3. HE HIDE SOMETHING
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Estábamos en el hospital mientras atendían a Bella. Físicamente se veía bien, pero lo que había sucedido no era para nada normal.
Edward literalmente detuvo a un auto de aplastar a mi hermana como a una mosca. Fue como si tuviera fuerza sobrehumana y eso era algo que no dejaba de rondar por mi mente.
Tenía tantas dudas y apenas podía mantener mis pensamientos en la misma habitación. Tenía que preguntar que había pasado.
— ¿Estas bien, Bella? — le pregunta Charlie entrando al consultorio — Tú y yo vamos a hablar.— le señala a Tyler — ¿Estás bien?
— Estoy bien. Cálmate.— le pide mi hermana mientras le miden la presión
— Disculpa, Bella. Intenté detenerme.— insiste y yo muerdo mis uñas ansiosa
— Lo sé, está bien.— menciona serena
— Claro que no está bien. Pudiste matar a alguien. Debes fijarte como conduces.— le reclamo y me ve sorprendido
— No fue su culpa.— me dice Bella y volteo a ver
— Podría haberte matado. ¿Entiendes? — interviene Charlie
— Si, pero no lo hizo.— ni hermana insiste y suelto un quejido al sentir el agrio sabor de la sangre
— Olvídate de tu registro de conductor.— refiere ante Tyler y me enfoco en la sangre entre mis dedos
— Me dijeron que la hija del jefe estaba aquí.— escucho una voz y alzo la vista
— Doctor Cullen.— elevo mis cejas al escuchar el apellido
Era el famoso hombre que adoptaba chicos como si fuera una casa de beneficencia.
Su piel era igual de pálida que el resto. Era rubio y atractivo, no se veía tan mayor para tener cinco hijos adoptivos.
— Charlie. Yo la atiendo.— toma el expediente de mi hermana — Isabella.— lo veo con atención
— Bella.— corrige
— Bueno, Bella. Parece que sufriste una buena caída. ¿Como te sientes? — interroga
— Bien.— el comienza a examinarla — Puede que experimentes un poco de ansiedad o desorientación, pero tus signos vitales están bien. No hay señal de trauma. Creo que estarás bien.— suspiro con alivio
— Lo siento muchísimo, Bella.— Charlie le cierra la cortina a Tyler en la cara
— Hubiera sido peor de no ser por Edward.— el doctor Cullen voltea a verme — La empujó a un lado.— Bella me ve de reojo
— ¿Edward? ¿Su hijo? — le pregunta al doctor Cullen
— Si. Fue algo increíble. Llegó rapidísimo, estaba muy lejos de ella.— insistí poniéndolo nervioso
Algo escondían, me daban muy mala espina.
— Parece que es muy afortunada.— tenemos contacto visual — Charlie...— asiento
Le da unas indicaciones y por fin salimos de ese lugar. Odiaba los hospitales por que te hacen sentir la muerte. No sabía cómo explicarlo, pero era un aire en la nuca.
— Tengo que firmar unos papeles.— nos informa Charlie — Deberías llamar a tu mamá.— le dice a Bella
— ¿Le contaste? — se queda y a lo lejos veo a los Cullen discutiendo — Debe estar histérica.— frunzo el ceño
Estaban Rosalie, Edward y el doctor Cullen.
"Esto no sólo se trata de ti. Nos concierne a todos."
Escucho a Rosalia referir molesta y me asomo dejándome de ver. Notan mi presencia y se quedan callados.
Aclaro mi garganta y agarro valor para enfrentar a Edward. Nada de lo que pasaba era normal.
— ¿Puedo hablar contigo? — le pido a Edward y suspira acercándose
— ¿Que? — soltó a secas y nos vimos fijamente
— ¿Como hiciste para llegar a Bella tan rápido? — refiero confundida
— Estaba parado a lado tuyo.— explica y frunzo el ceño
— No, estabas al lado de tu auto, del otro lado del estacionamiento. La que se golpeó la cabeza fue Bella no yo.— mencioné irritada
— No. No estaba ahí.— se mostró cínico y lo vi aún más confundida
¿Por que actuaba como un maldito demente?
