00 | a new friend
Draco estaba haciendo sus rondas, aunque en verdad y sin querer admitirlo no estaba tan encantado con la idea de ser prefecto ahora que los miembros del club super secreto de Potter ya no se reunían para debatir sobre sus pensamientos anarquistas y aprender hechizos. Ahora el silencio y el saber que nadie andaría a hurtadillas le quitaba toda la diversión al asunto.
Y sin previo aviso, sus pensamientos irrelevantes se vieron interrumpidos al ver a una figura sentada en el piso de aquel pasillo prohibido. La reconoció casi en seguida, su cabellera pelirroja y esos libros, la lectora debía de ser. Liesel Weasley.
── ¿Y tú qué haces a estas horas, Weasley? ── inquirió el muchacho tratando de sonar molesto, pero estaba tan aburrido y el sueño le ganaba.
── Estoy leyendo, ¿qué no es obvio? Además, últimamente es muy incómodo leer en la torre de Ravenclaw. Michael Corner y Cho Chang se la pasan besándose. No los juzgo, no soy nadie para hacerlo ya que jamás he estado en una relación, pero me siento fuera de lugar viéndolos mientras intento leer mi libro ── le replicó sin exasperación ──, de todos modos, estaba esperando a Harry y a Ron.
Draco fingió no haber oído lo último porque no tenía ganas de meterse en lo que sea que estuviese planeando Potter con el idiota de Weasley. Sin embargo, decidió quedarse junto a la chica que sostenía un libro en sus manos, "Cien años de soledad" de un tal Gabriel García Márquez. Debía de ser muggle, pero qué nombre más distinguido.
── ¿Y es bueno ese libro? ── quiso saber cuando la chica marcó la página, dispuesta a irse a su sala común, tal vez el cansancio también la estaba venciendo también a ella.
── Sí, creo, aunque depende del lector. Es una de las obras más exitosas de este autor ── Draco la detuvo sujetando su mano, estaba algo fría ──. Eh, ¿qué quieres, Malfoy?
Ella lo miro extrañada pero su mirada era tranquila, no se veía molesta en lo absoluto por su agarre. Se sentía raro, él siendo un idiota con ella y ahora estaban teniendo una mínima conversación normal.
── ¿Te molestaría acompañarme en mis rondas de prefecto leyéndome? No ha pasado nada emocionante en mi vida desde... bueno, creo que tú ya sabes desde qué ── musitó el Slytherin.
Liesel soltó el aire que había acumulado y le sonrió amablemente.
── De acuerdo, aquí estaré en tu próxima ronda, solo porque yo tampoco tengo nada mejor que hacer.
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