BONITA
MARINFORD. Hace 10 años
La noche se cernía en la base principal de la marina, las estrellas estaban ocultas tras las gruesas nubes de tormenta, con solo las luces de algunas oficinas o casas, para combatir la oscuridad que la lluvia habia traído. Entre esos apartamentos estaba el de la Almirante Aokiji.
De hecho la única luz que habia en la casa provenía de la habitación, un simple cuarto compuesto por un armario, una cómoda; que usaba de tocador, un espejo completo y una cama llena de almohadas, peluches y mantas suaves. Kuzan estaba sentada enfrente de su espejo de piernas cruzadas, viendo detenidamente su rostro, tenía las mejillas sonrojadas.
[[Nariz respingada y redonda, sus ojos brillantes y grandes, sus labios jugosos y suaves en su cara afilada y elegante]]
De recordar esas palabras su cara se ponía más roja. Sus manos bajaron su antifaz con fuerza sobre sus ojos. Y no era para menos su ego se inflaba como pecho de fregata magnifica, y es que esas palabras habían salido de la boca de...!AKAINU¡...
Ese hombre trataba a Boa Hancock de puberta mimada, BOA HANCOCK la denominada "Mujer más hermosa del mundo", y Akainu no la trataba como eso, para él era una pirata más. Y justamente ese mismos hombre la habia descrito a ella como "bonita". A ella... Kuzan no se consideraba como una mujer muy arreglada, pero no era un desastre con patas, pero...
Su cuerpo no era especialmente curvilíneo o suave a la vista, era delgada pero fibroso, sus pechos eran pequeños, y las capas de ropa que usaba no ayudaban mucho a que se notaran más, a diferencia de otras mujeres. Por lo que no era muy orgullosa de su apariencia física, ella misma diría que su atractivo venia de su personalidad amable y suave. Pero aun así se sintió bien que alguien como Akainu le dijera bonita fue algo nuevo. O
*suspiro*
De forma lenta comenzó a quitar sus manos de su cara, para verse nuevamente al espejo. Acariciando sus mejillas, con la punta de sus dedos.
*suspiro* Su sonrojo seguía en su cara.
Horas antes cuando apenas habia escuchado esas palabras no les dio importancia, las habia dejado de lado, pero mientras tomaba su siesta es que le habia dado vueltas a ellas, dándose cuenta que en efecto Sakazuki objetivamente la encontraba atractiva, posiblemente más hermosa de lo que era "La Emperatriz Pirata", y eso fue lo que hizo que su corazón latiera igual a la primera vez que se topó con Akainu. Porque sí el Almirante de magma tenia atractivo físico, su personalidad era repelente hasta cierto punto, y cuando habia sido más joven era más atractivo.
-ˏˋ♥̩͙♥̩̩̥͙♥̩̥̩⑅⑅♥̩̥̩♥̩̩̥͙♥̩͙ˊˎFLASH BACK-ˏˋ♥̩͙♥̩̩̥͙♥̩̥̩⑅⑅♥̩̥̩♥̩̩̥͙♥̩͙ˊˎ
Kuzan caminaba con la mirada fija en un papel para recordar a que edificio debía llegar, cuando estuvo a punto de caerse...
Resulta que en su camino de búsqueda no se vio que se dirigía hacia una pared, chocando con ella, y tropezándose de espaldas con el barandal del puente. Se hubiera caído desde una altura de 90 metros, de no ser por una mano grande y fuerte que la sostuvo del antebrazo y la jalo para volverla a poner en el piso del puente.
-Ten cuidado- fue el regaño que llego a los oídos de Kuzan, antes de poder ver a su salvador. Y frente a ella habia un chico bastante atractivo que tenía el ceño fruncido con...preocupación, incluso le sobo con cuidado el golpe de su frente
-ˏˋ♥̩͙♥̩̩̥͙♥̩̥̩⑅⑅♥̩̥̩♥̩̩̥͙♥̩͙ˊˎEND FLASH BACK-ˏˋ♥̩͙♥̩̩̥͙♥̩̥̩⑅⑅♥̩̥̩♥̩̩̥͙♥̩͙ˊˎ
-Mmmgh, estúpida juventud- susurro Kuza, mientras se acostaba en el suelo de su habitación, viendo al techo tratando de ordenar sus pensamientos, emociones y cuerpo.
