[SWAP IV]
Bueno, absolutamente todos eligieron este One-Shot... Disfruten.
Advertencia: Escenas obscenas (cochinas pues), ver bajo discreción.
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Narra Hanadori.
Ha pasado un par de meses desde todo el incidente del huevo y mi confesión hacia Seri. En cierta forma, desde ese día, las cosas han estado como de costumbre. Solo que, con un simple detalle.
El hierofante aprovechaba cada oportunidad que tenía cuando me veía desprevenido para besarme. Claro, era más reservado en la escuela donde el alumnado parecía masivo (y muy entrometido). Pero al estar en soledad en el techo de la escuela o en cualquier otro lado, el castaño tomaba iniciativa y valor para juntar sus labios con los míos.
Solo que claro... Aún no hemos llegado tan lejos.
Y, curiosamente, yo soy el que tiene miedo de tomar el siguiente paso. No es que no quiera tomar a Seri y juntarnos físicamente, ¡Claro que quiero eso! El problema es la nula privacidad que tenemos para tener ese tipo de cosas.
Mis padres casi siempre se encuentran en casa y no quisiera ser un descarado como para pedirle a Koyuki que lo intentemos en su casa. La escuela tampoco es una opción.
Y la opción de rentar un motel también queda descartada por el gasto que sería (aunque si consiguiera un trabajo de medio tiempo, eso ayudaría, pero me tomaría bastante).
Lo mejor, en mi opinión, era esperar hasta casarnos. Además, no es como si tuviéramos prisa... O al menos es así por mi parte.
He observado los últimos días como Seri, en nuestros encuentros personales, aumenta la intensidad de los besos o acorta cada vez más el espacio en nuestros cuerpos, quedando completamente pegados y rozando "por accidente" su entrepierna con mis rodillas. Al mismo tiempo, he visto su semblante de tristeza o confusión cuando corto nuestras interacciones carnales diciendo que alguien podría vernos o admitiendo de lleno que no estoy listo.
Por fortuna, aún con su obvia decepción, comprende lo que siento y siempre se detiene.
Sin embargo, un día cualquiera la suerte se puso de lado del Hierofante sin que me diese cuenta.
Debido a que la red eléctrica de los salones de había estropeado, los directivos de la escuela no tuvieron más opción que dejar la semana libre para los alumnos. Eso quería decir, que podía pasar tiempo de calidad con Seri.
¿Qué otra sorpresa había recibido junto a eso? Tsukimiya iba a aprovechar nuestras cortas vacaciones para irse a visitar unos familiares. Por lo cual, no tendríamos noticias de él por un rato.
No obstante, para sorpresa mía y de Koyuki, el rubio nos dejó una caja (decorada muy infantilmente) para darnos un empujón en nuestra nueva relación. Según palabras de él.
Con dudas, Seri y yo comenzamos a caminar a nuestros hogares preguntándonos que tramaba Tsukimiya con su regalo; pues una de las advertencias que nos dió fue que solo la abriéramos en privado. Eso ya despertaba muchas incógnitas.
Luego de discutir, y llegar a la intersección que separaba mi casa con la de él, decidimos que al día siguiente veríamos el contenido de la caja. De mientras, dejé que Koyuki se quedará la caja.
No es como si llegase a perder la caja o algo parecido.
... ¿Verdad?
La mañana siguiente había llegado con mucha rapidez. Me la pasé gran parte del día terminando cualquier pendiente de la escuela para tener el resto de la tarde disponible con Seri. Aún si no lo admitía, estaba feliz y nervioso.
Tenía toda una semana para estar con mi, ahora nueva, pareja.
¿Contaría esto como una especie de cita? Una cita un poco extraña, recordando la razón del porque nos reuniríamos.
Mientras llegaba a la zona departamental de Seri, una llamada en mi celular me había sacado de mi trance. Observé el contacto y me sorprendió ver qué era Tsukimiya.
— ¿Hola?
— Hola querido Hanadori, ¿Cómo te encuentras?
—Bien, justo ahora iba a visitar a Seri,¿Cómo va tu visita con tus familiares?
— Algo aburrido pero puedo soportar, admito que los extraño, aún si me fuí ayer.
— Qué conmovedor. – Dije murmurando al aire, sabiendo que lo que extrañaba el rubio era molestarnos.
— En fin, ¿Qué les pareció mi regalo? ¿Ya lo estrenaron par de pillines? – Hablo Tsukimiya con una voz insinuante.
Eso no me daba buena espina.
— De hecho íbamos a abrirlo hoy, por algo estoy viendo a Seri. ¿Debería preocuparme por lo que hay en la caja? – Inquirí directamente.
— ¡Claro que no! Todo lo que haya adentro de esa caja no es más que un detalle amistoso de mi parte para hacer que crezca su hermosa relación.
