemos que hablar.— la pelirroja entró a la habitación del Cullen

— Yo no tengo nada de qué hablar, psicótica.— aclaró sin quitar la vista de su libro

— ¿Y ni siquiera de Becca? — él alzó su vista — Sabía que te interesaría la Petrova. Sangre bulgaria, siempre potente.— alardeó, el vampiro dejó su libro

— ¿De qué hablas? — la ve con confusión

— Oh, no finjas que no conoces todo el origen de Vanya. Sabes de quien huía.— expuso poniendo nervioso a Edmond — Tu conociste primero a Rebecca. Sabías lo que significaba en la naturaleza.— se sentó en el sofá — Sé que saliste con Katherine, la gemela de Vanya. Demasiadas copias de la misma mujer. Ni siquiera es tan bonita, ¿no crees?

— ¿Cual es tu punto, Louise? — se puso nervioso

— Se que eres un gran mentiroso, Edmond. Y que todo este tiempo has sabido la verdad. Sabes de la bruja que hizo otra especie de vampiros y que Klaus busca a la doble que romperá su maldición.— confiesa — De hecho, conoces a Elena Gilbert.— Edmond traga saliva — Mi parte favorita es esta. ¿Para quién trabajas? — se levantó — Sabes que si entregas a Rebecca a Aro, ella la hará parte del clan y tendrá un poder inigualable. Ganarás un lugar para matar a tu hermano, al que odias. Aro lo mataría por su traición — fue hacia el — Y si se la das a Klaus, te deshaces de la mujer que te rechazó por tu hermano.

— Sacas muchas conclusiones en tu cabeza de maníaca.— soltó con furia — Nada de lo que dices tiene sentido. Solo estas aburrida porque Edward prefiere a Becca que a ti.

— ¿Estas con Aro, o no? — el se quedó callado — ¿Qué tramas, Edmond?

— Ni siquiera lo imaginas, roja.








[ ... ]


Rebecca
A la mañana siguiente, estaba con la cabeza repleta de pensamientos confusos. La noche que pase con Edward fue única y especial. Conectamos de una manera...ideal. Fue como si por fin hubiera alguien capaz de entenderme. Ahora que sé más cosas de él, creo que estoy más segura de que Edward no es el demonio de la noche, si no, el fénix que levanta todas mis cenizas.

— Cuéntamelo todo.— entra Bella mientras me termino de vestir

— Jamás tocas, ¿cierto? — me quejo bajando mi blusa, se sienta en la cama

— Anoche escuché voces toda la noche, y ni intentes ocultarlo.— insiste y volteo a verla — Papá está limpiando su arma y bebiendo, por si bajabas a comer.— suspiro

— Edward y yo solo hablamos. Fue una charla que ayudó bastante a aclarar cosas.— informo — Nada sucio pasó.— bufea

— Algo debió pasar, te conozco. No puede haber solo dos chicos en una habitación sin hacer algo. Al menos que sea gay...— le lanzo un cojín y se ríe — Podría ser una posibilidad.

— No, no lo es.— afirmo — Y no paso nada, ¿si? Solo conversamos y me quedé dormida. Ni siquiera sé en qué momento se fue.— asiente dudosa

Ella se había hecho una película de nosotros, y le había mentido. Casi lo dejo jugar segunda yarda. Fue algo raro en mi, no suelo hacerlo. Solo se que me sentía cómoda con el, y debía acomodar mis ideas y hablar con Edmond. Esos mellizos ya me besaron lo suficiente.

— Bien, hablando de Cullens...¿Edmond y tu no son nada? — noto el interés en sus ojos — Preguntaba porque me parecía lindo. Y congeniamos muy bien.— sonrío incómoda

No sabía como decirle que nos besamos y que todo esta raro. No quiero que crea que como de los dos lados del pastel. Sería asqueroso, y ocasionaría problemas.

— Solo somos amigos. Buenos amigos.— esclarezco y asiente algo tímida

— Genial, gracias por aclarar.

