Pasa otro día sin que tú salgas de ese pálido edificio. 

Sin que el sonido de la cerradura suene y yo me alegre. Porque eres tú quien sales. ¿Por qué es tan poco lo que puedo verte y muchos mis deseos? Tu con tus dulces dedos, apoyados en el borde del cristal. Ves golpear al viento y caer la lluvia. Otra vez pasa otra tarde sin el atardecer de tus ojos castaños. Pájaros grises con cantos rosas baten sus alas alegrando al sol. Y yo no sé si tu los oyes... Me he acercado junto al vuelo de la noche. He arriesgado todo, y como el tierno cariño que te tengo no me ha contenido. Puse mi oído junto a la ventana y presté atención- Hallé  las cortinas sin plegar ¿...Que era? ¿La sala, un comedor? Me imagino tus rizos caer suaves sobre las hojas de un libro. Y...Cuánto daría yo por poder voltearlo y viendo el titulo; leer lo mismo que tú ! Ha hecho lluvia, ha hecho sol. Sobre los suelos mojados voy andando y al pasar junto a una casa. Vi a una muchacha en el balcón, perdida ante el cristal frente a ella, ocupada, con su dedo trazaba un corazón. Mi corazón se estremece, porque no sé que es del tuyo.

¿Qué es de tu corazón pequeña mía? Que me abandonas y desvaneces, pero el calor de tu sonrisa queda junto a mí.

...Así pensaba el joven yendo de sus estudios a su cuarto y de su cuarto al sueño.