Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[GO AWAY]

Narra Koyuki

Apenas empecé el día y ya me está llendo mal.

Se me había hecho tarde, pues me había desvelado por hacer la tarea. A último segundo, cabe destacar.

Las miradas de mis compañeros no se hicieron esperar y, entre esas miradas, se encontraba la de Hanadori.

—Perdón profesor, ¿Me permite pasar?– Pregunté con voz avergonzada mientras intentaba ignorar los comentarios de mis compañeros.

—Adelante, te lo permitiré porque también acabo de llegar.– Accedió dejarme entrar el profesor.

Quise comentar el hecho de que eran las ocho y media y él ya debía estar empezando la clase desde hace media hora, pero no quería tentar mi suerte y entré en silencio.

Los chismosos y curiosos dejaron de hablar después de que el profesor pidiera seguir con la clase.

—¿En serio te quedaste dormido?– Preguntó Tsukimiya detrás de mí.

Cierto, el idiota puede leer la mente.

—Dejame en paz, pudo pasarle a cualquiera.– Contesté con voz baja para evitar un regaño.

—Y de todos, te pasó a tí.– Añadió descaradamente el rubio sin quitar su habitual sonrisa.

En serio, ¿Cómo puede sonreír todo el tiempo sin cansarse?

Rodé los ojos sin intención de seguir con esa pequeña conversación; miré a mi lado derecho, Hanadori me seguía observando, aunque desvío sus ojos con rapidez al ver que lo descubrí.

—¿Y bien "Dios de la destrucción"? ¿Algún comentario que quieras decir?– Pregunté al ver la obvia necesidad de Hanadori de querer contarme algo.

—Ni-Ninguno...– Murmuró pasar seguir prestando atención al profesor.

Bien, eso fue raro, más viniendo de Hanadori. Por un segundo creí que diría alguna estupidez, pero decidió contenerse.

Y no solo esa clase, sino todo el día.

¿Ahora que mosco le pico?
En todo el día no me ha dirigido la palabra y trata de mantener distancia conmigo.

¿Estará molesto conmigo?
No lo creo. Si fuese así, me estaría ignorando de la misma forma que un niño hace una rabieta.

¿Tsukimiya volvió a molestarlo con algo?
También descarto eso con rapidez. Si hubiese sido Tsukimiya, Mogami o Hibiki me hubieran dicho de inmediato.

Ahora que lo pienso, ¿Que les pasa al masoquista y a la, disque, muerte?

Pensándolo con más claridad, no me han molestado en todo el día. Y después del incidente de esta mañana, el rubio no me ha vuelto a fastidiar como suele hacer.

¿Será que mis súplicas se han vuelto realidad y finalmente me dejarán en paz?, ¿Finalmente tendré una vida normal?

Ya era hora.

—Bueno, con esto concluimos la clase, pueden irse.– Me sacó de las nubes la voz del profesor de biología. —Koyuki, ¿Me harías el favor de quedarte para regresar los microscopios?

—Ahora voy.– Contesté levantándome de mi asiento para  recoger la caja donde venían los aparatos mientras el profesor se llevaba otra caja.

Terminando de ayudar al docente, regresé al salón para buscar mis cosas e irme a casa. Pero unas voces me hicieron parar.

—¿Cuánto tiempo te irás?

—No sabría decirles, tal vez dos o tres días, realmente la información que me dieron con respecto al tiempo es bastante vaga.

¿Esos eran Hanadori y los chicos?

Me oculte en la pared que da con las escaleras para seguir escuchando su conversación.

—¿Y porqué Koyukichi no está aquí?– Preguntó Mogami.

—No tengo el valor para decirle en persona todo esto. Además, no quiero que se preocupe por mí y se distraiga en las clases por ello.– Contestó Hanadori dramatizando.

Claro, porque obviamente eso me pasará por tí, pseudo Dios.

Ellos siguieron hablando.

—Por eso te pido que cuides de Gestöber en mi lugar. No me gusta admitirlo, pero se que sabrás protegerlo mientras no estoy.– Dirigió esas palabras al pelimorado que sólo veía a Hanadori con gran sorpresa.

Bueno, admito que yo también estoy sorprendido.

—Ten por seguro que Koyukichi está en buenas manos, joven Kabuto. Confieso que las cosas serán algo aburridas con tu ausencia.– Contestó Mogami dando una sonrisa cómplice al pelinaranja.

—En serio lo voy a extrañar, maestro Miguel.– Comentó con voz baja Hibiki.

—No te preocupes Helius, ¡Volveré tan pronto que no notarás que me fuí! Aparte, también pediré que ayudes a Mogami para cuidar de Gestöber, ¿Podrás hacerlo?– Animó Hanadori al chico de hoz.

—¡Sí!, ¡Juro no decepcionarlo, maestro Miguel!– Prometió Hibiki haciendo una pose de soldado.

—Bueno, eso era todo. Tsukimiya, tan solo te recuerdo...-

—Darte lo apuntes de las clases cuando vuelvas, ya lo sé Hanadori.– Interrumpió el rubio al de parche con un tono de falsa molestia.

—Pero sólo te lo dije una vez.

—¡Exacto, una vez! Con eso ya me basta para memorizarlo.– Se cruzó de brazos Tsukimiya continuando con sus quejas.

—Gracias nuevamente Tsukimiya, eres un buen amigo. En fin, terminaré de empacar, ¡Nos vemos!– Se despidió Hanadori alejándose del grupo para irse por su cuenta.

Los demás empezaron a despedirse luego de intercambiar unas cuantas palabras de lo distinto que sería todo al no tener a Hanadori en clases por unos días.

Hibiki y Mogami partieron después de un par de minutos, mientras que Tsukimiya se quedó parado en el pasillo por un par de segundos.

De la nada, comenzó a hablar.

—Ya puedes salir gato cobarde. Se que estás detrás de la pared.

Mierda, me descubrió.

—No soy un cobarde.– Contesté saliendo de mi "escondite".

—Pero si un gato.

—Callate.

—Y ¿Qué opinas?, Tu sueño se volvió realidad. No verás a Hanadori por un tiempo.

—Lo dices como si se fuese por años.

—¿Te desagrada pensar eso?– Inquirió tentativamente.

—No...– Contesté después de unos segundos en silencio. —Pero, ¿Me puedes explicar al menos a dónde va?

—¿No prefieres preguntarle directamente?

—Ganas no me faltan Tsukimiya. Sin embargo, por la charla que tuvieron, dudo mucho que quiera decirme.

—Tienes un buen punto. Bien, te  explicaré de manera breve, ¿Recuerdas que Hanadori solía estar en una banda en secundaria?

—Ah, sí, ¿Eso tiene que ver con algo?

—Bastante. Resulta que, uno de los integrantes de su ex-banda, le pidió a Hanadori regresar a dar un último concierto antes de empezar con los exámenes del semestre, ya que al parecer es el aniversario de su grupo.

—¿En serio? Es un poco extraño considerando que Hanadori se negaba a regresar con su banda la última vez que lo ví hablando con... ¿Shimiki? Creo que se llamaba así el chico de coleta.– Intenté recordar el nombre de aquél tipo que intentaba recuperar a Hanadori para seguir con "Red Bull".

El nombre del grupo sigue sin convencerme.

—Parece que aún no lo has olvidado. Abre bien los ojos Seri, porque Shimiki podría quitarte a Hanadori en la más mínima oportunidad.– Me advirtió Tsukimiya como si fuese un novio a punto de ser engañado.

—Si se quiere llevar al pseudo Dios, se lo regalo. Aunque también depende de que quiere Hanadori.

—Oh, ¿Piensas que Hanadori no te abandonará? Tienes mucha confianza en él, querido Seri.– Molestó Tsukimiya con un tono pícaro.

—¡No es eso!– Contesté con intenciones de largarme a casa.

Al demonio todo esto.
Si el quiere irse está en todo su derecho, ni siquiera sé porque me preocupé por él.

—Si fuera tú, tendría más cuidado con lo que digo, o más bien, con lo que deseo. Al universo le gusta jugar pesado Seri, que no se te olvide.– Comentó el rubio posando una mano en mi hombro para luego irse y dejarme solo en el pasillo.

—Como si me llegase a importar.– Le resté importancia a su consejo sobre el universo.

¿Hanadori no regresando por su ex-banda? Puede que suceda, después de todo le iba bastante bien en eso.

No obstante, con la obsesión que tiene él conmigo, dudo que vaya a irse.

Además, aún si pensara de verdad eso, al menos me lo contaría ya que eso significaría no vernos por un buen tiempo, como si fuesen semanas o quizás meses.

O años...

—De seguro tardará dos días máximo.– Ignoré ese último pensamiento para seguir mi camino en las bulliciosas calles de la ciudad.

...

Primer día sin Hanadori, es miércoles.

Mogami y Hibiki me dan mi dosis de fastidio diario.

Tsukimiya no se queda atrás y me pregunta cómo llevo las cosas sin mi "mejor amigo".

Ignoro sus juegos y bromas al respecto y decido contestarle con un "sigue siendo lo mismo con ustedes molestando".

Nada más relevante paso en el día.

...

Segundo día, es jueves.

Hibiki se resfrío y Mogami dice que irá a cuidarlo cuando terminen las clases.

Las clases se sienten más lentas y mi dedo no deja de golpetear la mesa de mi asiento por el aburrimiento.

Se de qué va la clase de inglés, pero desvarío mientras veo el asiento vacío a mi derecha.

Después de aquella clase toca el receso y Tsukimiya decide acompañarme junto a Mogami.

El rubio volvió a preguntarme si no extrañaba a Hanadori.

—¿Porqué debería extrañarlo?, Volverá pronto y todo seguirá como siempre.– Contesto terminando mi comida mientras veo las caras de preocupación del masoquista y el rubio.

¿Dije algo raro?

—¿Pasa algo?

Mogami pensaba contestarme, pero Tsukimiya lo detuvo.

—Dejalo así Mogami, será más divertido cuando se de cuenta por sí solo.

—¿Se trata de Hanadori?– Pregunté con algo de curiosidad al samurai.

El pelimorado tardó unos segundos en contestar.

—No es nada... Pensaba preguntarte si querías visitar a Hibiki conmigo después de clases.

—Oh, lo siento, no podré ir. Estaré haciendo unas tareas que me faltan.

—Ya veo, te deseo suerte Koyukichi.– Contesta de vuelta Mogami para concluir la conversación.

El resto del día fue ordinario.

Pero me siguió rondando en la cabeza aquello que quería contarme Mogami con respecto a Hanadori ¿Le habrá pasado algo?
Admito que eso me preocupa un poco.

Si vuelve mañana le preguntaré personalmente.

...

Tercer día, es viernes.

Llegué temprano al aula y solo hay unos cuantos alumnos hablando entre ellos.

Volteo al asiento de Hanadori y decido esperarlo.

Pasaron 5, 10 y 15 minutos.

Ya la mayoría del salón entró y yo sigo esperando a que el pelinaranja haga una de sus entradas dramáticas al salón.

El profesor entra y cierra la puerta. ¿Será que llegue tarde?

—Vaya, ¿Te seguirás engañando?– Pregunta Tsukimiya detrás de mí.

Decido no contestar y empiezo a sacar mi libreta de economía doméstica para prestar atención a la clase.

Mientras hago los apuntes necesarios me pregunto ¿Cuánto de este trabajo tendrá que recuperar Hanadori cuando vuelva?

Conociendo su absurda buena suerte, se que podrá recuperarse, pero incluso para mí sería mucho que retomar, ¿Necesitará ayuda cuando esté de vuelta?

Con esa y más preguntas respecto a él, concluyo las primas clases.
En el receso, almuerzo con el grupo de siempre, con la diferencia de que Hibiki y Mogami parecen encerrados en su propia burbuja, ¿Que habrán hecho ayer?

Con eso siendo lo único relevante, el día sigue de manera monótona.

Camino a casa después de clases. Admito que sin Hanadori alrededor se siente todo más lento en las clases, y no solo porque era el primero en interrumpirlas con sus fábulas.
Tal vez lo extraño solo un poco.

—¡Koyuki!– Me habla una voz femenina intentando alcanzarme.

—¡Hola Sumiso!, ¿También vas a casa?– Saludo a la pelirosa intentando sonreír.

—De hecho iba al centro con una amiga, pero quería preguntarte algo primero.

—Claro, ¿Que quieres saber?

—Bueno, para empezar, no sé cómo puedas tomarte esta pregunta, ya que no quisiera molestarte.– La voz de Sumiso se oía inquieta.

—Tu nunca podrías molestarme Sumiso, ¡Puedes preguntar lo que sea!– La apoyé a qué siguiera.

—Entonces, quería preguntar si te encontrabas bien. Desde que Hanadori se fué, te veo muy desanimado.

Abrí los ojos con algo de sorpresa.

¿Tan mal me veo?

—Claro que estoy bien. Es solo que, bueno...– Intenté dar una excusa pero no tenía nada en mente.

—No es necesario que lo expliques. Entiendo que te sientas solo, se ve que tú y Hanadori son bastante cercanos.

—¿En serio nos vemos así?

No sabía si me lo preguntaba a mí mismo o a ella.

—¡Claro que sí, y eso es lo lindo de ambos! Por eso quiero ser una buena amiga y animarte. A Hanadori no le gustará ver a su persona favorita con una cara tan triste ¿Verdad?

Sumiso es un sol. No niego que esas palabras me alegraron un poco.

—Tienes razón, Hanadori es muy llorón con respecto a verme "molesto" o triste. El idiota se preocupa más por mí que por él mismo...

—Pero es algo que te gusta de él, ¿No es así?

De acuerdo, la palabra gustar me dejó sin palabras un segundo.

—Su-Supongo que sí. Gracias por hablar conmigo, Sumiso.

—¿Ya terminaste? Hay que irnos antes de que el autobús nos deje.– Habló la amiga de la pelirosa queriendo terminar nuestra plática.

—¡En un momento voy! Perdón, debo irme.

—No te preocupes, lo entiendo. Cuídate Sumiso.– Me despedí de ella viendo cómo se alejaba para alcanzar a su amiga.

—Oh, ¡Otra cosa! ¡Si te sirve, podrías intentar hacerle un regalo de bienvenida a Hanadori para cuando vuelva y así verá cuánto lo extrañaste!– Me dió un último consejo Sumiso antes de ser arrastrada por su desesperada amiga a la parada de autobuses.

Ahora que lo pienso, un pequeño detalle no estaría tan mal.

...

Sábado en la tarde.

Terminé con mis tareas ayer, resultó ser más fácil de lo que creí, pero ahora tengo un problema mayor.

—Lo siento Seri, Hanadori no ha vuelto aún. Sus padres dicen que sigue en el viaje y no me contesta su celular.– Me hablaba Tsukimiya por celular.

—Ya veo, gracias por decirme.

—Gracias a tí por llamar, por un segundo realmente creí que no te importaba Hanadori. Al final sí sientes algo por él, gato amargado.– Se burlaba el rubio en la llamada.

En este punto, sus intentos por molestarme ya no han funcionado. Menos desde que se fue el pseudo Dios.

—Adios.– Colgué la llamada y me  recosté en mi cama.

Después de unos momentos sintiendo la suave superficie de mi almohada, continúe con lo que hacía antes de llamar a Tsukimiya.

Volví a abrir la página en línea de mi celular y seguí con mi búsqueda.

"Ideas para dar regalos caseros o pequeños".

...

Domingo en la noche.

Después de buscar y descartar el día de ayer, me decidí en darle al pelinaranja unos chocolates.

El problema sigue en que continúa sin dar señales de vida.

¿Cuánto te puedes tardar por un solo concierto?

—Le daré la regañada de su vida cuando vuelva.– Hablé al aire mientras caminaba en las calles del centro junto con Hibiki para buscar lugares donde vendan cajas de chocolate.

...

Al fin, era Lunes.

Han pasado 5 días desde que ví a Hanadori y sigo pensado que fue más tiempo.

Me encuentro en el salón con una pequeña caja de chocolates en mano. Al final, decidí comprar algo no tan caro, pero tampoco barato; está en el perfecto punto medio. Solo espero le guste.

—Aww, eres adorable, querido Seri.– Habló el rubio entrando al salón.

—Calla, si lo hago es porque quiero.– Me defendí con las mejillas algo rojas.

—Solo dije que te veías adorable gato amargado, a Hanadori le gustará.

—Ojala diga lo mismo...

Dejamos de hablar mientras esperábamos la llegada del pelinaranja.

Mogami nos saludó y decidió esperar con nosotros.

Pasaron los minutos, el resto del salón comenzó a entrar, estaba pasando lo mismo que la última vez.

Mis manos estaban sudando por el nerviosismo.

El profesor llegó y cerró la puerta, con ello, empezó a pasar la lista de asistencia.

Seguía viendo de reojo la puerta con la falsa esperanza de verlo llegar.