No tenía dilema con que ella quisiera conocer a Edmond, no tengo nada en contra, pero no se como se lo tome el. Nos besamos, bueno, el me besó primero y tal vez haya drama. No quiero que juegue con mi hermana, no se lo permito.

Bajo a buscar algún snack y veo a papá en la mesa limpiando una escopeta. Suena mi teléfono y lo saco de mi bolsillo.

Veo el nombre en la pantalla y agarro un plátano atendiendo.

Pensaré que estás obsesionado conmigo.— me apoyo en la barra pelando mi fruta

Tendrías mucha suerte, Swan.— alardea Edward y ruedo los ojos comiendo

¿Qué sucede?

Mi familia hará el famoso juego de béisbol, y me preguntaba si querías venir.— dejo de comer — No es la gran cosa, solo es divertido. Lo hacemos de vez en cuando.

Soy terrible hasta para trotar. Me voy a romper la...

Es entre vampiros, lo hace muy interesante. Te prometo que no te aburrirás.— me quedo pensativa volviendo con mi plátano — Vamos, Bex.— sonrío automáticamente

Solo cierto grupo de personas me llaman así (mi hermana y mi papá) Así que lo consideraba algo especial. Y que él lo hiciera era lindo.

Bien, iré. Ya que insistes...

Paso por ti, te hablo.— veo a papá a lo lejos — Nos vemos, Becca. — cuelga y bajo el telefono

Tenía que pedirle permiso a mi padre, pero me daba algo de pena hablar de él sobre chicos. No soy de las que comparte su vida privada, menos con su familia.

Saco una cerveza del refri para calmar las aguas y se me de con mayor facilidad.

— Te traje otra.— se la ofrezco y la toma

— Gracias.

— Tengo planes con Edward Cullen.— suelto la bomba, voltea a verme nervioso

— Es un poco mayor para ti, ¿no?— inquiere entre dientes, arrugo mis cejas

— No.— trato de verme confiada — Somos de la misma edad.

Si el supiera que es mayor qué él o el abuelo, se cuelga y me mete a un convento.

— Creí que te agradaban los Cullen. Edward salvó a Bella, ¿recuerdas? — aclara su garganta y toma su cerveza

— Creí que no te gustaba ningún muchacho del pueblo.— opina a secas, trago saliva

— Edward no vive en el pueblo, técnicamente. Y no me gusta. Es una salida de amigos. — informo, voltea a verme con interés — Algo que debes saber de mi, no funciono en relaciones. Mamá es el gran ejemplo.— tose incómodo

— Edward está afuera.— se acerca mi melliza — Y Edmond también.— volteo a verla sorprendida

— ¿Que? — solté

— Si, venía a avisar que Edmond me invitó a un juego de béisbol con su familia. Pero supongo que a ti también.— avisa, inhalo hondo

— Parece que los Cullen están encaprichados con mis hijas.— se queja, veo a mi hermana — ¿Que hacen ellos aquí? — suspiro

— Supongo que quieren presentarse oficialmente.— opina Bella

— Bien, háganlos pasar.— recarga su arma y doy un sobresalto

— ¿Puedes tratarlos bien, papá? — pido — No quiero quedar en vergüenza. — señala un círculo sobre su cabeza haciendo como un ángel








[ ... ]








Narrador omnisciente
Ambos vampiros estaban apoyados en sus autos afuera de la residencia Swan. Podía notarse la tensión a kilómetros. Ninguno soportaba su presencia con las cosas que han pasado últimamente, y Edward no dejaba de preguntarse el porqué su hermano su hermano estaba ahí, tenía un mal presentimiento.

— Aún no respondes mi pregunta del porqué estás aquí. — pidió Edward yendo a la puerta

— Adoro como te pones celoso de mi, Ed. — se regodeo — Me ves como una amenaza, y es aceptable. Lo soy. — frenó a su mellizo de golpe

— No se que perverso juego tienes, pero no seré parte de ello. — decretó — No dejaré que sigas manipulando a Rebecca o te metas con Bella. — Edmond relamió sus labios sin paciencia

— El problema, Edward, es que crees que me conoces. Dejamos de ser esos niños de Chicago hace mucho tiempo. Soy impredecible. — dispuso, tensando al Cullen

— Te lo advierto. Ellas tienen mi protección. — se vieron con una intensidad, como para matarse ahí mismo

— No me amenaces, Edward. No quieres empezar una guerra conmigo.











[ ... ]


Rebecca
Habíamos salido por los chicos, se veían algo nerviosos. Cuando salimos por ellos parecían discutir sobre algo, notabas la tensión en ellos. Como si no soportaran estar juntos.

— Jefe Swan. Quiero presentarme formalmente.Soy Edward Cullen.— manifiesta y me pongo a su lado

— Y yo Edmond Cullen. — se presenta y se dan las manos

— Hola, muchachos. — expresa amigable, sonrío ligeramente

— No regresaremos tarde. Vamos a jugar béisbol con mi familia. — explica Edward

— ¿Béisbol? ¿Ese es el plan? — menciona incrédulo — ¿Becca va a jugar béisbol? — ríe nervioso, doy un suspiro largo

Sabe que soy pésima en los deportes.

— Buena suerte con eso. — sonrío juguetona

— Le prometo que cuidaremos de ellas. — interviene Edmond, lo veo de reojo — Soy muy cuidadoso. — trago saliva

— Bueno, papá, te vemos mas tarde. — se acerca Bella a despedirse, yo solo hago ademán de despedida

— Oigan... — nos frenamos ante el llamado de papá, los chicos se fueron — ¿Aun llevan el gas paralizante? — arrugo mis cejas asintiendo — Ya saben, cualquier cosa, hablenme.

Al salir, mi hermana y yo nos separamos. Era extraño, ya que ella iba con Edmond y yo con Edward. No me lo pintaba de esa forma, pero a veces la vida te cambia el entorno y luego no sabes con que te puede sorprender.

No me gustaba que Bella estuviera cerca de Edmond, no por celos, si no, porque no confió en el. Hace dos días me besa y pretende que no es nada, bueno, yo puedo hacerlo. Pero me confunde lo que hace, como un juego.

— Estas muy callada...

— ¿Qué crees que está jugando, Edmond? — confieso mis pensamientos

— ¿Que? — me ve confundido — ¿De qué hablas?

— Es que, Edmond me besó. — suelto la bomba y voltea a verme con sorpresa — Y si pone interés en mi hermana de la nada, quiero saber porque. Nos dijimos cosas que...

— ¿Te besaste a mi hermano? — me interrumpe perplejo

Creo que fue lo único que escuchó de toda nuestra conversación, o de mis inquietudes.

— Si, pero eso no es lo importante, Edward. A mi me importa sabes más sobre mi hermana...

— No, a mi si me importa saber si te besaste a mi hermano. — insiste, cruzamos miradas incómodas — ¿Que fue lo que pasó?

— ¿Para qué quieres saber? Es un asunto privado, y tu y yo no somos pareja. — aclaro — No te debo explicaciones. — pone su mirada al frente

— Nos besamos anoche, Rebecca. — pongo mi vista en él — Significó algo para mi.— lo veo enternecida — Quiero saber que es lo que sientes.— suspiro y veo al frente

— No lo se, Edward. No lo se.

El auto permaneció en un silencio incómodo el resto del camino. Debí ser más cuidadosa con mis palabras, solo...No se como expresar lo que siento. Edmond y Edward me confunden ,mal. Debo poner un alto y pintar mi límite. No voy a jugar con ninguno.

Después del silencio, llegamos a una parte del bosque que estaba apartada de todos. El clima, como lo usual, estaba nublado. Tal vez el juego se cancele si la lluvia empieza a brotar en cualquier segundo.

