Fourth-Shot
Gibson estaba impresionado.
No en el buen sentido.
El estaba impresionado con la cantidad de clientes que llegan y piden descuentos a la herrería de Snow. Lo peor de todo, es que el no se puede descuidar ni por un momento alejándose de la caja; por que corre el riesgo de que Snow se ponga en esta y empieze a dar descuentos a diestra y siniestra.
A Gibson le gusta pensar que el es un empleado leal y trabajador independientemente del trabajo en el que esté haga, ahora mismo el está siendo exactamente eso para la herrería de Snow.
No por qué le caiga bien su empleadora, si no por qué para el, hacer el trabajo bien, es la forma más fácil para vivir una vida tranquila y en paz con uno mismo.
Siempre ha mantenido una buena relación (discutible) con los clientes, pero últimamente es difícil no sorprenderse por la cantidad de criaturas que llegan y piden descuentos en los productos o se niegan a pagar el precio completo.
A pesar de que entiende la situación económica difícil por la que parece atravesar la comunidad, Gibson también tiene entendido que los precios en la herrería son justos y que los productos están hechos con materiales de alta calidad.
Pero lo que realmente le molesta es que Snow, la dueña de la herrería, tiene la costumbre de ceder fácilmente ante la presión de los clientes y otorgarles descuentos.
Gibson sabe que esta no es una práctica sostenible para el negocio. Con los gastos de materiales, el pago de los empleados y, los impuestos, la herrería necesita ingresos suficientes para operar de manera rentable.
investigación exhaustiva y asegurándose de que todos los pagos estén al día. Además, ha buscado proveedores de materiales a precios razonables para que la herrería pueda mantener su calidad sin afectar demasiado su margen de beneficio.
Pero por más que intenta convencer a esa molesta zorra antropomorfa de la importancia de no ceder ante las demandas de descuentos, ella sigue haciéndolo una y otra vez cuando el la pierde de vista. No importa cuántas veces Gibson le explique que están utilizando materiales de alta calidad y que los productos están a la altura de su precio, Snow parece más preocupada por presumir su trabajo, aunque sea a costa de reducir los precios.
A veces, Gibson se siente frustrado y resentido. Ha trabajado duro para ayudar a la herrería a crecer y prosperar, pero parece que sus esfuerzos cada vez muestran ser más y mas en vano si Snow sigue poniendo en riesgo la estabilidad financiera del negocio.
Sin embargo, Gibson nunca se dara por vencido. Ha decidido que, si no puede convencer a Snow de cambiar su mentalidad, el mismo deberá encontrar una solución. El conoce varias estrategias de marketing y promoción que pueden atraer a más clientes dispuestos a pagar el precio justo por los productos de la herrería.
Aunque le molesta la falta de compromiso de su empleadora, Gibson sabe que su dedicación a la herrería de Snow no deben verse comprometidas por esta situación. El lograra por cualquier medio necesario regresar a su estilo de vida anterior.
Uno donde el tenga un lugar para si mismo donde se pueda refugiar del mundo exterior, y no tenga que compartir la cama con una zorra antropomorfa que no para de quitarle la maldita sábana siempre que está se mueve y huele a pelaje quemado.
"Gib, por qué estoy usando un vestido?"
El antisocial definitivo tiene muchas habilidades inútiles y no tan inutiles que a adquirido en sus largos periodos de reclusión social absoluta prolongada (vacaciones), el piensa aprovecharse de todas y cada una de ellas para lograr salir de su situación actual, incluida la de confeccionar vestidos de Lolitas goticas con varios materiales a la mano.
"Nesecitamos atraer más clientes", Gibson le explicó a Snow, "Sal afuera de la tienda y atrae clientes"
Snow levantó una ceja, claramente sorprendida por la sugerencia de Gibson. Ella era una herrera, no sabía muy bien como salir a fuera con un vestido atraería más clientes. Sin embargo, después de un momento de reflexión, decidió darle una oportunidad. Gib lucía como alguien que sabía lo que estaba haciendo.
"Está bien~. Si deberás crees que eso funcionará, lo intentaré", respondió Snow, abriendo la puerta de la herrería y saliendo al exterior.