— Ya veo... Bueno, estoy cerca de la casa de Seri, debo colgar.
— ¡Okey, mándale saludos de mi parte, adiós! – Tsukimiya colgó con su típica voz burlona y tranquila.
Al momento que guardé mi celular en el bolsillo de nuevo, me puse a correr como loco hasta la casa de Koyuki. Mientras más rápido corría, más me arrepentía de haberle dejado la caja.
Luego de detener mis pasos en el edificio donde habitaba Seri, traté de calmar mi respiración para caminar las escaleras que me faltaban por subir hasta el apartamento.
Después de unos minutos tortuosos donde mis piernas no daban para más, toqué el timbre sintiendo que me estaba muriendo.
— Oh, tú debes ser Miguel ¿No? – Preguntó un chico más alto que yo. Era el hermano mayor de Seri.
— En realidad, me llamo Hanadori. – Reí nerviosamente. — ¿Esta Seri en casa?
— Sí, pasa. Esta en su habitación. – El chico más alto me dejó la entrada libre e ingresé al departamento. — Si requieren de algo, estaré en la sala.
Me sentí algo avergonzado cuando vi al mayor guiñarme el ojo. Era obvio que esas palabras tenían su doble sentido. Me hizo preguntar si Koyuki le había dicho a su familia con respecto a nosotros.
Las preguntar podían esperar.
Caminé hasta la alcoba y mi cabeza debatía entre si tocar primero o entrar sin avisar. No obstante, noté que la puerta estaba entreabierta. Supongo que era una invitación a que entrara sin restricciones.
Apenas pase el umbral de la puerta me quedé en shock.
La caja se encontraba abierta y tirada en una de las esquinas de la habitación. Y un Koyuki Seri jadeante, se encontraba frente a mí.
Lo más destacable que puedo describir era que, en la habitación, el castaño vestía una camisa de manga larga verde (parecida a las que vestía Tsukimiya) y una falda muy corta.
Se encontraba encima de su cama en una posición donde tenía ambas piernas abiertas, usando una de sus manos para masturbarse mientras que con otra metía y sacaba dos de sus dedos en su entrada.
A lado de él, en su mesita de noche, había un paquete de toallitas, un pequeño bote con un líquido transparente y una barra de chocolate a la mitad.
Todo ese panorama gritaba una cosa: erótico.
Pero aún con todo lo candente de la situación, el ambiente se volvió incómodo cuando Seri dejo de jugar con su cuerpo para voltear a verme.
Solo me límite a cerrar la puerta con llave, aún con mis manos temblorosas, para que nadie más entrara.
Con todo el silencio pesado entre ambos, solo alcancé a decir unas torpes palabras.
— Uhm... Con que a esto se refería Tsukimiya.
Me quería dar un golpe por lo estúpido que soné.
— Mi-Miguel. – Tartamudeo con pánico Seri intentando cubrirse con las sábanas de la cama. — ¡Creí que vendrías en media hora!
— Me adelante... – Hablé evitando hacer contacto visual, su cara roja era casi comparable con la mía. — Pe-Pero, puedo esperar a que termines, solo no vuelvas a ser tan descuidado con la puer...
— ¡Espera! – Gritó el castaño. — Yo... Lo hice a propósito... Lo siento, es solo que, desde hace tiempo he estado esperando. Desde hace un tiempo he anhelado que podamos, ya sabes. – Koyuki no paraba de balbucear al mismo tiempo que sus mejillas se volvían más rojas.
Me acerque a su cama lentamente y coloque una mano en su hombro como forma para reconfortarlo. Su cuerpo estaba temblando.
— ¿Sabías que había en la caja desde un principio?
Seri solo se limitó a asentir.
— Pedí ayuda a Tsukimiya ya que no sabía cómo pedirte que avanzaramos en lo nuestro. Me sentía frustrado cada vez que me separabas o no tomabas la iniciativa... Me hacía preguntar si estaba haciendo algo mal.
Ahora soy yo el que se siente mal. Pensé al ver cómo Koyuki apretaba su falda. Sin embargo, decidió continuar.
— Entiendo que quieras esperar pero, nos conocemos desde hace tres años y ya llevamos un par de meses como pareja, pensé que... – Dió una pausa para luego suspirar con cansancio. — Lo siento, siento que fuí egoísta al llegar a este extremo.
— No te disculpes. – Fue mi turno de hablar. — Para ser honesto, una de las razones del porque no he tomando la iniciativa es porque, me da miedo estropearlo, además siempre he pensado que nuestra primera vez debería ser en un lugar memorable o al menos en un lugar donde me asegura que pueda tener todo el tiempo del mundo contigo.
— Miguel... Cualquier lugar contigo es memorable, tonto. Aparte, aún si dices que temes estropearlo, está bien. Lo estropearemos, pero al menos será juntos. Por eso no te preocupes.
Las palabras tan maduras y tranquilizantes de Seri me quitaron un peso de encima. Sonreí mientras sostenía su rostro con mis manos.
— En serio necesitaba oír eso... Muchas gracias "Gestöber". – Me atreví a decir el aleas que tanto le gustaba Seri para referirse a él mismo.
— Tú... Me llamaste por mi antiguo nombre. – Sus ojos comenzaban a lagrimear mientras sonreía de vuelta. — Te amo, Hanadori.
Al escuchar mi nombre, no pude evitar lanzarme hacia él para besarlo. Las emociones rebasaban más que a mí lógica y solo podía pensar en algo: Soy bastante afortunado de haber cerrado con llave la puerta. Podía escuchar y besar todo lo que quisiera a mi querido Koyuki sin importarme que alguien más nos interrumpiese.
Sin darme cuenta, me había encerrado en una pequeña burbuja con Seri. Una en donde olvidamos la realidad y nos quitamos los limitantes para poder hacer lo que quisiéramos.
Sus labios sabor chocolate eran bastante disfrutables, apreciaba el poder morderlos con suavidad para recibir gemidos de placer y excitación.
Nos separamos para acomodarnos mejor en la pequeña cama y seguir con besos más demandantes, no obstante, mi cabeza pedía tocar más que sus labios y suaves cabellos. Mis manos pasaron de sus mejillas a su pecho, alcé el suéter que llevaba para frotar con más facilidad su tetillas. Los gemidos dulces pasaron a ser desesperados por más contacto.
— Miguel... – Habló jadeante Seri. — ¿Estás seguro que quieres seguir...?
— Sí. Con la condición de que me llames por mi nombre. Solo que... Habrá que ser discretos, no estamos del todos solos.
Su sonrojo fue en aumento al recordar que su hermano seguía en la casa. Reí en el fondo por su cara avergonzada. Se veía adorable.
Para distraerlo, decidí dar besos más suaves en sus labios, los cuales aceptó gustoso.
Seri no se quedó atrás e intentó quitarme la camisa para poder tocar también, me separé para ayudarlo y quedé con el pecho descubierto. Luego de tantos roces, mi miembro quedó erecto.
— Seri, ¿Puedes ponerte de espaldas? – Murmuré en su oído.
— S-Sí. – El castaño hizo lo que le pedí confundido.
Teniéndolo de espaldas, alcé su pequeña falda y note su entrada muy húmeda, aún si se veía lubricado no quise tomar riesgos y coloque un par de dígitos adentro de su cuerpo.
Un sonido ahogado salió de los labios de Koyuki, pero parecía no dolerle tanto. Dilate su hoyo, metiendo y sacando mis dedos al compás de sus jadeos reprimidos, después de unos momentos, noté que su miembro también estaba despierto. Era una buena señal.
— Trataré de hacerlo con cuidado. – Sostuve su trasero con ambas manos tratando de mostrar confidencia. Cuando realmente los nervios me asfixiaban.
Con algo de nervios, retiré mis pantalones y mi ropa interior. Metí la punta de mi miembro urgido, tratando de no ir rápido. Su carnosas paredes me apretaban haciendo que sacará un jadeo entrecortado. Seri, por otro lado, se aferraba a las sábanas mientras un gemido moría en su garganta.
— Continúa... Por favor, Ha-Hanadori. – Su voz necesitada me dio valor para exhalar aire y seguir con más confianza.
Al igual que con mis dedos, comencé un vaivén guiado por los jadeos de Koyuki. Mientras más tiempo pasaba, más se nublaba mi cabeza y me hacía ir más rápido.
Dejándome llevar, empecé a embestir con más rapidez mientras Seri se sostenía en una posición de cuatro. Llevé mis manos nuevamente a su pecho, para dar leves apretones y marcarlos. Eso parecía gustarle, pues gran parte de sus jadeos eran diciendo mi nombre. Mas no era suficiente para mí. Decidí hacer algo atrevido y di un suave beso en su nuca, recibiendo un gemido fuerte y el sentimiento de su entrada volviéndose más pequeña.
— Perdón, soy muy se-sensible ahí... – Habló rápidamente volteando su cabeza para verme.
Sin embargo, eso solo fue un incentivo para que comenzará a dejar pequeñas marcas en su cuello y hombros. Cómo mi miembro seguía adentro de Seri, sus reacciones hacían entender que le gustaba.
De un momento a otro, Koyuki dejo de cubrir sus jadeos y se limitó a mover sus caderas para que alcanzará más profundidad mis estocadas.