— ¿Desde cuando a los vampiros les gusta el béisbol? Pensé que eran mas de cacería o la ouija. Algo tétrico.— se ríe mientras me pone una gorra

— Es el pasatiempo nacional y se aproxima una tormenta eléctrica. — acomoda mi cabello tras las orejas dejándome encandilada — Solo así podemos jugar. Ya verás.— arrugo mis cejas

— En mis tiempos, si llovía en educación física, era la gloria. ¿Y ustedes van a jugar? — sonríe y soba mi rostro — Son muy extraños.

— Ven, no tardan en llegar.— me toma de la mano con un tacto dulce

Con el solía ser tan tranquilo. Se daba con facilidad, al contrario de su hermano, en él había algo que me daba desconfianza, por eso las cosas no eran fácil entre nosotros.





[ ... ]





Narrador omnisciente

— Te siento algo callado.— le mencionó Bella a Edmond, este no le quitaba la vista a su hermano y Becca — ¿Siquiera me escuchas? — el volteo a verla

— Si, lo siento, es solo que...Estaba distraído.— aclaró y sacó las cosas de su auto

Bella vio a donde él veía con tanta devoción. Su hermana reía con Edward, y saludaba a los Cullens. La castaña resplandecía, a diferencia de ella. La Swan sentía que no encajaba con ellos, y que su hermana era el centro de atención de todos. Que nadie le prestaba atención.

Fue la primera vez que Bella sintió celos hacía su hermana.

— No me siento muy bien. Creo que iré a casa.— impuso y el Cullen bajo sus cosas con confusión

— ¿En serio? El juego ni siquiera ha comenzado.— apuntó a donde estaban todos

— Lo siento, diviertanse sin mi. Le pediré a papá que venga por mí y asunto arreglado.— sacó su celular y Edmond le tomó las manos deteniendola

— Yo te llevo. Así me quedo contigo y pasamos el rato.— sugirió y ella le sonrió

— ¿En serio? Pensé que querrías jugar con tu familia.— el vampiro vio a lo lejos a Edward cargando a Becca por el aire

Estaba totalmente celoso.

— Creeme, ya me quiero sacar los ojos.








[ ... ]


Rebecca

El resto de los Cullen habían llegado y se estaban divirtiendo. Parecían una familia convencional, casi te olvidabas que son viejos vampiros.

Veía otro lado de ellos, es como si se sintieran cómodos conmigo. Y eso me agradaba, podía encajar aquí. Aunque aun me siento como el cerdito con la manzana en la boca.

— Becca, llevaré a tu hermana a casa.— se me baja una sonrisa al ver a Edmond

— ¿Que?

— Se siente algo indispuesta, la acompañare.— arrugo mis cejas y la veo a lo lejos apoyada en su auto

— ¿Pero que tiene? Iré a verla.— trato de avanzar y me detiene

— Confía en que...— me pierdo en sus palabras al ver su mano tomar mi brazo

[ Flashback. 2009 ]

— Confía en que hago todo lo necesario para protegerte.— lágrimas fluyen por mis ojos viendo al sujeto

Había tenido un terrible accidente, apenas podía razonar. No tenía idea de cómo terminé cubierta de sangre y con la mente apunto de explotar. Con el auto hecho pedazos.

— ¿Quien eres?

— Elijah. Elijah Mikaelson.

[ Fin flashback ]

Retrocedo e inhalo hondo cayendo al suelo, todo se volvió aturdido. Es como si tuviera mi cabeza dentro del agua y no pudiera gritar.

— Becca, ¿que pasa? — escucho a Edmond pero su voz hace eco en mi cabeza

— Tuve un accidente cuando iba a Mystic Falls. Mi padre tiene una hermana ahí, la tía Liz. No los veía desde que tenía como doce. Era el cumpleaños de Caroline, y yo iba a visitarla. Luego algo me chocó de la nada.— lágrimas caen por mis mejillas — Louise, ella fue quien trató de matarme. Un hombre me salvó. Elijah. Ese es su nombre.— siento un nudo en la garganta

— ¿De qué hablas, Becca? — me ve confundido, me quedo catatónica

— No lo se, no lo se.— divago aturdida — No lo se.

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