Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. THE MONSTERS AND THE GIRL

╰┈➤ ❝ [ Recuerda comentar y votar para más actualizaciones ] ❞

Estaba en el patio de la escuela con Jessica de compañía, lo que era extraño, por que apenas y la soportaba.

Ella parecía maravillada con el hecho de que hubiera un día muy soleado y caluroso. Yo le detestaba, lo convertía en un día malo.

Podías notar el cielo despejado y los estudiantes divertirse en el brillante césped. Reflejaba como en realidad debía ser la primavera.

Jessica estaba sobre la banca disfrutaba de los rayos ultravioleta en su rostro. Como un día de bronceado.

Hacia un calor impresionante, pero parecía que todos aquí estaban maravillados por no tener algo de lluvia. Yo llevaba gafas de sol.

— No vino.— soltó Jessica al notar que lo buscaba con la mirada — Los Cullen desaparecen si es un día lindo.— frunzo el ceño

— ¿Faltan por que si? — referí incrédula

— No, el doctor y su esposa se los llevan de campamento.— explica — Lo intente con mis padres. Ni cerca.— alzo mis cejas asintiendo

Que extraño. Quería hablar con Edmond sobre el evento al que me invitó, pero parece ser que sus padres si los quieren y no los mandan a la escuela.

Ya quisiera yo estar en mi casa con el aire a todo lo que da viendo mis películas.

— Iré al baile con Eric.— se acerca Ángela con Bella de compañía

— Hola, Bells.— saludo a mi hermana y me da un abrazo por la espalda

— Yo lo invité. Tomé el control.— se muestra con entusiasmo y sonríe

— Te lo dije.— solté confiada y me da un corto abrazo, fue lindo su gesto — ¿Estás segura de que tienes que salir de viaje? — asiento y nos separamos

— Si. Es asunto familiar.— le di una mirada a Bella y sonrío negando

Captaba mi mentira, pero en verdad, odiaba los bailes. Son tan aburridos y no tienen sentido. Ni siquiera soy buena bailando, así que.

— Deberíamos ir de compras a Puerto Ángeles.— sugiere Jessica y sonó la campana

Estábamos en el último periodo, así que era momento de regresar a casa, pero escuchar a dónde irían Jessica y Ángela, una idea cruzó por mi mente.

Yo quería comprar un libro que vi en un sitio de internet, y me podría ahorrar el viaje si ellas me llevaban.

— ¿Puerto Ángeles? ¿Les molesta si las acompaño? — pregunto tímida y menean su cabeza

— No, de hecho, necesito tu opinión y la de Bella.— menciona Angie con una sonrisa

— Genial.— se levanta mi hermana y me rodea con sus calurosos brazos

Después de clases, no dirigimos a lo que parecía el regreso a la civilización. Podías ver más restaurantes, bibliotecas, tiendas con ropa linda y demasiadas personas, parecía que de dónde veníamos, era un lugar desierto.

El transcurso fue algo largo, pero me gustaba admirar el paisaje de la carretera con mi música. Me relajaba bastante desconectarme del mundo.

Pasamos a algunas tienda de vestidos, donde Jessica y Ángela se probaban millones de vestidos que ya había perdido la cuenta. Yo les avisé que tenía cosas que hacer en el puerto, Bella me maldijo por haberla dejado sola en el mundo de las chicas.

Entré a la biblioteca que encontré en línea donde vendían libros de leyendas Indias o todo tipo de culturas, así que, después de lo que dijo Jacob, no me lo sacaba de la cabeza.

Parece que de dónde el viene, las culturas de sus ancestros son las que los representa. Yo no creo tener un un linaje familiar así de asombroso.

La abuela Marie dice que los hombres de la familia no sirven para nada, creo que es lo único que tendré. Y problemas sociales.

