13 | apologies before the catastrophic war
¿Y si ese tal vez era el día? Sí, Draco había pasado un prolongado tiempo pensando mucho desde que habló con su hermano y por fin, se dignó a resolver las cosas con Liesel, quién parecía llevarse de maravilla con Theodore Nott ¡Era lo que más se hablaba en los pasillos de Hogwarts! Aquella generación, al igual que anterior, era tan chismosa.
Parecía ser que ya habían olvidado que, fuera de esas paredes, había más peligros de los que se imaginaban ¡Se avecinaba una guerra que podía acabar con sus vidas! ¡Incluso con amistades! Porque en un abrir y cerrar de ojos lo puedes perder todo sin darte cuenta, así, sin más. Sin notarlo.
Porque los traidores estaban tan cerca.
── Ew, ni Blaise se veía así de nervioso cuando se me declaró ── apuntó Pansy.
── Creí que lo habías rechazado en quinto ㅡ comentó Draco.
El mundo real puede ser un hijo de puta y nadie se libra de la realidad, ni siquiera la ficción. ¿Cuántos libros atrás no había leído Liesel de pequeña? ¿Cuántas vidas no crecieron junto a ella y terminaron mal? Protagonistas muriendo solos, amigos de ellos siendo asesinados. Una prueba más de que nada, ni siquiera los libros se salvaban de la muerte.
Ella era tan inevitable como tentadora.
── ¡Ahí esta! Junto a su hermano y los otros dos. ¿Cómo decías que se llamaban? ── preguntó Pansy, porque no recordaba a Lourdes y a Killianey pese a uno de ellos estar en su misma casa.
Liesel llevaba el cabello rojizo suelto y como no, tenía un libro en sus manos, porque eso de ser adictos a algo iba en serio; su adicción era sana a medias.
── Oh por Merlín, vamos camino a una guerra y tú sigues leyendo ── comentó el chico cuando hubo llegado al lado de Liesel ──. ¿Podemos hablar?
── ¡Espere este momento por casi un mes! ── exclamó Lourdes que estaba junto a Killianey ──. Eh, buen, sigan en lo suyo e ignórenme, par de inútiles que no saben mantener una amistad sin cagarla.
── Haré como que no oí a Lou ── suurró Liesel. Acomodó su corbata azul y miró a Draco aun manteniendo su gélida mirada intacta. El Slytherin de verdad creía que se había enamorado de ella, pero no podía estar realmente seguro de ello ──. Dime Draco.
Aún lo llamaba por su nombre. Y pensar que la última vez que ella se dirigió a él lo llamó por su apellido en un tono despectivo.
── Quería disculparme contigo por las estupideces que te dije, sé que haber insinuado todo eso estuvo mal y fue muy horrible de mi parte ── solo lo miraba, pero no emitía sonidos ──. Tal vez las cosas no sean como antes, ya tienes un reemplazo, pero, solo quería que supieras que estoy arrepentido y que pese a todo lo que dije antes sí te considero una amiga.
La pelirroja frunció el ceño.
── Ya, está bien supongo. Te perdono sí eso hace que tu consciencia esté en paz. Todos cometemos errores por muy insípidos que sean, ¿quién soy yo para juzgarte por ellos? Y no, no te he reemplazado, Theodore no es un objeto y tú mucho menos como para que yo los ande reemplazando.
El platinado sonrió con tristeza, al final del día solo eran niños que cometían errores, unos más tontos que otros y esperaban ser salvados por algún adulto. Lamentablemente ese adulto nunca llegaba y tenían que reconstruirse entre ellos mismos, prestándose piezas y buscando las faltantes.
── ¿Amigos?
── Hasta que la guerra nos destruya ── murmuró Liesel.
Y vaya que los iba a destruir.
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