꒰🔥꒱ Capitulo 7.
PAVEL
Jamás había dormido tan bien.
La cama de Pooh era la gloria sin dudas, sentía que dormía sobre algodón. Pero a pesar de eso, había empezado a cuestionarme que hacía aquí, compartiendo el mismo lugar que el chico cuyo único deseo era manosearme.
Y mi justificación era el elegir entre la cama enorme de Pooh o un banco del parque.
¡Ding, ding, teníamos un ganador!
La comida tampoco estaba mal, pero la mayoría era comprada, y con tan sólo tocar un botón en el microondas ya estaba hecha.
Como la cocina y la sala eran habitaciones divididas únicamente por una barra y no había ninguna pared de por medio, pude observar el momento en que Pooh se levantó del sofá.
Él dió unos pasos mientras gemía adolorido y sobaba su espalda. Tuve que reprimir una risa al ver su estado.
Los ojos de Pooh se encontraron con los míos y bajaron hasta mis piernas. De forma instintiva, sonrió.
-Bonitos shorts-Me elogió.
Miré también la prenda que cubría a penas la mitad de mis muslos. El calor de anoche me obligó a quitarme mis prendas inferiores y quedarme en ropa interior. Agradecía que mi camiseta fuera tres veces más grande que mi tamaño.
-¿Podrías darme un billete por cada vez que me follas con la mirada? -Ataqué.
-Quedaría en la ruina- Pooh bromeó tomando asiento en uno de los taburetes.
-Como sea, ¿sólo tienes comida para microondas?- Señalé los empaques con desprecio -¿A caso eres tan holgazán como para hacerte un sándwich?
-No lo sé, mi mamá se preocupa demasiado y manda a alguien que hace mis compras semanales- Pooh le restó importancia.
Para ese entonces no lo había notado, pero el cabello castaño de Pooh se veía despeinado y sus ojos, aún medio cerrados, lo hacían parecer tierno.
¿Cómo puede lucir tan bien recién despierto? Hasta parece preparado para hacer un comercial de sábanas.
-Pues todo esto es pura chatarra, cocinaré algo sano para ambos- Determiné y saqué algunos ingredientes de la alacena, pero claro no había mucho.
Irresponsable, irresponsable.
Apuesto a que ni siquiera lava su ropa interior sin tener a alguien que lo supervise.
-Vamos, no te quedes quieto- Lo regañé.
Dejé sobre la mesa un poco de harina y unos huevos que encontré por ahí.
-Ya pareces mi mamá.
-Uy, si, luego te amamantaré.
Pooh abrió sus ojos.
-¿En serio?
-¿Qué? ¡No!
-Te dije que te daré dinero a cambio.
-Y yo te dije que no quiero tu boca en mis pezones- Gruñí -¡No soy una puta chica!
-No tienes que serlo para disfrutarlo.
-Deja de hablar estupideces y ayúdame a ponerme esto- Le extendí un mandil- Y no me mires el trasero
Pooh se levantó y se posicionó detrás de mí, con delicadeza ató la prenda de manera correcta a mi cintura.
-Tranquilo, para eso debería encontrarlo
-Murmuró pretendiendo que no lo oyera, pero como lo hice le dí un manotazo en el hombro.
-¡Au! ¡Eres el huésped más violento que he tenido!- Se quejó.
-Para tu información si tengo trasero y es grandioso.
-Bueno, supongo que depende de que ángulo lo mires- Dijo sugerente.
-Lástima no podemos decir lo mismo de otras cosas- Le dirigí una corta mirada a su entrepierna.
Las mejillas de Pooh se ruborizaron por humillación.
-Lo siento, me encanta tu trasero, pero tu pequeña cintura me enloquece- Pooh pellizcó mi costado.
Salté en mi lugar por la impresión y lo aparté. Él sólo reía y yo lo maldecía una y otra vez.
Mientras preparábamos el desayuno veía a Pooh cortar frutar, las venas de sus brazos se marcaban al sostener la cuchilla con fuerza.
La luz del sol reflejaba a la perfección las facciones de su rostro e iluminaban su tono de piel acanelado.
¿Por qué alguien con semejante belleza similar a un dios griego se obsesionaría con alguien como yo? Digo, podría tener tantos pretendientes haciendo fila por tan sólo un beso suyo.
Misterios de la vida.
-Si quieres toma una foto- Pooh hizo como si posara- tal vez la quieras usar mientras te das amor.
En serio, no podía con este tipo.
-Me masturbaría pensado en los ositos cariñositos antes que en ti- Refunfuñé y volví a los waffles.
Pensaba en los entrenamientos, en los exámenes que se avecinaban, en las maquetas y en el dinero que me hacía falta para llevarlas a cabo.
Carajo, no tenía tiempo de pensar en donde dormiría los próximos días.
Tal vez... tal vez podría quedarme un tiempo más con Pooh, pero lamentablemente debía darle algo a cambio.
Y sabía que lo único que podría satisfacerlo era mi cuerpo.
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