— Aquí tienes.— me lo entrega y le di el dinero, ya lo había visto en línea

— Gracias.— camino a la puerta y admiro la pasta del libro, era uno lindo

— Buenas noches.— se despide y le doy una sonrisa cálida

— Igualmente.— salí de la tienda y noté que había oscurecido y realmente no sabía dónde andaba

Me sentía algo perdida. Pero seguí mi intuición y me fui por el callejón por que el había ido.

No mentía al sentir escalofríos. Esos que te dan como alerta. Como el sentido arácnido, pero ninguna araña me había mordido.

Vi alrededor asustada y me frené al ver un grupo de hombres del otro lado, esa fue mi alerta, pero fu extraño.

Decidí por mi lógica dar la vuelta y tratar de caminar lo más rápido posible. Di un vistazo mientras me alejaba y noté que querían seguirme, que venían tras de mi.

Mi paranoia hacía que mi corazón se me quisiera salir del pecho, me sentía muy asustada, no sabría como manejar la situación, lo había nadie a la redonda. No podrían ayudarme.

— Te vi comprando vestidos.— uno de los hombres habló y un nudo de hizo en mi estómago

— ¿A donde vas? — escucho a otro y me giré a ver, el mal presentimiento volvía

— ¿Que te importa imbécil? — alce la voz para sonar como que no estaba asustada, cuando estaba apunto de colapsar

— Ahí está.— me quedo inmóvil al ver que más personas llegaron, más hombres — ¿Que pasó?

— Es mi muchacha.— murmuro uno de ellos y los nervios abrazaron mi cuerpo, comenzaba a sudar frío

Me comenzaban a rodear y yo estaba contra la espada y la pared, no tenía a quien acudir ni como correr, eran muchos.

— ¿Que tal, chicos? Hola, linda.— me saluda un hombre y no emito gesto

Parece que eran diferentes pandillas, unos se miraban como vagabundos y los otros traían ropa más decente.

— Déjenme.— trato de huir pero todos me acaparan dándome mas miedo

— ¿A donde vas? No seas mala.— pide uno de ellos y sigo tratando de irme

— Toma un trago con nosotras.— me sentía tan saturada por ellos — Vamos, será divertido.— mi respiración se agito y sentía que todo se achicaba

— Ya, basta, me quiero ir.— pido con la voz temblando y me ignoran

— ¿Cuál es tu problema? — me dice uno de ellos molesto y mi garganta se seca

Esto era. Ellos me harían daño y aquí quedaría yo. Becca Swan, que se cree fuerte, pero no pudo defenderse. Sería mi final.

— No le gusta.— se burlan y sus voces hacen eco en mi cabeza

— Eres muy linda...— intentan agarrarme del brazo y mi piel se erizó

— No me toquen.— solté molesta, pero parecía que mi voz en ellos era diminuta

— Es muy dulce, ¿no? — uno de ellos me toma de los brazos para quedar frente a frente

Si aliento apestaba a cerveza, y su rostro me daba gana de vomitar, pero debía pelear, no iba a dejar de pelear, no.

— Que no me toques, idiota.— le suelto un rodillazo en sus bajos y retrocedo para salir corriendo

Un auto sale de la nada y gira en nuestra dirección, sentí que el alma me volvía el cuerpo.

Nos vino casi encima y los hombres se asustaron, yo me quedé inmóvil, estaba estática.

La puerta se abrió y se me fue el aliento al ver quien era, cerré mis ojos por un segundo y una lagrima resbaló por mi mejilla.

— Sube al auto.— me ordena Edward y no lo pienso dos veces, hago lo que pide

Mi yo del pasado le podría decir que se fuera al diablo y que no volviera, pero ahora mismo, maldición estaba que me hacía pipí encima.

Entré al vehículo y pude respirar más tranquila, el corazón aún me quería explotar, pero me sentía más a salvo, había sido salvada por una clase de ángel guardián, ahora...

¿Que rayos hacía Edward aquí?

— Esa fue una maniobra muy peligrosa.— se quejó uno de los hombres y Edward sólo estaba ahí parado

Todos se fueron alejando como si el fuera la peste, como si le tuvieran miedo o llevara un arma. Eso me dejo sorprendida, sólo se alejaron ante su presencia. Sin hacer nada.

