[RINGS OF FRIENDSHIP]
Narra Seri.
Un mes, pensaba yo. Solo faltaba un mes para que concluyera el curso y nos comenzaramos a preocupar por la universidad.
Sin embargo, no importa cuántas preocupación sintiera por los exámenes de admisión, tenía otro problema incluso más grande.
Hanadori quería verme a solas después de clases.
Justo cuando planeaba regresar a casa, una nota salió del casillero de mis zapatos. No era muy extensa, pero si era clara.
"Te espero detrás de la escuela, en el mismo lugar donde te conocí, hay algo que no puede esperar.
P. D. Ve a solas.
Tu Dios de la Destrucción favorito, Miguel Offenbarung Dunkelheit".
"¿Ese quien era?" No pude evitar pensar. El Pseudo Dios debería intentar buscarse un aleas más fácil de recordar.
Tomé unos segundos para contemplar aquel pedazo de papel mientras pensaba en lo que decía escrito.
Entre mis difusas memorias (justamente en las cosas que quería olvidar), recordé que Hanadori fue arrastrado por unos compañeros de su ex escuela que proclamaban ser parte de su antigua banda.
Me acuerdo haberme escabullido en el lugar donde se encontraban por miedo a que le hicieran daño.
Inocente y tonto yo del pasado.
Lo importante de ese recuerdo fue que escuché a Hanadori contarle a sus amigos "cómo me conoció". Según su historia, me encontró llorando por las burlas de mis compañeros en clase de música, solo que claro, el se había ocultado para no molestarme.
Por mi parte, yo solo podía morir de vergüenza por recordar la verdadera razón del porque estaba llorando.
Estúpido Chappin.
Hay veces donde me preguntó, si nunca hubiera ido detrás de la escuela ese día ¿No habría conocido a Hanadori?
¿Nos conoceríamos en algún otro lugar?
¿El destino realmente nos quiere juntos como tanto lo presume Tsukimiya?
Me quedé pensando en esa última pregunta a la vez que me colocaba mis zapatos.
Han pasado 3 años desde que Hanadori y yo nos conocemos. En algún punto, incluso me resigne a que estaría conmigo hasta el final de los tiempos, incluyendo en la universidad, el trabajo o en la misma casa.
Si iba a pasar, que suceda.
Además, noté por cuenta propia que tener lejos a Hanadori se ha vuelto extraño, me atrevo a decir que prefiero tenerlo a mi lado en vez de no saber nada de él.
Obviamente eso jamás lo confesaré.
Jamás.
El sonido de la campana escolar, anunciando el fin de las clases, me regresó a la realidad. Cómo no tenía nada mejor que hacer, decidí ir detrás de la escuela donde probablemente el Dios de la Destrucción me esperaba.
— Gestöber. Al fin llegas. – Hanadori me saludó levantándose del césped.
Al parecer mi intuición fue acertada.
— No tenía otra cosa que hacer. Aunque tengo la duda de porqué me hiciste venir a solas.
— Eso es porque quería que este momento fuera de los dos. – El pelinaranja sacó del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja, consecuentemente se arrodilló frente a mí.
Estaba confundido.
— ¿Hanadori?
— Gestöber, hemos estado una vida pasada juntos, peleando y sanando nuestras heridas mutuamente. Si bien, en esta vida, solo estuvimos tres años juntos; quiero que sepas, han sido los años más honorables de mi vida, porque los he estado compartiendo contigo.
Terminando su pequeño discurso, el pelinaranja abrió la cajita. Dentro de ella se encontraban dos anillos de plata sencillos.
Me encontraba sin palabras, pero el aún continuaba hablando.
— He realizado uno de los rituales más poderosos y peligrosos para demostrar cuanto me importas. Pero todo lo valió, ya que este es el resultado final. Gestöber, estos anillos de la amistad son un símbolo de que, aún si el destino nos pone en universidades distintas, siempre estaré a tu lado, velando por tu bien y esperando por tu gentil sonrisa, ¿Lo aceptarías?
