Según Lourdes, Liesel no había tomado una muy buena decisión desde el minuto uno en que comenzó a hablar más con Draco. Killianey estaba de acuerdo con la Slytherin, aunque realmente era ajeno a todo lo que estaba sucediendo; últimamente sus comportamientos eran más extraños.

── Debes distraerte, hacer algo más que leer. Sé que te gusta y es tu razón de existir, te da esa esencia, pero podrías hacer otro tipo de cosas.

── No voy a dejar de leer, no sería muy propio de mí. Amo hacerlo, además, la sala de Ravenclaw no ha de estar tan mal ── sonrió cálidamente ──. Gracias, hermano.

Cogió el libro del que no se sabía el nombre aún y se encaminó a la torre de Ravenclaw dejando a Harry shockeado por haberlo llamado hermano, sintió bonito.

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Liesel se encontraba sumergida en un libro que había salido hacia muy poco, El diario de Noah. No se había sentido tan serena en días, la tensión de la guerra que se podría estar desencadenando allá afuera y todas esas tareas que pedían los profesores. Era su trabajo, sí, pero el tiempo era escaso y valioso como para desperdiciarlo en absurdos ensayos, si fuesen hechizos o métodos útiles de autodefensa, quizás a Liesel se le hiciera más fácil.

"──¿Por qué no me escribiste? ¡¿Por qué?! ¡Te he esperado siete años! ¡No había terminado para mí!"

Dio un suspiro, sintiendo como si su alma saliera de su cuerpo y luego regresara lentamente a este. Debía de tener cuidado con los libros y su contenido, eran un arma mortal.

── Creo que es suficiente lectura por hoy ── murmuró en voz baja.

── Te ves muy concentrada al leer, es una característica muy notoria en ti eso de andar con libros por doquier ── comentó una voz con aire soñador. Luna Lovegood la miraba desde un rincón de la sala común.

Liesel dirigió susojos hacia ella y le brindó una sonrisa afable, Luna se la devolvió y comenzó acontarle cosas sobre El Quisquilloso. Era tan inocente para su propio bien.