— Claro que si. No intentes hacerme ver como la loca, Edward.— le señalo molesta y sólo me observa
— Creo que estás confundida.— indica risueño
— Se lo que vi. — insisto
— ¿Y que viste?
—Tú...Detuviste la camioneta. Lo empujaste con tu mano.— explico sobresaltada
— Nadie te creerá...— lo veo ofendida
— No iba a decírselo a nadie.— formulé sincera — Solo necesito saber la verdad.— su expresión muestra molestia
— ¿No puedes simplemente darme las gracias y olvidarlo? — suelta hostil y arrugo mis cejas
— Pues...
— No vas a olvidarlo, ¿no? — refiere con una sonrisa y meneo mi cabeza
— No.— dejo en claro y ladea una sonrisa
— Entonces, espero que disfrutes de la decepción.
El solo se fue dejándome totalmente confundida. Con mas dudas que respuestas. Era evidente que ocultaba algo. Me trataba como si fuera una clase de loca. Eso me daba malas señales.
Me fui a casa con mi familia. Me sentía aliviada de que le hayan salvado la vida a mi hermana. Perdería la cabeza si algo le sucediera.
Estaba tratando de dormir, cuando escalofríos me lo impedían. Era una clase de sensación que te congelaba el cuerpo. Como si alguien te vigilara y quisieras despertar.
Abrí mis ojos de golpe y giré la vista a la ventana. Una silueta se apareció en ella, no cualquiera. Era el mismísimo...
Edward Cullen.
El estaba parado en la esquina de mi habitación. Con miedo encendí la lámpara y mire de nuevo, ya no estaba.
Esa fue la primera noche que soñé con Edward Cullen. Y no me gustó en lo absoluto.
Jugué con mi cabello frustrada al sentir la mente hecha un lío. Sentía que comenzaba a enloquecer, y todo fue gracias a que conocí a los Cullens. Eran como una clase mal augurio.
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Al día siguiente, estábamos en la escuela esperando para irnos de excursión. Yo no me sacaba de la cabeza a los Cullen y sus posibles secretos. Eran como una obsesión que se comía a mi cerebro.
Debería escribir un libro. Sería rica, ya saben.
— Necesito sus autorizaciones... Chicos, vamos.— pide el profesor y a lo lejos veo a la pandilla
Crucé mirada con Edward y luego con Edmond. Odiaba las mentiras y los enigmas.
Se supone que Edmond dice ser mi amigo, así que tal vez por ahí pueda iniciar.
Me acerco con ellos y tengo contacto visual con el Cullen que no me agrada. Era tan intenso que apenas podía mantenerle la mirada sin ponerme tan nerviosa.
— Hola.— los saludo y los veo a los cuatro
Aparte de los mellizos, estaban Alice y Jasper.
— Becca, ya no quiero...— interrumpo a Edward
— De hecho, venía a hablar con Edmond.— lo señalo y el sonríe — Sobre el libro de Cumbres Borrascosas.— asiente
— Cierto, tengo un genial punto de vista.— se me acerca y nos alejamos — ¿Que piensas de...?— lo interrumpo
— En realidad, quiero que me expliques, ¿cómo fue posible que tu hermano detuviera una camioneta y llegara tan rápido? — arruga sus cejas — Y no me des la expresión de esta loca.— cruzo mis brazos
— Bien, ¿cuál otra te doy? — le doy un empujón y se fue — Bex, imaginas cosas. Tendemos a exagerar en situaciones bajo estrés.— arrugo mis cejas
— ¿De dónde sacaste eso? ¿De una revista médica? — reclamo y sonríe
— Sólo trató de darle lógica a todo.— insiste y suspiro
— Yo tengo algunas ideas.— frunce el ceño — Alíen o araña radiactiva.— se ríe — Puede pasar.
— No sabía que eras de las que leían cómics.— suspiro
— Porque no me conoces.— aclaro — Es mejor que vayamos al camión y que comience el viaje al que no quería ir.— me ve fijamente
— Tal vez Edward siempre ha sido el hombre araña pero decidió darse un respiro.— sonrío — Tienes una buena imaginación. Deberías escribir libros.
