Para Liesel las cosas estaban cambiando para bien, se sentía más libre y feliz, pero no debido a las disculpas de Draco, eso no le interesaba, ni siquiera pensó en que llegarían. No, su alegría se debía a Theodore.

Le costaba no encariñarse y aferrarse a las demás personas, aunque supiera del daño que podían ocasionarle al irse. No olvidemos esos libros que reposan en aquella estantería de la sala de los menesteres, no todos tenían un y vivieron felices para siempre. Porque para siempre puede ser tan efímero como lo es la vida.

Los finales felices nunca habían sido algo primordial, muchos protagonistas, autores y libros lo habían dejado bastante claro, y Liesel estaba comenzado a creer que ellos tenían razón, que había que temer cuando el libro estaba por terminar y las cosas iban relativamente bien, nunca sabes cuando todo da un giro drástico y aquellas personas que conociste en el transcurso lo pierden todo y tú te pierdes a ti mismo tratando de recuperarlas.

── ¿Otra crisis existencial, peli-peli? ── Lourdes nunca admitiría que llamarla así le recordaba a su madre. Muchas veces cuando se miraba al espejo o veía a Liesel, recordaba a Lily pese a no recordar su rostro más que por una fotografía ──. A veces creo que nunca te gustó Draco realmente y que siempre has estado enamorada de Theodore, no puedes sentir algo que no es real Liesel. Dime, ¿quién te gusta?

── ¿Quién ha dicho que me gusta Draco? Es un gran chico y supongo que un buen amigo, pero no pasa de eso ── y no, la chica no estaba mintiendo ──. Mejor trata de aclarar las cosas con Kellin, no puedo creer que he sido tan ciega todos estos años. Ustedes dos...

── ¡Nosotros dos nada, Liesel! ¿Por qué debería de arreglar algo que yo no rompí? No me parece justo que sea yo quien aclare las cosas con alguien que no me nota a mí. Sabes que haberle tintado el cabello de color rojo no fue una broma porque sí.

── No me sorprende, quiero decir, siempre lo supe ── la fría voz de Killianey Granger se hizo presente, había actuado extraño desde hacía unos meses y quizás era que sus amigas no le estaban prestando atención o había algo mucho más oscuro detrás de todo eso ──. Siempre supe que había algo entre ustedes, pero vamos, ¿en serio creen que tendrán un final feliz? No sean ingenuas chicas, eres una traidora a la sangre Liesel y tú Lou, eres mestiza. Su amistad es algo impensable y su romance es prohibido. No permitan que sus vidas se vuelvan la tragedia de Julieta.

── ¡Dios, Killian! ── gritó Lourdes con la voz casi entrecortada ──, ya supera que Luna te haya rechazado, no puedes obligar a que te amen solo porque sí. Así no es cómo funciona el puto mundo y deja de creerte mucho, no eres valiente por llevar esa marca.

Tanto Liesel como Killianey quedaron estáticos ante eso. Vaya mierda.