Es horrible. Era la palabra más cercana que pasaba por su mente en esos momentos. Esa tarde, mientras observaba a aquel Slytherin, le siguió con la mirada. Se dio cuenta que un sonido le había provocado terror. Sintió algo arrastrarse, sintió frío en la habitación. No miro hacía atrás. Solo escucho el llamado en pársel. ¿Cómo era que podía entender las palabras? Sus piernas se movilizaron, y corrieron hacia lo que era la enfermería. Su mente, comenzó a gritarle, a mostrarle imágenes de futuras cosas que podrían ocurrir. Y cuando todo se iba borrando, cayo inconsciente al suelo. Estando dormida. No dejaba de dar movimientos bruscos. Profirió un grito que no se escucho en vida. Aquellos ojos azules de aquel Slytherin le miraron con una sonrisa inquietante, tenía que alejarse de él. Si tan solo sus recuerdos hubieran permanecido. Todo lo visto en ese sueño era una advertencia. Todo lo que vio allí, al despertar lo olvido. Por ello, esa tarde Mika Scamander se convirtió en la victima perfecta, ella sucumbiría a la oscuridad, ella ayudaría a esparcir el miedo por todo Hogwarts, no tenía escapatoria. Había sido elegida desde el inicio. El libro de las sombras fue arrojado a sus manos.