24 | betrayals and dumbledore is dead
── Bueno, ya se volvió aburrido este lugar así que me iré, fue un gusto volver a hablar contigo Liesel ── claro, habían dejado de hacerlo hace mucho tiempo.
── Puedes llamarme Lissy, seguimos siendo amigos como en segundo año, ¿no? ── Kellin asintió sin sonreír, se despidió con desinterés y ni siquiera buscó a su hermano para irse junto a él, ¿acaso importaba? No estaban en la misma casa así que no era necesario que ambos se fueran a la par.
Mientras tanto, Liesel se quedó sumida en sus propios pensamientos y comenzó a recordar infinidades de frases y libros recordando las palabras de Remus Lupin hacía ya tres años.
» ──Veo que te gusta leer ¿No es así?
──Uh, sí, un poco más que al resto.
── Hay quienes pierden el interés o el amor por la lectura, pero por favor Lissy, no pares de leer. Al final es lo único que nos queda «.
Y desde entonces jamás se detuvo. Le fue fiel a las palabras de Lupin como le era leal al ejército de Dumbledore pese a no ser tan fanática de aquel hombre porque ¿quién en su sano juicio daba todos los medios para que dos muchachos huérfanos se metieran en problemas casi todos los años hasta tal punto de casi morir en cada uno de ellos? A excepción de su cuarto año en donde Lourdes no salió como su hermano en el cáliz de fuego ¡Bendito Merlín! Hubiese sido un caos total tener a ambos.
── ¡Ahí estás, Lissy! ── la voz tan inconfundible y dócil de Theodore llamó la atención de la Ravenclaw ──. Uh, no era mi intención espantarte o algo como eso, es que cuando te fuiste con Lourdes te perdí de vista.
Liesel sonrió, se sentía confundida y como una completa mentirosa. Creía que todo lo que había pasado hacía meses era tan incoherente, principalmente porque una parte suya había pensado que estaba enamorada de Draco, pero no había sido así, confundió amistad con algo tan peligroso como el amor. Pero, aun después de tantas escapadas para leer libros a altas horas de la madrugada, de tantas frases que le rompían el corazón, este nunca había latido con tanta intensidad por nadie más que no fuese Theodore.
¿Era posible que él le correspondiera? Recordó las veces que sentía una mirada penetrante en ella, las veces que se topaban en los pasillos y se sonreían con amabilidad, había atado muchos cabos sueltos. Ella creía estar sintiendo cosas por Draco debido a su repentina gentilidad que apareció de un día para otro, cuando había estado siempre alguien más ahí pero ella no lo vio y no porque no quisiera o no pudiera, no lo hizo porque estaba cegada y porque sus amigos ── ilusos, igual que ella ── creían que Liesel tendría un romance prospero con el hermano de Kellin, cuando lo único que hizo fue que su amistad decayera, porque y aunque suene algo vil y sin remordimiento por parte de la pelirroja; así como los libros los habían unido, de la misma manera los habían separado y era una lástima que así fuese.
── ¿Lissy? ¿Estás bien?
Pestañó como si hubiese estado en un trance y cuando lo hizo, pudo reparar en la mirada preocupante de su amigo.
── Sí, lo siento, estaba pensando en algunas cosas, ¿no crees que ya es tarde?
── De eso quería hablarte. ¿Te gustaría que te acompañase a tu sala común? ── inquirió con timidez y una sonrisa tan adorable que nadie podía ser capaz de resistirse, aunque en las propias palabras de Killianey Granger, nadie es lo suficientemente inocente como para ganar tu confianza en un instante y vaya que ironía cuando fue él quien les sonrió primero en su primer año robando por completo la fe y confianza que ellas pusieron en él ──. Solo si gustas, no pretendo obligarte.
── Por supuesto, por cierto, he comenzado un nuevo libro, admito que no soy fanática de la narración en primera persona, pero este libro vale la pena ── omitió decir el título. Tal vez lo hubiese olvidado, pero, aun así, Theodore no se atrevió a preguntarle.
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── ¡Liesel, despierta! ── Padma Patil no era muy delicada a la hora de despertar a las personas ──... el director... murió.
── En primer lugar, estaba despierta y ahora estoy un poquito shockeada y en segundo ¡¿Qué acabas de decir?! ¿Cómo es posi...? ── Killianey. Maldita sea.
Lourdes y Harry ya debían de haber llegado, los pudo haber interceptado en la torre de Astronomía o en la oficina de Dumbledore aunque, ¿y sí no fue Killianey?
De tanto pensarlo ni siquiera notó cuando llegó a las afueras de Hogwarts junto a Padma y el resto del alumnado con los docentes.
── ¡Confié en usted! ── era Lourdes, sin duda ──, él también mantuvo un rayito de confianza en usted ¿Y así le paga? Cobarde.
── ¡No te atrevas a llamarme cobarde, Lourdes! Oh por... ¿Sabes? Tu padre nunca me atacaba si no eran cuatro contra uno. ¿Cómo lo llamarías a él?
Lourdes bajó la varita y miró detrás de Dean Thomas y Seamus Finnigan, detrás de ellos se ocultaba Killianey apenado, claro, no lo habían mandado a matar a Dumbledore, pero sí a permitirles el acceso a los mortífagos. Qué gran hijo de puta.
── ¿Y tú qué, traidor? ¿O también debería de llamarte hipócrita, mentiroso? ¡Vamos, diles a todos lo que ocultas bajo esa manga! Porque no es un as o un comodín, lo sabes ── Harry no pudo hacer más y oír a su hermana atacar a quien creía que estaría siempre de su lado.
── Hermano, ¿qué has hecho? ── Hermione estaba a punto de llorar, no solo había perdido a Dumbledore esa noche, sino que también a su hermano. A su hermanito, una de las razones por las que se levantaba cada mañana.
Killianey cambió su expresión afligida y vio que los mortífagos no lo habían esperado. Estaba solo, pero no tenía miedo.
── Hice lo que tenía que hacer, Jean y tú, Lourdes, ¿qué hubieras hecho si te hubieran amenazado de muerte a ti?
Killianey ni siquiera miró a Liesel, todo estaba concentrado en Lourdes, pero, ¿por qué?
── ¡Hubiera muerto antes de traicionar a los que amo! Bueno, si es que lo haces tanto como lo dices.
Por su parte Liesel estaba en shock, Padma la sujetaba con cuidado mientras que Theodore se abría paso hacia ella.
── Lissy...
Y se derrumbó.
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