[SWAP]
Narra Hanadori.
Los pasillos llenos de bullicio cesaron por unos minutos su incesante ruido cotidiano para observar la escena que, por desgracia, estaba siendo protagonizada por mi y el "hierofante ninja" Koyuki Seri.
—¡Vamos Miguel, no me ignores!, ¡El destino del mundo cae en nuestros hombros y lo sabes bien!– Gritaba el castaño a los cuatro vientos tomando mi mano para que le prestara atención.
—Koyuki, por décima vez, me llamo Hanadori. Ahora suéltame, estoy llegando tarde a mi junta.– Traté de ser cortés mientras me safaba de su agarre.
—¡Pero...!– Sus súplicas fueron calladas por el sonido de la campana. Resignado, Koyuki desistió de seguir con sus cuentos y se fue con la cabeza baja a su siguiente clase.
Di un respiro profundo tratando de recuperar la compostura y seguir con mi camino. Soportar día tras día los delirios de Koyuki podían cansar a veces, pero aún si llegaba a desgastarme mentalmente, no podía evitar seguir a su lado.
—¿Listo para la reunión?– Habló una voz a mis espaldas.
—Si, lo siento si te hice esperar Tsukimiya.– Contesté algo avergonzado por mi retraso.
—¿Te estabas entreteniendo con Seri?– Preguntó con su típico tono de burla el rubio.
—Más que entretenerme, dando un espectáculo a los alumnos. Debería incluso empezar a cobrar por las miradas curiosas que dan.– Me quejé por la rabieta que estaba dando Koyuki hace poco.
—No sería mala idea, por algo eres parte del consejo estudiantil.– Me elogió Tsukimiya riendo por el mal chiste que conté.
—Dejaré de serlo si llegamos tarde, andando.– Apresuré el paso junto con Tsukimiya para llegar a la sala de reuniones, dónde el resto nos esperaba.
Pasó la hora y media, y con eso, concluyó finalmente la junta estudiantil. Todos en la sala recogían sus cosas para retirarse, pero yo me tomaba mi tiempo, pues ya había terminado la jornada escolar.
—Pss, Hanadori, alguien te está esperando.– Se acercó Tsukimiya señalando la puerta del salón.
Era Koyuki. El castaño me veía con nerviosismo en la entrada, y al notar que lo estaba observando, dejó de asomar su cabeza y se quedó parado cuál guardia esperando a que saliera.
—¿Cuánto tiempo habrá estado esperando?– Pregunté con curiosidad a Tsukimiya.
—No lo sé, acabo de escuchar que nuestro salón salió temprano, tal vez se quedó ahí una media hora.– Contestó el rubio como si nada jugando con un lápiz que traía consigo.
—¿Media hora?– Grité sin pensarlo.
—Dije tal vez, incluso pudo haber sido más.– Siguió insistiendo Tsukimiya divirtiéndose por la situación.
—Siento un poco de pena por él.– Admití al imaginarme a Koyuki sentado en el pasillo por más de media hora.
—Entonces, ¿Vas a dejar que siga esperándote?– Me sacó de las nubes Tsukimiya recordándome que Seri seguía ahí.
—¡Cierto!, Nos vemos.– Me despedí con prisa del rubio, mientras escuchaba sus carcajadas de burla.
¿Que esperaba? Siempre es así con todos, no es como si pudiera evitarlo.
—Koyuki, ¿Que haces aquí?– Pregunté al castaño que seguía sentado en el suelo del pasillo.
—A-Ah, verás, no estuviste conmigo casi todo el día y yo pensé...
—¿Sí?
—Pe-Pensé, si te gustaría ir al centro conmigo.– Terminó de invitarme con las mejillas rojas por la pena.
—No lo sé. Realmente tengo muchas cosas que hacer y no creo tener el tiempo para salir.– Contesté dudoso.
—E-Entiendo... Te veo mañana Miguel.– Se despidió Seri comenzando a correr a la salida de la escuela.
Haberlo rechazado me dió un mal sabor de boca; y más por el hecho de que, en cierta forma, tenía razón.
Solo han sido un par de meses desde que me uní al consejo estudiantil y, desde entonces, las constantes reuniones y la responsabilidad de mantener todo en orden me ha quitado bastante tiempo libre.
Me gusta aportar como administrador, pero he pasado menos tiempo con Seri; y admito ser culpable de incluso evitarlo, a veces, con la excusa de tener asuntos con el consejo.
Ese chico...
No sé cómo sentirme con Koyuki. Por un lado, admito que es bastante molesto con sus fantasías al estilo "isekai" y, aparte, tiene unas calificaciones deplorables; también es un chico bastante tímido con las personas ajenas, casi no tiene amigos por su actitud energética y hace lo posible para llamar la atención.
¿A qué quería llegar? Cierto.
Viendo un lado positivo, es alguien bastante amable, tiende a ser bastante cariñoso conmigo y siempre clama que haría lo que fuera por mí. Aún si eso lo hace meterse en problemas constantemente.
—Hanadori ¿Sigues ahí?– Preguntaba Tsukimiya dando un pellizco a mi brazo.
—¡Ah!, ¿Y eso porqué fue?– Hablé molesto al rubio.
—Te quedaste viendo a la nada después de que Seri se fue llorando ¿Qué le dijiste?
—Solo le dije que no podía salir con él... Aunque veo que no se lo tomó bien.
—Supongo que cualquiera se pondría así después de haber sido ignorado por dos meses. Si fuera tú, al menos iría a consolarlo.– Me sugirió Tsukimiya colocando su mano en mi hombro.
—¿Y que debo decirle?
—Yo que sé, no fuí yo el que le rompió el corazón.
—Gracias por la ayuda, señor tesorero.
—De nada, sabes que mi benevolencia no tiene límite.– Me contestó con sarcasmo Tsukimiya empezando a caminar a la salida. —Por cierto, si preguntas a dónde fue Seri, lo más probable es que esté llorando detrás del edificio cerca del club de botánica.
—¿Cómo puedes ser tan exacto?, ¿Acaso eres adivino?– Pregunté de broma.
—Hanadori, me decepcionas con esa idea que tienes de mí.– Se indignó falsamente Tsukimiya. —Pero aún si quisiera presumir de mi poder omnipotente, lo sé porque siempre se pone a llorar ahí cuando no le haces caso.
—¿Desde cuándo?– Pregunté preocupado.
—Depende, ¿Cuánto tiempo llevas en el comité?
Pensaba contestar de manera inconsciente hasta que entendí a dónde quería llegar.
No tenía tiempo para estás cosas.
Con rapidez me dirigí detrás de la escuela, me asomé cerca de los lavabos que se encontraban en el club de botánica y encontré al chico castaño. Maldije y agradecí a Tsukimiya al mismo tiempo por haberme dicho la verdad.
Koyuki se encontraba abrazando sus rodillas, escuchaba leves gimoteos provenientes de su boca y ocultaba su miraba en aquel peinado rebelde que siempre llevaba.
Decidí acercarme de manera lenta para no asustarlo, pero al patear una roca por accidente llamé su atención y me observó lleno de sorpresa.
—¡Miguel!– Gritó tallando sus ojos y levantándose de golpe. —¿Qué haces aquí?
—Me preocupó verte salir así de la escuela, así que te seguí.– Contesté dispuesto a acercarme más, sin embargo Koyuki dió un par de pasos hacia atrás.
—Creí que tenías trabajo por parte del consejo.– Contestó con voz amarga.
—Es cierto que lo tengo, pero eso puede irse al demonio al menos hoy.– Contesté sabiendo que mi respuesta implicaría no dormir el fin de semana.
—¿De-De que estás hablando? No intentes mover tu trabajo por mi culpa.– Intentó convencerme Seri inútilmente, pero ya había tomado mi decisión.
—Lo hago porque quiero, además, siento que te he estado tratando bastante mal estos últimos meses al ignorarte por centrarme con el consejo. Lo siento.– Me disculpé viendo a Seri acercarse a mi.
—No hay nada que perdonar, se que puedo ser un poco insistente a veces... Solo me alegra que no me odies.
—¿Odiarte?
—Escuché tu plática con Tsukimiya en el pasillo antes de que entrara a clases. Me dolió bastante pensar que soy una molestia para tí.
Miré preocupado la mirada triste de Seri. Quería que la tierra me tragara en ese instante, mas no había reparos en lo que dije.
En este tipo de situaciones, las acciones eran más eficientes que las palabras, así que tomé por sorpresa a Koyuki cuando lo abracé rodeando su cintura con mis brazos.
—¿E-eh?
—No lo repetiré dos veces. Koyuki Seri, podrás ser alguien insistente e incluso terco, pero sigo queriéndote tal y como eres.
El castaño ocultó su cabeza y posó ambos brazos a mi cuello.
—Gracias Migu... No, quiero decir, Hana... Dori.– Seri trato de decir mi nombre real en una forma de gratitud, pero sus palabras salieron en forma de murmullos sin sentido.
Koyuki podía ser bastante lindo cuando se lo proponía. Su desastroso cabello hacía cosquillas a mi nariz, como era más bajo que yo, podía acariciar su cabeza sin problema alguno. Será un desastre, pero es bastante suave.
—Uh... Miguel, ¿Po-Podrías no respirar tan cerca de mi nuca?– Habló Seri sacándome del trance.
Sin darme cuenta, estaba descendiendo mi cabeza a su hombro y, por lo tanto, respirando levemente cerca de su cuello.
Me alejé rápidamente de esa zona y observé las mejillas rojas de Seri, quien me preguntaba con la mirada qué pensaba hacer.
Tosí fingidamente para aligerar el ambiente y cambié de tema.
—Mira la hora, pronto cerrará la escuela. Talvez debamos posponer nuestra salida sin falta mañana.
—¡Cla-Claro, por mi no hay problema!– Asintió rápidamente Seri entendiendo mi indirecta.
—Bueno, en ese caso, ¿Quieres que te acompañe a casa?– Pregunté amablemente.
—No gracias, debo ir al centro.
—¿Pe-Pero porqué?
—Necesito comprar comida para Cerberus. Recuerda que Tsukimiya acordó cuidarlo mientras yo ayudará con los gastos de su cuidado.
—Quiere decir que, ¿Ibas a ir al centro de todas formas? ¿No-No era una...?
—Más despacio velocista, ¿Pensabas que te estaba invitando a una cita?, Sólo quería saber si querías acompañarme. Claro, me puso triste que me evitaras, pero...– Intentó explicarse Koyuki burlándose por mi confusión.
—Hasta mañana.– Me despedí secamente del castaño, quien cesó sus risas para seguirme.
—No te enojes Miguel, está bien equivocarse, ¡Espérame!
Al final de ese drama, terminé acompañándolo al centro para buscar la comida del canino.
_____
Me gustó intentar jugar con los papeles de los protas así ¿A ustedes que les pareció?
Por cierto, mañana hay One-shot osi osi
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro