1-Diferente
Los minutos pasaban casi demasiado lentos para el chico. Aunque debido a que no había casi nadie que atender y su compañero se encargaba de ello, pudo tomarse un pequeño descanso sirviéndose un café. Luego, con mucha tranquilidad, como si tuviese todo el tiempo del mundo, se acercó a una mesa, se sentó y sorbió un poco.
—Por lo menos el café está bueno aquí—pensó dando otro sorbo.
Miraba el teléfono y las noticias que había en las redes sociales. Estaba tan relajado que podía dormirse allí mismo. Cuando una notificación le llegó al teléfono. Era de la universidad, ya estaba una de las notas de una asignatura.
—Justamente de la materia que más me costaba...—pensó viendo el archivo antes de darle con el dedo y descargarlo.
Lentamente y tras suspirar, hizo click abriendo el documento con todas las notas. Cada alumno tenía un código en lugar del nombre. Buscó el suyo hasta encontrarlo y...¡aprobado!.
—Un 6,5...no está mal...mucho mejor de lo esperado. Una menos—suspiró muy aliviado y dio un sorbo—. ahora el café sabe mucho mejor sin duda.
Su compañero se acercó a preguntarle al verlo suspirar y la cara que tuvo durante unos pocos segundos.
—He aprobado la asignatura que peor se me daba—dijo alzando el pulgar.
—Enhorabuena—le dio una palmada en la espalda.
Cuando terminó su descanso, regresó a su puesto de trabajo y atendió a otras pocas clientas que no se quedaron, sino que pidieron café para llevar.
—Mejor, menos mesas que limpiar—pensó con una sonrisa—. ojalá todos los clientes se llevasen su café.
Vio acercarse a ambas chicas y darle el vaso vacío para que no tuviera que acercarse éste. Él agradeció el gesto y lo tiró al cubo cercano.
—Regresen pronto—dijo tal y como marcaba la normativa de la empresa.
—Queríamos darte las gracias por ayudarnos antes—dijo la amiga que era un poco más alta.
—No es nada.
Cuando Josh, el compañero de Tn se acercó, parecía algo nervioso. El chico se percató de ello, era como si la presencia de las chicas provocase ese sentimiento. Recordó que eran famosas, según dijo aquel idiota que tuvo que echar.
—Disculpad...¿sois Jenna Ortega y Emma Myers?—preguntó en un tono muy bajo para que no lo escuchasen al otro lado del local.
Ellas solamente asintieron.
—Mi sobrina es fan de vuestra serie...¿os importaría firmar unos autógrafos para ella?, se llama Martina—ellas asintieron y firmaron en un papel con dedicatoria—. muchas gracias de verdad.
—No es nada.
Tn veía esto con ojos y una forma relajada, hasta demasiada.
—Me sorprende que no las hayas reconocido—le comentó el hombre sonriente.
—Ciertamente...no sé quienes son—contestó tranquilo y limpiando un poco el mostrador, parecía que eso no iba con él.
Hubo un pequeño silencio y al mirarlas de reojo, vio que estaban sorprendidas.
—¿Lo dices de verdad?—preguntó Josh—. ¿acaso no tienes Netflix?.
—Trabajo para pagarme los estudios y como casi al día...creo que no. Ni Amazon, HBO...nada de nada, cuantos menos gastos mejor—respondió antes de dejar el trapo húmedo y sucio para lavar.
—¿Acaso vives en una cueva?—el hombre seguía sin creerlo.
—Pues casi...el otro subiendo me encontré unas ratas en las escaleras...—volvió a responder con el mismo tono y actitud de antes.
Tras esos segundos, sonó el teléfono de una de ellas, la de cabello oscuro.
—Nos vamos, seguramente volveremos—comentó antes de dar media vuelta y marcharse con su amiga.
Una vez desaparecieron por la puerta, Josh se acercó.
—¿Lo dices en serio?, ¿no sabes quienes son?
—Otra vez...no, no lo sé...ni tampoco me importan. Son clientas, personas normales con vidas. Yo solamente les sirvo el café, cobro y limpio.
Tras este momento que dejó atónito al hombre, regresaron al trabajo.
A Tn le tocó estar más horas para sustituir a uno de los compañeros. Justamente Zack, quien estaba ese día enfermo.
Ahora estaba más oscuro, pasaban más personas al local de al lado donde iba y venía según la gente que hubiese para aligerar la carga de trabajo a los compañeros. Más que nada porque ellos le daban algo de comer a veces, o le cocinaban e incluso invitaban. No eran exactamente amigos, sino compañeros.
—¿Por qué he aceptado trabajar en este turno y no se lo he dejado a otro?—al mirar su cartera y verla casi vacía, entendió todo—. ah, por eso.
Como local, estaba abierto hasta la madrugada. Todos atendidos en la otra parte mientras él, de pie y mirando la puerta, aguardando a que entrase alguien.
Afuera hacia frío e incluso caían algunas gotas, por eso la gente entraba, por la buena temperatura y huyendo del viento y el agua.
—Que aburrimiento...y todavía me queda media hora—miró el reloj de la pared—. al menos me pagan bien las horas.
Revisó su Instagram y vio a su jefe de vacaciones y tomando algo en un lugar mucho más cálido y acondicionado, con muchos lujos. Era el dueño de ese local y muchos otros, ganaba tanto dinero que se permitía esos viajes.
—Cliente—guardó el teléfono cuando escuchó la campanita.
De nuevo, era la chica quien se acercó cubierta para no ser reconocida.
—Hola de nuevo—dijo Tn—. ¿café?—ella asintió.
Tarareando una canción preparó el café y le sirvió. Ella pagó y se despidió pues era para llevar, aunque con ese clima era raro. Tn se asomó a la ventana disimuladamente, o mejor dicho, vio desde el interior como ella se subía a un coche. Pudo ver a la otra joven abrirle la puerta.
—Jenna Ortega...—pensó recordando el nombre antes de buscarla en redes—oh, la nueva Miércoles.
Estuvo en la barra hasta que llegó la hora de cerrar, si alguien quería café, tendría que pedirlo en la parte de comida rápida...y al ser del barato, casi nadie lo pedía. Ni siquiera los propios empleados salvo último recurso para no quedarse dormido.
—Menudo viento...—casi sale volando por el temporal.
Llegó a casa, se duchó y se fue a dormir.
Por suerte tenía tres días libres y cuando regresó, lo hizo algo más sonriente. Todas las asignaturas aprobadas y llevaba las tareas al día.
El regreso al trabajo y la siguiente semana pasó bastante rápido. Pero no volvió a ver a Jenna durante ese transcurso de tiempo. Quizás estaba de pasada para algo. No obstante, no le daba muchas vueltas y en su cabeza estaba en otro mundo a pesar de que no se le notaba.
Hasta que la campanita sonó y volvió a la realidad. La vio aparecer pero con otra ropa, acompañada de Emma si mal no recordaba y otras dos personas que igualmente estaban con gafas o una bufanda para evitar ser reconocidos.
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudaros?—preguntó el chico con toda la tranquilidad a pesar de su presencia.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo.
A partir del siguiente veremos ya desde la perspectiva de ellas y no solamente Tn.
Está historia será más extensa, no solamente 10-12 capítulos :D
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