El regresó al auto y me quedé en shock viéndolo. Buscaba una respuesta para saber cómo había llegado en el momento correcto, como si fuera Batman o un justiciero de la noche.

El le dió hacia enfrente tirándoles el carro encima, todos retrocedieron aterrados, emití una pequeña sonrisa. Yo les hubiera pasado el carro encima.

Se dió la vuelta de forma brusca y volvimos a la carretera. Yo estaba en blanco, asimilando todo.

Manejaba como un maldito maniaco, si no me mataban ellos, me mataba el con su pésima forma de conducir.

— ¿Si te puedes calmar? — menciono alterada y noto que está furioso al volante

— Debería ir y arrancarles la cabeza.— declaró sonando tan frío

— No. Eso no es posible...— expongo abrumada

— No sabes las cosas repulsivas que estaban pesando.— confesó y lo vi confundida

— ¿Tu si? — inquirí incrédula y volteó a verme

— Es fácil adivinar.— lo vi sin creer y aparté la mirada molesta — ¿Podemos cambiar de tema? Distráeme para que no regrese.— volteo a verlo y noto que tenía la mandíbula tensada

Edward estaba furioso, irradiando ira. Era sorprendente, no lo había visto así.

— Deberías abrochar tu cinturón, conduces como un maniaco y saldrás por el parabrisas.— se ríe y frunzo el ceño — ¿Dije un chiste?

— Quizás deberías abrochar el tuyo.— el tipo se reía como si hubiera dicho la cosa más graciosa

— No me digas que hacer.— volteo a verme y sus ojos se impactaron con los míos — Pero lo haré, por que nos matarás con tu modo de conducir.

— Deja de quejarte, Rebecca.— alzo mis cejas y saco mi celular

— No me llames así. Sólo es Becca, ¿si? — veo la pantalla y noto que tengo muchos mensajes de las chicas

— Me gusta más tu nombre que el apodo.— apague mi teléfono

— Llévame a Green and Sweet. Mis amigas y hermana están ahí y están preocupadas.— pido y asiente

— Ahí será.— resoplo y veo la ventana — ¿Estas bien? Te miras asustada.— bajo la mirada a mis uñas

— Pensé que...— me pauso ante el nudo en la garganta — Tu sabes. Gracias.— voltea a verme

— Está bien. Me alegra que no pasara a mayores.— sonrío ligeramente

Después de unos minutos llegamos al restaurante, Edward se estacionó y yo fui casi corriendo al lugar, casualmente ellas iban de salida.

— Disculpen...— me interrumpe Bella

— ¿Donde estabas? Te dejamos mensajes, estaba preocupada.— me regaña y suspiro

— Te esperamos, pero estábamos muertas de hambre.— añade de Jessica y siento que Edward se acerca a mi costado

— Lamento que no haya podido cenar con ustedes. Nos encontramos y nos pusimos a conversar.— ellas se quedan momificadas, como si hubieran visto a un fantasma

— No...— Jessica da una risita nerviosa — No, nosotras entendemos. Eso pasa, ¿no? — suspiro incómoda

— Nosotras...— Bella interrumpe a Ángela

— Nos estábamos yendo. Becca, ¿quieres...?— me señala mi hermana al auto

— Si, yo...— me interrumpen

— Creo que debería asegurarme de que Rebecca cene algo.— argumenta Edward y alzo mis cejas — Si quieres.— las chicas de quedan hipnotizadas

Como si vieran al chico más guapo del mundo, al famoso mas importante, como si vieran al mismísimo Chris Evans. Están endiosadas.

— Luego te llevo a tu casa.— nos vemos fijamente y sus ojos no dejan los míos

— Que amable.— opina mi hermana y volteo a verla

— Si, muy amable.— añade Jessica entre dientes y el me sonrío

— Si, debería comer algo.— aseguré y vi a Bella

— Te veo en casa, me iré con ellas.— asentí y nos dimos un abrazo corto — Te cuidas. Le avisaré a papá.— sonrío

— Si, gracias.— me voy alejando

— Nos vemos mañana.— las chicas se despiden de mi y ambos caminamos al restaurante

Nos sentamos y ordené comida. Tenía muchas dudas sobre lo que pasó en aquel callejón y por fin tenía una forma de hacer que me conteste.

Era extraño estar con el cenando. No me imaginaba estar con el en esta forma. Lo quería muy lejos de mi, pero esta noche, fue mi héroe.

— Muy bien, hamburguesa con extra queso.— sonrío y la mesera me deja mi plato

— Gracias.— la veo y siento como mi estómago se altera, moría de hambre

— Ningún problema.— agarro mi taza de café — ¿Seguro que no puedo traerle algo? — le pregunta coqueta a Edward y el no me quita la mirada de encima

— No, gracias.— bajo mi taza y el seguía mirándome, me ponía nerviosa

— Me deja saber.— se aleja dejándome sorprendida ante la forma tan descarada de coqueteo

¿Que tal si fuéramos pareja? Cosa que, oh Dios, que de eso me libre, pero si me ofendió

— Casi se te avienta encima.— regreso a mi hamburguesa — ¿No vas a comer? — me llevo la comida a la boca y le doy un gran mordisco

Siento a mis papilas gustativas explotar de satisfacción, me sabía a gloria, era exquisita.

— No, tengo una dieta especial.— asiento y bajo mi hamburguesa

— Tienes que darme unas respuestas.— pido y agarro una servilleta para limpiarme

— Si. No. Para llegar al otro lado. 1.772453...— lo interrumpo

— No quiero saber la raíz cuadrada del número pi.

— ¿Lo sabías? — me ve incrédulo y alzo mis cejas ofendida

— No soy ignorante, gracias por suponerlo.— me quejo y sonríe — ¿Como supiste dónde estaba?

— No sabía.— lo veo molesta y meneo mi cabeza

— Bueno.— me levanto de mi asiento y agarro mi abrigo — Pero pediré esa para llevar. Y tu pagas.

— Espera. No te vayas.— me detengo y lo veo

— ¿Me seguiste? — cuestiono y me siento de nuevo

— Siento la necesidad de protegerte.— frunzo el ceño confundida

— Me seguiste.— insistí tímida — ¿Por que?

O sea, no esperaba que me tiraba esa tan rápido. Pensaba que usaría más palabras o algo más de tacto o filtro.

— Quería mantener la distancia, a no ser que necesitaras ayuda. Fue entonces que oí lo que estaban pensando.— soltó explicando y arrugué mis cejas al escuchar lo último que salió de su boca

— Espera. ¿Dijiste que oíste lo que estaban pensando? — cuestiono sorprendida y se quedó en silencio — Entonces...¿Lees mentes? — sugiero y sonríe

Estaba ahí, sentada, sonando como una lunática diciéndole a un chico que si puede leer mentes como si me lo hubiera sacado de un maldito cómic.

Sospechaba que había algo raro en el, alo que no era humano, y...ahora parece que puede ser real. Que no estaba loca y que era una entrometida.

— Puedo leer la mente de todos en este lugar. Salvo la tuya.— menciona sereno y alzo mis cejas tratando de no verlo perpleja — Hay dinero, sexo, dinero...— me va señalando y voy viendo — Sexo, gato. Y luego tú, nada.— volteo a verlo — Es muy frustrante.— suspiro

— ¿Y eso es malo? Digo, no quiero que sepas lo que pienso, por que, sería vergonzoso.— vuelvo a mi comida — Seguro hay algo malo conmigo.