Después de unos minutos interminables donde ambos nos limitamos a decir el nombre del contrario, comencé a llegar a mi límite. Por inercia, tomé el pene de Seri y comencé a frotarlo de arriba a abajo. Y como cereza del pastel, se me ocurrió marcar con más intensidad su nuca, haciendo que gritara de excitación y se corriera antes de tiempo. Me sentí cuál animal marcando a su presa antes de devorarlo.
Solo resistí un par de embestidas más antes de correrme dentro de Koyuki. Separé mi boca del cuello de Seri y nos limitamos a quedarnos en la misma posición para recuperar el aliento.
Fue cuando me dí cuenta de lo que había hecho.
— ¡Lo siento! Y-Yo no quise hacerlo dentro... – Me separé tomándolo de las caderas y viendo como un pequeño rió blanquecino salía de su entrada.
— N-No hay problema... Aunque, no esperaba que fuera mucho. Lo tomaré en cuenta para la siguiente. – Rió con nerviosismo el castaño.
Me quedé sin palabras cuando dijo "para la siguiente".
Koyuki se abrazó a mi pecho y me hizo acostarme en la cama, no opuse resistencia, también estaba agotado.
— Me dió sueño.
— No sé si sea buena idea dormirnos ahora... Aunque también quisiera dormir un poco.
— Entonces, ¿Qué te parece si tomamos un baño juntos? Tengo un bañera en donde podemos caber los dos.
— Me parece bien. – Pase mis brazos en su cuerpo acercándolo más a mí. — Por cierto... ¿No te duele nada? ¿N-No te lastimé?
— Bueno, me duele un poco el cuello, pero no es nada. Eso sí, siento mis piernas muy débiles. Así que tendrás que cargarme.
— Solo tienes flojera de caminar ¿Verdad?
— ¡No arruines el ambiente! – Me siguió el juego Seri cubriendo su cara con sus manos. — Se un buen príncipe de la luz y cárgame.
¿Ahora soy un príncipe?
Luego de bromas y un baño donde estuve abrazando todo el rato a Seri, decidí volver a casa (prometiendo volver mañana), pero recordé algo que me hizo detenerme en la puerta de la habitación.
— Rayos... ¿No será incómodo pasar en frente de tu hermano?
La cara de Koyuki me hizo entender que también olvidó que su hermano mayor seguía en la casa.
— T-Te acompañaré... Fue también un poco mi culpa hacer tanto ruido.
Tomando mi mano, me decidí en quitar el cerrojo de la puerta para abrir con cuidado, sin embargo parecía no haber nadie.
— ¿Será que fue a la tienda?
— Lo más probable... Supongo que es un problema menos.
— En ese caso, te veo mañana Miguel. – Koyuki se alzó y me dió un rápido beso en los labios.
— Hasta mañana, Seri. – Me acerqué más a su oído. — Aunque, me empieza a gustar un poco decirte Gestöber.
Besé su mano por última vez para dirigirme a la salida, queda más decir que Koyuki quedó como un tomate al escuchar ese apodo. Podría acostumbrarme.
Al salir del departamento, quedé congelado al ver el hermano mayor de Seri en el barandal fumando un cigarrillo.
— Hola Hanadori, ¿Ya terminaron?
— ¿Cuando...? ¿Co-Cómo?
— Supe que necesitaban espacio cuando escuché el cerrojo el cuarto. No te preocupes, no diré nada al respecto.
— E-En serio, muchas gracias. – Me incliné en forma de respeto.
— No es necesario que hagas eso, te he estado viendo de lejos lo suficiente para saber que no tienes malas intenciones con mi hermano.
— Una pregunta... De pura casualidad, ¿Seri no te ha contado nada estos días?
— Se que están saliendo, no me lo ha dicho, pero se nota bastante, hasta mi madre está enterada.
— Ya veo... – Suspiré con alivio. — En ese caso, agradezco que tengan la confianza de que no haré nada malo a Seri, yo lo único que busco es su felicidad y amor mutuo. Voy a tomar en serio nuestra relación y estaré con él pase lo que pase.
El mayor dió una calada a su cigarro y sonrió.
— Es muy lindo, me agradas. ¿Qué te pareció el discurso de tu novio, hermanito?
Quedé pálido al oír eso último. Voltee con rapidez y en la entrada se encontraba Seri queriendo aguantar sus lágrimas de alegría.
Quería que la tierra me tragara por lo cursi que me escuché.
Por otro lado, me alegró que mis palabras hicieran que me quedara a cenar con la familia de Seri, haciendo que me aprobarán como pareja oficial del Hierofante Ninja.
Ahora faltaba avisarle a mi familia que tengo novio desde hace meses.
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Penúltimo One-Shot, LET'S FUCKING GOOOOOO!
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