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Capítulo 9: El orígen del SugaMon


Había pasado dos semanas desde la boda de Namjoon y Seokjin. En ese intervalo de tiempo no ocurrieron demasiadas cosas importantes salvo cuatro denuncias por parte de los vecinos al ver que Yoongi se colgaba del internet, un pequeño corte de luz en toda la cuadra porque Namjoon prendió el microondas  y una inundación porque Jungkook tapó todas las cañerías con sus peluches. A unos días de comenzar las clases del segundo semestre, los niños estaban cada vez más alterados. O quizás era porque Yoongi les dio demasiado dulces para que no lo molestara mientras "trabajaba".

— He pensado abrir mi propio restaurante — Le comentó Seokjin en una tarde tranquila mientras colgaban la ropa — ¿Crees que el banco me de otro préstamo?

Namjoon dudó un momento. La última vez que fueron a pedir un préstamo para pagar la explosión que causaron los niños cuando visitaron el Museo de Historia Natural, el banco prácticamente les había dicho que sería la última vez que les salvaría de todas las catástrofes que causaban. ¿En serio, a quién se le ocurre llevar a unos infantes al Museo? Namjoon lloró ese día.

— Quizás pueda hablar con papá...

En ese instante Taehyung saltaba de la ventana y caía a la piscina detrás de ellos. La sorpresa que se llevaron y el grito de enojo mezclado con el miedo se perdió en el insulto de Yoongi. Saliendo de prisa al patio y señalando a la ventana del segundo piso empezó una pelea con el menor de la familia.

— ¡Ni se te ocurra mocoso malcriado! — Yoongi estaba enojado, muy enojado y empapado de pies a cabeza — ¡Te alejas de la ventana ya mismo!

— ¡No quiero! — Jungkook siendo agarrado por Hoseok quería saltar hacia la piscina — ¡Sueltame, quiero volar como Iron Man!

Taehyung, que hace poco había aprendido a nadar, miraba la escena riendo y chapoteando en el agua. Su risa se apagó cuando sintió dos presencias detrás que emanaban un aura oscura. Giró su rostro y sonriendo como solo él sabía, se iba alejando más y más de la orilla mientras la mano de Seokjin se iba acercando hasta tomarlo de la oreja y sacarlo.

Jimin había vuelto de su jornada nocturna en el hospital y como siempre se había encontrando con otra típica escena. Negando con la cabeza y manteniendo una sonrisa en su rostro fue a la cocina a prepararse un sándwich, al mismo tiempo que observaba como los dos menores eran regañados y Namjoon caía por accidente a la piscina por enredarse con las sábanas que previamente estaba colgando.

— Ah... Que bueno es estar en casa.

Ese mismo día pero a la noche los que estaban siendo regañados ahora no solo eran los niños sino Namjoon y Yoongi. La familia que vivía al lado de ellos dejaron de cenar para escuchar la pelea. Desde que llegaron al vecindario varios vecinos estaban al tanto de sus "actividades " como familia. Hasta una vecina que vivía en la esquina empezó una página web donde relataba los sucesos más desopilantes y sin saberlo ellos se estaban volviendo algo reconocidos.

— ¡Cuantas veces tengo que decirles que ustedes como padres deben dar el ejemplo! — Sermoneo Seokjin mientras le empezaba a limpiar la herida a Taehyung — Y usted jovencito se aguanta ahora, quien le manda a correr con una caja en la cabeza.

Taehyung lloriqueaba porque se había raspado la rodilla. Tanto él y Namjoon habían empezado una carrera de súper héroes y terminaron cayendo de las escaleras. Sí, Namjoon también tenía una caja en la cabeza.

— Perdón papi, no lo volveré hacer — los ojos de Jungkook estaban muy aguados y su naricita roja tenía un moco verde cayendo — Pero es culpa de papá, él me obligó.

Yoongi que mantenía una bolsa de hielo en su ojo lo miró incrédulo.

— Y claro hijo, con lo infantil que es... — Jimin aguantó la risa al ver la cara amarga que puso su pareja — Pero no debes empezar una pelea con las sartenes contra papá.

Hoseok era el único que se mantenía al margen. No le gustaba meterse en problemas pero aún así siempre terminaba en medio de todos los problemas que causaban Taehyung y Jungkook.

— Aprendé de Hoseok, él siempre se porta bien, Tae — Le dijo Seokjin una vez terminado de ponerle una curita de hello kitty — Hobi, como el mayor tienes que guiarlos, a TaeTae y a Kookie. Por el bien de todos y de mi billetera, ¿si?

Hoseok por primera vez le habían pedido algo tan grande y sintió una gran responsabilidad puesta en él. Con orgullo sonrió aceptando el pedido de su padre. Taehyung y Jungkook bufaron.

— Y ustedes dos también deberían aprender de Hobi — Replicó Jimin.

Los hermanastros también bufaron.

Pero lejos de dar un buen ejemplo, Hoseok días posteriores de recibir un cargo tan importante como hermano mayor se hallaba ahí en el cuarto peleando con Taehyung  a tal punto de darse unos buenos golpes con sus puños pequeños y algunas jaladas de pelo y patadas cortas. Jungkook observaba, sus primos parecían pelear a muerte por dominar el lugar. Lejos de querer hallar una solución se levantó y empezó a pelear también.

— ¡Yo digo que la pintemos de rojo! — Gritaba Taehyung  teniendo los ojos llorosos.

— ¡No, tiene que ser verde!

— ¡Que sea azul como la banana! — Respondió Jungkook dando unos golpecitos.

Namjoon que había ido a la cocina por algo de comer regresaba al cuarto de los pequeños para ayudarlos a pintar las paredes, puesto que desde la mudanza han querido remodelar el cuarto acorde a sus gustos. No, pero en serio, ¿acaso no pueden estar cinco minutos solos sin la supervisión de un adulto? Jungkook se había cansado de pelear y empezó a tirar la pintura por todos lados e incluso les tiró a Taehyung y a Hoseok un gran balde de pintura amarilla.

— Jin me va a matar...

— ¿Y ya decidieron de que color pintar las paredes niños? — Seokjin llegaba del trabajo, aún tenía su uniforme de chef y una gran sonrisa que se fue desvaneciendo cuando entró a la habitación — ¿¡Que mierda hicieron!?

El lugar parecía un arcoíris completo y ellos incluidos estaban manchados de pintura. Seokjin al entrar se resbaló y cayó en un charco de pintura roja. Las risas no faltaron pero de pronto cesaron al ver que el golpe fue muy fuerte y Jin no se levantaba. Jimin pasó para ver como estaban y preguntar por tanto griterío cuando vio el estado en el que estaba su cuñado y no dudó en gritar eufórico.

— ¡¡Seokjin está muerto!!

— ¿Quién se murió? — Yoongi estando en el inodoro y con un periódico en la mano prosiguió con su papel de "a mi me vale verga todo" — ¡¿Llamo a la funeraria Jimin?!

Más tarde, otra vez los vecinos eran testigo de cómo eran regañados una vez más por la imprudencia y el desastre que ocasionaron. Tuvieron que calmar a Jimin para que no se desquitara con Seokjin y le diera primeros auxilios aunque este le dijera que solo era pintura. Yoongi llegó a la parte en donde Taehyung y Hoseok volvían a pelear entre ellos y sus padres trataban de separarlos. Jungkook por poco empieza a comer la pintura de no ser porque Yoongi lo alzó.

— ¿Por quién apuestas? — Preguntó a Jimin.

— 100 a que gana Tae y Seokjin — Respondió.

Otros diez minutos más tarde Seokjin y Namjoon exhaustos de hacer que no se peleen los hicieron sentar uno al lado del otro, enojados ambos y con lágrimas en los ojos no se querían ni mirar. Aquello había sido su primer gran pelea de hermanos y más allá de  estar enojados, estaban dolidos pero el orgullo es hereditario al parecer así que tardarían en disculparse con el otro. Aunque en el fondo, Hoseok quería hacerlo.

— Tienen que llevarse bien, no pueden pelear así otra vez — Habló Seokjin con voz suave — ¿Esta bien? ¿Me prometen que no van a golpearse más?

Taehyung y Hoseok seguían sin mirarse, de brazos cruzados y el menor haciendo pucheros. Namjoon suspiró.

— Hey, Yoongi, ¿recuerdas cuando éramos jóvenes y cómo nos llevábamos?

El rubio lo miró sin comprender y se encogió de hombros. Entonces Jimin lo entendió.

— Cierto, cierto, ustedes también no son hermanos de sangre pero comparten vínculo como si lo fueran.

Seokjin asintió sabiendo por dónde iba el tema. Namjoon salió corriendo por un álbum de fotos y volvió tropezando con el mismo charco que hizo caer a Seokjin. Taehyung y Hoseok se rieron, en un intervalo de cinco segundos se miraron para luego rechazarse.

— ¿Este será otra de sus historias y flashback? — Yoongi ya tenía sueño y Jungkook había empezado a dormir la siesta en su hombro. Jimin asintió — Genial, avísenme cuando terminen.

Y dándose media vuelta para irse el pelinegro lo detuvo aparentando el agarre.

— Esta bien, esta bien — Bufo y se sentó frente a sus sobrinos — Escuchen pequeñas mierdas, les contaré la historia de cómo conocí a su madre, eh digo, de cómo Namjoon y yo nos volvimos hermanos y mi vida se volvió miserable.

Un balde de pintura verde cayó sobre su cabeza. Su rostro se frunció y miró a Namjoon haciendo mueca.

— Si vas a contar la historia, hacelo bien.

***


El tiempo retrocedió a cuando la contaminación no estaba tan alta y los adultos no eran tan estúpidos como de costumbre. Se podía estar entre las calles de la ciudad vestidos como quien fuera a una fiesta de disfraces y las críticas hacia el comportamiento de los adolescentes parecían terminar en cualquier desagüe lleno de mierda. Antes que viniera la era en donde los robots encubiertos dentro de un aparato móvil controlara el cerebro de las personas, la gente salía a divertirse como si el mundo fuese acabar mañana. Total, que para aquella época salida de varias guerras, el mundo siempre estaba al borde de un colapso. Pero en fin, solo había una persona en aquel "pequeño mundo" que desde que era niño parecía tener un sólo propósito en su vida.

— ¡Yoongi! — Y había una madre cariñosa pero bastante molesta a primera hora de la mañana rompiendo aquel propósito — ¡Levanta tu flácido culo de la cama, llegarás tarde a la escuela!

— La puta madre... — Su primer insulto del día fue amortiguado por la almohada. Su fiel compañera.

Min Yoongi recursaba el primer año de la preparatoria, se había teñido el pelo de  rubio en el verano pasado, perforado la oreja izquierda, hecho un pequeño tatuaje en el tobillo derecho y haber estado en la correccional tres meses por golpear a un cliente mientras trabajaba en un supermercado. Su nuevo comienzo escolar parecía tenerlo demasiado entusiasmado, se le notaba en aquella sonrisa deslumbrante el tener que convivir con pubertos de quince años en un mismo salón durante los próximos meses. Por supuesto, era sarcasmo.

— ¡No te vayas sin desayunar! — Su madre lo detuvo mientras comía un pan duro de la noche anterior y en la entrada se ponía sus zapatos — Oh, casi lo olvido... Yoongi, hoy en la noche hay alguien que quiero presentar-

Pero Yoongi había cerrado la puerta sin dejarla terminar.

— Pendejo malcriado — Murmuró la señora Min.

Sentándose en la parte de atrás en el salón, ignoró todo la primera y segunda hora de clases e incluso a sus compañeros ya los había empezado a detestar por lo alegres que se veían en el el primer día de clases. ¿En serio, en qué mundo de Disney vivían? Claro que, durante el primer receso, su suerte vino en picada cuando un alto y torpe compañero le volcó sin querer su bebida.

— Oh lo siento, mi error — Min vio en esa mirada sonriente una clara evidencia de que la humanidad se estaba volviendo cada vez más tonta — Déjame limpiarte.

Pero lejos de ayudar empeoró todo rompiéndole la camisa.

Los demás estudiantes hicieron silencio y de a poco fueron saliendo del salón. Para cuando el profesor de historia llegaba al aula, vio al alumno Min tratando de tirar a Kim Namjoon por la ventana.

Y desde aquel incidente, lo que duró el resto de la cursada, Namjoon lo seguía a todas  partes para compensar su torpeza. Yoongi nunca tuvo amigos ya que siempre prefirió ser una persona solitaria para tener tiempo de hacer lo que le plazca, por lo tanto no sabía cómo aquel individuo seguía insistiendo en ser su amigo cuando ya lo había mandado a la mierda varias veces.

— Me enteré que eres recursante — estaban en la parada, para mala suerte del rubio, él también tomaba el mismo autobús — Entonces puedes darme los apuntes y así no tendré que estudiar el doble, te pagaría por supuesto.

Rodó los ojos. Sus apuntes habían terminado en el tacho de basura del vecino calcinando todo su precioso jardín de orquídeas. Sonrió ante ese recuerdo.

— ¿No eres el nerd de la clase o algo así?

Namjoon hizo un gesto pensativo. Que llevara un suéter y anteojos no lo hacía un nerd.

— Pero fue el primer día de clases, todavía no tuve la oportunidad de demostrar que soy superior a todos ustedes.

Oh vaya... Yoongi por un momento le agradó Namjoon. Sin embargo desistió de esa idea.

Caía el sol y el cielo se volvía naranja y rojo. La solitaria calle de su vecindario le daba la bienvenida pero había una sola cosa que no cuadrada en aquel paisaje. ¿Qué carajos hacia Kim Namjoon yendo en la misma dirección?

— ¿Vives  por aquí? — Preguntó y luego se golpeó mentalmente. ¿¡Por qué sacaba charla con el rarito!? — Digo, me importa una mierda, piérdete.

Yoongi escuchó una risita detrás de él y pasos siguiéndole hasta la entrada de su casa.

— ¿Disculpa...?

Aquel primer día de clases se había convertido en el primer día donde su vida cambió para siempre. Adiós comodidad y tranquilidad. Bienvenido a la extraña y nueva forma de vivir.

— Mi padre y yo nos mudamos recientemente al barrio. Nuestra anterior casa se derribó por una extraña inundación que se causó por una ruptura en la cañería de la cocina — Explicó sonriente y rascadose la nuca — Pero no le digas a mi papá que fue mi culpa. De cualquier forma, ¿Qué haces en mi casa?

¿Qué?

— ¡Oh Yoongi! — Su madre abrió la puerta abruptamente golpeando a Namjoon — Llegaste, justo a tiempo. El camión de mudanza llegará en unos minutos.

Yoongi dio media vuelta y empezó a correr fuera del alcance de su madre quien fue tras él gritándole, al lado de ella iba Namjoon sin entender mucho la situación y por todos los cielos, ¡¿quién era ese oficinista corriendo también detrás de él llamándole hijo?!

— ¡¿¡Se van a casar!?! — Gritaron ambos.

Luego de varias cuadras de tanto correr Yoongi desistió de aquella estupidez y volvieron a la casa a hidratarse y sentarse en la sala para una larga explicación. Básicamente el papá de Namjoon conoció a la madre de Yoongi en urgencias cuando Kim se había clavado un tornillo en la palma de  la mano durante el trabajo. Luego de seis meses de noviazgo que ambos chicos pasaron por alto porque la verdad estaban más concentrados en sus vidas como adolescentes que en la vida amorosa de una madre soltera y un padre divorciado.

— Veo que ya se conocieron  — Yoongi veía a su madre más feliz que de costumbre y en el fondo se alegraba por ella, pero por otro lado estaba disgustado con toda la situación — Entiendo que puede ser una noticia bastante abrumadora, pero espero que comprendan que nos hace muy felices que podamos formar una bonita familia. ¿Verdad?

Sin decir nada se dirigió a su habitación. Minutos después la puerta era abierta de golpe y su peor pesadilla entraba con una colcha y almohada de Los Beatles estampado. Yoongi se llevó la almohada a su rostro y ahogó un grito.

— Bueno, supongo que ahora tendré que llamarte hyung.

El grito se intensificó asustando al moreno. Aquella noche durmió en el pasillo.

***


Jungkook babeaba en el hombro de Jimin luego de quedarse dormido en la bañera. Taehyung y Hoseok también se habían duchado para sacarse la pintura. Y mientras que Seokjin pintaba el cuarto segmentado en cuatro colores que eligieron los chicos, Namjoon seguía contando la historia en la sala con Yoongi haciendo que escuchaba porque se había cansado de hablar.

— ¿Entonces papá y el tío se llevaban mal?

— Al principio sí Tae — Sonrió. — Pero luego nos dimos cuenta de nuestros sentimientos y aceptamos amarnos.

— ¡Qué mierdas dices, vas a confundirlos cabeza de termo!

Namjoon y Jimin se carcajearon al ver al rubio sonrojarse. Taehyung y Hoseok no captaron la indirecta pero fue mejor así. Lo que menos querían en aquel momento era hacerles ver cosas que no debían. Y siguiendo con la historia, nos remontamos a varias semanas después de que Namjoon haya conocido a Yoongi.

El menor de los dos cuando supo que su padre se iba a volver a casar y que tendría un hermano mayor, se alegró. Aunque en el fondo tenía sentimientos encontrados con el tema de tener un hyung y una madre. Toda su vida fue hijo único y estaban él y su padre siempre. Si bien, la señora Min era amable y cumplía con aquel rol de madre que nunca llegó a tener, se sentía algo incómodo cuando ella le decía hijo o lo trataba con cariño. Quizás solo era cuestión de tiempo hasta que se acostumbrara o la aceptase en su corazón. En cambio con Yoongi... Era un tema diferente.

— Quítate idiota, necesito mi espacio para verme en el espejo — Yoongi no dejaba de insultarlo y maltratarlo peor que a sus compañeros o vecinos — ¿Qué miras? Hazte a un lado.

Namjoon tenía que compartir todo con el rubio y en un principio tenía la intención de llevarse bien con su hyung, pero conforme iban pasando los días, no podía creer lo hijo de puta que era a veces y su actitud de bad boy sacado de una película de bajo presupuesto y bien cliché. Empezaba a creer que nunca llegarían a ser hermanos de verdad.

— Trato de lavarme los dientes, si puedes esperar a que sea tu turno o ir al baño de abajo... — Namjoon trataba de empujarlo para poder lavarse la cara y sacarse la pasta dental. Yoongi lo pateó — ¡Mierda hyung, que esperes!

Empezaron a forcejear con el lavamanos y a empujarse. Parecían dos niños de kínder.

— ¡No me llames hyung! — Y crack, el lavamanos quedó partido a la mitad en el suelo. Agua comenzaba a salir y ambos se miraron por unos segundos — ¡No me empujes idiota, fue tu culpa!

Namjoon  quería llorar, ya iban dos inundaciones que causaba.

— ¡Quitate, es tu culpa maldito rubio oxigenado! — Ambos trataban de salir al mismo tiempo por la puerta.

Llegaron a la escuela empapados y de mal humor. Así las secuencias de peleas sin sentidos e insultos en medio de cualquier lugar al que iban continuaban día y noche.

— Estas celoso bro — Zico, fumando un cigarrillo en las gradas de la cancha de básquet que tenía la escuela acompañaba en la rateada a su amigo — Siempre fuiste hijo único para desgracia de tu madre, le saliste así de malparido y ahora  le haces la vida imposible porque tienes que fumarte al nuevo arquetipo de familia yanqui con final feliz al estilo Disney. Eso y que no aceptas que Namjoon  es mejor que tú en todo.

Yoongi le dio una calada a su cigarrillo.

— Vete a la mierda.

Zico se encogió de hombros y se fue de ahí. De todas formas, ¿Qué mierda hacia en la escuela si él no cursaba? Yoongi jamás iba a entender a su único amigo. Ah pero casi se atraganta con el humo cuando lo vio interactuar con Namjoon antes de perderse en la entrada. Primero su madre, luego su reputación en la escuela y ¿ahora a su único amigo que soportaba todas sus mierdas?

Namjoon también estaba sorprendido de ver que Zico, su amigo del club de ‹Salvemos a las ballenas› era amigo de alguien como Min Yoongi. No, pero en serio, ¿Qué carajos hacia Zico en un club como ese? Más sorprendido quedó cuando lo encontró saltándose las clases y fumando en el establecimiento de la escuela.

— ¿Vas a romperme las bolas otra vez? — Aquel fue otro de sus típicos saludos. Namjoon rodo los ojos — ¿Quieres?

Namjoon de verdad quería entender a su hermano pero le era imposible. Lo detestaba, por mucho que se esforzarse por agradarle, tenías ganas de pegarle. Estuvo a punto de aceptar el cigarrillo pero desistió de esa idea.

— Te estaba buscando, esta tarde papá nos llevará para que veamos los trajes.

Ah, la boda se acercaba y estaban muy próximos a ser hermanos frente a la ley. Hermanastros, hyung y dongsaeng, como fuere la cosa. Sólo debían aceptarlo y ya.

— Dime Yoongi, ¿nunca me aceptaras verdad?

El rubio se encogió de hombros. A la mierda con el final feliz de Disney.

Segundos más tarde, Namjoon mandó al carajo las siguientes clases y sin decir nada se sentó a su lado para fumar un cigarrillo por primera vez. Yoongi rió al verlo ahogándose con el humo y aunque ninguno lo admitiría, estaban llevándose bien después de mucho tiempo. Más tarde tuvieron que correr porque habían activado el detector de humo. Sus risas eran amortiguadas por las sirenas de los bomberos.

— Quizás si podamos llevarnos bien después de todo — Le comentó Namjoon cuando volvían a casa. Yoongi le hizo un gesto de asco — Sí, lo sé. Soy tan cursi que merezco que me pegues.

Namjoon por un momento creyó ver una genuina sonrisa. Pensó que tal vez no debería odiarlo, poco a poco podría ir aceptando su forma de ser.

Al entrar a la casa, sus ojos pudieron presenciar la peor escena que un hijo jamás querría ser testigo. Ver a sus padres dándose contra el sofá del living, aquel sofá donde también se sentaban a mirar televisión.

— ¡Oh por todos los infiernos! — Yoongi se tapó los ojos — ¡Qué mierda! ¡Mis ojos!

— ¡El cloro! — Namjoon comenzaba a tropezarse por llevar los ojos cerrados — ¡Dónde está el maldito cloro!

Un mes más tarde la madre de Yoongi pasaría a ser la señora Kim y nueve meses más tarde también recibirían otra grande sorpresa. Namjoon estaba feliz, el rubio tenías ganas de vomitar.

— Saluden a su hermanita, Kim Chaerin.

— Es tan horrible que hasta un chimpancé le ganaría en un concurso de belleza — Comentó Yoongi. La bebé le vómito encima — Sip, definitivamente debieron abortarte.

— ¡Yoongi!

Namjoon se reía de la situación. Estaba feliz, por primera vez se daba cuenta que su pequeña familia de sos personas se había vuelto numerosa. Aunque Yoongi no había aceptado cambiarse el apellido, estaba seguro que era un Kim también.

Pero la felicidad no le duró mucho a Namjoon.

— ¿¡Por qué lo hiciste!? — Le gritó entrando al cuarto enojado — ¿¡De verdad todo fue una maldita broma!?

Yoongi se hallaba leyendo una revista y confundido lo miró acercarse para recibir una trompada.

— ¡Pero que mierda...!

— Sabías que me gustaba mucho Jaebeom.

Yoongi lo había descubierto hablar con su padre de que le gustaba un chico de la escuela y no fue difícil adivinar quién era. Un chico repetidor del último año que siempre se  metía en peleas. Jamás pensó que Namjoon tenía esa clase de gustos. De alguna manera un día se lo contó a Zico sin querer y uno de los amigos de Jaebeom los escuchó. Pero no quería que Namjoon saliese con ese tal tipo.

— ¿Tu eres Park Jaebeom? — Una tarde a la salida de la escuela se reunió con él y su banda — Seguro oíste que mi estúpido hermano se  moja por ti.

— ¿Y a ti que mierda te importa?

Risas y humo llegaron a él. Se abstuvo de hacer un comentario sarcástico.

— Escuché que vas a joderle.

— Escuchas muchas cosas Min Yoongi. Ahora piérdete.

— No te acerques a él.

Park Jaebeom se le aproximó y a propósito le sopló todo el humo en la cara. Yoongi rodo los ojos.

— A mi no me va dar órdenes un puto marica.

— Yo no soy el que quiere meter el pene en otro hoyo — Sonrió. Incluso si recibió una golpiza aquel día.

Pero su amenaza no sirvió de mucho. Namjoon y Jaebeom se veían después de la escuela y Yoongi sabía que todo era un juego sucio. Aunque se lo dijera a Namjoon, sabía que no iba a creerle.

— ¿Y tu brillante idea fue meterte con él a mis espaldas? — Namjoon estaba experimentando su primer amor y ugh, Yoongi odiaba ver a las personas llorar — ¿Por qué? ¿Acaso eres gay? ¿Lo hiciste para burlarte de mí?

Yoongi resoplo.

— No imbécil, lo hice para protegerte.

— ¿¡Acostarte con el novio de tu hermano es protección para ti!?

Min quería darle un golpe para hacerlo callar. ¿Es que es idiota? Le hizo un favor, aquel imbécil no merecía que fuera su primera vez.

— Le di todo. Creí que le gustaba...

— Ni siquiera lo hace bien.

Su nariz había comenzado a sangrar. Más tarde los señores Kim tuvieron que intervenir en la pelea. Y durante las próximas semanas no se dirigieron la palabra en ningún momento.

Yoongi había quedado suspendido por haber golpeado a Jaebeom durante la clase de gimnasia. Namjoon también quedó suspendido una semana después por golpear a Yoongi en la clase de biología. La grieta entre ambos era bastante grande, peor de cuando se conocieron.

***

Taehyung y Hoseok se habían quedado dormido a mitad del relato. Ambos sosteniendo sus manitas. Seokjin llegó para llevarlos al dormitorio. Tal vez en otra ocasión sabrían el desenlace de la historia. Jimin también se dirigió al segundo piso para acostar a Jungkook, dejando solos a los hermanos.

— Aquella golpiza que me diste si me dolió — Rompió el silencio.

Namjoon sonrió nostálgico.

— Si bueno, me murmuraste que no debería llorar como niña mientras la profesora pasaba un documental sobre el apareamiento de las tortugas.

Silencio otra vez. La noche era serena y fresca. El verano se estaba terminando.

— Ah, ya son las doce. Feliz cumpleaños — Le dijo Yoongi mostrando una pequeña sonrisa.

— Idiota, es el cumpleaños de Jungkook, no él mío.

Ambos rieron. En realidad, faltaba como una semana y media para el cumpleaños del niño.

A pesar de que en un principio no se aceptaban, no era extraño para ellos llevarse bien ahora que tenían una familia y compartían casa como cuando eran adolescentes. El cómo terminaron de esa forma es un misterio.

No mentira, acá va la continuación de la historia.

Justo en verano, como ese día pero hace casi catorce años atrás. Chaerin ya tenía dos años y Yoongi seguía metiéndose en problemas pequeños pero que molestaban a todo el mundo. Namjoon seguía estudiando y siendo un gran amante de la biología marina. Estaban por graduarse de la preparatoria pero seguían sin llevarse bien.

Hasta que ocurrió el milagro.

— Juega un partido conmigo — Le dijo Namjoon lanzándole el balón de básquet.

Yoongi casi todas las tardes iba a jugar solo o con Zico, cuando no estaba perdido en su mundo, a las canchas que había cerca del parque. Namjoon lo sabía, porque desde que pelearon por última vez tuvo las ganas de disculparse y volver a entablar una amistad. Pero no encontraba un momento y cuando lo hacía Yoongi ocasionaba algo que le hacia recordar el por qué estaban peleados.

Pero ese día fue diferente.

— Desde que llegaste a mi vida y te convertiste en mi hermano, me puse feliz.

— Oh no, ahora no empieces con tus cursilerías — Yoongi recibió un balón en la nariz — ¡¿Que mierda?!

— Solo escucha imbécil — Namjoon se puso firme —. En un principio me puse feliz pero cuando más te conocía más ganas me daban de meterte en un barril lleno de estiércol y prenderlo fuego. Sin embargo decidí darte muchas oportunidades y aceptar tu forma de ser.

— Entonces, ¿me estas pidiendo perdón?

Otro balón, esta vez en la entrepierna.

— Por más que quiera odiarte no puedo Min Yoongi — Namjoon se acercó y se agachó a su altura — Es por eso que te propongo que juguemos. Si me ganas no te volveré a molestar y jamás te buscaré. Pero si yo gano, deberás disculparte conmigo y aceptarme como tu hermano menor.

Yoongi se rió pero aceptó de todas formas. Lo que no tuvo en cuenta era que Namjoon también era bueno jugando. Y durante todo aquel día hasta que el sol se ponía en el horizonte jugaron sin parar, empatando en varias ocasiones, sin poder ganarle al otro, ni siquiera llegando a una diferencia de dos puntos.

— Es un empate — Dijeron ambos.

La brisa veraniega los acogió mientras descansaban en el suelo y miraban a las primeras estrellas llegar al firmamento azul. Aquel día, Yoongi y Namjoon hicieron las pases.
Pero como fue empate el menor no se alejó y Yoongi no se disculpó ni lo aceptó como su hermano hasta mucho tiempo después.

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— Mira Jimin, ¿acaso ellos dos no van a nuestra escuela? — Kang Minah detuvo a su mejor amigo para que observara como los hermanos medían su equilibrio tratando de pararse en las pelotas — Oí que ambos fueron suspendidos por pelearse entre ellos y con la banda de Park Jaebeom.

Jimin hizo un gesto de asco al verlos. Personas que hacían el idiota y que suspendían sus clases por demostrar que tan machos eran al pelearse entre ellos, definitivamente no era de su agrado.

— ¿Te imaginas casarte con alguien así? — Minah se llevó su paleta helada a la boca.

— Jamás me casare con un idiota.

Al día siguiente Taehyung y Hoseok le pidieron a su padre que terminara de contar la historia y Namjoon solo les dijo que él y Yoongi jugaron mucho al básquet para reconciliarse. Aquella misma tarde tuvieron que ir de urgencias al hospital porque Taehyung sin querer le había bajado dos dientes a Hoseok con el balón. 


Pasen a leer el One Shot que volví a publicar, Tears of Lies. Es sobre Jimin y un asesinato. 

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