— Lo tendré en mente.— caminamos al autobús
— Becca.— nos aborda Mike — Estaba preguntándome si...— se pausa y ve a Edmond — Si, querrías ir al baile conmigo.— hago una mueca
— Los bailes no van conmigo. No me gustan.— aclaro — Y, aparte viajo a Jacksonville con Bella este fin de semana.
— ¿No puedes ir otro día? — insiste y niego
— Pasaje no reembolsable. Mis ahorros se fueron ahí.— asiente siendo obvio — Deberías preguntarle a Jessica. Se que quiere ir contigo.— el voltea a verla y está lo saluda
— Vamos, muchachos.— nos habla el profesor y Mike se acerca
— Un balazo dolía menos.— refiere Edmond con burla y volteo a verlo — Lo bateaste feo.— bufeo
— Ya, no digas nada.— sonríe
— Hora de irnos. ¿Que es verde? Bien.— ambos caminamos y nos asignan lugares — Al otro autobús, vamos.
Estaba con Bella mientras nos trasladaban a lo que parecía un invernadero. Yo estaba dibujando en un cuaderno tratando de distraerme y dejar de pensar en cosas que me carcomen la conciencia.
— Has estado muy misteriosa últimamente.— me habla Bella y volteo a verla — ¿Qué te tiene así? — dejo de rayar
— ¿No te pasa que aveces sobre pensar en posibles escenarios hace que tu vida gire a un entorno abrumador? — suspira asintiendo
— Aveces las preocupaciones nos invaden y no nos dejan avanzar.— aconseja y asiento — ¿Y que te tiene así? — a lo lejos veo a Edmond con Edward
— Nada en particular.— bajo la mirada — Sólo era un pensamiento.— vuelvo a dibujar
— Te conozco, Bex. Tú tienes algo pero no quieres decirme.— suspiro sin quitar la vista de la libreta — Puedes confiar en mi, lo sabes.— la veo
— Si, lo sé.— le doy una sonrisa sutil — Estoy bien, lo prometo.— asiente
No le contaba, por que no sabía como no sonar como una loca. Ni siquiera se por que pienso que esto es una locura, pero en el fondo de mi estómago algo me dice que no es normal.
Que los Cullen esconden algo, y no me puedo simplemente rendirme. Necesito saber que es.
A los pocos minutos habíamos llegado. Todos nos movíamos por el invernadero. Bella estaba fascinada con las plantas y yo sólo me entretenía con la música en mis audífonos.
— Cáscaras de huevo, zanahorias. El abono es muy útil. Mete eso ahí adentro, Eric.— le pide y comienza a aplastar residuos de comida — Vamos a servir una taza humectante de té de abono.— hago gesto de disgusto al ver la sustancia café que está en el tarro
— Deme eso.— Tyler se lo quita y yo sonrío negando
Algo me decía que tenía una broma en mente. Se la vive jugando ese niño.
— Es la forma más básica de reciclaje. ¡No lo bebas! Es para la plantas.— suelto una risa y veo a Edward frente a mi, le paso por un lado ignorándolo
— ¿Que hay en Jacksonville? — frunzo el ceño y volteo a verlo
— ¿Como te enteraste de eso? — me saco los audífonos confundida
— No respondiste mi pregunta.— bufeo y se une a mi camino
— Y tu no respondes ninguna de las mías...No vayamos con eso. Ni siquiera me saludas, y eso no me importa, sólo creo que es grosero.— informo irritada
— Hola.— menciona burlón y ruedo los ojos
— ¿Vas a decirme como detuviste la camioneta? — cuestiono sin verlo
— Si. Tuve un ataque de adrenalina. Es muy común. Puedes chequearlo en Google.— explica y hago gesto de incredulidad
— Suena ridículo, ¿lo sabes? — volteo a verlo y sus ojos se impactan con los míos
— Todo suena así para ti.— refiere y ruedo los ojos
— Si, por que sólo mientes.— alardeo y me sonríe asintiendo
— Ni respondiste mi pregunta.— suspiro
— Habitantes de Florida. Eso hay en Jacksonville.— añado y mi pie fálsenla con el agua del suelo
Cuando estoy por resbalar, Edward me toma con fuerza del brazo para no dejarme caer.
