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Beomgyu nunca había odiado a una persona, o no lo hacía hasta que conoció a Lia una semana atrás.

Odiar era una palabra muy fuerte, una que no se podía tomar a la ligera, odio era una palabra que describe como le tienes repulsión a una persona hasta el punto de poder hacerle daño o desear que le ocurriese alguna desgracia. No era gracioso odiar a alguien, y ser odiado mucho menos.

No cuando eras odiado por Choi Beomgyu.

Casi se sentía en la guerra con aquella mujer, siempre siendo la sombra de Taehyun en el trabajo y hablándole con aquella empalagosa vocecilla. Beomgyu quería ir a donde ella y decirle que hablara bien y que dejara de actuar como una santa cuando no lo era.

Taehyun le había dicho que podría equivocarse y que en verdad él se imaginaba todas esas cosas por los celos a Lia. Pero Beomgyu estaba seguro que no lo hacía, podía ver claramente como ella coqueteaba y miraba a Taehyun de pies a cabeza siempre que le daba la espalda o hablaba con alguien más.

Beomgyu trataba de no ser berrinchudo y quejarse con Taehyun porque sabía que lo empezaba a irritar con sus supuestas alucinaciones con Lia, pero moría de la rabia cada vez que esa mujer se le acercaba hasta el punto de ir hacia ella y preguntarle cuál era su problema.

Beomgyu no tenía la culpa de ser directo y seguro de sí mismo.

Y Beomgyu no estaba solamente enojado por la mera existencia de Lia, sino también lo estaba por el comportamiento de Taehyun, tan amable, respetuoso y caritativo con ella, prestándole dinero siempre que ella le lloraba porque no tenía dinero para comer o pagar sus deudas. Beomgyu solo podía observarla con sus brazos cruzados pensando que ni siquiera él había sido tan regalado como lo era ella.

—En la oficina hablan, dicen que Lia es tu nueva amante —le había dicho Beomgyu un día de esos esperando a tener una reacción coherente donde Taehyun dijera algo como "Solo te amo a ti" o "solo tengo ojos para ti" pero en vez de eso habían peleado y Taehyun se había ido del departamento, dejándolo con la comida recién hecha  y con sus emociones por los suelos.

Beomgyu sabía que en una relación siempre había bajadas y subidas, peleas y hermosos momentos. Pero a Beomgyu no le gustaba, odiaba pelear con Taehyun y sentir su constante indiferencia.

—Cuando te des cuenta que estás equivocado y cuando entiendas que debes de dejar de ser tan caprichoso entonces ven a mí y hablaremos relajados mientras tomamos un café, de mientras no puedo verte así, confrontándome por solo ir a trabajar y hablar con mi asistente —le había dicho Taehyun la noche anterior para seguido darle la espalda y apagar la luz de la lámpara de noche.

Beomgyu no pudo dormir esa noche, solo había pensado que esa fue la peor semana que había tenido en toda su vida, con el estrés total en su universidad, las constantes peleas con Taehyun y sus celos haciendo que todo su buen humor se desplomara.

Se dió cuenta que estaba exagerando, tenía razón. No debía dudar de Taehyun, la confianza era la base fundamental de una relación, debía confiar en él y recordar que a quien amaba era a él, no a aquella mujer.

Había sollozado en silencio y para no levantar a Taehyun se encerró en el baño a media noche, limpiando su rostro y esperando a calmar sus suaves hipidos mientras le mandaba un mensaje a Heeseung y era consolado por él mediante mensajes.

Heeseung había sido un buen apoyo en esa semana, y es que lo necesitaba, necesitaba un amigo con quien hablar y decirle que estaba perdido, estaba frustrado y enojado consigo mismo, y ahí había estado él para apoyarlo y hacerlo entrar en razón.

Y gracias a Heeseung, Beomgyu dejó de llorar, limpió sus lágrimas y se había acostado de nuevo al lado de Taehyun, acurrucándose detrás de su espalda, sintiendo el calor de su cuerpo al estar cerca del suyo, ayudando en aquella noche la cual era húmeda y fría.

Entonces solo cerró sus ojos y se prometió que todo cambiaría, que hablaría con Taehyun y le pediría perdón, al igual que le prometería que dejaría de ser infantil y celoso, desconfiando de su relación con Lia.

Beomgyu pensó en lo que cocinaría para Taehyun, en todo lo que le haría y luego en la forma que iba a decirle "te amo" luego de que Taehyun le dijera que Beomgyu él era primero que aquella mujer y que lo amaba y perdonaba.

Beomgyu fingió que estaba enfermo ese día. Caminaba por el departamento descalzo mientras sacaba del horno la lasaña y decoraba las galletas que tenía enfriando desde una hora atrás.

Miró la hora y sonrió complacido, esperando a que Taehyun llegara para así lograr su cometido. Solo limpió sus manos y se sentó en el sofá mientras esperaba la llegada de su pareja.

Una hora, dos horas, y entonces llegó la tercera hora.

Beomgyu se despertó y sobó su brazo, entrando en razón. Las velas apagadas y la lasaña fría sobre la mesa.

Taehyun no había llegado aún.

Beomgyu no entendía, ya eran las seis de la tarde y ya debería de haber estado allí, ambos deberían de estar comiendo, besándose o teniendo sexo de reconciliación. Pero no estaba pasando, y así Beomgyu supo que algo no estaba bien, que algo había ocurrido. No tenía ningún mensaje de Taehyun en su celular, ninguna llamada perdida o nota.

Beomgyu se puso sus zapatos y un saco de Taehyun que estaba colgado en el perchero. Tomó las llaves del auto que Taehyun le había regalado y empezó su camino hacia la empresa. En él había aprovechado a mirar todos los mensajes que tenía sin abrir asegurándose de que Taehyun no se hubiera contactado de alguna otra manera, cosa que no había hecho.

Apenas llegó al edificio, Beomgyu fue con Hani, fingiendo una sonrisa y saludándola mientras se abrigaba todo lo posible con el saco.

—Choi Beomgyu, no pensé en verte aquí el día de hoy —dijo Hani apoyando su barbilla con la palma de sus manos.

—Estoy buscando a Taehyun, él me dijo que estaría antes de las tres en casa y no ha llegado.

—El señor Kang acaba de salir hace apenas unos segundos, posiblemente lo puedas alcanzar en el estacionamiento —Beomgyu agradeció y se despidió, pero Hani lo detuvo tomando su brazo en un fuerte agarre—. Yo que tú sería inteligente y me apuraría. Lia es una mujer muy astuta y el señor Kang un hombre demasiado amable.

—¿Perdón? —Hani lo ignoró, despidiéndose y devolviendo su mirada a la pantalla de la computadora.

De nuevo aquel mal presentimiento se hizo presente. Sin un por qué sus manos temblaron y su boca se secó.

Si Taehyun ya iba a casa lo correcto era regresar y esperarlo mientras calentaba la comida una vez más. Pero la curiosidad lo estaba matando por dentro, las ganas de saber el porqué de las palabras de Hani tan repentinas con la mención de aquella mujer.

La curiosidad mató al gato, esa frase era más sabia de lo que parecía.

Y Beomgyu lo creyó cuando se dirigió al estacionamiento hacia su auto y allí lo vió, a Taehyun subiendo al auto junto a Lia, ambos con grandes sonrisas mientras platicaban animadamente. Y cuando menos se lo esperaba, ya estaba siguiendo al auto, con su subconsciente diciéndole que no era un buena idea, que debería regresar e ir al departamento, que debería olvidar aquello y no mal pensar cuando posiblemente Taehyun le hacía el favor de llevarla a su casa.

O eso era lo que pensaba su querido subconsciente cuando Beomgyu vió con sus propios ojos cómo se detenían en una florería y Taehyun tomaba un hermoso ramo de flores para luego dárselo a Lia quien las olía encantada y acariciaba los suaves pétalos.

Su garganta se cerró y sus manos apretaron fuerte el volante. Tenía que ser una equivocación, esas flores no eran para ella, ¿O sí?

Era una equivocación, lo es y mucho. Se repetía mientras tomaba de nuevo el camino detrás del auto de su pareja, mientras sentía sus ojos llorosos y su corazón adolorido. "No seas dramático, estás equivocado" recordaba las palabras de Taehyun cuando Beomgyu le preguntaba a Taehyun si al menos ella le gustaba un poco, no emocional, solo físicamente y él se había enojado por el comentario.

Estás equivocado. Beomgyu deseaba estar equivocado.

