Parte Única
Taehyung suspira secando sus manos en un trapo después de haber lavado trastes sucios que los clientes dejaban. Su cuerpo se sentía tan cansado que solo deseaba recostarse un rato.
Su día se había basado en caminar de aquí para allá, y su cansancio fue el doble pues su pequeño compañero había faltado ese día, y dios, ¡Lo mataría cuando lo viera!.
Revolvió su cabello castaño, sus ojos se volvieron al pequeño sofá que había en una esquina, cerro sus ojos tratando de no caer en la tentación, pero fracasando.
Haciéndole caso a su subconsciente, un suspiro largo y aliviado sale de su boca, al sentir su cuerpo dejando de sostenerse y el trabajo de sus piernas pasándoselo al sofá, una sonrisa tonta aparece en su rostro.
Por fin, por fin, por fi...
La campanilla suena. Inevitablemente un quejido sale de su boca.
¡Eran las once de la noche en un sábado!, ¡¿Quien sale a esa hora?!.
Levantándose completamente desanimado, se dirige hacia la puerta que separaba la cocina de la barra de pedidos y las mesas donde los clientes llegaban, posicionándose frente a la puerta, movió sus hombros de atrás hacia adelante, formando una sonrisa amable en su rostro, finalmente, abriéndola, maldijo a su pequeño compañero por haberse ido temprano.
Sin levantar la mirada, tomo su mini libreto del estante que había aún lado junto con un bolígrafo, y camino hacia la barra rosa, acomodando su uniforme que se había arrugado levemente al recostarse, el cual consistía en un simple pantalón blanco, y una blusa azul mas el delantal negro. Pudo apreciar unos brazos cruzados cubiertos de cuero negro, lo cual ignoro. Aun sin levantar su vista.
-¡Bienvenido a Tan!, ¿Desea ordenar algo?.- Pregunto, maldiciendo interiormente cuando el bolígrafo cayó, se agacho, levantándolo.
-¿Tu en un platillo cubierto de chocolate, se puede, Bonito?.- Un voz entre ronca y suave le hizo sobresaltarse.
Su mirada se levanto sorprendida, topándose con unos orbes oscuros que lo miraban con jugueteo y coquetería, recargado sobre la barra, mechones largos y negros caían por su frente levemente sudada por el infierno de calor que había en la ciudad, incluso de noche. Vestía una simple blusa blanca y sobre ella una chaqueta negra de cuero, y probablemente, sus pantalones también. Un cosquilleo dentro de su estomago se hizo presente.
Frunciendo el entrecejo, se cruza de brazos, entrecerrando los ojos fingiendo molestia.
-¿Que clase de hombre eres para hablarme así?.- Taehyung hablo indignado, sus enormes ojos recorriendo la cafetería, dándose cuenta, que no había nadie más que ellos dos.
Sonrío internamente.
-Mmh...- Puso su puño sobre su barbilla, fingiendo pensar.-... Puedo ser el hombre que quieras, Bonito.- Una sonrisa coqueta cruzo su rostro, atrapando su labio inferior que estaba adornado por un piercing, jugueteo con el.
Taehyung sonrío, esta vez, con sinceridad. Sus brazos cayeron a sus lados relajados, y las volvió a levantar, esta vez para estirarlos hacia el hombre vestido completamente de cuero negro, invitándole a que cruzara la barra.
-Te extrañe mucho, ¿por que no habías venido?.- Le murmuro con suave enojo, haciendo un puchero triste, el cual impulso aun mas al hombre a cruzar la barra, pero al no encontrar la entrada, bufo.
-¿Donde mierda se entra, joder?.- Pregunto con molestia, sus oscuros ojos mirando con atención tratando de encontrar la abertura, su mirada se levanto hacia Taehyung, quien había aguadado sus ojos tal como un cachorrito querido comida y sus labios rosados gritando ser besados. Aquella imagen término con su paciencia-... A la mierda.- Susurro, levantándose sus piernas sobre la barra, y brincando sobre ella.
Taehyung brinco sobresaltado cuando el trabajado cuerpo del hombre apareció repentinamente frente a el, pero eso no evito que sus brazos abrazaran el cuello del mayor, mientras se impulsaba hacia arriba y levantaba sus piernas, las manos del hombre tomando sus rellenos muslos ayudando a enrollarlas en las caderas cubiertas de cuero negro.
Con una sonrisa traviesa, Taehyung rozó sus labios con los del contrario, quien cerro sus ojos aspirando el aroma del castaño.
-Mmh... Tan delicioso, ¿sabes cuanto tuve que usar de mi control para no venir aquí y tomarte como dios manda, Bonito?.- Le susurro, sus ojos abriéndose para admirar la obra de arte que amaba, su lengua lamiendo el labio inferior de Taehyung, quien formo una gran y alegre sonrisa cuadrada.
-¿También me extrañaste, Jungkook?.- Murmuro, juntando sus narices, rozandolas en un suave y tierno beso esquimal.
-Tanto, tanto que no había día en el que no sacara mi celular y mirara tu foto, ¿sabes cuanta tranquilidad me dan tu preciosos ojos, amor?.- Junto sus frentes, sus brazos apretando la cintura de Taehyung para apegarlo aun mas a el y cuidando de que las piernas morenas del castaño no lo soltasen.
Taehyung sonrío, finalmente, uniendo sus labios con los contrarios.
Sus besos fueron lentos, la lengua de Jungkook pidiendo permiso para entrar y Taehyung aceptándola. Las manos de Taehyung se enterraron en el cabello de Jungkook, quien dirigió sus manos al trasero del castaño, apretujándolo con suavidad. Lenta y cuidadosamente camino hacia la puerta, volteandose para que su espalda la abriera, aun sin soltar a Taehyung ni dejar de besar su boquita.
Cuando Jungkook encontró el sofá, donde Taehyung cabría perfectamente, lo recostó, un quejido salio del castaño cuando se separaron, Jungkook sonrío divertido, dando pequeños besos sobre sus labios, recorriendo la línea de su mandíbula, hasta hacer un pequeño recorrido por su cuello tibio. Las piernas enredándose aun mas sobre su espalda.
Se centro en esa parte del hermoso cuerpo del moreno, mordisqueando con suavidad y succionando, dejando marcas rojas que se encargaba de lamer.
Tocar a su amado era como tocar el cielo.
-No aquí...- Susurro un acelerado Taehyung, tomando las mejillas de Jungkook entre sus manos-... ¿Esperas a que cierre y vayamos a mi casa, bebe?.
Jungkook frunció el entrecejo, listo para repelar, pero cuando Taehyung empezó a dejar repetidos besos sobre sus labios de aquella forma tan linda, no pudo negarse.
-¿Por que me haces esto?.- Jungkook beso la nariz de Taehyung, sus gorditas mejillas por todos las donas que comía, las mordió con deleite, sin llegar a lastimarlo. Taehyung soltó una risita que le inundó su corazón de esas asquerosas mariposas que sentía cada vez que miraba a Taehyung.
-Será rápido, anda.- Murmuro con una sonrisa, y con un ultimo beso en el pucherito que su chico malo tenia, lo aparto.
Jungkook, sin querer soltarlo, enredo sus musculosos brazos sobre la cintura de Taehyung, quien sorprendido lo regaño, pero el mayor lo ignoro. Taehyung siguió caminando con un Jungkook pegado a el, con algo de dificultad.
Posando su barbilla sobre el hombro de Taehyung, susurro-... Te amo, Bonito.
Las mejillas del castaño se sonrojaron con fuerza, sus manos poniéndolas sobre las de Jungkook que no lo soltaba, y tampoco es como si se quejara.
Se detuvo, volteandose. Ambos quedando frente a frente. Taehyung volviendo a tomar las mejillas de Jungkook, quien apretaba su agarre sobre las caderas de su castaño que moría por morder.
-Te amo mas.- Taehyung murmuro, y sin resistirse, volvió a pegar sus labios en un tímido beso.
Lo amaba tanto. Que no le importaba que sus amigos le dijeran que Jungkook era peligroso. Solo quería abrazarlo y besarlo para toda su vida.
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