— Al menos ten cuidado al caminar.— me regaña y lo veo sorprendida alejándome — Disculpa que desea descortés. Creo que es lo mejor.— frunzo el ceño
— ¿Qué? — lo veo con un signo de interrogación
— ¡Becca! ¿Adivina quien me invitó al baile? — llega hacía mi Jessica emocionada
Edward se aleja
— ¿Quien? — cuestiono siguiendo a Edward con la mirada
— Estaba segura de que Mike te iba a invitar. ¿Te molesta? — niego mientras caminamos juntas
— No. Para nada.— menciono sincera — Hacen una gran pareja.
— Lo sé. Siempre me ha gustado, y esto es algo que he querido desde que inició el año.— expone y finjo una sonrisa
— Genial.— contesto cortante
— ¿Y tu ya tienes con quien ir? — meneo mi cabeza
— No me gustan los bailes escolares. Son aburridos.— explico y asiente
— ¿Y ese tal Edward? — frunzo el ceño — Digo, eres a la única chica que le habla desde que estudia aquí. Tienes un privilegio.— suspiro
— No creo que lo sea. Es sólo un chico con secretos.— divago y salimos del invernadero
— ¿Com secretos? — se muestra confundida — ¿De que hablas? — meneo mi cabeza
— No, nada. Iré a buscar a mi hermana.— asiente — Me alegra que tengas tu cita.— sonríe
— Gracias, Bex.— asiento con una sonrisa, voy caminando en su búsqueda
— Mira, Becca. Es un gusano.— Eric me acerca al rostro un palo con un insecto en el
— Quítalo de mi rostro antes de que te encaje ese palo por el trasero.— advierto y se ríe alejándolo
— Eres graciosa.— sonrío alejándome y escucho fuertes pisadas a mi espalda, volteo a ver
— No deberíamos ser amigos, Becca.— informa Edward y sonrío apartando la mirada
— No es que me muera por ser tu amiga o algo.— refiero con burla — Deberías haberte dado cuenta de eso antes.— suspira
— Si, yo debería alejarme.— sugiere y asiento — Pero no puedo.— frunzo el ceño y volteo a verlo
— ¿Por que? — lo veo confundida — Parece que conocerme fue como lo peor que pudo pasarte en la vida, y es poco.
— ¿Crees que me arrepiento de haberte conocido? — me ve incrédulo y asiento
— Es obvio. Lo que no entiendo es por que.— muestro mi frustración y nos vemos fijamente
— No sabes nada.— informa y bajo la mirada abrumada
Este hombre cada vez me sacaba mas de mis casillas, podía jurarlo.
— Hola.— se acerca Alice — ¿Vienes con nosotros? — tenía una voz dulce, y una linda sonrisa
Se miraba amable, a comparación de Rosalie. No conocía a la rubia, pero podía sentir vibras.
— Nuestro autobús está lleno.— intervine Edward hostil y resoplo
— Iré en el mío. Gracias por preguntar.— retrocedo
Regresamos a la escuela y era hora la hora del descanso. Nos habían dado unos minutos para comer y luego entrar a las clases.
— Hola.— me saluda Eric al acercarme a la mesa — La push, nena. ¿Vienes? — frunzo el ceño
— ¿Qué? — lo veo confundida y Bella sonríe
— Hice la misma expresión.— menciona
— La playa push, en Quileute. Todos vamos mañana.— me explica Mike — Tú hermana irá.— volteo a verla
— Se viene una oleada.— añade Jessica
— Soy especialista en esto.— se levanta Eric alardeando y Mike simula surfear
— Te paraste una vez en una tabla de espuma.— refiere Jessica burlona
— También puedes ver a las ballenas. Ven con nosotras.— me pide Ángela y suspiro
— La push, nena. La push.— me rio y asiento
— Iré si dejas de repetir eso.— le digo a Eric y se ríen — Necesito comida. Voy a la barra.
— En serio, viejo. No es normal.— menciona Mike y me encamino
Paso por la zona de comida y comienzo a servirme lo primero que veo, no soy selectiva a la hora de comer. Bueno, sólo no me gustan las manzanas.
— ¿Arte comestible? — escucho an Edward y se me cae una fruta al suelo, el la detiene con agilidad
Casi como si tuviera unos súper reflejos.
— Becca.— me saluda y suspiro
— Gracias.— hablo cortante — Tus cambios de estado de ánimo me tienen mareada.— agarro mi jugo
— Sólo dije que sería mejor no ser amigos, no que no quiera serlo.— arrugo mis cejas
— ¿Que significa eso? — lo veo confundida y me da una manzana
— Que, si fueras inteligente, te alejarías de mi.— se inclina para decírmelo al oído
— Supongamos por un momento que no soy inteligente.— retrocede — ¿Me dirías la verdad?
— Probablemente no.— suspiro y aparto la mirada en seco — Prefiero oír tus teorías.— bebo
— He considerado...arañas radioactivas y kryptonita.— expongo y sonríe
— Cosas de superhéroes, ¿no? — menciona — ¿Y si no soy el héroe? ¿Si soy el malo? — suspiro y tenemos contacto visual
— Sospecho de ti, pero no lo eres.— expongo y alza sus cejas — Aparentas ser de una manera para que nadie se acerque a ti por alguna razón. Es una máscara.— le paso por un lado
— ¿Quieres salir a beber un café conmigo? — me freno — Como personas civilizadas.— volteo a verlo
— Lo tendré en mente.— sonríe y regreso a mi mesa
No esperaba una propuesta por parte de Edward Cullen. El es un tipo raro. Tiene más cambios drásticos de humor que mi propia madre.
— Sigo esperando que Eric me invite al baile...— habla Ángela y tomó asiento — Pero no lo hace.— suspiro
— Tú deberías invitarlo.— sugiero y alza sus cejas sonriente — Toma el control. Eres una mujer fuerte e independiente.
— ¿Lo soy? — pregunta incrédula y asiento
— Si.— menciono sincera — Probablemente no vaya a esa cosa de la playa.— se ven entre ellas
— ¿Que? ¿Por que? — pregunta Bella confundida
— Edward me invitó a...— me interrumpen
— ¿Qué? — se acercan Eric y Mike como los buenos chismosos que son
— ¿Edward Cullen te invitó a salir? — pregunta Jessica en un tono tan incrédulo que me hacía enojar
— Si, no lo hagas ver como que es la gran revelación del año.— me llevo una papa a la boca
— Me parece bien que te quieras juntar con el. Nadie lo hace.— apoya Ángela y sonrío ligeramente
— Por que es raro.— argumenta Mike y suspiro
En realidad, no tenía pensando ir con Edward por que no me agrada tanto. No quería ir a esa playa por que no estaba de ánimos.
Bella quería divertirse y ella accedió, pero no me nacía acompañarlos.
— Becca.— me habla Edmond y me detengo frente a mi camioneta — ¿Como estas?
— Bien, ¿y tú? — lo veo confundida
— Mañana habrá un evento de música en un lugar bueno que conozco, no sé si quieras ir.— hago una mueca — Sólo si quieres.— suspiro
— Lo pensaré.— abro la puerta
— Me darías tu número.— me detengo — Por si estás de acuerdo y pueda pasar a tu casa.— asiento
— Cierto.— comienzo a dictarlo — Ahí tienes.— sonríe y me subo
— Gracias. Espero verte mañana.— apoya su mano en la puerta — También te puedes divertir.— nos vemos fijamente
— Lo tendré en mente.— sonríe y cierra la puerta
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Narrador omnisciente
La castaña pone en marcha y el Cullen se quedó viéndola con una sonrisa encandilado.
No entendía que era lo que comenzaba a sentir, que significaban las mariposas en el estómago y la necesidad de tenerla cerca. Nunca había sentido esto, sentirse como un joven de diecisiete años que parece estar enamorándose de una chica.
— Estas muy detrás de ella, ¿no? — cuestiona Edward y su mellizo voltea a verlo
— ¿Celoso? Por que creí que no te importaba.— refiere cortante
— No te debes involucrar con humanos y se lo que piensas.— Edmond se le acerca molesto
— ¿Que dijimos de leer mi mente? — le discute y Edward lo ve fijamente
— Aléjate de Becca, Ed.— ordena y su mellizo ladea una sonrisa
— Estas celoso.— insiste — No soy un niño, Edward. No haré lo que tú me pidas. Si yo quiero estar cerca de ella, lo estaré.— se ven desafiantes
— ¿Se pueden calmar? — se acerca Alice — No quiero un drama en medio del estacionamiento. Ustedes no suelen pelear.— se ven entre ellos
— Es Edward, siempre quiere controlarme.— refiere el vampiro
— Sólo te digo que cometes un error. Vas a meter a Becca en muchos problemas.— advierte
— ¿Todo esto es por la chica? — les pregunta sorprendida — ¿Que tiene tanto de especial para que ambos actúen como desconocidos? — suspiran
— Ya quiero ir a casa. No tengo nada que hacer aquí.— informa Edmond yendo a la camioneta
— ¿Edward? — insiste Alice y el sólo le da una mirada vacía
— No vale la pena, Alice. No lo entenderías.— le saca la vuelta
— ¿Dos vampiros que van por la misma chica? — el se frena — Eso no va a terminar bien.— voltea a verla
— Es por eso que intento alejarme. Pero no puedo.
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Rebecca
Fui a la biblioteca del pueblo a entregar algunos libros. Ya no estaba lo suficientemente serena para concentrarme en leer.
También pensaba en la invitación de Edmond y que no era descabellada de tomar. Me gusta la música y siempre he querido ir a un concierto.
— Becca.— me sorprendo al ver a Jacob en la salida de la biblioteca
— Hey, hola.— lo saludo apenas salgo — ¿Que te trae por aquí?
— Mi papá me envió por unas cosas.— asiento — ¿Y como te ha ido en la escuela? — suspiro
— Me adapto al nuevo ecosistema.— solté seca y hace una mueca
— ¿Tan mal? — doy un suspiro largo
— Digamos que los Cullen mantienen mi mente algo frustrada. Trato de ignorarlos, son como una clase de enfermedad.— resopla
— Los Cullen, eh...— frunzo el ceño ante su expresión
— ¿Los conoces? — pregunto curiosa
— No tanto. Solo se que son descendientes del clan enemigo.— lo veo confundida
— ¿Clan enemigo? — me río
— Mi bisabuelo, el jefe, los encontró cazando en nuestras tierras.— alzo mis cejas — Pero afirmaron ser algo que no eran, así que hicimos un acuerdo. Mientras no pisaran territorio Quileute, no divulgaríamos lo que en realidad eran a los caras pálidas.— expone y arrugo mis cejas
¿Quien realmente eran? ¿Que se supone que significa eso?
— Pero recién vinieron.— se queda en un silencio de suspenso
— O recién volvieron.— bajo mi mirada pensativa
— Correcto...— divago — ¿Que son en realidad?
— Es solo una historia, Becca.— lo veo inconforme
Tenía mis sospechas de que no sólo era una historia. Era un presentimiento que se metía entre mis costillas y llegara a mi pecho.
Los Cullen son personas con muchos secretos. Ya no se asesinos en serie o algo más loco como seres sobrenaturales. Pero lo que si se, es que no son normales, y eso ya me dice por dónde iniciar.
Al llegar a casa, fui directo a mi computadora a teclear lo que sea con leyendas Quileute en internet. Jacob me había dado una buena pista sobre por dónde iniciar, aunque fuera una locura.
En el navegador solo había links que eran un chiste, había encontrado uno que me mostraba una librería a la podría ir, y como iba a Jacksonville, podría pasar a comprarlo e informarme mas sobre lo que Jacob me dijo y como a los Cullen los involucra.
Tengo una meta, y es conseguir respuestas, así deba meterme a la boca del lobo.
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