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Lo había pensado demasiado.

Esa simple frase ya debía decir qué tan serio era el asunto tratándose del despistado y despreocupado Kōtarō Bokuto, pero, en lo que a él respecta, todo lo que tenga que ver con su querido colocador era de suma importancia.

No, todo este asunto tampoco era por la posición en el equipo.

Aunque la posición de Keji Akaashi era demasiado importante y había influido mucho en la relación que ahora tenían, su lugar en el equipo principal se lo ganó él mismo con su esfuerzo y dedicación. Bokuto se sentía sumamente orgulloso cada vez que lo recordaba.

Ser el colocador principal les dio la oportunidad de conocerse, claro que estaba en la larga lista de las razones que le gustaba ¿Podían culparlo? Incluso él era consciente que la química entre ellos al jugar era prácticamente imposible de igualar.

No obstante, que tuviera semejante posición en el equipo no era siquiera de las diez razones más importantes de porque lo amaba, tal vez estaba entre las quince ¿Tal vez debería ponerlo un poco más alto? A Bokuto le gustaba la manera en la que-

¡No! ¡No debe desviarse del tema!

Ahora mismo tenía una importante misión: Los apodos.

Si bien, su lindo Akashee le dijo explícitamente que no usará apodos cursis, y le había costado bastante comprender lo vergonzoso que era para el otro, podían simplemente subir el nivel de confianza solo quitando los honoríficos. Así que el plan era demasiado simple, el único problema era que su lindísimo Akashee no colaboraba en lo absoluto.

Ese día realmente lo intentaría, tenía un plan indiscutiblemente bueno.

— ¡Akashee!

Con ese grito, aviso a todos en el gimnasio que finalmente estaba ahí. El más bajo no tuvo oportunidad de decir algo cuando su rostro ya había sido tomado para que lo viera directo a él. Su alto, energético e iluso novio.

Bokuto lo atrajo hacía su cuerpo y picoteo sus labios en tiernos besitos. La sonrisa que tenía el más alto les hizo imposible profundizar y los dos terminaron riendo por la torpeza de su saludo.

Cayó en ese mar azul con tonalidades metalizadas y giró entusiasmado al darse cuenta de que esas pupilas tan delgadas se dilataban. Había perdido por completo ese hilo de sus pensamientos y sus brazos envolvieron al de cabello oscuro, dejando que sus aromas se mezclaran para hacer uno nuevo.

Al de mechas grises le costó recordar porque lo había llamado, era culpa de su hermosa carita por distraerlo sin piedad alguna. Se forzó a sí mismo a cerrar los ojos para concentrarse mejor, poniendo a trabajar cada engranaje de su cabeza. Lo tenía en la punta de la lengua.

"¡El apodo!" Celebró internamente cuando pudo atar los hilos de sus propios pensamientos que había soltado en su distraída mente.

Akaashi notó esa expresión y esa sonrisa le avisó que ese día una idea nueva había llegado a su mente. Tuvo que prepararse para cualquier locura que pudiera salir de sus carnosos labios, si era alguna tontería llena de miel sería incluso más aceptable que un alocado entrenamiento.

— Repite después de mí "Bo".

— Bo — Repitió, bastante confundido, pero sabiendo qué tipo de persona era su capitán.

— Ku — Ánimo el más alto, poniendo cómodamente sus manos en las caderas de azabache. Bastó una ligera presión para que el colocador acortará la misma distancia que había puesto por su propia voluntad.

Akaashi levantó una de sus cejas, cuestionándolo en silencio y tratando de entender qué era lo que esperaba conseguir. Al no recibir más que una sonrisa llena de emoción, decidió seguirle el juego sin profundizar sus pensamientos — Ku.

Bokuto sonrió mordiéndose el labio inferior, estaba tan cerca — To.

— To.

Bien, ahora solo debía hacer un movimiento más. Seguramente su inteligente novio entendería el mensaje ¡Estaban tan cerca!

— Bokuto.

— Bokuto-san.

Sonrió como solo él podía hacerlo cuando se trataba del capitán, recibiendo el desinflado cuerpo tratando de no reír por haber arruinado el plan de su novio. Era realmente adorable, tan fácil de leer ante sus agudos ojos y, a la vez, demasiado para su pequeño corazón.

El de cabello platinado sintió como su corazón explotaba por tanto amor y su cuerpo se derritió con el suave roce entre sus narices que le dio el menor con bastante timidez. Sus mejillas se pusieron rojas, pero no se comparaban con las de Akashi cuando se acercó a dejar un tierno beso en sus labios.

— Akashe — Lo llamó bajito, rozando sus labios al pronunciar su apodo.

— Bokuto-san — Le siguió el juego, dejando que lo abrazará, acaparando todo su espacio personal.

— ¡Te amo tanto, Akashee!

"Esto no era una derrota" pensó entusiasmado, aguardaría un poco más para que su lindo y precioso Akashee tuviera la confianza de llamarlo sin usar un honorífico ¡O aún mejor! Llamarlo por su nombre, quizá podría convencerlo de algún apodo no tan meloso ¡No podía esperar!

No, no, se prometió esperar. Podía hacerlo.

La vida teniendo una pareja era algo que necesitaba tiempo, más si era alguien como el introvertido Akaashi Keiji. Bokuto aún estaba tratando de comprenderlo. Lo único que sabía, gracias a sus hermanas, es que no debía cometer el error de presionarlo por su desesperación.

Esperaría.

Como cuando tiene que esperar para poder probar los postres que su madre prepara o al buscar la oportunidad de un buen saque. Si tenía que ver con su precioso Akaashi, no importaba el tiempo, mucho menos si era para que las palabras fluyeran con mayor confianza.

De solo imaginar los lindos y rosados labios de su novio pronunciando palabras de amor para él, su corazón enloquecía. Se sentía completamente embelesado hasta por el más mínimo gesto en su fascinante rostro, cuando las palabras también llegarán debía prepararse o su corazón no podría manejarlo.

Sin duda sería maravilloso cuando llegue ese momento. Kōtarō Bokuto esperaría como un perro fiel el tiempo que sea necesario.

Después de todo, aún tenían toda una vida juntos, así que esperar para que deje de decirle "Bokuto-san" no sería menos emocionante.

BokuAka es tan soft, ahora estoy empapada de miel. No pude resistirme  y terminé haciendo otro One-Shot.

Si has llegado hasta esta nota es porque le has dado una oportunidad a esta pequeña historia o por mera curiosidad, en cualquier caso ¡Te lo agradezco muchísimo!

Toma un pastelito, espero que hayas disfrutado la lectura.

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¡Los quiero!

—Gekko-chan-

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