— Te digo que puedo leer mentes, y crees que hay algo malo contigo.— se ríe y agarro mi hamburguesa

— No lo sé, puedo ser un extraterrestre. Pensaba que eras una clase de hombre lobo.— explico y se ríe, le doy un mordisco

— Tampoco exageres con lo fantasioso.— dejo de masticar y limpio mi boca

— Hasta hace dos días, no creía que existieran las personas que leen mentes. Creía en la teoría de la suplantación humana. Ya sabes, dónde los seres de otros planetas toman cuerpos y se hacen pasar por ti, o el área 51, eso es cien por cierto real.— golpeo mis manos en la mesa y el solo me veía

Sus ojos parecían endiosados. Había un brillo en ellos que sólo resplandecían al verme, el tenía una sonrisa que demostraba que lo que decía parecía gustarle, me ponía nerviosa.

— ¿Qué? ¿Me manché de comida? — refiero para romper la tensión y niega

— Ya no tengo la fuerza necesaria para mantenerme alejando de ti.— arrugo mis cejas ante la confesión

— ¿Por que? A penas me conoces.— opino y aparta su mirada

— Es más que eso.— lo veo confundida — No entenderías.— suspiro

— Lo que no entiendo, es como quieres estar conmigo sin conocerme.— explico — No sabes lo complicada que soy.— sonríe

— Creo que si.— me apoyo en la silla

— ¿Ah si? Como soy.— solté hostil

— Muerdes tu labio inferior cuando estás en desacuerdo. Amas las novelas clásicas, te gusta el café expreso y sin azúcar; sueles querer tu espacio y conectas con la música. No dejas que nadie se meta contigo, eres independiente y fuerte.— me quedo en blanco — Y tu canción favorita es decode de paramore pero también amas a Maroon Five.— bajo la mirada — Puedo seguir.— niego

— ¿Como lo sabes? — lo veo confundida

— Por que pongo atención. Tal vez no puedo leer tu mente, pero noto tu forma de actuar. Eres muy propia de ti. Confías en pocos, por eso siempre estás alerta.— relamo mis labios

— Y yo no se nada de ti, mas que te falta un bronceado y tienes una dieta especial.— indico tímida y sonríe

— Pregúntamelo.— nos vemos fijamente — Sólo cosas de mi.— suspiro y suena mi celular

Bajo la mirada y veo el nombre de mi padre, me levanto para atender

— Lo siento, yo...— voy a la puerta y salgo para tomar aire — ¿Si?

Rebecca, no quiero sonar como un padre controlador, pero todo ahora está peligroso y no me gusta que estes lejos tan tarde y con alguien que no conozco.— suspiro asintiendo

Si, lo se.

Por favor, ven a casa.

Lo haré, te hablo luego.— cuelgo y doy un suspiro largo

La confesión de Edward me tenía consternada. Trataba de procesar toda su información y digerirla. No sabía si era verdad o sólo jugaba conmigo, sólo que ya no se en que estoy metida. Y no se si eso sea bueno.

Entro de regreso y veo mi comida guardada en una caja para llevar, el estaba pagando y agarre mi abrigo.

— Es tarde, supongo que tu papá te quiere en casa. Debe preocuparse.— se coloca su abrigo y hago lo mismo

— ¿También tienes súper oído? — me burlo y de ríe

— No, solo intuición.— asiento y tenemos contacto visual — Pensé que me matarías si no traía la hamburguesa conmigo.— sonrío

— Pensaste bien.— la agarro de la mesa y ambos vamos a la salida

Nos subimos al auto y había un silencio rotundo. Uno que ponía la situación algo incómoda, no era capaz de mantenerme tan callada después de la bomba que lanzó.

El gracias a Dios puso la calefacción, que la primera vez que estuve aquí, parecía refrigerador.

— Creo que ya entré en calor.— trato de apagar la calefacción, cuando su dedo toca el mío, sintiendo como si hubiera tocado un hielo — Tu mano esta tan fría y yo me siento como pan salido del horno.

El no dio respuesta y asentí algo molesta. El sigue siendo tan misterioso y me ponía mas dudas en la cabeza.

Después de algunas horas, regresamos al pueblo, pasábamos por la estación, cuando noté que varias patrullas lucían estar en movimiento.

— ¿Que pasa? — me pongo nerviosa y veo la patrulla de mi papá — Mi papá sigue aquí. ¿Puedes detenerte? — le pido y lo hace yendo a la estación

— Ese es el auto de mi papá.— menciona y lo veo preocupada — ¿Qué hace aquí? — nos bajamos — ¿Que pasó, Carlisle? — su papá sale del lugar

— Encontraron a Waylon Forge en su bote. Acabo de examinar su cuerpo.— explica y lo veo perpleja

— ¿Murió? — expreso con sorpresa y el asiente con seriedad — ¿Como?

— Lo atacó un animal.— expone y alzo mis cejas

— ¿El mismo que atacó al guardia de seguridad en Mason? — cuestiono preocupada

Quiero saber si ahora sea probable que mi muerte sea por alguna clase de lobo.

— Probablemente.— se nota la tensión, se miraban muy serios

— Se está acercando al pueblo.— opino preocupada

— Deberías entrar, Becca. Waylon era amigo de tu padre.— asiento y les paso por un lado, me detengo y veo a Edward — Nos vemos luego.

Entro a la estación y veo que mi papá está solo en su cubículo, se miraba triste.

— Hola.— saludo tímida y noto que está viendo una foto de ellos en la computadora

— Hola.— responde abatido y me quedo unos segundos en silencio sin saber que decir

— Lo siento mucho, papá.— se sorprende al escuchar que lo llamé así, sólo me nació

— Hacía casi 30 años que nos conocíamos.— me recargo en su hombro y el acaricia mi cabello — No te preocupes, vamos a encerrar a ese animal. Mientras tanto, quiero que lleves esto contigo. Ya le di uno a tu hermana.— me da un gas pimienta

— No se si...— me interrumpe

— Para que tu viejo esté más tranquilo.— suspiro y lo tomo asintiendo — Vamos a casa. Tu hermana nos espera.— suspiro y vamos a la puerta

Al estar afuera, me quedé paralizada al ver el cuerpo, fue algo que no quería ver en estos momentos. Sentí un horrible escalofrío.

— Vamos, Bex.— Charlie me toma de los hombros y me lleva con el

∘₊✧ ───────────────── ✧₊∘

Al llegar a casa, me senté en mi silla del escritorio para darle un vistazo al libro. Ahora tenía aún más intriga de entender lo que estaba pasando.

Fui hojeándolo para ver algo interesante, pero sólo había imágenes espeluznantes. Si, me guiaba por los dibujitos.

Me detuve en una hoja por que el pie de pagina llamó mi interés.

"Máscara representativa del despiadado."

— El despiadado.— murmuré con intriga y cerré el libro, no había algo que me dijera lo que estaba buscando

Fui directo a internet y tecleé lo que venía en la pie de pagina. Varios sirios me salieron y agarraré el que no dijera wikipedia.

Comencé a recorrer el sitio maravillada por las leyendas. Vi un subtítulo que me dio curiosidad.

"Demonios de la noche."

Di click y entre el link. Me salían cosas como el elixir de la inmortalidad, cosas raras de culturas de diferentes países. Cosas que no me daban explicaciones, sólo confusiones.

Me detuve en uno que hablaba sobre los muertos en vida. Algunas atribuciones que tenían y me dejaron sin palabras.

• Velocidad.
• Fuerza.
• Piel fría.
• Inmortal.
• Bebía sangre.

Me estallaba la cabeza al reunir puntos en una persona, cosas que podrían tener tanto sentido al estar leyendo, o sólo estaba de paranoica creando cosas en mi cabeza con mi imaginación.

Había una palabra que resaltaba en todo esto. Una que venía en mayúsculas y con las respuestas que había buscado por días. Era una locura, pero tenía sentido. Lo había descubierto.

No podía ser cierto...¿o si?

Explotaba mis límites. Mis creencias. Era algo que no podía creerlo del todo, pero, algo en mi me decía lo contrario, que había enloquecido, pero podía tener la razón. Un presentimiento. Aunque sea aterrador.

Y esa era, que...Edward era un vampiro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro