El viernes en la mañana todo había ido como siempre iba cada vez que pisaba el centro de apoyo para jóvenes con cáncer en Seúl, bajar a la sala y desayunar el típico desayuno infantil donde mi madre le coloca cara a todo porque eso la hace creer que yo también sonreiré como lo hacen mis huevos de ojos tuertos, luego mi padre tendría la fantástica idea de colocar música a todo volumen mientras viajamos al centro y yo sufro en la parte de atrás del automóvil porque Big Bag destroza mis oídos y ya de ultimo pero no menos importante era el tener que escuchar comentarios de los 16 jóvenes y niños que estaban igual o en mejores condiciones que la mía.

La verdad, el centro no era tan malo si obviamos la parte donde todos nos levantamos y empezamos una oración a un Dios que nos ha negado un poco, luego nos repartirían esas riquísimas y para nada saludables galletas con un poco de chocolate y ya por último vendría la charla angustiante donde todos compartirían su opinión y momento actual de salud

En mi caso simplemente me quedaba callado a la espera de que la hora y media pasara rápido para simplemente huir y volver a mi cama caliente y gigante.

Ese día como los otros el chico Park – quien se encargaba de ser guía – termino pidiéndonos que charláramos entre nosotros, haciendo pequeños grupos de 4 o más personas para así hacer una dinámica de aprendizaje, en mi caso simplemente deje que mi pequeño grupo de cuatro personas hablaran y yo me quede callado – como toda las veces.

- ¿Nada que comentar esta vez Yoongi? – negando ante le pregunta qué saco un suspiro a más de uno simplemente espere que el final llegara – era complicado, había quedado entre ellos como el pesimista suicida que aún no moría por quien sabe que – vale, en ese caso creo que la charla ha terminado el día de hoy, les espero el lunes.

Todos asintieron, mientras empezábamos alejarnos de aquella habitación dirigiéndonos hacia la salida, lo gracioso de todo es que ese día no me esperaba ni mi madre ni mi padre a las afueras del centro sino más bien Taehyung, quien feliz y con un abrigo igual de grande que el mío corrió directo a mí para abrazarme y alzarme en los aires mientras yo intento sujetarme cómo puedo de su cuello.

- Pensé que volverías la otra semana – ya en el suelo caminé hasta el auto encontrándome con Jimin en la parte delantera. Quien bastante feliz me saludo y me entrego un pequeño presente de aquel viaje, era como un requisito que se habían planteado los dos, si yo no podía viajar ellos harían como si yo de verdad estuviera en ese viaje – un gusto volver a verte jiminie

- Igual, ¿Cómo estuvo el centro?

- Mortificantemente muerto y aburrido como siempre – tras aquello ocupe el puesto trasero mientras Jimin reía de mi mal chiste, mortificantemente muerto, ya saben porque todos tenemos cáncer... y quizás solo la mita sobrevivamos ¿se entiende? Ok no, aburridos, como decía después de tomar asiento el auto simplemente arranco llevándome a algún sitio que vendiera comida decente.

Taehyung no dejaba de hablar sobre todo lo que hicieron Jimin y él en su viaje al bosque de un país bien lejos de corea mientras que Jimin asentía a cada palabra y yo simplemente intentaba mantenerme al tanto de todo y no concentrarme en que el aire frio del día me ahogaba y necesitaba mi inhalador para respirar un poco, llegamos rápido a un centro de comida chatarra.

Con ayuda de los dos baje del auto y camine apresuradamente al centro, adentro estaba cálido y el clima era bastante acto para mis pulmones contaminados de bacterias y liquido

- Esperen en aquella mesa voy por las cartas y algunas bebidas – Jimin y yo caminamos hasta la mesa de la esquina, el chico de mejillas regordetas estaba mejor que la última vez que le había visto, su color de piel era mucho más humano ahora por no decir que algo de su cabello negro por fin se asomaba entre ese gorrito tejido de color gris.

Taehyung al igual que Jimin vestían igual, era como si los dos enserio se tomarán enserio eso de vestir como parejas solo para no tener arrepentimientos de lo que pudieron hacer o ser.

En cierto punto verlos tan bien me daba algo de envidia y a la vez felicidad, ellos gozaban de una hermosa relación mientras que yo estaba aquí, intentando seguir vivo para complacer a mis padres y a la vez intentado no darle lastima a nadie.

Patético, ¿no?

En fin, Taehyung llego con algunas bebidas y la carta de pedido bajo su brazo, tomo asiento al lado del cachetón y como era de esperarse nos enfrascamos en una conversación alegre de que hacer antes de morir y porque morir era tan divertido como ver a un payaso quemándose.

Amaba a estos dos, quizás eran los únicos que de verdad intentaban hacer de mi enfermedad algo gracioso para no hacerme sentir menos miserable en la vida, no andaban con sus comentarios de puntita para no incomodarme y simplemente eran ellos dos siendo ellos mismo

- Venga dame eso, no vaya a ser que mi belleza te deje sin aire en los pulmones y ahora si mueras – Jimin reía mientras yo intentaba contener la carcajada que quería abandonar mis labios mientras Taehyung alzaba mi teléfono para poder tomar la foto de nosotros tres – tu madre me ha dicho que piensas constantemente en mi Yoongi, lo siento amigo, pero tengo novio y serle infiel no está en mis planes, pero oye si te sirve de consuelo puedo darte algunas fotos de mi pene para que te masturbes.

Ahora si reía a carcajadas mientras Jimin tapaba su rostro sonrojado y Taehyung sonreía de aquella manera petulante como si su belleza enserio fuera tan mortífera.

La camarera llego 10 minutos después con nuestros pedidos, aquí entre nos, en mi casa jamás me dejaban comer algo que no estuviera clavado en la estúpida dieta especifica de gente que se está muriendo de cáncer, si no fuera por las salidas improvisadas de Kim y sus ganas de hacerme vivir "una vida normal" de adolescente de verdad estaría muerto, odiaba la avena cocida

Mientras que me llevaba una papita frita a la boca, la puerta del local fue abierta dando paso a un grupo grande de chicos y solo 3 chicas entre ellos, venían riendo y fumando, no pude evitar voltear un poco a ver que tantos eran, era casi estúpido ignorar un grupo de 15 chicos dentro de un local cuando prácticamente todos en el lugar se habían quedado en silencio para voltear a ver a todos aquellos jóvenes que estaban causando un desastre uniendo mesas, arrastrando sillas y riendo como si solo fueran ellos ahí.

Lo más gracioso de la situación fue cuando uno de los chicos, ese que tenía a una de las chicas encima prácticamente sobre su espalda se me hacía familiar, era el mismo chico de la clínica, solo que ahora su cara no estaba de colores fríos como violeta verde ni tampoco tenían costras de sangre, su cara lucia mejor y cualquier rastro de pelea había desparecido como si nunca hubiera estado ahí.

- Creo que es momento de irnos, el olor a cigarrillo se ha concentrado mucho y tus pulmones de verdad no estarían contentos si llegaras a ahogarte aquí – asentí ante lo dicho mientras sacaba un tapa bocas de mi bolsillo – siempre llevaba esto encima, nunca se sabía cuándo podía necesitarse – Jimin tomo su pequeño bolso junto con su gorro, mientras tomaba la mano extendida de Taehyung, el brazo de Jimin había pasado por sobre mis hombros para arrastrarme con él, Kim iba delante prácticamente llevándonos y abriéndose paso entre los chicos que habían decidido tomar puesto justo cerca de la puerta.

El dinero de nuestra comida ya había sido dado y se había dejado algo de propina para la chica que nos había atendido, de verdad me estaba ahogando un poco y no era precisamente por el humo, sino más bien por la cantidad de oxigeno que había disminuido en el lugar y como el frio acentuaba este hecho

Ya cerca de la puerta regrese mi mirada por un momento hacia el grupo, y esos mismos ojos que había visto en la clínica ahora me miraban con curiosidad, al parecer no había sido el único que habían reconocido al otro, quizás solo era yo creyendo que la vida giraba raramente y el mundo se movía de forma misteriosa, pero justo en aquel momento no le preste la debía atención a cada suceso que había pasado en mi vida cuando había conocido al extraño chico de los golpes y lo que me había llevado a él.

Había pensado en su momento que solo eran coincidencias del destino, pero entonces me embargaba esta idea.

Las coincidencias no existían, el futuro era relativo y el tamaño de una ciudad se definía en que tanto salías y en que tanto conocías cada lugar de aquella zona, yo sin duda era un inútil intentado tapar las razones obvias de porque todo me tiraba a él.

El mundo podía ser pequeño a su forma.

ahora a mimir, xd disfruten viene mas mañana, ya es hora de mimir y corregir escritos viejos