Me tomó un segundo procesar lo que estaba sucediendo. Creí que estaba a nada de darme una propuesta para matrimonio, pero terminó siendo peor, se estaba despidiendo de mí.
Como si pensara que nunca nos volveremos a ver después de la escuela.
— ¿Gestöber? – Kabuto cerró la cajita y se levantó ya que no recibía respuesta mía.
Por inercia, solo acerté a darle un golpe en la mejilla a Hanadori.
— ¿Y eso que fue? ¿N-No te gustó?
— ¡Cállate y deja de decir estupideces!, ¿Qué clase de broma es está?
Me sentía molesto, el golpe de emociones me azotaba fuertemente y actuaba por impulso.
¿Entonces de que sirvieron todas esas veces que presumía hacer los mismo exámenes de admisión que yo?
¿En serio se rendiría así de fácil?
Tomé del cuello de la camisa al Pseudo Dios y continúe mi reclamo.
— Hanadori, eres lo equivalente a una maldita cucaracha. Aún si hubiera un ataque nuclear, encontrarías la manera de encontrarme sin problemas, ¡No puedes simplemente venir y decirme que ya no nos veremos idiota! Además, aún no he aplicado mi examen de admisión a la universidad, carajo, ¡Aún nos queda un mes de curso y ya piensas en dejarme!
— Gestöber...
— ¡Despídete cuando realmente ya no nos vayamos a ver idiota! – Solté mi agarre y lo empujé al sentirme mareado.
Mi garganta se cerraba y los ojos comenzaban a arderme, estaba a nada de llorar sin saber porqué. Solo llegué a cubrirme la cara con mis manos y rezaba porque las piernas no me fallaran.
Hanadori se acercó con lentitud y me acercó a su pecho para luego comenzar a acariciar mi cabeza.
— Perdóname Gestöber, aún siendo un Dios, hay cosas que no puedo controlar... Tampoco me siento a gusto haciendo esto. – La mano con la cuál me acariciaba empezó a temblar. — Lo único que podemos hacer es esforzarnos hasta el final. Se que lo lograremos, pero no podemos ignorar lo que pasaría si uno de los dos no lo consigue, ¡Esto me duele mucho más a mí que a ti, tonto!
Eso fue suficiente para que Hanadori empezara a llorar junto a mí. Ambos éramos un desastre. Nos aferrabamos el uno al otro, intentando ahogar nuestras lágrimas para no hacer más deprimente el momento. Me sentía horrible, pero a la vez feliz de que el de parche me estuviera sosteniendo y murmurando que estaríamos bien.
Al habernos calmado, nos separamos con desgano y puse mi mano derecha frente a él.
El pelinaranja captó el mensaje con rapidez y sacó uno de los anillos de la caja.
— Antes de colocarlo, quiero que veas la sorpresa que está grabada en él.
Observé las palabras escritas en el anillo, sentí intriga al ver lo que decía:
"אוהב אותך Gestöber"
— ¿Qué significan las marcas?
— Es un secreto. Pero sí tienes tanta curiosidad, te daré una pista, está en Hebreo.
— ¿Lo hiciste por cuenta propia?
— Fue complicado, pero no imposible para un Dios como yo. – Presumió Hanadori tomando mi mano y colocando el anillo en mi dedo anular.
Me quedaba a la perfección.
— Me siento algo mal de ser el único que recibe un regalo... Ojalá hubiera una forma de agradecerte. – Confesé acariciando el anillo con mi otra mano.
— En ese caso, sería suficiente si me colocaras el mío. – Ahora era Hanadori el que extendía su mano hacia mí.
Con algo de nervios, retiré el guante de cuero que portaba Hanadori para colocar el anillo en su dedo anular.
En cierta forma, se sentía como si estuviese haciendo una promesa.
¿Qué otra cosa igual de emocionalmente impresionante tuve que presenciar?
Descifrar que las palabras en Hebreo de mi anillo de amistad decían "Te amo Gestöber".
El resto de la noche, me quedé sin dormir, con el anillo aún puesto en mi dedo.