Pero no llegó a la clase.

Ni a la segunda. Ni a la tercera.

Simplemente no llegó.

—Que raro, se supone debía llegar hoy.– Habló con preocupación Tsukimiya.

—¿No le habrá sucedido nada en el viaje?– Preguntó Mogami mientras guardaba sus cosas.

Yo lo miré con una cara mezclada de preocupación y miedo. De inmediato se arrepintió de sus palabras.

—Espero esté bien el maestro Miguel.– Se unía a la plática Hibiki en la entrada de nuestro salón.

No comenté nada al respecto.

—Vamos Seri, ¿Quieres salir un rato antes de ir a casa? Te hará sentir mejor.– Intentó convencerme Tsukimiya.

—Cierto Koyukichi, además, hace un tiempo que no tenemos una salida grupal.– Apoyó la idea el samurai.

—¿Puedo ir también?– Preguntó con entusiasmo el peliazul.

—Por supuesto.– Le sonrió Mogami a Hibiki.

—Yo creo que pasaré, solo quiero ir a casa.– Hablé finalmente llamando la atención de los tres.

Ellos comprendieron y resignaron a seguir insistiendo.

—Si cambias de opinión, te esperaremos.– Terminó de despedirse Hibiki mientras se iba con los demás.

—Gracias.– Murmuré sabiendo que no me escucharían.

Era el único que queda en el salón, así que empecé a guardar mis cosas. La pequeña caja de chocolates pensaba tirarla a la basura, pero decidí no hacerlo y llevarla en mi mano.

Los minutos caminando en los casi desolados pasillos me hicieron sentir nostálgico, ¿Cuál fue la última plática que tuve con Hanadori?

Cierto, quería invitarme a una heladería que acababan de inaugurar hace unas semanas. Su cara emocionada lo hacía ver cómo un niño pequeño, y también lo hacía ver lindo.

"Te lo prometo Gestöber, si te va bien en el proyecto de biología, ¡Te invitaré un helado!"

Su alegre voz resonaba en mi cabeza al igual que las veces que me llamaba por ese raro nombre.

¿Cuando empecé a extrañar que me llamara así?

Después de salir del edificio, me encontraba caminando sin ánimo alguno cerca de la entrada, pero detuve mis pasos al ver una silueta correr hacia mi dirección.

¿Será algún alumno que olvidó algo?

Al ver más detenidamente quien era casi suelto la caja de chocolates al suelo.

—¡Gestöber!– Gritaba aquel chico de parche mientras corría hacia mí.

Es él, solo ese idiota me llama así.

—Hanadori.– Hablé sintiendo como el cuerpo del pelinaranja me abrazaba. El problema fue que el impulso nos hizo caer al doloroso asfalto.

—¡No tienes idea de cuánto te extrañé! Creí que no iba a alcanzar a verte.– Seguía abrazándome con fuerza el pseudo Dios, intentando no llorar.

Yo seguía sin creerme que estaba ahí, por lo cual le regresé el abrazo sin pensarlo para asegurarme de que no fuese una broma de mi mente.

Rodeé mis brazos en su cuello y repose la cabeza en el hombro izquierdo, un aroma a naranja inundó mis fosas nasales, era su cabello. Al parecer lo tenía un poco más largo, me daba algo de cosquillas.

Después de recordar que seguíamos en el suelo, ayudó a levantarme. Extendió su mano para que la tomará, en cambio, yo aproveché para darle la caja de chocolates que aún tenía en la mano.

—También... Te extrañé.– Le dí la bienvenida agarrando algo de valor.

Su único ojo descubierto brilló al ver el regalo y sus mejillas se encontraban ahora rojas, para nada se esperaba un acto así de "lindo" por mi parte.

—Muchas gracias Gestöber, siento haberte preocupado.– Se disculpó el pelinaranja utilizando su mano libre para ayudar a levantarme.

Sin objeción, me levanté con su apoyo y quedé a centímetros de su cuerpo.

Separé mi mano de la suya para recuperar la compostura y darle un golpe en la cabeza.

—¿Ahora sí me dirás dónde carajos estuviste desaparecido?, Creí... Creíamos que no volverías.– Me corregí a último segundo.

