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Pasó uno de sus dedos por sus labios deslizando el bálsamo de un lado a otro. Barrió el labial entre ellos y sonrió al espejo, observando detalladamente que no hubiera ninguna imperfección, arreglando su cabello y vestimenta.

Taehyun le había dicho que irían a un restaurante, no le dijo si debería vestir formal o casual, pero pensó que sería correcto solo ir con una camiseta simple y un suéter, junto a unos pantalones negros. Beomgyu se volvió a mirar al espejo y frunció su ceño, no se terminaba de convencer, no quería llegar y ver a Taehyun en traje o a mujeres cenando por igual con vestidos costosos. Quedaría en ridículo.

—Wow —exclamó Soobin mirándolo de espaldas. Beomgyu se volteó y le sonrió—. ¿Hoy no vas a trabajar a la cafetería? Por cómo vas vestido, parece que vas a  salir con alguien ¿O me equivoco?

Beomgyu asintió buscando su celular y guardándolo en su bolsillo.

—Tengo una cita con alguien, y no te interesa.

—¡Oh, vamos! Beomgyu hyung, ¿Es linda? Nunca he conocido a alguna novia tuya por lo que no sé tus gustos, pero sé que tienes buenos. Además, eres lo suficientemente apuesto para merecer a una hermosa chica —Beomgyu negó y dió un par de golpecitos a su cabeza.

—Es un hombre —Soobin abrió la boca asombrado, encogiendo sus hombros—. Te lo he dicho, no me gustan las chicas.

—Lo siento, se me había olvidado —dijo riendo, luego posó su brazo sobre el hombro de Beomgyu y lo miró sin borrar su inmensa sonrisa—. ¿Cuéntame de él? ¿Es mayor, menor, con dinero o sin dinero? ¿Es guapo o feo?

Beomgyu soltó una carcajada y lo empujó.

—Eso no es de tu incumbencia. Y déjame que me tengo que ir.

—Bien, pero deberías traerlo a casa, mamá se emocionaría al verte por fin tomando en cuenta tu vida amorosa. Casi pensé que eras un robot sin sentimientos. Anda, diviértete —el mayor tomó a su hermano y depositó un beso sobre su frente, haciéndolo quejarse y darle un empujón.

Beomgyu escuchó el timbre y no pudo evitar sonreír como un bobo.

Taehyun sabía que era peligroso que él mismo fuera buscarlo, así que había mandado a uno de sus choferes a buscarlo, entonces lo llevarían al restaurante donde ambos se encontrarían.

—El señor Kang lo está esperando —Beomgyu agradeció y lo siguió hacia el auto, subiéndose y observando la vista mientras se dirigían al centro de la ciudad donde los mejores restaurantes se encontraban.

Pasaron por varios de ellos, muchos eran de alta gama, demasiada, tan costosos que gastarías con lo que sobrevivías en un año, claro, dependiendo si escogías los platillos más caros del lugar. Pero como siempre los que asistían eran personas que podían permitírselo, no importaba en lo más mínimo.

El auto se estacionó en un pequeño estacionamiento al lado de –por igual- un pequeño restaurante. Lo conocía, era tan costosos como los demás, solo que aquel restaurante era reconocido por su temática de dos, siendo un restaurante solo para un par de personas que querían pasar un rato cálido y cómodo a solas, viendo los alrededores y disfrutando de un buen vino.

Beomgyu casi se hacía pequeño cuando pudo ver a Taehyun por una de las entradas del restaurante hablando por teléfono. Como era de esperarse, usaba un traje elegante, su porte era el foco de atención, su mandíbula y su seriedad mientras hablaba.

Beomgyu mordió su labio inferior y agradeció al chofer, caminando hacia el mayor. Taehyun pudo sentir la presencia del menor y sonrió a penas lo miró, su hoyuelo se marcó y rápidamente cortó a la persona con la que hablaba, diciendo que luego terminarían la charla. Entonces apenas colgó, Taehyun posó su mano en la nuca de Beomgyu, acercando su rostro para besarlo en forma de saludo.

—Lo siento por el traje, te dije que no lo usaría pero no me dió tiempo de ir a casa y cambiarme.

Beomgyu negó acariciando los cabellos de Taehyun mirándole a los ojos.

—No hay problema, lo único importante es que estamos aquí, juntos.

Taehyun asintió y posó su mano sobre la cintura del menor, demostrando a todos del lugar que ese hermoso chico era suyo, y que le importaba una mierda lo que pensaran de ellos dos. Nada ni nadie podría arruinar esa noche.

—Kang Taehyun, acompáñeme por aquí, tengo su mesa lista.

Ambos tomaron rumbo detrás de la mujer quien los atendía amablemente. Les invitó a tomar asiento y sonrió a ambos cuando Beomgyu decidió tomar champaña por primera vez juntos.

—Esto es gracioso —Taehyun lo miró extraño—. Ya sabes, parecemos un par de niños de catorce años en su primera cita. Casi puedes sentir como tiemblan mis manos y mis piernas —bromeó Beomgyu. Taehyun soltó una carcajada.

—No estoy tan lejos, apenas ayer en la noche pude dormir, me la pasé pensando en la cena, tenía miedo de que algo saliera mal y no pudiera venir.

Beomgyu le siguió con las risas. Inconscientemente, el mayor tomó la mano de Beomgyu sobre la mesa y acarició la palma con su pulgar, sin dejar de mirarse con aquella sensación de revoloteos en su interior. Beomgyu aseguraba poder sentir el famosos sentimiento de "mariposas en el estómago" mientras Taehyun acariciaba su mano y le decía que se veía hermoso esa noche.

—Entonces... —inició Taehyun, cortando cuando la botella de champaña llegó y la mujer sirvió ambas copas—. ¿Pensaste en lo que te dije el otro día?

Beomgyu bufó su apoyó su espalda al respaldo de su silla.

Deja el burdel. Esa frase se repetía una y otra vez en su cabeza desde aquel día. Taehyun le había pedido pensar en la propuesta, tanto que hasta había llegado a proponerle en simplemente darle dinero sin trabajar, como si ambos estuvieran en una relación o algo.

Una relación.

Esa era otra cosa que martillaba la cabeza de Beomgyu día y noche, ni siquiera lograba concentrarse en la universidad por la confusión rondando en su cabeza. Taehyun estaba casado por lo que no podía llamarse relación ¿No? No tenía idea si lo suyo era algo así como amantes, novios o amigos con derecho. Era confuso. Después de todo, nunca habían hablado sobre sus sentimientos, nunca se dijeron qué tan serios eran los sentimientos hacia el otro.

Beomgyu nos sabía si para Taehyun era solo una aventura la cual había terminado en cariño, o algo sin importancia, solo con ganas de consentirle. Pero lo que Beomgyu sí sabía, es que estaba enamorado de Kang Taehyun, indebidamente, había llegado a la conclusión de que lo estaba.

Estaba loco por Taehyun, por su cariño, por su amor, por su contacto y sus dulces palabras. Tanto que había llegado al punto de –por alguna razón- sentir estar fallándole a Taehyun cuando tenía que acostarse con otros hombres, siendo aún más repulsivo que a un inicio, sintiendo una culpabilidad que no debería afectarle, ni siquiera hacerlo sentir como que era infiel a Taehyun.

No son nada, no somos nada. Se repetía en la cabeza una y otra vez conciliando el sueño, con una sonrisa cuando recordaba al mayor, ilusionándose más de la cuenta.

Lo quería, lo amaba.

Taehyun saltó de su asiento y se lanzó a Beomgyu, apresándolo entre sus brazos, besando una y otra vez su frente mientras le decía que todo iba a mejorar, que solo confiara en él.

Entonces luego de llorar una noche entera, maldiciendo y mirando a Soobin dormir plácidamente con una suave sonrisa, Beomgyu decidió dejar el burdel, era lo mejor, para sí mismo, para su familia, para Taehyun.

—Mañana mismo haré todo el papeleo y prepararé tu espacio de trabajo, te va a encantar, todos en la empresa son personas fantásticas. Verás que no te arrepentirás de dejar el burdel.

Beomgyu no podía dejar de sonreír como un bobo al ver a Taehyun tan emocionado, pareciendo un niño pequeño feliz por su nuevo juguete en navidad. Beomgyu tomó el rostro de Taehyun entre sus manos y depositó un casto beso sobre sus labios.

—Está bien, no hay que apurarnos, yo todavía tengo que ir al burdel, tengo que esperar a que termine esta semana que viene para poder renunciar, tengo que terminar el mes entero.

—No, Beomgyu no sigas yendo, veré la manera de que lo dejes antes y...

—No puedo, aún tengo que ir quiera o no, no puedo renunciar así por así. Pero verás que la semana se pasará volando, cuando menos te lo esperes estaré en tu oficina, llevándote los mejores cafés que hayas probado en tu vida.

—Estoy seguro.

El resto de la cena, ambos platicaban cómodamente, riendo entre ratos y degustando la comida la cual hacía casi llorar a Beomgyu, siendo la primera vez que probaba ese tipo de sabores exóticos, sabores los cuales era casi imposibles de encontrar en restaurantes más económicos.

—Me encantó la cena, de verdad. Estuvo increíble.

Pasó sus brazos por los hombros de Taehyun y lo abrazó, cerrando sus ojos y suspirando aliviado sintiendo por igual los brazos del mayor alrededor de su cintura.

Beomgyu abrió sus ojos para separarse y ofrecerle verse de nuevo al día siguiente, con la idea de mandar al carajo todo y empezar a pasar tiempo juntos fuera del burdel. Dispuesto a llegar tan profundo al corazón de Taehyun que pudiera ser correspondido, o al menos saber que Taehyun también lo quería tanto como Beomgyu a él.

Pero todas aquellas acciones fueron interrumpidas con una desquiciada sonrisa a lo lejos. Por aquel hombre que lo había amenazado en su momento, que le había dicho que se vengaría de él y que se arrepentiría por no aceptarlo en el burdel.

—¿Qué te parece si vamos por allí, hay un parque muy bonito no muy lejos de aquí y-

—No, quiero irme a casa —dijo Beomgyu cortante, dando la espalda y apresurándose a salir de allí—. Por favor —su corazón bombeaba con fuerza y sus piernas falsearon, teniendo que sostenerse de Taehyun para no caer.

—¿Todo bien? —preguntó Taehyun preocupado, abriendo la puerta del auto a Beomgyu y ayudándole a sentarse en el asiento trasero.

—Sí, solo tuve un mareo. Me siento un poco mal —Taehyun asintió no muy convencido y besó su frente, despidiéndose de él y viendo como el chofer lo llevaba a su casa.

Apenas Beomgyu llegó a su casa, se encerró en el baño de la habitación que compartía con Soobin llevando sus manos hacia su rostro y maldiciendo.

Estaba acabado.

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