Y cuando pensó que era todo, que Lia solo se iría sin aquel ramo de flores y se despediría de Taehyun demostrando que había entendido mal y solo eran amigos, o Taehyun había sido generoso llevándola a casa. Su ilusión de un Taehyun fiel habían sido destruidas cuando Lia lo había besado y pasó sus manos por los hombros de Taehyun, y sobre todo cuando él la había apartado para tomar su rostro y luego sus manos detenidamente. Y aunque Beomgyu no podía ver la expresión de Taehyun, sabía que estaba siendo dulce con ella, que posiblemente le decía que la quería y era la mujer más hermosa que había conocido en su vida.

Pero si algo Beomgyu no parecía haber entendido de cuando era pequeño, era que siempre tenías que observar los pequeño detalles, tenías que ver las dos caras de la moneda, y en ese momento no lo estaba haciendo.

No cuando Taehyun había tomado sus muñecas con fuerza y con su expresión enojada la había mirado detenidamente sin poder creer lo que la mujer había hecho.

Taehyun había estado tan impresionado como Beomgyu, pero no más cuando supiera que Beomgyu los había visto y entendió erróneamente la situación, no cuando llegara a su departamento y viera que el auto de Beomgyu no estaba y tampoco varias de sus prendas.

Lia era una mala mujer y había logrado su cometido, había hecho que Beomgyu pensara que Taehyun y ella tenían una relación, pero lo que no había logrado era que Taehyun le correspondiera y le dijera que también llevaba esas semanas trabajando juntos pensado en lo mismo que ella, en que ellos tenían una conexión.

—Lo siento pero has confundido las cosas Lia —le dijo Taehyun tomando sus hombros y mirándola con pena—. Tú sabes que tengo a Beomgyu y estoy enamorado de él. ¿Por qué lo hiciste?

—Porque tenía una oportunidad, porque me gustas y me dijeron que no estabas siendo en serio con Beomgyu, ya sabes, porque son hombres y no podrían hacer una vida juntos, al menos no una aceptada —Taehyun fingió una risa tratando de comprender lo que la mujer enfrente suyo le decía—. Hani me lo dijo, me dijo que tenía una oportunidad y solo la aprovechaba, eres muy apuesto y me gustas demasiado.

—¿Qué Hani qué? —Taehyun la detuvo, soltándola.

—Ella me dijo que tú me aceptarías porque soy linda y porque no eres serio con tu novio. ¿Me equivoco?

—Increíble, mierda —maldijo en voz baja masajeando su sien—. Lo siento Lia, te has confundido. Beomgyu y yo vamos en serio, y no puedo creer que creas lo contrario solo porque somos dos hombres. No quiero que esto se vuelva a repetir ¿Bien?

Ella tomó su mano y trató de entrelazar sus dedos con los del más alto, de nuevo con su mano libre acariciando su propio cabello.

—Vamos, él no tiene que saberlo, podemos ser cuidadosos.

Taehyun negó y apartó su mano con cuidado, entonces recordó las palabras de Beomgyu, todos esos comentarios sobre lo que murmuraban en el trabajo, todas esas miradas que supuestamente Lia le daba y los coqueteos que no tomaba en cuenta.

Beomgyu había estado en lo correcto y él no lo había escuchado.

Taehyun metió su mano en uno de los bolsillos de su saco negro y sacó una pequeña cajita color negro la cual dejó confundida a la pequeña mujer enfrente suyo.

—¿Ves esto? Bueno, yo voy a pedirle matrimonio a Beomgyu mañana, nos vamos a casar y tendremos muchos hijos a los cuales criaremos juntos y le daremos todo el amor posible. Mañana es nuestro primer aniversario y quiero que todo sea perfecto. Y no quiero que estés allí siendo una amenaza para él, para nuestra relación.

—Oh yo... Lo siento de verdad no sabía —Lia se apenó y sonrió a Taehyun con una mueca—. Yo pensé qu-

—Sé que te dejaste llevar por los comentarios de Hani pero ella te mintió. Lo siento pero tendré que transferirte a otro departamento y edificio, no puedes estar cerca de mí ahora que sé sobre tus sentimientos hacia mí —ella asintió tratando de comprender—. Primero es mi relación con Beomgyu y luego está el trabajo. De verdad lo siento —dijo antes de guardar de nuevo la pequeña cajita en su bolsillo e ir camino a su auto dejando a Lia sola frente a su casa y llevando sus manos a su cabeza, maldiciendo enojada por el rechazo de Taehyun.

Taehyun sintió un gran dolor en su pecho, iba pedirle perdón a Beomgyu e iba a darle un beso que dijera los mil te amos que quería decirle en ese justo instante. Había estado equivocado y las cosas iban a arreglarse, iban a cambiar.

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