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Vulgar.

Así se sentía en ese momento, pero no se parecía incorrecto, se sentía bien, adecuado, con ganas de seguir con su trabajo mientras Taehyun le felicitaba y le decía lo hermoso que era y lo bien que lo hacía.

En un principio Beomgyu estaba convencido de que trabajar con Taehyun iba a ser lo mejor que le podría haber pasado. Por dios ¿Quién no quería trabajar con su novio y así poder verse siempre y poder estar juntos siempre que quisieran?

Pero no, no era así.

Siempre había gente alrededor llamándolo "Beomgyu ven por aquí", "Agenda esto por favor", "No olvides decirle al señor Kang que tiene junta en una hora con Lee Felix", "Ve con el señor Kang y dile que venga deprisa, tiene un cliente en espera." Beomgyu estaba agotado, pensó que ser su asistente era fácil, que solo tendría que verse bonito para él y tendría que llevarle un café el cual se cobraría con un par de minutos abrazados y besándose. Pero al contrario, apenas le entregaba el café, su pequeño audífono inalámbrico ya estaba sonando, con la secretaria preguntándole donde se encontraba ya que necesitaba pasar distintos papeles a Taehyun.

Apenas llevaba un par de días y ya sentía que habían pasado treinta años, aunque no sabía si se debía al estrés que llevaba o porque todo el cansancio lo hacía sentir como un viejo de sesenta años.

Pero siempre quedaba libre su horario de almuerzo el cual se lo pasaba en la oficina de Taehyun, con Beomgyu quejándose de Hani, la molesta secretaria que no dejaba de tratarlo como su asistente personal en vez del de Taehyun.

Y entonces allí llegaba el término "Vulgar" el cual no salía de su cabeza cada vez que se le insinuaba a Taehyun cuando entraba en su oficina hasta el punto de ofrecerle mandar a la mierda todo y cerrar con llave la oficina y hacer a Taehyun resolver su frustración, para segundos después –como siempre- ser interrumpido.

Y después de seis largas horas de trabajo, allí se encontraban, ambos en la oficina de Taehyun, con Beomgyu sentado sobre su regazo y su mano trabajando arduamente sobre la erección del mayor, soportando las ganas de quitarse todo y pedirle que lo tomara allí mismo, pero no podía, no cuando en cualquier momento podrían tocar la puerta y pedir que la abrieran. No podían arriesgarse con un conserje siendo llamado y abriendo la puerta.

Mucho menos con saber que sería un gran escándalo el encontrar al gran señor Kang enredado con su asistente.

Suficiente ya era con los cientos de comentarios que Hani inventaba y contaba a los demás trabajadores del lugar, inventando que Beomgyu pasaba mucho tiempo en la oficina de Taehyun y siempre que le hablaba lo hacía con un tono coqueto y sin vergüenza –cosa que realmente no era totalmente mentira- pero le molestaba que lo dijera a todos los jodidos empleados del edificio.

Beomgyu se bajó del regazo de Taehyun y le sonrió lascivamente cuando se arrodilló frente a él y sin soltar la erección de su compañero, repasó la yema de sus dedos suavemente sobre la extensión, llegando hasta el glande y jugando con el pre-semen que se resbalaba por la hendidura.

Taehyun suspiró entrecortado llevando una de sus manos hacia el cabello de Beomgyu, acariciándolo y enredando sus dedos en él, tratando de contener aquellas inmensas ganas de apretarlo y jalarlo, para así poder ver su hermoso rostro con sus labios tan hinchados por los largos minutos que llevaban besándose en su hora de almuerzo. Posiblemente ya había acabado pero no le importaba, solo quería que su pequeño y hermoso novio hiciera lo que quisiera con él.

Lo necesitaba tanto.

Pero Beomgyu parecía amar los rodeos en ese momento, ignorando la petición de Taehyun con aquel agarre, y mirándolo atentamente, cada detalle que quería que se quedaran guardadas en su mente para siempre. Ver aquella dura expresión que se formaba en el rostro de Taehyun, aquellas pequeñas perlas de sudor que se habían formado en su frente fruncida, y su respiración agitada.

—Mi hora de almuerzo terminó señor, lamento decirle que tengo que volver a trabajar antes de que nos descubran en esta indebida situación —dijo Beomgyu fingiendo una dulce voz inocente, apretando la base de la erección, sonriendo cuando Taehyun gruñó y apretó el agarre en su cabello.

Beomgyu solo vió cómo se inclinaba y tomaba el teléfono, apretando el botón azul y diciéndole a Hani que Beomgyu estaría ocupado ayudándolo en algunos papeleos, y que no los molestaran en una hora, cosa que la mujer no se pudo negar y con un rodeo de ojos había asentido.

Taehyun agradeció y colocó correctamente el teléfono para evitar accidentes. Sin dejar de mirar a Beomgyu tomó con fuerza su barbilla y le sonrió complacido.

—¿Por qué no haces tu trabajo y me ayudas un poco, Choi? Muévete.

No esperó una indicación más y devolvió su mirada a la reluciente erección de su novio. Estaba húmeda por el líquido pre-seminal, casi podía sentirla palpitar indicando que no faltaba mucho para que se corriera gracias al jugueteo anterior que habían llevado. Mierda, a penas y Beomgyu caía en cuenta que realmente no había comido nada y que la hora se la había pasado entre besos y caricias con Taehyun y luego con el desvergonzadamente jalándosela sin recordar dónde diablos se encontraban.

Beomgyu depositó un casto beso sobre su erección y deslizó su lengua por toda la extensión, llegando a los testículos del mayor y acunándolos en su boca, succionando suavemente provocando que Taehyun apretara su hombro en busca de un soporte mientras soltaba una silenciosa maldición.

Gimió cuando bajó su mano libre hacia sus propios pantalones y los desabrochó rápidamente, liberando su tesón y apretada erección entre su ropa interior. Solo supo que ya estaba demasiado excitado y humedecido cuando apenas movió su mano en su propia erección, una deliciosa descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo erizando su piel. Terminó por lamer la carne entre su boca unos segundos más, para regresar al rojo glande y succionar con más fuerza, tanteando el falo y jugueteando, haciendo a Taehyun gruñir desesperado.

Quería molestarlo, quería hacerlo de una vez, dejar la cortesía de un lado y ser agresivo, quería que se moviera, que lo ahogara y se viniera con su boca. Quería hacerlo correr tanto como él quería llegar a su preciado orgasmo.

—Mierda Beomgyu termina los jugueteos de una vez por todas —le dijo Taehyun jalando su cabello, alzando la mirada del menor y haciendo que se escuchara un obsceno pop cuando la erección salió de sus hinchados y rojizos labios—. Abre tu boca bebé, yo me voy a encargar ahora.

Beomgyu no dudó en hacerlo, gimiendo alrededor del grueso falo cuando fue introducido a profundidad, sin prevención y cuidado. El menor no podía soportar tomar todo el miembro de su pareja por completo, siempre se ahogaba, así que optó por ayudar a su novio con el trabajo, moviendo su mano sobre su base, masturbando mientras tomaba todo lo posible de la erección, succionando y moviendo su cabeza al rito con el cual Taehyun movía sus caderas y jalaba sus cabellos.

El menor lloriqueó de necesidad cuando Taehyun le felicitó y le dijo lo hermoso que lucía con su boca siendo violada con su sexo. Beomgyu solo podía trabajar con su propia erección y con mantener su boca disponible para Taehyun, soportando las inmensas ganas de gemir tan alto que todos podrían escucharlo.

Sintió su vientre tensarse a penas Taehyun le dijo en medio de un jadeo que estaba cerca. Lo necesitaba, lo ansiaba y rogaba por sentir todo el semen en su boca, quería degustarlo y demostrarle a Taehyun que podría tomarlo sin importar lo abundante que fuera.

Y entonces la sensación de ahogo y mareo lo inundaron junto a su propio orgasmo, gimiendo cuando al mismo tiempo, Taehyun se corrió en su boca, llenándolo y gimiendo mientras murmuraba su nombre.

Beomgyu ni siquiera pudo recuperarse del orgasmo cuando Taehyun ya lo había jalado hacia su regazo y lo había besado. Beomgyu no dijo nada, solo se dejó hacer, agotado y con una sonrisa satisfecha.

Taehyun besó su sien y su mejilla, encargándose de su chico acomodando su ropa interior y abrochando sus pantalones al igual que los propios, acomodando ambas prendas y riendo cuando vió a Beomgyu con sus ojos cerrados y una dulce sonrisa, apoyándose sobre su pecho y con el cansancio llenando su cuerpo.

—Vamos, solo queda una hora más para que termine el trabajo, entonces podrás ir a tu habitación a dormir cómodamente.

—Pero aún faltan tres horas —Taehyun negó.

—Le prometí a Hueningkai que almorzaría hoy con ellos, así que también vas a salir antes.

—Agradezco a Hueningkai, estoy harto de Hani —Taehyun soltó una carcajada—. ¡En serio! Ni siquiera odié tanto a Irene como la odio a ella, y eso que no es mi jefa.

—Está bien, creo que no entendió bien tu trabajo. Hablaré con ella y le diré que únicamente te llame cuando se trate de cosas que tengas que decirme personalmente. Las agendas ella tiene que administrarlas junto a los demás a su mando. Tú solo eres mi asistente personal.

Beomgyu asintió y le agradeció, aun abrazándolo y respirando hondo.

—Iré a terminar mi trabajo, dejé pendientes unos papeles en papelería, te los traeré en un momento —Taehyun asintió y besó sus labios rápidamente, viendo al menor salir de la oficina dedicándole una última sonrisa divertida yéndose del lugar.

Taehyun limpió el desastre que ambos habían dejado, y terminó por esperar a Beomgyu con los papeles para trabajarlos y terminar para así irse pronto.

Llevó a Beomgyu a casa y se despidieron con un profundo y duradero beso de despedida. Entonces cada quien tomó su camino, Taehyun a su casa con su familia y Beomgyu con la propia.

Apenas Taehyun llegó a su casa, vió la mesa bien colocada y a Hueningkai sirviendo en cada uno de los tres platos.

—Pensé que Soobin almorzaría con nosotros —dijo Taehyun saludando a su esposa con un beso en su mejilla, evitando el beso que dirigía hacia sus labios. Revolvió el cabello de su hijo y se sentó en su lugar.

—Al final no pudo, había olvidado que tenía cita con el médico. Al parecer iban a posponer la cita con su médico por falta de dinero. Cómo Beomgyu perdió la paga de una semana entera apenas tienen para comer —Taehyun dejó los palillos que antes había tomado a un costado y miró fijamente a su hijo.

—Beomgyu no me dijo nada, pude haberle adelantado el pago del mes.

—Quizá no quiso molestarte. A Soobin le dije algo parecido y me dijo que no —Taehyun miró su celular sobre la mesa y se cuestionó si debería llamarle a Beomgyu y darle el dinero, quería decirle que pagaba el tratamiento pero sería demasiado obvio y sospechoso para los demás.

—No creo que sea justo, ya saben, sí, Soobin es tu amigo pero Beomgyu debe esperar al igual que su madre como todos los trabajadores para recibir su paga.

Taehyun no dijo nada. Suspiró cansado y asintió, conteniendo sus ganas. Luego le daría dinero, no le importaba, solo quería que estuviera bien él y su familia.

Luego de una cena con su familia, riendo y con Hueningkai contando cómo Soobin se había caído por "karma" luego de golpearlo por haberle ganado en un juego, Taehyun terminó de ayudar a Yuna con la limpieza del comedor y de la cocina, subiendo a su habitación agotado, quitando su camisa blanca y desabotonando las mangas de su camisa.

Yuna entró con una suave sonrisa y lo abrazó por detrás, sintiendo como la mujer depositaba un beso sobre su cuello.

Sabía a lo que quería llegar.

—Yuna... basta —ella hizo caso omiso y pasó sus manos por su cintura, llegando a sus pantalones a punto de desabrocharlos pero Taehyun la detuvo sosteniendo sus manos entre las suyas—. Estoy cansado, de verdad. Tuve un día muy pesado y me gustaría tomar una ducha y luego dormir un poco.

Yuna asintió cabizbaja, sentándose en la orilla de la cama sin apartar la mirada de los movimientos de Taehyun, viendo como tomaba una toalla y entraba al baño. Llevó sus manos hacia su rostro y se apoyó en ellas respirando hondo.

Algo no estaba bien, llevaba insistiendo a Taehyun días y nunca le hacía caso, siempre la rodeaba y le decía que estaba cansado o inventaba algún pretexto.

Casi podría pensar que Taehyun ya no gustaba de ella o... No. Yuna no quería pensar en aquella posibilidad pero entonces un nudo se colocó en su garganta.

¿Y si Taehyun la estaba engañando con alguien más?

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