14
A los ojos de Yoongi, no había nada más lindo que su lindo y precioso chico, verle por las mañanas con el cabello esponjado, mejillas aplastadas por la almohada y ojos hinchaditos era la imagen perfecta para describir la belleza. Sonrió con todas sus ganas y suspiró enamorado.
No había palabra para explicar que tanto amaba al rubio, era un sentimiento enorme que no podía ser comparado. Habían crecido juntos y juraba haberlo amado desde que lo miró por primera vez.
Siempre había visto al niño de mejillas regordetas en uno de los culumpios del kinder, miraba el suelo mientras sus piecitos colgaban y se movían para causar un leve movimiento al juego, nadie se acercaba a él y la pequeña cabecita de Yoongi no podía comprenderlo. Ese lindo omega debía llamar la atención de todos pero nadie parecía querer acercarse a jugar con él.
Así que un dia, el entinces pelinegro junto valor y apartó su lado introvertido para pararse frente a él.
"Estás sólo"
El niño lo miró alzando la cabeza con sus ojos humedos y labios abultados.
"¿también vienes a decirme cosas feas como los otros niños?"
Yoongi ladeo su cabeza y negó.
"Juguemos"
Un brillito apareció en los ojos almendrados y asintió con entusiasmo, el que se fue al poco tiempo de tomar su mochila con los juguetes.
"¿no te burlarás?"
Otra vez negó sin comprender. ¿Por qué lo haría?
Una muñeca salió de la mochila y miró al más alto por poco, tal vez esperaba un indicio de burla pero ese jamás llegó.
"¿Tienes otra barbie? Yo solo traje un carrito, no quiero jugar con él hoy"
JiMin asintió emocionado y tomó la mano del niño para guiarlo bajo un árbol y sentarse allí. Sacó otra muñeca de cabellos ondulados y se la extendió, pidiendo disculpas porque no tenía otra barbie pero si una bratz. El agradeció aún así.
"Me llamó JiMin, tengo cinco años"
Los ojos afilados lo miraron un tiempo.
"tienes cara de JiMin"
Él no comprendió. ¿Eso era bueno?
"Mi nombre es Yoongi y tengo siete años. Soy tu hyung"
"Mucho gusto, yoongi hyung"
El pelinegro no dijo más, estaba tan concentrado en peinar los cabellos de la muñeca, él siempre había querido tener una pero nunca la pidió, también queria una hermanita.
"Tus labios... de parecen al de esta muñeca"
Miró a JiMin y puso la muñeca a un lado de su cara, comparando los labios y dándose cuenta de que eran igual de grandes. Bonitos.
"¿Eso es bueno, hyung?"
Meditó un poco la respuesta y afirmó después con un sonido de su boca. Su papá Jin se miraba constantemente al espejo para poner labial hidratante y su papá Joon llegaba a él para halagar los voluminosos labios gruesos. Suponía que era bueno.
" ¿También eres un marica YoonGi?"
Un niño llegó a ellos con otro tra de él, quién se ocultaba tímido.
"¿qué es marica, Bam?"
"Papá lo usa para referirse a niños que juegan muñecas en lugar de carritos"
El pelinegro se levantó del césped dejando la muñeca con cuidado.
"¿qué tiene que juegue con muñecas, idiota? ¿te ofende que yo si puedo jugar con ellas sin miedo a que mi papá me regañe por ser marica?"
Yoongi estaba listo para todo, incluyendo golpes, su papá le había enseñado a defenderse, pero no espero que el niño que fue a molestarlo saliera corriendo con ojos llorosos. Uhm, eso le debió doler.
"Pobrecito. Que feo que tus papis no te dejen jugar con muñecas. Que feo ha de ser, hyung"
El rubio puchereo y siguió vistiendo a la muñeca.
"Espero su papi lo deje jugar con muñecas después. O podemos invitarlo"
Yoongi lo miró con la ceja alzada. No entendía porque sintió lastima por él.
"Pero no debería decir malas palabras. Mi mami me dice que eso no está bien"
JiMin lo miró desde abajo y sonrió felizmente, las mejillas de Yoongi tomaron color como nunca antes y sintió su inexperto corazón latir ferozmente. Era muy joven para morir de un paro cardíaco.
Oh, pobre yoongi... no sabía que ya había caido enamorado por un pequeño JiMin.
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