04 | a hobby is not a complement
Draco como de costumbre desde hacía ya dos meses, hizo su rutina de siempre, revisar pasillos y luego ir al séptimo piso a leer como siempre con la chica Weasley. Era lindo tener alguien como ella y pensar que hace un año la detestaba.
Liesel ya estaba allí, estaba leyendo un pergamino, tal vez anotando frases para Lourdes o algo similar. Aún no habían finalizado la lectura de Cumbres Borrascosas.
── ¿Sigues con ese libro, Lissy? ── preguntó.
── Hola Liesel, ¿cómo estás? Yo muy bien ── habló con burla y una sonrisa ──. En serio pensé que los Malfoy eran educados, tal vez hay excepciones.
── Lo siento, es que no pude evitar preguntar ── se disculpó por semejante falta de respeto no muy apropiada de un Malfoy. ¿Por qué esos pensamientos seguían en él? Un apellido no lo definía, a veces las etiquetas no lo eran todo y la cordialidad no siempre estaba presente.
Liesel se acomodó en el suelo, y comenzó nuevamente a leer aquellas palabras que la habían salvado durante tantos años.
── "También yo. En ocasiones he soñado cosas que no he olvidado nunca y que han cambiado mi modo de pensar." ── la lectura era interesante y sobre todo si la voz de Liesel era quien narraba hasta que una frase llegó. Casualmente esas frases que no siempre tienen valor para algunos, eran las que más le dolían a Draco.
"Yo tenía la impresión de que Dios había abandonado allí en pleno extravió a la oveja descarriada, y que el acechaba, atento, al momento oportuno para precipitarse sobre ella y destrozarla".
── Este libro va a matarme ── murmuró Liesel al acabar ese capítulo. Draco estuvo de acuerdo, quizás porque se sentía como aquella oveja, sola y perdida en un mundo que no conocía; un mundo al que se había adentrado sin tener previo conocimiento sobre él.
── Es muy profundo, es como escuchar a Trelawney ㅡ comentó Draco al cabo de unos segundos en silencio, uno de esos que parecen eternos y es de nunca acabar.
Ambos se parecían, no tanto, pero lo hacían en cierto punto. Tal vez porque Draco se sentía como la sombra de de Kellin, aunque en realidad no era verdad. El rayo de luz siempre se quiere opacar. Y porque Liesel era la única en su familia en estar en una casa que no sea Gryffindor, alguien que destacaba en cosas distintas a sus hermanos. Tal vez porque los dos se sentían incomprendidos pese a tener a sus hermanos cerca y a la vez lejos, como sucedía con Lourdes y Harry. Creían que se estaban complementando cuando solo eran un pasatiempo de un rato para el otro.
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