Liesel quiso hacerle caso por una vez en la vida a su hermano, así que ese día no había tocado ningún libro que no haya sido por órdenes de algún profesor y la pelirroja se estaba muriendo por dentro. ¡Necesitaba terminar El paciente inglés! Le quedaban dos hojas, en serio, no estaba siendo una exagerada.

No era lindo cortar tu lectura semanal por una tonta promesa.

── Creo que fue mala idea hacerle caso a Ron, necesito un libro ── se dijo la chica al salir de su sala común casi sin respirar por la ansiedad, está bien, ella creía estar ansiosa pero no lo sabía con claridad.

Porque las personas que vivían libres entre unas extensas comillas y felices consigo mismas no entendían lo que era apegarse con algo, no sabían el por qué existía el amor a los libros ni a las palabras. Ese era el problema.

── ¿Estás bien Weasley? ── la chica volteó lentamente encontrándose a Theodore Nott, el chico era algo callado y si no prestabas la suficiente atención, ni siquiera notabas de su existencia. Así de deprimente era su vida.

── Oh, sí estoy de maravilla ── contestó tratando de sonar sarcástica, pero miró lo que cargaba el chico ──: ¿Eso que llevas ahí es un libro? ── preguntó como si no fuese la cosa más obvia. Theodore asintió.

── Creí que era algo obvio.

── Lo siento, le he hecho caso a mi hermano y no he leído ningún libro en todo el día. ¿Sabes lo desesperante qué es no poder hojear algo que no sean tareas?

── ¿Tú? ¿Hacerle caso al chico con unas calificaciones no tan impresionantes? ── el tono de voz del Slytherin era burlesco, casi cruel ──. Bueno ¿Quieres leer conmigo? Es un libro muy bueno, El pájaro espino.

── ¡Me encantaría! ¿Vamos a la biblioteca o la sala de los menesteres? No sé si la conoces.

Theo sonrió seguido de una risita que no se molestó en disimular.
── La sala de los menesteres, ¿te parece bien? ── ella asintió y se encaminó junto al castaño hacia allá.

La historia comenzaba a tornarse extraña, casi como si todo diera giros que en un principio parecía que no estarían ahí y que todo tendría un curso distinto.

Pero vamos ¿A quién no le gusta algo lleno de drama y giros raros? Creerás las señales no estaban allí, pero sí que lo estaban solamente que no las viste y si lo hiciste, lo ignoraste. Porque nada es casualidad aquí, todo tiene un porqué. Dione Demsley lo dijo.

── "Hay una leyenda sobre un pájaro que canta sólo una vez en su vida, y lo hace más dulcemente que cualquier otra criatura sobre la faz de la tierra. Desde el momento en que abandona el nido, busca un árbol espinoso y no descansa hasta encontrarlo. Entonces, cantando entre las crueles ramas, se clava él mismo en la espina más larga y afilada. Y, al morir, envuelve su agonía en un canto más bello que el de la alondra y el del ruiseñor" ── comenzó Theodore, a Liesel ya le estaba gustando y ni siquiera iniciaba como tal.

Sabía que haber dejado de hacerle caso a su hermano no estaba del todo bien, pero Ron no era nadie para mandar sobre sus decisiones. Liesel era independiente y podía hacer lo quisiera, en un año más ambos serían mayores de edad, no dependerían de su familia.

── Ojalá hubiésemos ganado contra Gryffindor ── se oía cerca ──. Ah, al parecer está ocupado ya ── Draco venía junto a Kellin y Lourdes Potter. No se esperaban verlos juntos, porque no sabían si se conocían realmente.

Solo de vista y un intercambio de no más de doscientas palabras, pero sí sabían quién era quién.

Kellin miró en dirección a Liesel y Theodore, la escena era normal, la chica sentada en una silla alejada del muchacho. No había nada que se pudiese malinterpretar, entonces, ¿por qué el tono en la voz de su hermano sonaba molesto? Él y la chica jamás fueron amigos.

── Oh vamos, solo están leyendo un libro como solían hacerlo ustedes ㅡ comentó Lourdes arruinando el momento aún más, Kellin se golpeó la frente con la palma de la mano. En serio que la muchacha no tenía tacto.

Nott cerró el libro con fuerza y le dio una corta mirada a la pelirroja. Le entregó el libro y se marchó de allí para evitar conflictos. ¿Por qué discutir por algo absurdo? Draco debía de controlar sus celos sin causa, no eran amigos, ni porque esos libros que le leyeron hacía semanas los conectará. No eran nada.

Las cosas no habían cambiado mucho.
── Yo no tengo nada más que hacer aquí. Lourdes ¿Vienes? ㅡ la Slytherin asintió y cogió su uniforme de quidditch.

Antes de salir, Lourdes y Kellin chocaron, no hubo gritos ni peleas. Solo unas disculpas torpes que no servían para nada. Las cosas se estaban poniendo tensas.