—¡Puedo explicarlo! Se suponía que regresaría desde el viernes, pero mientras hacíamos el viaje en auto tuvimos un pequeño accidente en la carretera y tuvimos que ir a la ciudad vecina para pedir ayuda.– Se justificó Hanadori sobando el lugar donde lo había golpeado.

—¿Tuviste un accidente?– Pregunté sin querer creerlo.

—Apenas pude regresar hoy a mi casa y tuve que quedarme para explicarle todo lo que pasó a mis padres. Es la última vez que acepto un viaje a último segundo.– Comentó el de parche bajando la mirada con algo de molestia.

—¿Y porqué no me lo dijiste?, Vi que le decías al resto que te ibas por un aniversario y ni siquiera te dignaste en despedirte.– Seguí bombardeando al pelinaranja con más preguntas.

—No pensé que iba a tardar tanto. Además, quería decirle a Tsukimiya que te explicará todo; pero, conociéndolo, no sabía cómo te iba a decir que tuve un accidente en carretera.

Odio admitirlo pero tiene un buen punto.
Siendo Tsukimiya habría modificado la información para hacerme sufrir por algo que no pasó a mayores.

Me sigo preguntando porque Hanadori confía tanto en él.

—Aún me siento un poco molesto. Cuando los chicos dijeron que volverías hoy y vimos que no apareciste en todo el día...

—Pensaste que no volvería ¿Verdad?

No contesté a su pregunta, sin embargo, mi silencio lo decía todo.

—Me asusté idiota.– Confesé dejándome ver vulnerable unos segundos.

—Perdón, se que una disculpa no arregla toda la preocupación que te dí, así que déjame compensarlo.– Volvía a disculparse apenado el pseudo Dios tomando uno de mis hombros.

—¿Cómo piensas hacer eso?

—Para empezar, déjame cumplir con una promesa que te hice antes de que me fuera.– Ahora Hanadori sujetaba mi mano mientras empezábamos a caminar fuera del colegio.

—¿A dónde vamos?

—Prometí invitarte un helado si te esforzabas en biología y, gracias a Tsukimiya, se que te lo hiciste bien.

Si lo recordó.

Era obvio que lo hará, después de todo, siempre intenta cumplir sus promesas aún si se tarda mucho.

"Es algo que te gusta de él ¿No es así?"

Recordé esa pregunta que hizo Sumiso una vez y no pude evitar ponerme rojo.

—¿Sucede algo Gestöber?, ¿Te sientes mal?– Se detuvo el de parche.

Nunca me había puesto a pensar que hay más de una cosa que me gusta en Hanadori.

Hasta ahora.

—¡So-Solo siento calor! Vamos por ese helado antes de que cierren.– Apreté más el agarre entre nuestras manos para seguir caminando.

—Tampoco hay prisa Gestöber, esa heladería tiene un horario extendido.– Me explicaba el pelinaranja sin entender mi entusiasmo.

En todo el camino mientras discutíamos sobre los horarios y sabores favoritos, me aseguré de que nuestras manos no se separaran.

¿La razón? Solo por hoy, quisiera ser egoísta y estar el mayor tiempo con Hanadori antes de que algo inesperado vuelva a ocurrir.

Presiento que el pseudo Dios sentía lo mismo, ya que no mostró objeción alguna y se veía contento con aquella decisión.

¿Es raro ahora sentir felicidad al tener a Hanadori cerca?











O ¿Es más extraño que empiece a sentir algo por él?

_________

Datos curiosos que a nadie le importa:

1.- Iba a publicar esto antes del One-shot "2 MONTHS & 2 MOMENTS", pero me faltaba concluirlo y no tenía tiempo para ello porque he tenido que ver cosas con respecto a mis clases en línea (que me recontra joden).

2.- Esto originalmente iba a estar dividido en dos partes:
"Go away" y "Go back".
Pero al final me decidí en hacerlo en uno sólo porque no podía parar xD

3.- Tengo planeado hacer un One-shot explicando lo que pasó cuando Hibiki se enfermó. Porque siento que quiero hacer más fanservice entre Mogami y Hibiki alv

4.- Por si preguntan, sí. Sigo trabajando en más One-shots, pero como son medio largos (o a veces olvidó de que van) se me va la mano con el tiempo de entrega ;w;

5.- Si llegan a ver errores de ortografía o algo, avisen por favor, ya que mi teclado está sufriendo un chingo de desvaríos ;-;

Bai

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro