Su vista se clavó en el cabello de su hyung cuando lo vio salir con su grupo de amigos. Abrió la boquita y la tapó con su rechonchita mano de bebé. Su hyung estaba hermoso.

Sin querer esperar corrió a el, saltando para enrollar sus piernas en la cintura y sus brazos en el cuello del ahora pelirosa.

Jugó con los cabellitos pintados y sonrió en grande al ver lo bonito que se veía YoonGi.

"¡Minnie, pequeño, que bueno es verte por aquí!"

Uno los amigos Alfas de YoonGi le otorgó una sonrisa, sus mejillas se abultaron un poco, y no tardaron en llamar la atención de nuevo del rubio. Bajó de un brinquito y caminó hasta el chico.

"¡Jinnie hyung!"

HyunJin rió y aplastó las mejillas del Omega. Los demás amigos lo rodeaban al ver lo tierno que ese chico era, sin llegar a ser incómodo para este, pues ya les tenía confianza y cariño.

YoonGi gruñó alejando a cada uno de ellos de su pequeño.

"Shu shu, no los quiero ver cerca de Minnie, pedazo de idiotas"

Los Alfas bufaron alejándose de JiMin y despidiéndose amablemente para marcharse y dejar solo a la parejita tierna.

"Ey, hazme caso a mi, no a esos"

JiMin achico sus ojitos, volviendolos dos líneas adorables.

Se acercó a su mayor y lo tomó del cuello de la camisa para poder besar sus labios. Esta vez no fue tierno, esta vez no fue como todas, el beso fue un tanto rudo, siendo mordido por un JiMin enojado. Se separó de él y sonrió como si nada hubiera sucedido.

"Cada vez le tengo que limpiar más la boca, hyung"

Un toque coqueto pudo diferenciar en su tono y se le fue otorgado un guiño.

YoonGi palideció y un sonrojo le creció en sus mejillas, quedando expuesto ante todos los alumnos.

El gran Min YoonGi estaba tan enamorado de un bello chico tierno de pequeña estatura.