Gibson observó desde la ventana mientras Snow se colocaba frente a la tienda, sonriendo y saludando a las criaturas que pasaban por allí. Se notaba muy fácilmente que la Zorra no sabía exactamente qué estaba haciendo, pero esperaba que su encanto natural y su presencia pudieran atraer a más clientes.
Para sorpresa de Gibson, su estrategia pronto comenzó a dar su frutos. Las criaturas se detuvieron para hablar con Snow, hacerle preguntas sobre su ... Vestido.
Okey, Gibson no vio venir esto. Casi de repente, había una multitud de criaturas femeninas inundando a la pobre de Snow. La pobre zorrita empezó a ser inundada con comentarios.
"Wow, que lindo vestido!"
"Oh, te ves genial con ese vestido Snow!"
"¿Dónde conseguiste ese vestido? ¡Me encantaría tener uno igual!"
"Uh-eh-uhm, bueno. Gib lo hizo, así que-"
"Gib?"
"Es un diseñador?"
"Tal vez es alguien que se mudo recientemente al pueblo"
"Mamaaaa, puedes cómprame una espada?"
"Huh, ¿que? No. Gib lleva aquí más de un par de meses ya", Snow le explicó a la turba de feminas que la rodeaban, "Es el tipo con una máscara de cuervo que trabaja en mi herrería", ella informo mientras señalaba con un pulgar atrás de ella en dirección a su herreria.
"¡Wow! Tienes a un diseñador de ropa trabajando para ti, Snow ¿¡Por qué no me dijiste!? Pensé que éramos amigas!?"
"Cuánto por un vestido igual que el tuyo pero de mi talla?"
"Haces vestidos para quinceañeras!?"
"¿¡Está disponible ahora mismo!?"
Snow no pudo hacer más que sonreír de manera nerviosa mientras retrocededia lentamente hasta que su espalda choco encontrá de la puerta de su herrería, "Uh, uh- este- si, creo que Gib debería de estar di- ¿Huh?", la puerta no de su herrería no se abría. Ella intento abrirla empujando su espalda encontrá de esta, pero esta no cedio.
Lo que solo podía significar una cosa. Alguien cerro la puerta con llave.
Del otro lado de la puerta, Gibson había logrado cerrarla antes de que los animales afuera entrarán y empezarán hacerlo a platicar sobre hacer más vestidos.
"Fuff~", exclamó Gibson mientras se limpiaba algo de sudor imaginario de su frente, "Eso estuvo cerca", el dijo, ignorando como la creciente cantidad de feminas cada vez más salvajes empezaban a inundar a Snow afuera.
"¡Gib! ¡Déjame entrar! ¡Me están quitando la ropaaaaaa!"
Sabia y Tácticamente, Gibson decidió hacerse bolita y esconderse detrás de la caja. Pasaron un par de horas antes de que el ruido de los gritos y el ruido de la puerta siendo golpeada por fin cesara.
Y cuando eso por fin paso, Gibson decidió ver si ya era seguro el exterior. Abriendo la puerta de la herrería, lo primero que esté vio, fue a una Snow muy desnuda, muy traumada y con el pelaje completamente enmarañado, echa una bolita a los pies de la entrada.
Si no fuera por qué la desnudes es algo común en este lugar, Gibson tal vez hubiera reaccionado de una manera un poco más humana al ver a Snow es su estado actual.
"... Lo siento"
"... Había machos también entre la multitud, Gib ...", una Snow traumatizada comento casi en un susurro de ultratumba.
"Lo siento"
"... Los vestidos ni siquiera son para los machos, Gib ..."
"..."
" *Snob* "
"Quieres que te lleve a la cama?"
"Mm-hmm"
Con eso dicho, Gib rejunto a la zorra del suelo y la llevo de regreso a su cama. El día siguiente, la herrería abría solo con Gibson a la caja.
"¿¡Cuánto por un vestido!?"
El se había preparado toda la noche para responder esta pregunta en específico.
"Un millón de monedas de oro"
"¡ES MUY CARO!"
~~~>(¿Continuara?)<~~~
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