Al llegar a la escuela, fuí recibido por miradas curiosas en el pasillo. Pero lo ignoré al instante cuando encontré a Hanadori esperándome.
Recibí una mirada cálida de su parte, a la vez que tomaba mi mano derecha.
— Me alegra que hayas decidido usarlo. Se te ve bien, Gestöber.
— Si no lo hacía, probablemente ibas a hacerte una idea errónea de que no me importaba, preferiría no llevarlo puesto para evitar perderlo.
— Aún sí lo pierdes, haré otros mil anillos si es necesario. Y quizá con un nuevo mensaje.
No pude evitar que mis mejillas se sonrojaran. Algo que debo apreciar del Pseudo Dios es el cuidado y cariño que le pone a las cosas que le importan.
Me aferré más a su mano, cayendo en cuenta que yo soy una de esas cosas importantes en su vida.
Maldición, ¿Cómo logra Hanadori hacer mi cabeza un caos?
— Tampoco es necesario, no pienso perder tan fácil tu regalo. Trataré de cuidar bien de él...
El pelinaranja iba a contestar, pero fue interrumpido.
— ¡Koyuki! – Escuché una voz femenina en el pasillo.
— ¿Sumiso? ¿Qué tienes? – Me sorprendí al verla correr los pasillos con tanta prisa. Incluso sudaba por el cansancio.
— Escuché que Hanadori te dió algo importante antes de que nos graduemos... Así que también decidí armarme de valor para hacerte una pregunta igual de importante.
Quedé atónito al ver que ahora las manos de Sumiso sujetaban las mías.
¿Será este el día donde declare su amor secreto por mí?
— Koyuki... ¿Podría ser tu madrina de bodas? – Exclamó entusiasmada.
— ¿Perdón? – Preguntamos al unísono Hanadori y yo.
— ¡Se que es muy repentino, pero quería asegurarme!, ¡Siempre te apoyaré y sería un honor estar a tu lado para cuando puedas casarte con Hanadori!
— Por mí... No hay problema. – Contestó Hanadori volteando a otro lado mientras yo seguía como piedra.
¿Cómo es que mi grupo se enteró de los anillos?
¿Hubo algún chismoso?
— Entonces... ¿Es cierto? – Habló otra voz atrás mío. Era Aitsu.
— ¡Espera, espera, espera! ¡Lo puedo explicar!
— Con razón siempre andabas de tsundere con Kabuto... No sabía que le ibas a ese lado.
— ¡No es eso!
— ¡Deja de mentir! Como amigo, respetaré tu relación. Eso sí, si tú novio trata de pasarse de listo, no dudes en avisarme.
— Digo lo mismo. – Se unió a la plática Mogami. — Aún si esto es un impacto para mí, no puedo interferir en las decisiones de Koyukichi. Pero eso no me detendrá si lo lastimas, joven Kabuto.
¿De dónde salía tanta gente?
— ¡Felicidades maestro Miguel y maestro Gestöber!, Espero no ser una molestía en el día que se casen y me permitan seguir siendo su discípulo. – Lloraba Hibiki abrazando al masoquista mientras se limpiaba la naríz.
Sentí un poco de pena por él. Claro que lo invitaría...
¡Mierda, ahora yo pensaba en una boda!
El resto del día, recibí muchas felicitaciones por mi "compromiso a futuro con Hanadori" y nadie me dejó explicar que era un anillo de amistad lo que llevaba en mi dedo.
Aunque en algún punto, dejé de intentar explicarlo al ver a Hanadori feliz por las palabras emotivas de los demás.
Quizá la idea no suene tan desagradable, después de que terminemos la universidad.
¡Último One-shot! En serio lamento el repentino Hiatus, pero era el fic o la universidad (y odio que la escuela me haya forzado a dejar varias cosas solo para tener más tiempo con las tareas...)
Solo me queda decir, fue un honor escribir esta serie de One-shots para un fandom tan chikito.
¡Los quiero fans del HanaSeri! Espero en el futuro escribir más fics de estos dos (porque un libro no es suficiente).
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro