[WITNESS]
—Diga su nombre completo por favor.– Hablaba un oficial.
—Kotoko Sumiso.– Contestó la pelirrosa viendo al suelo.
—¿Que edad tiene señorita Kotoko?
—Dieciséis.
La chica se veía nerviosa e intranquila con el interrogatorio, el policía lo notaba desde lejos, así que intentó aligerar la tensión.
—Antes de comenzar con el interrogatorio ¿Quiere algo de tomar? Podemos ofrecerle un té o un café.– Preguntó con cortesía el adulto.
—No, está bien. Estoy bien... So-solo quiero terminar con esto rápido e irme a casa.– Respondió segura la chica levantando la cabeza y viendo con sus ojos ojerosos al oficial. Hace tiempo que no dormía bien.
—Entiendo. Entonces puede comenzar.– Habló el policía encendiendo una grabadora para tener evidencia del testimonio.
—Todo comenzó cuando fuí invitada por Koyuki a una casa que un amigo suyo pensaba comprar cuando fueran a la universidad.
—Disculpe, ¿Cuántas personas estaban en esa casa?– Interrumpió el oficial.
—Contando conmigo... Seis.– Pensó su respuesta Sumiso.
—De acuerdo, continúe.
—Al principio me invitó porque quería pasar tiempo conmigo, además, luego se quejaba de que había tenido un largo mes soportando las bromas de sus amigos.
Entramos todos a la casa. Sentí que lo estábamos pasando bien, platicamos mientras comíamos frituras, jugamos por petición de Tsukimiya el juego de la botella, entre otras cosas más...
—¿Y después?
—Después de un rato, Hibiki dijo que iría al baño. Lo estuvimos esperando por un rato mientras seguíamos en lo nuestro, pero de estaba tardando; fue entonces cuando Koyuki se ofreció para ver qué le había pasado. Y gritó.– La chica apretaba su falda mientras contaba la historia, empezaba a llegar al punto intenso de su experiencia.
—¿Quiere parar?
—N-No... La historia es algo larga, si me detengo mucho, no podré terminar nunca. Seguiré. Cuando oímos a Koyuki gritar, todos fuimos al baño, Seri se encontraba retrocediendo de espaldas mientras veía el interior del baño.
Hi-Hibiki estaba muerto, la hoz que siempre portaba estaba enterrada en su garganta y tenía un ojo morado. Le preguntamos a Koyuki que sucedió y no paraba de contestar que así lo encontró cuando llegó.
—¿Cuánto tiempo había pasado entre Koyuki llendo al baño a buscar a tu amigo?– Preguntó el policía.
—Diría que dos o tres minutos. Lo recuerdo bien porque escuchábamos música en el celular de Tsukimiya mientras los esperábamos, y algunas canciones eran cortas con ese tiempo.
—Entonces el primer cuerpo encontrado fue de Hibiki Kimiya, alumno de primero de preparatoria...– Hablaba en voz baja el oficial anotando detalles en una libreta mientras escuchaba a Kotoko. —Prosiga.
—Después de eso, pensamos que había un ladrón o asesino en la casa, así que decidimos recoger todo e ir a la comisaría. Pero como habíamos dejado ciertas cosas tiradas en toda la casa, ya que nuestro plan original era una pijamada, nos dividimos en grupos. Seri se fué con Mogami al primer piso y yo me fuí con Hanadori y Tsukimiya al segundo.
Empecé a hablar con los chicos preguntado cómo pudo haber entrado un homicida a la casa sin que nos diéramos cuenta y antes de que me dieran su opinión, escuchamos un estruendo en el primer piso. Bajamos con rapidez y Koyuki vino corriendo con su brazo tapado diciendo que el asesino atrapó a Mogami.
—¿Se cubrió su brazo?
—Parece que le lastimaron el brazo con un cuchillo o algo afilado, sangraba mucho su brazo izquierdo. Hanadori y yo nos quedamos en los escalones por petición de Tsukimiya para ir a ver si el ladrón había huido. Koyuki lo acompañó diciendo dónde fue el último lugar donde vio al asesino. En todo ese tiempo, Hanadori me decía que quería acompañar a Koyuki sin importarle si lo mataban... Realmente me asustó verlo hablar así.
—¿Qué relación tenía ese chico con Koyuki?
—Hanadori presumía que eran mejores amigos, Seri no decía mucho al respecto... Pero siempre estaban juntos.
—Entiendo, puede seguir.
—Pasaron unos minutos y nos estábamos desesperando, por impulso de Hanadori decidimos dejar de esperar y correr hacia la sala... Mogami estaba tendido en el suelo, la katana que portaba no estaba y tenía una gran herida que le traspasó el pecho. Por desgracia, había muerto. Había unos rastros de sangre que guiaban a la cocina y los seguimos, cuando llegamos, la cabeza de Tsukimiya... Espere un segundo.
—¿Se siente bien?
—Me-Me da un poco de asco tratar de describir la escena.– Se puso pálida Sumiso.
—Si quiere no tiene que ser tan explícita, solo queremos su testimonio, el equipo forense se hará cargo de hacer el resto.
—Gracias... B-Bueno, encontramos la cabeza de Tsukimiya separada de su cuerpo. La katana de Mogami se encontraba tirada a un par de metros de él. Y el resto...
—¿Dónde estaba la otra parte del cuerpo?
—En la esquina de la cocina pero... El cuerpo estaba lleno de apuñaladas, como si aún después de decapitar al pobre de Tsukimiya, al asesino no le hubiese sido suficiente.
—¿Y el otro chico?
—A Koyuki lo estuvimos buscando en la sala y la cocina, pero oímos algo romperse en el segundo piso. Yo ya estaba harta y quería largarme, pero no pude porque Hanadori insistía en quedarse hasta encontrar a Koyuki...
—¿Y su respuesta?
—Y-Yo, había contestado una idiotez.– Aguantaba las ganas de llorar la chica quien se cubría el rostro con vergüenza y dolor.
—¿Qué contestó?
—Di-Dije que ya no importaba... Que ya no importaba si encontramos a Koyuki o no ¡Qué de seguro estaba muerto también!– Exclamó Kotoko sollozando ruidosamente mientras que el oficial la veía con pena.
—Espere aquí un momento, tómelo como un receso antes de que continúe.– Se fué un momento el policía esperando a que Sumiso estuviera lista para continuar.
Esperó unos diez minutos antes de regresar a la sala de interrogatorios. El oficial aprovechó para llevarse unos papeles donde seguía escribiendo del caso de Kotoko.
Kimikage Mogami, alumno de tercero de preparatoria, fue el segundo cuerpo encontrado.
Utsugi Tsukimiya, alumno de tercero de preparatoria, fue el tercer cuerpo encontrado.
Volviendo a la habitación con Sumiso, la vio más calmada después de soltar ese llanto, y con toda razón. Su testimonio era único y eran la única testigo que tenían puesto que los vecinos no eran de gran ayuda.
—Bien, nos quedamos en la parte donde le decías a tu amigo que era mejor idea irse ¿No?– Empezó a preguntar el oficial.
—Sí...– Respondió Sumiso con la voz quebrada, la chica sentía ganas de vomitar y le costaba hablar bien.
—¿Puede continuar?
—Sí. Hanadori me pegó una cachetada en la cara por haber dicho eso... Dijo que si quería irme que lo hiciera de una vez mientras él iba en busca de Koyuki. Se fué escaleras arriba sin esperar mi respuesta y pensé en irme sin más, pero la culpa me carcomía y lo seguí.
Fue fácil de encontrar a Hanadori con todos los gritos que daba. Había entrado a una de las recamaras pero la puerta estaba semi cerrada, no quise entrar por el miedo, así que sólo espíe por la pequeña abertura.
—¿Ahí encontró el cuerpo de Hanadori?
—... Hanadori se encontraba abrazando el cuerpo de Koyuki, no paraba de llorar, pensé en acercarme pero algo me decía que era mejor mantener distancia. Y tuve razón.
—¿Porqué lo dice?– Habló confundido el oficial.
—Ko-Koyuki abrió los ojos de golpe y acorraló a Hanadori tras la pared, tenía un cuchillo de la cocina en la mano y planeaba matar a Hanadori. Planeaba correr a ayudar hasta que Hanadori tomó de los brazos de Koyuki y él... Lo detuvo.
—¿Cómo lo detuvo?
—Bueno, Hanadori agarro de ambos brazos a Koyuki para acercarlo más a él y lo besó...
—Perdón ¿Está segura de lo que vio?
—S-Sí. Hasta Koyuki parecía disfrutarlo porque soltó el cuchillo... Sin embargo, tuve la culpa.
—¿Culpa de qué?
—Por la sorpresa moví un poco la puerta y Koyuki lo notó. Se separó del beso con Hanadori para verme... Ese no era el Koyuki que yo conocía. Por el miedo, me fuí corriendo y él gritaba "No es lo que parece", una y otra vez. Si no fuese por Hanadori que lo sostuvo para que me fuera, siento que no hubiese salido con vida. Pe-Pero aún así él...
—Lo entiendo señorita. Basado en su testimonio podemos concluir que el prófugo y asesino Seri Koyuki es el culpable. Estamos trabajando todo lo posible para apresarlo. Si se tiene evidencias de sus huellas tactilares en las armas del homicidio, solo será cuestión de tiempo para tenerlo en una cárcel juvenil.
—N-No piensan hacerle daño ¿Verdad?, Se que suena tonto de mi parte... Aún sabiendo todo lo que hizo.
—Solo lo dañaremos en caso de que no quiera cooperar. Cuando tengamos noticias de él serás la primera en saberlo.
—En serio se lo agradezco.– Agachó la cabeza Kotoko. —Entonces, ¿Ya puedo retirarme?– Preguntó apenada.
—Por supuesto. Por cuestiones de seguridad tus padres vendrán por tí, así que espera aquí y te avisaré cuando lleguen.
—De acuerdo, gracias señor.– Finalizó la plática Sumiso acostando su cabeza en la mesa de interrogación esperando a sus familiares.
Pasaron las horas y los padres de la chica fueron corriendo a abrazarla con fuerza. Su única hija había salido con vida de esa masacre.
Llegando a casa, la chica no paraba de tener preguntas en su cabeza con respecto a los padres de los afectados. No obstante, dejó de pensarlo rápido sabiendo que no era sano para ella continuar con el tema.
La noche cayó y Sumiso con suerte apenas pudo cerrar los ojos, sin embargo, empezó a sentir que le faltaba el aire.
Trataba de moverse, era como un parálisis del sueño. No podía sentir su cuerpo, pero si lo que le hacían.
—Shhh... Es grosero de tu parte querer despertar a tus padres. – Susurró una voz en su oído mientras seguía siendo asfixiada por una de sus almohadas.
Quiso gritar, pedir ayuda, pero le era imposible. Ante los gemidos ahogados que daba y sus ojos perdiendo la visión, pudo presenciar al causante de sus pesadillas. Koyuki Seri.
—Antes de que mueras, quiero que te lleves un secreto mío a la tumba. Después de matar a Hanadori, tomé su parche, ¿Sabías que tiene un ojo azul muy lindo? Siento que si no hubiera colmado mi paciencia con los demás, pudo haber sido incluso mí... Oh, perdón no me di cuenta de cuando moriste.– Terminó su monólogo Seri dándose cuenta del cuerpo inserte que acababa de dejar.
Koyuki agarró unas pastillas que llevaba en su bolsillo y las puso cuidadosamente en la mano de Sumiso. Con eso podría fingir de manera temporal su suicidio. Fue una pena que no pudiera forzarla a hacer una nota con su letra.
—Me apena más saber que no pude decirte lo mucho que me gustó el beso de Hanadori.
Aún si era para salvarte. Maldición pseudo Dios, aún muerto me confundes.– Se quejó Seri acariciando el cabello de la chica antes de salir de la casa.
Al día siguiente, salió en las noticias la muerte de Kotoko Sumiso por suicidio.
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Happy spooki month xd
Perdón si es algo corto ;u;
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