2. I'TS ME OR HIM?
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Teníamos clase de biología, así que Mike me acompañó por que aún no conocía la escuela y ni idea de dónde estaba el laboratorio.
Lo malo de esto, es que Bella no está conmigo en la clase y tendré que sentarme con alguien al que no conozco y probablemente me de algo de vergüenza hablarle. No soy tan sociable.
— Sr. Molina.— saluda Mike apenas entramos
— Mike.— el me acerca al profesor y alzo una mano tímida — La señorita Swan.— asiento y doy un paso al frente
Suelto un quejido al sentir como el ventilador me pegaba al rostro y me ponía todo el cabello en la cara.
Alzo la vista y cruzo mirada con el nuevo. El que parece actuar de forma extraña, cubriéndose la nariz. Como si algo le diera asco, eso era la forma en que el se mostraba.
Bajé la vista a mi ropa y olí mi cabello. No podía ser yo, digo, me duché al venir y uso acondicionador de coco. Al menos que me haya puesto una de las mezclas raras de mamá, cosa que no fue.
Lo ignoré y me acerque al profesor.
— Hola, ¿me das esto? Gracias— pide mi hoja de clases y se la entrego — Bienvenida a clase. Aquí tienes tus papeles.— asiento — Y te reservé un asiento. Por aquí.— me señala y meneo mi cabeza
Esto no debía estar pasándome. El único maldito asiento libre. Daba la mala suerte que era junto al Cullen al que parezco darle asco, eso era castigo.
— Hoy vamos a observar el comportamiento de los planarian.— me siento dejando mis cosas — También conocidos como "gusanos."— nos dejan el instrumental y veo de reojo al Cullen
— ¿Te vas a vomitar o algo? — me quejo y volteo a verlo —Digo, te ves pálido y tu rostro demuestra que algo quiere salir por ti garganta.— pongo la vista al frente — Uso perfume caro por cierto. No es que te importe, pero parece que...— siento algo frío en mi mano y volteo a ver
— Lo que vamos a hacer...— el me acercó el instrumental y fruncí el ceño
Era tan misterioso, extraño. Actuaba como si escondiera algo, me daba escalofríos estar a su lado. Era como un presentimiento.
Comenzó la clase y traté de prestar atención, pero sentía que no dejaba de mirarme, como si me estudiara. Me incomodaba muchísimo, y eso es decir bastante.
No podía concentrarme en los tipos de plantas o lo que sea que decía el profesor. Sólo podía sentir que el me observaba, y comenzaba a creer que podía ser un loco acosador.
— Deberías broncearte.— solté para romper la tensión y voltee a verlo — Pareces un fantasma. Toma el consejo de una extraña.— agarra sus cosas y se levanta de su asiento yéndose — O no, a mi que me importa...— sonó la campana y me levanté
Era momento de salir por fin de la cárcel. Tenía que pasar por mi horario por que lo había perdido, ya después Bella podía conducir a casa y olvidar el horrible y estresante día.
Abrí la puerta de la dirección y lo vi a él con la orientadora. Edward me salía hasta en la sopa. Lugar que iba, lugar en el que aparecía.
— Tiene que haber algo disponible.— frunzo el ceño ante la petición — ¿Física? ¿Bioquímica?
— Todas las clases están llenas.— abrazo mi libro de biología con fuerza — Un minuto querida.— me dice y el me ve de reojo — Lo siento, pero tendrás que continuar en biología.— alzo mis cejas
¿Que? ¿Ahora parece que es el quien no soporta mi presencia? Que se vaya al diablo, maldito fantasma acosador.
— Bien. Tendré que soportarlo.— murmura a secas y abro mi boca ofendida
El sale de la habitación con enojo y me quedo inmóvil ante su acto. Fue grosero.
Decido salir para reclamarle y ya no estaba. Lo maldecía en tres idiomas diferentes.
Podrá ser muy apuesto, pero es un tremendo idiota.
Me doy la vuelta para irme y sin querer choco con alguien, tiré mis cosas.
— Oh, Dios, lo lamento.— me disculpo y ayudan a levantarlas
— No te preocupes, también venía distraído.— escucho una voz masculina y alzo la vista — Eres nueva, ¿cierto? — mis ojos chocan con los suyos
Era el mellizo de Edward. Solo que el tenía acento británico, algo más bronceado y con un peinado más suelto. Eran muy diferentes.
— Si, ¿es tan obvio? — nos levantamos y me dedica una sonrisa
— Recordaría haberte visto.— alzo mis cejas y pego mis libros a mi pecho
Era directo, le daba puntos por eso.
— ¿Coqueteas? — inquirí y negó sonriendo — No funciona conmigo. No muero por el encanto Cullen.
— ¿Encanto Cullen? — se ríe y asiento
— Si, parece que ustedes son la sensación de las chicas. Como una boyband, ya sabes.— explico y me ve fijamente
— Amm, bueno, no sabía que teníamos admiradoras.— expone y bufeo
— Claro que si. Les gusta.— suspira y baja la mirada a mis brazos, hice lo mismo
— ¿Cumbres Borrascosas de Emily Brontë? — cuestiona y veo el libro — ¿Lo acabas de iniciar?
— Si, lo conseguí antes de venir. Planeo leerlo toda la noche.— aclaro y asiente
— No sabía que había chicas a las que le gustaba leer a un amor obsesivo, con venganza y naturaleza salvaje en relaciones humanas.— opina y alzo mis cejas
— ¿Y que? ¿Debería leer sólo mujercitas? — menciono irritada y niega
— No dije que no pudieras leerlo, digo que no es muy común que les atraiga, es todo.— explica y lo observo — Probablemente odies a Catherine, o la entiendas. Avísame cuando termines.— se va alejando
— ¿Por que te avisaría? — se frena — No somos amigos, no sabes ni mi nombre.— sonríe y se va
— Adiós, Becca.— alzo mis cejas
El me caía mejor que Edward. Actuaba más humano y menos robot. No me desagradó del todo.
Sonó mi celular y me moví por el pasillo.
— ¿Hola?
— ¿Donde rayos estás? Muero de hambre y papá ya nos está esperando en la cafetería.
— Lo siento, me entretuvieron.— abro las puertas y salgo — No tardo, hambreada.— cuelgo
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Después de unos cuantos minutos, llegamos a la cafetería. Yo sólo había ordenado unas papas fritas y Bella una hamburguesa vegana.
No entiendo el punto de comer hamburguesa sin carne, o pollo, pero bueno, ella es la que come pan con verduras.
Me limité a contar mi día. No fue como esperaba, fue peor. Todos me traían como juguete nuevo, me abordaban y me tenían saturada. Fue algo asfixiante.
— No puedo creer cuánto han crecido.— indica la mesera dejando mi plato — Y son hermosas.— termina de entregar la comida
— Gracias.— habló Bella y yo agarre el Ketchup
— Hola, chicas.— volteamos a ver, un hombre mayor nos habló — ¿Se acuerdan de mi? — negué apenada y vi a Charlie — Una vez hice a papá Noel.
— Waylon, la última vez que pasadon navidad aquí tenían cuatro años.— aclara Charlie y sonreí ligeramente
— Pero apuesto a que se acuerdan de mi, ¿no? — insiste y relamo mis labios viendo a Bella
Todos aquí eran algo intensos. Supongo que aquí todos se conocen y es lo normal.
— ¿Quien podría? — añade Charlie poniéndole sal a sus papas
— ¿Con el trasero al aire? — se burla la camarera y nos reímos
— A los pequeños les encanta.— se defiende el hombre
— Deja que las chicas coman su comida, Waylon.— lo aleja la camarera — En cuanto termines, te traeré tu favorito. Pastel de fresas.— me ve en específico y sonrío — Tu papá sigue comiéndolo todos los jueves.— volteo a verlo sorprendida
— Gracias. Me gustaría.— menciona cálida y sonrió yéndose — Pensé que no te gustaban las fresas.— le digo a Charlie y volteo a verlo
— No tanto, pero me gustan.— aclara y agarro una papa
— ¿Y lo comes todos los jueves? — pregunto incrédula y asiente — Wow, deben gustarte.
Después de comer regresamos a casa. Yo tenía que ponerme al corriente en algunas materias y era a lo que tenía. Odiaba tener que trabajar tanto por que mamá quiso vacaciones, la amo y todo, pero no me gusta tener que pausar mi vida por ello.
Ahora mismo estaba sobre la cama con las manos cubierta de tinta, con libretas por todos lados y un desorden de ropa en el suelo.
Debía concentrarme más en ordenar mi caos que en quejarme en realidad. Debo aceptar el hecho de que estaré aquí una larga temporada y que la vida sigue, nada de deprimirse, sólo seguir adelante.
Estaba al teléfono con mamá.
— Así que, si todo sale bien en las pruebas, puede que nos mudemos a Florida.— ruedo los ojos
De nuevo tenía que vivir en una ciudad donde la gente muere de calor y el sudor es parte del outfit.
— Inserte $1.25.— suelto una risa al escuchar a la contestadora
— ¿Y tu celular? — pregunto confundida
— No te rías. No perdí el cargador. Huyó.— sonrío escribiendo — A los gritos. Soy un repelente para todo lo tecnológico.
— Te extraño.— solté sincera
— Yo también, amorcito. Extraño an mis niñas.— sonrío — Cuéntame de la escuela. ¿Como son los demás? ¿Algún buen parecido? — hago una mueca — ¿Te tratan bien?
Si hostigar es tratar bien...pues...
— Bueno...Son todos muy cordiales.— suspira
— Cuéntamelo todo.— expresa afligida y sonrío
— No importa.— cierro mi cuaderno y me dejo caer en la almohada
— Claro que si, querida...— suspiro
— Tengo que hacer mis deberes. Te llamo luego.
— Bien, te amo.
— Yo también.— cuelgo y dejo mi celular
No me sacaba de la cabeza a Edward. Era como algo que se había incrustado en mi cabeza y me mantuviera obsesiva.
No sabía cuál era su maldito problema. Pero si quería averiguarlo. Ni siquiera me conoce y ya huye de mi como un patán.
— Hey.— la puerta se abre y veo a Bella — ¿No deberías terminar eso? — me acomodo
— Si, pero, hago procrastinación.— sonríe y se sienta en la cama
— ¿Hablaste con mamá? — asiento — Probablemente nos mudemos a Florida.— suspiro
— Odio tener que mudarme a una de las ciudades más calurosas de los Estados Unidos. Yo sólo quiero estabilidad.— me bajo de la cama
— Se que no te gustan los cambios, pero debemos apoyar a mamá.— resoplo y recojo la ropa del suelo
— Y eso hago. Pero no quiero cambiarme de ciudad sólo por que Phil tiene trabajo nuevo. Me siento un nómada.— la pongo en el cesto — Ya ni siquiera se que quiero.— me siento en la silla
— Tal vez pronto lo descubras. Tarde o temprano terminas adaptándote.— suspiro asintiendo — Cambiando de tema, ¿que piensas de los Cullen? Parecen raros.— relamo mis labios
— Y lo son. El chico, este, Edward, fue un total patán. Sin yo hacerle nada, fue a quejarse con la orientadora para cambiarse de clase. Parece que mi existencia le molesta bastante al hombre.— solté irritada
— ¿Esto será un enemies to lovers? — fruncí el ceño
—¿Disculpa? ¿Ya te creaste una historia de romance con el tipejo que me trató como si yo fuera un bicho raro? — asiente sonriendo — Estás loca, Isabella. En serio, medícate.— se ríe y me giro al escritorio
— ¿Que? Es cierto. Parece que eres la única chica a la que le "habla." Jessica se le pasó hablando de él toda la clase.— bufeo
— No emitió palabra. Sólo estaba ahí como un tipo escalofriante. Tal vez le pida a Charlie una orden de restricción o algo así.— se ríe y se levanta
— Cierto, se me olvidaba que hablaba con Rebecca Swan. La chica que huye de los hombres, de la responsabilidad afectiva y del compromiso.— la señalo asintiendo
— No pudiste decirlo mejor.— alardeo y sonríe yendo a la puerta
— Descansa, mañana tienes otro día para sobrevivir con Edward Cullen.— resoplo y la veo salir
No, no creo que sobreviva convivir con Edward, el raro, Cullen. Hay algo en el que me intriga, algo que grita "aléjate." Algo oscuro, y se que soy melodramática, pero no es un presentimiento que se mete por mi piel. Y me asusta.
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Narrador omnisciente
— Edward, ¿te puedes calmar? — se queja Edmond al ver a su mellizo tan alterado
— ¿La viste? ¿Viste a la nueva? Es idéntica a Vanya y no se como eso es posible, Ed.— expresó alterado
— Vanya está muerta. Aro la mató, ambos lo sabemos. No es posible que sea ella.— explica y el asiente
— Obviamente, pude oler su sangre a kilómetros. Pero lo que yo no entiendo, es como existe alguien idéntica a ella.— expone y se apoya en el barandal de la terraza
— Sabes que la van a buscar tan pronto alguien lo note. Vanya tenía un poder que Aro quería.— se le acerca — Sabemos que el solo recluta a vampiros con súper habilidades, y el estaba obsesionado con el poder que ella poseía.— el se lleva las manos a la cabeza estresado
— Tal vez ella no los tenga.— voltea a verlo — Ni siquiera sabemos que es.
— No la conoces, ¿por que te importaría? — cuestiona y el aparta la mirada — Te gusta.
— Vanya podía controlar mentes. Y era impenetrable. Tenía una clase de escudo. Debe venir de familia por que...— lo interrumpe
— Vanya era una Swan. Puede que ella sea sólo una descendiente de ella.— opina — Y la melliza, Bella, ¿crees que herede algo de ella?
— Lo único que se, Edmond, es que mientras que ella esté con Rebecca, siempre va a estar en peligro. Y esa chica no sabe el infierno que le viene si Aro se entera que hay una chica humana idéntica a su chica trofeo.— expone — Si mató a Vanya por huir del clan, ¿que crees que hará con Rebecca?
— Sólo queda, que ella tenga suerte y no tenga la misma habilidad, o ya tiene una condena.
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Rebecca
Hoy al ir a la escuela, tenía planeado confrontarlo y preguntarle cuál era su problema. Me gusta ser directa y yo quiero entender por que le molesta mi existencia.
Tal vez sólo llegue y le diga, "¿tanto te moleste que respire?" "Si no te gusta, pues que mal por ti, la vida no está para complacerte." "Sigo diciendo que vayas a broncearte."
Cosas así. Tendría el valor y lo enfrentaría como la chica independiente, súper empoderada y con toda la fuerza femenina de mi lado.
— ¿Que es esa mirada? — me pregunta Bella y bajé del auto
— ¿Que mirada? — azoto la puerta y rodeamos el auto para verla
— La seria, la que haces cuando quieres algo.— alzo mis cejas
— ¿Tengo una mirada? — expreso incrédula y sonríe asintiendo
— Si, tus expresiones faciales son obvias.— sonrío y nos apoyamos en la camioneta
— Si, mamá dice que lo saque de Charlie.— me cruzo de brazos viendo al estacionamiento
Esperaba que el Cullen apareciera con su banda de pálidos. En serio, parece que no les daba el sol. Algo de rayos ultravioleta no los matará.
— Becca.— me hablan y rompo mi burbuja — ¿Donde estás? Parece que no aquí.— suspiro
— Lo siento. Esperaba a...— me pauso y veo la Jeep de los Cullen pasar
Pero, para mi mala suerte, el no estaba. Parece que venían todos menos el. Y no se por que me importaba, tal vez, era por que me caía tan mal.
— Vamos, tenemos clases.— suspiro y la acompaño
El no había aparecido. Y al día siguiente, tampoco. Y era patético que esperara a que el viniera. Tal vez era por mi orgullo y las ganas que tengo de gritarle a su atractivo rostro, ¿que cuál era su problema?
Más días pasaron. Esto se estaba tornando un poco extraño. Es como si el solo hubiera....desaparecido. Como si la tierra se lo hubiera tragado.
Yo me adaptada al ambiente estudiantil, al pueblo y al drama de ser la nueva, aún no pasaba por completo esa etiqueta.
Me estaba haciendo de buenos amigos y ya no era tanta tortura como antes. Me comenzaba a gustar por que ya no sobrepensaba tanto. Solo vivía el momento, como ya lo tenía visualizado.
Ahora me encontraba en la biblioteca del pueblo consiguiendo algunos libros que no tenía en Phoenix. Mi ansiedad se convertía en leer hasta quedarme dormida, me gustaba mantener mi mente ocupada.
Me doy la vuelta y choco con alguien.
— Dios.— estaba vez retenía los libros — Tú.— sonríe coqueto
— Debemos de dejar de encontrarnos así.— alardea y suspiro
— Tal vez deberías fijarte. Tú eres el que viene de frente.— aclaro y sonríe
— ¿Siempre eres así de terca? — alzo mis cejas — Esa expresión no es buena señal.
— Debo irme, tengo aún tarea que me espera.— lo rodeo
— Espera.— me freno — ¿No quieres ir por un café? Conozco una cafetería que te gustaría.— volteo a verlo
— ¿Por que quieres invitarme a salir? — arruga sus cejas — Eres el único de los Cullen que me dirige la palabra. No se que signifique.— se me acerca
— Yo vivo con ellos, pero no me considero un Cullen. Tengo mi propia historia.— aclara y sus ojos se impactan con los míos — Vamos, Becca, ¿que vas a perder?
— Tiempo.— se ríe y lo observo — Bien. Sólo por que ya va a oscurecer y eso significa muchísimo frío. Me vendría bien el café.— sonríe
— Vamos.
Después de pedir prestados los libros, fuimos a una cafetería cerca. Ambos ordenamos café y me sentía extraña al estar con un chico que ni siquiera conozco, y no estoy segura de que me agrade.
— Y, ¿que avanzaste del libro? — rompe el silencio
— Amm, unos capítulos, no he tenido tanto tiempo con la escuela y adaptarme.— bebo algo de café y me llega un mensaje
— ¿Y que piensas? — agarro el celular y doy un vistazo
¿Dónde estás? Papá compro pizza y te esperamos para cenar.— Bells
— Que el amor es complicado.— respondo mientras texteo
Llego en veinte minutos, sigo en la biblioteca.— Becca
— ¿Por que? — bajo el celular y lo veo
— Por que nunca te dice a quien amar. Por alguna extraña razón, llámalo destino, te enamoras de la persona menos indicada. Tal vez no lo quieras, tal vez te lo cuestiones, pero al final, es quien atrapó tu interés y te enredó en su corazón.— expongo y sus ojos parecen tener un brillo
— Me gusta tu filosofía, Becca.— se apoya en la silla y tenemos contacto visual
— Leo mucho.— bebe y hago lo mismo — Dicen que es de sabios, lo escuche en algún lado.
— Cuéntame de ti.— alzo mis cejas — Es importante conocer personas hoy en día. No sabes con que clase de loco que te puedas topar.— asiento
— Estoy de acuerdo. Mi nombre es Rebecca pero, me gusta menos la formalidad y más el apodo. Soy virgo; mi color favorito es el marrón; soy adicta al café y mi hobbit favorito es ver películas viejas. Tenían mejor visión que las de ahora.— explico y asiente viéndome fijamente — ¿Y tú? — suspira
— Edmond, soy hermano mellizo, tú también, ¿cierto? — asentí — Mi color favorito es el rojo; no tengo adicciones.— sonrío — Amm, mi hobbit favorito es viajar por el mundo y conocer de la historia. Y me gusta mucho la música clásica.
— Somos un par de ancianos, ¿te das cuenta? — se ríe y bebo mas café
— No te imaginas.— apoya su rostro en sus manos sobre la mesa — ¿Algo profundo? Algo que le dirías a un extraño y querrías que lo olvidara.— relamo mis labios
— No somos extraños si ya nos conocemos.— expuse y solo me vio — Sería muy distinto.
— No te abres ante nadie, ¿cierto? — negué y noté que la taza estaba vacía — ¿Por que?
— ¿Por que te importa? — me cruzo de brazos mostrando postura seria
— Por que quiero entenderte.— soltó y fruncí el ceño
— Sigues sin responder.— insistí confundida y sólo se llevó la taza a la boca
— Tu juzgas a todo el mundo, puedo notarlo. Pero no te gusta que todo se trate de ti. Eres apartada y solitaria...— lo interrumpo
— ¿Y que? ¿Ya hay una historia triste de trasfondo? ¿Mis padres no me daban atención? ¿Problemas con papá? Por favor, no todo se trata de traumas.— bombardeo — Hay personas que sólo les gusta ser reservadas y solitarias.— me levanto — Y como soy alguien solitario, iré a casa.— saco mi cartera
— No tienes que irte o pagar.— negué y dejé cinco dólares
— Ya no tenía café y hay cena familiar.— me cuelgo mi mochila — Supongo que te veo en clase. Aunque tu hermano Edward parece haber desaparecido.— suspira
— Hasta mañana, Becca.— sólo le dedico una mirada en seco y voy a la salida
El podría ser mi....¿amigo? Bueno, fue poco lo que hablamos, el parece más cálido que su hermano. Era más humano, en palabras simples.
El era sereno, tranquilo. Te trasmitía una clase de paz. Era como hablar con alguien que en verdad re escuchaba y le gustaba hacerlo.
Lo malo, es que no me se involucrar, y el grita por completo que a él si le importa.
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Al día siguiente, estaba por ir a la escuela. Hoy tenía biología, y por suerte, Edward ya no venía. De esa forma, no tendría que lidiar con el.
Al ir a la camioneta, mi pie falseó dejándome caer, todo el golpe fue en la parte trasera. Haciendo que maldijera en muchos idiomas, me había mojado y golpeado.
Genial.
— Maldición.— me quejé y Charlie ayudó a levantarme — Debí ponerme las botas de agua.
— ¿Estas bien? — asiento mientras me levanta
— Si. El hielo no ayuda a los torpes.— escucho la puerta y Charlie me suelta del brazo
— Por eso hice que le cambiaran las llantas a la camioneta.— explica y asiento — Las otras estaban lisas.— me enseña
— ¿Otra vez lloviendo? — se queja Bella y me sacudo — Odio la lluvia. Y lo nublado. Y el clima templado.— sonrío y voy a la puerta
— No te mudaste al mejor lugar.— me apoyo
— Probablemente regrese tarde. Estoy yendo al constado de Mason.— expone Charlie y alzo mis cejas — Un animal mató a un guardia de seguridad del aserradero Grisham.— veo a Bella mientras el camina a su patrulla
— ¿Un animal? — pregunté incrédula y abre la puerta
— Ya no estás en Phoenix, Bex.— asiento — Voy a darles una mano.
— Ten cuidado.— le pide Bella y juego con mis dedos ansiosa
— Siempre.— menciona con empatía y bajo la cabeza dudosa
Hay algo que quería decir, pero aveces me cierro y lo odio. Tengo que empezar a expresarme.
— Gracias por las llantas.— agradecí tímida
— Si.— se sube y doy un suspiro viendo al cielo
El Clima iba a empeorar y era muy evidente. A mi me encantaba y Bella lo odiaba.
Al llegar a la escuela, mi hermana y yo nos separamos. Tenemos clases diferentes, y no podemos estar pegadas todo tiempo gracias a ello.
Me quitaba el abrigo mientras hablaba con Eric. Me lo topé en el pasillo, el me agrada. Es algo ingenuo, pero es buena persona. Me hace reír.
— El baile es cosa de mujeres, pero tengo que reportarlo.— asentí — Necesitan que ayude con la música, así que dime tus temas favoritos.— sonrío colgando mi abrigo en el perchero
— Se convertirá en un funeral.— me burlo
— Estoy curioso, ¿ya te invitaron a...?— lo interrumpen y siento agua caer por mi cabeza
— ¿Que pasó, Arizona? — Mike me tiraba agua de gorra fastidiándome — ¿Como te trata la lluvia? Mejor que te acostumbres. Lo mismo le dije a Bella.
— Eres muy gracioso, Mike.— añade Eric y me alejo de la testosterona
Al ir a mi asiento, me encuentro con mi mala suerte. El estaba ahí, sentando. Lo había esperado por días para decirlo lo idiota que era, y ahora ya no tengo un buen discurso preparado.
Le resté importancia y sólo me fui a sentar sin pensar que el es la gran cosa, por que no, no lo es. Solo es irritante y patán.
Mantuve mi postura sería rezando por que el profesor llegara y no tuviera que lidiar con el silencio incómodo. Nos vimos sólo por segundos y yo jugaba con mis dedos.
— Hola.— me sobresalté al escuchar su voz — Lamento no haber tenido la oportunidad de presentarme antes. Soy Edward Cullen.— nos vemos fijamente — ¿Tu eres Becca?
— Hasta donde se.— sonríe y aparto la mirada en seco
— Células de raíz de cebolla, eso es lo que ven en sus portaobjetos.— habla el profesor — Sepárenlas y clasifíquenlas en sus fases de mitosis y la primera pareja que lo haga correctamente ganará la cebolla de oro.— resoplo
— Primero las damas.— sugiere dándome el microscopio
Esto se veía muy asqueroso y sinceramente no sabía que rayos estaba viendo. Pero debo hacer funcionar mi cerebro.
— Desapareciste. Tenía cosas que decirte.— expuse y me asomé por el lente
— Si. Estuve fuera de la ciudad por unos días. Por razones personales.— explicó y asentí sin importancia
— Profase.— le acerco el microscopio
Espero que mi mente haya dado para algo y que no quede humillada
— ¿Te molesta si veo? — negué y se asomo — Es profase.— se pone a escribir y ruedo los ojos
— Es lo que dije.— menciono entre dientes y el ladea una sonrisa, voltea a verme
— ¿Estas disfrutando de la lluvia? — frunzo el ceño — ¿Que?
— ¿Me estás hablando del clima? — refiero con gracia y el se ve serio
— Si...Supongo que si.— menciona tímido y relamo mis labios
— Si, me gusta. No soporto el calor. Me hace alguien irritante.— sonríe y agarra otra muestra — ¿Que? — menea su cabeza
— Nada.— alzo mis cejas y se asoma por el lente del microscopio — No se. Es anafase.
— ¿No te molesta si miro? — le doy con la misma moneda y niega
— Seguro.— jaló el microscopio y me asomo por el lente sin siquiera ver la muestra
— Anafase.— expreso entre dientes y sonríe petulante
— Eso dije.— escribe y ruedo los ojos — Pareces irritada y estás en lo frío y lluvioso.— suspiro
— Es por la persona que tengo a lado.— solté directa y volteo a verme
— Tengo la impresión de que no te agrado.— expuso y sonreí burlona
— Pues diste al clavo. No, no me agradas.— regreso mi vista al frente
— ¿Por que? — frunzo el ceño y volteo a verlo
— ¿En serio? — lo veo incrédula — Hombres.
— ¿Por que te mudaste al pueblo? — muerdo mi labio inferior — ¿Me ignorarás? — suspiro
— ¿Por que? — sus ojos se impactan con los míos
— Hago conversación.— expone sincero y noto el dorado de sus ojos, nada igual que haya visto
Estaba segura que la última vez que lo vi, sus ojos eran negros, debían ser lentes de contacto.
— Es complicado. Y no quiero hablar de eso.— solté a secas y asintió
— Bien.— ve la muestra de nuevo — Es metafase. ¿Quieres verlo? — negué y tomé mi mochila del suelo
— Te creo.— suena el timbre y voy a la salida, ni siquiera me importaba la estúpida cebolla.
— Becca.— escucho que me nombran y me freno
— ¿Si? — veo a Edward y me muestra la cebolla dorada
— Ganamos.— asentí sin importancia
— Genial.— réferi a secas y seguí caminando
— ¿Por que te caigo tan mal? — cuestiona y noto que camina conmigo
— Parece que no me querías de compañera. Supongo que mi existencia me causa conflicto.— explico
— No, no era así.— bufeo — Lo digo en serio.— me freno
— Mira, Edward, tú has tú vida y yo la mía, ¿si? No estoy interesada en conocerte.— explote y me vio sorprendido
— Disculpa. Solo trato de entenderte.— frunzo el ceño
Eso ya lo había escuchado antes, de su mellizo.
— No eres fácil de interpretar.— me cruzo de brazos y sus ojos salen a relucir
Juraba que eran tan dorados como el color de la miel, no podían aclararse sin lentes de contacto.
— ¿y por que me quieres interpretar? — lo veo confundida y se queda en silencio — ¿Tienes lentes de contacto? — me ve fijamente
— No.— frunzo el ceño
— La ultima vez que te vi, tus ojos eran negros.— expuse — Ahora son dorados.
— Si, son las...Son las luces fluorescentes.— lo veo confundida ante su tartamudez
— ¿Por que me quieres entender? — insisto y se queda en silencio sólo viéndome
— Yo...— se aleja de la nada dejándome con el mismo signo de interrogación
El huia todo el tiempo. Evadía muchas cosas, y era algo que me molestaba. Pero de nada sirve hacer una lista de todas las cosas que no me agradan de Edward Cullen.
Salí de la escuela para por fin ir a casa. Vi que Bella ya me esperaba en la camioneta. No la quería hacer esperar más.
Al ir acercándome, vi a lo lejos a Edward con su familia. Estaban del otro extremo del lugar.
El y yo nos vimos por unos segundos mientras iba por el estacionamiento. Escuché un ruido agudo y me frené de golpe el ver un auto sin control.
— ¡Bella! — grité perpleja tal ver que el auto iba hacia ella, me cubrí la boca aterrada
De la nada, salió Edward y detuvo la camioneta con su mano y me quedé inmóvil. El cubría a mi hermana mientras a mi el alma se me había ido del cuerpo. El corazón sentí que se me detuvo.
El...El ni siquiera estaba cerca, y...¿y como rayos tuvo la fuerza para detener el auto!?
Mi cabeza estaba alterada, mi cuerpo aturdido ante el shock del accidente. Solo salí corriendo hacia Bella mientras Edward huía, la multitud se unió creando un espectáculo.
¿Que demonios acaba de pasar?
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