Sin más que hacer se levantó, sintió como de su coño fluían jugos mojando sus bragas, e incluso los pantalones de su pijama, esto era bastante incómodo. Por lo que la mujer opto por tomar una ducha fría, para calmarse.
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Una semana después Kuzan estaba sentada nuevamente frente a su espejo solo que esta vez habia un montón de cosméticos, y materiales de skincare, además que en su cama habia ropa, trajes que eran diferentes a lo que solía usar. Pantalones más cortos y pegados a sus piernas.
Unos días atrás mientras hablaba con la capitana Hina surgió el tema de que al parecer Aklainu encontraba a Kuzan atractiva, y la mujer jaula vio una oportunidad de oro.
[[-Hina piensa. Sí ustedes salieran, ¿Tal vez el Almirante Akainu estaría más amable?- dijo Hina viendo a su superior como si viera la respuesta a su plegarias...
-Hina, estás ...¿Cuál era la palabra?...como esa no es una posibilidad- dijo Kuzan, agitando la mano para quitarle importancia a las palabras de la otra mujer...
-Hina dejara el tema- respondió Hina...]]
Pese a que habia dicho eso, lo cierto es que al momento de salir al almuerzo la peli rosa, la tomo de la muñeca y la llevo de compras...
Y Kuzan no se opuso, solo obedeció mansamente a donde Hina la llevaba.
Dios incluso la chica menor la llevo a comprar lencería...
Con un enorme sonrojo Kuzan comenzó a doblar y guardar la ropa que habían comprado, luego volvió a ver las cosas de belleza y cuidado personal, Hina y las vendedoras le habían dado consejos, tips instrucciones sobre cómo usarlos, pero aun así se sentía raro, nunca antes habia usado o tenido interes en usarlo.
Kuzan se metió a la cama y pago la luz, no quería pensar más en lo que Hina y varias otras mujeres habían insinuado, incluso Tsuru-san lo habia insinuado.
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-¿Y..?- la pregunta inconclusa de Borsalino hizo que Sakazuki levantara la mirada de su papeleo. Levantando la ceja cuestionando a su "hermano" sobre a que se refería.
-Kuzan...- dijo Borsalino, ladeo la cabeza esperando ver una reacción en el hombre de magma.
-¿Qué pasa con ella?- pregunto Akainu mientras regresaba la mirada sus documentos. Borsalino levanto la ceja ante la actitud de Sakazuki, para cualquiera parecería algo irrelevante, pero él sabía cuándo el menor quería esconder algo, y resulta que él sabía exactamente que era.
-mmm, ya sabes, su...- comenzó a decir Kizaru, levantándose de su asiento y sentándose en el escritorio del otro, dándole la espalda -Vestido...- dijo, y sonrió sabiendo perfectamente que su hermano habia apretado su pluma.
Sakazuki se puso rojo, apretando su pluma, y respirando lento y profundo para que el cuarto no subiera tres grados la temperatura de la habitación. Y no era para menos, Kuzan a su vista se veía sensual usando esa falda que llegaba a la mitad de los muslos de la de pelo rizado, dejando ver las torneadas piernas de la menor, sumado a los tacones que usaba, hacían que Sakazuki se sintiera más caliente que de costumbre.
La primera vez que vio a Kuzan con este cambio de vestuario parpadeo varias veces antes recomponer y poder actuar normal. Pero para colmo no solo, kuzan, habia cambiado de ropa, también en su arreglo personal, no era algo muy grande, pero si resaltaba, la mujer de hielo estaba usando un delineado que resaltaba la forma de los ojos y el brillo labial, que hacía ver sus labios mucho más apetecibles que nunca. Resumidamente Akainu, habia tenido un problema en su entrepierna.
Pero justamente hoy, se dio cuenta de algo, Kuzan decidió usar un vestido blanco...
Un vestido blanco compuesto por un corset de encaje, que hacía que sus pechos se vieran más grandes y redondo, con tirantes diminutos que si no fuera porque el color contrastaba en la piel de Kuzan parecería que no habia ninguno, pegado a su silueta hasta terminar arriba de las rodillas, con una camisa azul usada como chaqueta, que caía de los hombros de Kuzan, y para rematar su antifaz estaba en su cuello a una suerte de collar, dejando el cabello suelto y solo con unos pasadores sosteniendo su cabello en su lugar.
Al verla así, Sakazuki hizo lo único que pudo hacer, dar media vuelta y alejarse de donde estaba Kuzan...en especial porque no quería ver o saber él porque del cambio de apariencia de la de pelo rizado. No se creía capaz de soportar saber o ver quién era el receptor de sus afectos.
Borsalino sonrió, curiosamente Kuzan habia empezado a vestirse diferente y a verse "delicada" días después de que su hermano hablara de porque Kuzan era más hermosa que Boa Hancock; Borsalino sonrió enormemente esa vez al saber que su hermano estaba tan enamorado que incluso la mujer más hermosa del mundo palidecía ante la persona víctima de su amor.
-ooh~ hohoho. Punto blando...- dijo Borsalino viendo de reojo a su amigo de años.
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Kuzan se sentía decaída, su cuerpo estaba recargado contra su escritorio. Akainu no habia hecho nada para acercarse más a ella.
Su mirada se fijó en sus uñas...
Tashigi le habia preguntado si podía usar su habilidad de akuma no mi para hacer uñas de hielo. Resulto que sí y se veían bonitas, completando su loock más "femenino"...
-¿Por qué...?- susurro Kuzan mientras se deslizaba lentamente de su asiento y escritorio hasta caer de rodillas al suelo.
Sentía que todo lo que habia hecho hasta ahora no estaba dando resultados.
-Tsk...- con un chirrido se puso de pie dispuesta irse a quejar con Akainu, ese maldito perro la iba a escuchar, con pasos firmes se dirigía a la oficina del mayor -Maldito ya me va escuchar- susurro para si misma mientras recorría los pasillos iluminados por las luces.
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Era noche cuando Akainu seguía ocupado terminado unos papeles. En su afán de no encontrarse con Kuzan termino haciendo todo el papeleo de un mes, ¿cómo? Bueno ni él mismo quería pensar en ello.
Se estiro en su silla, ahora tenía que pensar en cómo evadir a Kuzan por el resto de su vida.
*PAM*
El fuerte portazo hizo que centrara su mirada hacia el frente topándose con una Kuzan bastante enojada.
-¿Qué haces aun acá?- estaba sorprendió, para esta hora la menor ya debería de estar en su departamento.
-¡TÚ!- kuzan le señalo con el dedo, mientras sus ojos lo veían directamente mientras fruncía el ceño, su postura era encorvada hacia adelante, causando que la camisa cubriera un poco su escote. Cada paso que daba dejaba detrás de ella una pisada de hielo.
-¿Yo?- Akainu parpadeo confundido ante la declaración de la menor.
*TAN*
Las palmas de Kuzan se estrellaron con fuerza en el escritorio del mayor causando que algunos papeles se cayeran al suelo. Kuzan estaba inclinada sobre su escritorio, el amplio escote de la menor estaba a solo centímetros de la cara de Sakazuki, haciéndolo sonrojar y obligándolo a levantar la mirada para no tener un derrame nasal.
-¿A qué te refieres?- ella seguía con el ceño fruncido y en sus ojos brillaba algo.
-Me has estado evitando todo el puto día- el tono era agresivo y a pesar de que no gritaba, la falta de más ruido hacia que sus palabras aunque fueran un susurro se escucharan fuertes y claras.
Akainu no tenía ninguna excusa o forma de decirle que eso no era así. Fueron varios minutos donde estuvo callado pensando en cómo mentir.
-Tsk. Pensé que te gustaba- una estela de hielo se formó en el escritorio de Akainu, Kuzan se enderezo y se cruzó de brazos dando media vuelta -Pero *suspiro* debí escuchar mal- se le notaba apagada, sus brazos pasaron de estar cruzados a abrazarse a sí misma, su cabeza se escondió contra sus hombros.
Era la primera vez que Sakazuki la veía tan ... sola.
Antes de que Kuzan llegara a la puerta, el mayor se puso de pie, rodeo su escritorio y la envolvió en sus brazos.
-Te amo- susurro, mientras apegaba más a Aokiji contra su pecho -Solo...pensé que no sentías lo mismo- confeso, deposito un suave beso en la coronilla de Aokiji.
Kuzan se sentía cómoda y cálida entre los fuertes brazos de Sakazuki.
-Eres la mujer más hermosa que haya conocido- dijo Akainu, apretando el abrazo -En todo aspecto. Y no...supuse que odiarías estar cerca de mí- él era bastante consiente que sus ideales chocaban constantemente con los de ella, pero aun así se sentía atraído hacia ella.
-Idiota- susurro Kuzan, mientras se acomodaba entre los fuertes brazos del mayor...
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