King's Cross les esperó en su llegada, Harry y Lourdes tenían que volver a Privet Drive rápido, eran de las personas más buscadas ahora con el régimen de Voldemort. Era bastante evidente que él y sus partidarios se habían hecho con el poder, lo más seguro es que hubieran tomado posesión del ministerio, quizás Rufus Scrimgeour ni siquiera siga con vida, era una posibilidad, tal vez los mortífagos o el mismo Innombrable haya acabo con su vida.

── ¿Están seguros? ¿Diez personas en una misión suicida? ── Arthur no se miraba muy convencido ──. No lo sé... creo que Kellin y Draco no deberían de ir.

── ¿Y eso qué? Siento por lo que diré, pero es que ustedes no nos mandan, nuestros padres ya no tienen autoridad sobre nosotros y saben que por más que nos hayan acogido aquí, ustedes tampoco la tienen ── dijo áspero ──. Draco no debería ni siquiera de ir, no está involucrado en esto, yo si que lo estoy, no voy a dejar a Lourdes sola.

Liesel intentaba concentrarse en su libro, pero con la conversación que estaban teniendo sus padres y los Malfoy era demasiado difícil no prestarles atención.

── ¿Lourdes? ¡Dios, no paras de pensar en ella! ¿Qué ha hecho ella por ti? ── chilló Draco ──, no me mires con esa cara, siempre fue tan indiferente contigo, te hacía bromas pesadas y cada que podía mostraba su desagrado por ti.

── Sí, ¿eso a qué te suena? ── le espetó desafiante. Eran dos gotas de agua, solo que una estaba contaminada con aceite y aquí la pregunta es ¿cuál?

A Liesel jamás le gustaron las peleas, las discusiones ni los gritos, pero en la vida no todo se puede evitar pasando las páginas de un libro, ella no podía ignorar todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor por tomar el primer libro que pillaba. No, leer Crónica de una muerte anunciada no iba a disipar la conversación, no iba a evitar que la guerra siguiera su curso al punto en donde ella, sus amigos, su familia y todo el mundo tenga que luchar por sus vidas y su mundo.

Los libros pudieron salvarla antes, quizás le ayudaron en muchas oportunidades, pero eso era el mundo real, unas páginas de papel no iban a ayudarle. Ella no era Matilda, no era Gadion ni mucho menos era Peter Pan. Las situaciones casualmente convenientes no existen, no era un personaje de un libro, las cosas no se resolverían tan rápido.

"También el amor se aprende".

Estaba de acuerdo con las palabras de Gabriel, para amar a una persona, tienes que saber lo que es el amor, a veces lo vas descubriendo en el camino y es tan difícil cuando es la primera vez que crees sentir ese sentimiento, pero, ¿qué pasa cuando ya van más veces de las que se pueden contar, y aun así sigues sin saber lo que es realmente el amar a una persona? Liesel no lo sabe, solo se ha enamorado una vez, creyó estar confundida hace un tiempo y ahora por fin está segura de lo que siente.

Hay que cometer errores para saber qué camino tomar.

── Prefiero ir a arriesgar mi vida junto a Lourdes y el resto que quedarme aquí quejándome de la vida porque no pudieron corresponder mis sentimientos ── estaba siendo cruel con sus palabras, pero no iba a dejar que Draco controlara sus acciones ni su vida ──. ¿Quieres ir? Hazlo, pero no cuentes conmigo porque esto no se trata de ti, créeme que toda la vida siempre has sido tú el protagonista y no es que quiera serlo yo ahora, pero sinceramente no te corresponde querer estar metido en un asunto como este.

── ¡No metas eso! ── espetó ── ¿No me corresponde? ¡Eres mi hermano, no voy a dejarte solo!

Kellin soltó una risa y lo miró a los ojos, con una mueca de disgusto.

── ¿Y ahora te importa dejarme solo? ¿En serio? Toda tu maldita vida he sido tu sombra, siempre me dejaste de lado, por lo menos Lourdes me tomó en cuenta, aunque sea para gastarme bromas, tú con suerte fuiste capaz de prestarme más atención a finales de quinto año porque te fui útil ── sus palabras sonaron tan desabridas, estaba molesto porque, al fin y al cabo, estaba diciéndole la verdad ──. No pretendas querer salvarme, no quieras parecer un buen hermano, porque solo es una máscara. ¿Crees que cambiaste solo por tener amigos como Liesel? ¿Piensas que Astoria con su amor va a cambiar tu ser? Pues bienvenido al mundo real, Draco, las personas no somos centro de rehabilitación, la gente nunca va a dejar de ser lo que es, ni siquiera por amor.

Liesel, que sorprendentemente logró terminar su libro con toda esa discusión de fondo, los miró a ambos. La gente tenía razón cuando decían que eran dos gotas de agua contaminadas, porque podían ser mellizos, pero no eran iguales. Kellin sabía lo que quería, Draco ni siquiera sabía lo que quería comer a la hora de cenar. Ese era el problema, uno tenía todo un futuro planeado y luchaba por ello, mientras que el otro no estaba siquiera seguro de llegar vivo al día de mañana.

"Me resistía a admitir que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura".

── ¿Podrían dejar de pelear? Parecen idiotas sin incivilizados diciéndose cosas que pasaron hace más de un año. ¿Por qué quieres ir realmente Draco? ── silencio ──. Claro, quieres ser el centro de atención siempre, o tal vez porque viste tan convencida a Astoria de querer ir que simplemente la seguiste, no quiere decir que esté mal, pero es obvio que diez personas no van a ir a una misión tan importante como esta. Yo iré, no me interesa lo que digan mis padres al respecto.

── Pero Lissy... ── empezó Molly.

── No, mi hermano también irá, mi mejor amiga lo hará y por más que me duela admitirlo, Killianey sí o sí se va a presentar junto a Hermione. Tú no eres necesario allí, por más cruel e indiferente que suene, ni siquiera Theodore va a ser parte de esto.

── Claro, porque tú novio es tan importante que prefieres arriesgarte tú antes que él ── musitó despectivo, el ambiente se había vuelto más tenso de lo que hubiese querido.

Ahí estaba de nuevo el Draco que no sabía medir sus palabras.

── Exacto, mi novio no irá conmigo, pero yo sí pienso luchar por un futuro juntos donde no debamos de preocuparnos por si nuestra sangre es pura o no.

Arthur y Molly se miraron. ¿Novio? ¿De qué se estaban perdiendo?

── Que bien por ti.

── ¿Ahora van a pelear ustedes dos? ── inquirió quejumbroso ──. Váyanse a la mierda. Todos. Ustedes dos no señores Weasley.

"Desde entonces quedaron vinculados por un afecto serio, pero sin el desorden del amor".

Dios, a veces Liesel pensaba en darse de baja de la lectura o de la vida, las dos sonaban tan malas como tentadoras.