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[FRIDAY]

Narra Koyuki.

El viernes comenzaba; ya era el último día de clases de la semana, y en vez de sentirme alegre o más relajado, sentía lo contrario.

¿La razón? Hanadori Kabuto no me molestó en toda la semana. Incluso me ignoró.

A principios de semana, creí que se trataba de alguna broma pesada suya o se encontraba enfadado con algo y quería estar a solas. Luego comencé a darme cuenta de que se la pasaba todo el tiempo con su celular.

¿Con quién estaba hablando entre clases? Quisiera saber lo mismo.

Sus intentos por evadirme se volvieron más claros cuando un día intentado saludarlo (para ver si con eso dejaba el mendigo aparato) bloqueó su celular de inmediato y me saludo de regreso, de manera muy incómoda.

¿Ahora resulta que soy yo el acosador?

Mi última oportunidad de saber en qué estaba metido Hanadori fue, por desgracia, preguntarle a Tsukimiya. No obstante, su respuesta también fue insatisfactoria.

— Lo siento Seri, también lo ha tenido muy oculto para mí, ¡Hace que me sienta olvidado!

Algo desconcertado, y harto de los dramas de Tsukimiya, decidí hacer lo más sensato.

Aceptar que Hanadori se había aburrido de mí y comenzar una nueva vida normal y pacífica.

O al menos ese fue mi plan, hasta que Sumiso volvió a abrir el caso.

— Lo siento. Se que no me debería estar metiendo en la vida privada de ustedes, pero... Últimamente he visto a Hanadori y un chico de coleta pasear en la plaza estos últimos días y me preocupa que Hanadori no te esté hablando, así que... – Intentó explicar la pelirosa con vergüenza.

— Tranquila Sumiso, gracias por comentarme, intentaré hablar con Hanadori después. – La calmé queriendo evitar que se sintiera una entrometida.

— Espero puedan arreglar sus problemas, es bastante extraño verlos separados, ¡Se ve que son mejores amigos! – Quiso animarme Sumiso.

— Sí, amigos... Mira la hora, va a empezar la última clase, será mejor que vaya a mi salón. Adiós. – Me despedí rápidamente de la chica para salir de esa plática.

No es que me importe la idea de Hanadori queriendo dejar de ser mi autoproclamado mejor amigo; sino el porqué dejó de insistir de la noche a la mañana, ¡No tiene sentido!

Que me moleste 3 años sin descanso para que luego decida ignorarme de la nada, no es algo que él haría.

Inhalando y exhalando mi estrés, regresé al salón donde, por sorpresa de nadie, se encontraba Kabuto en su pupitre escribiendo en su celular.

¿Duerme con él acaso?

Caminando cerca del chico de parche, me decidí a ignorarlo también y voltear hacia la ventana. De alguna forma esperaba que en algún punto me preguntara si están bien. O si estaba de acuerdo con que me ignorase. O algo.

Lo que sea.

Lo único que recibí fue el timbre de la campana anunciando la última clase y el sonido de la puerta siendo cerrada por el profesor de Historia.

Y sin más, el amargo viernes llegó a su fin.




— ¡Seri! ¿Donde crees que vas? – Me detuvo Tsukimiya en la entrada de la escuela.

— A casa. Estoy cansado. – Contesté secamente.

— ¡Respuesta incorrecta! Vendrás conmigo a resolver el caso del amante secreto de Hanadori.

Un momento, ¿Cómo que amante?

— Deja de inventar cosas, es imposible que Hanadori tenga tal cosa. Además, aún si lo tuviese ¿Qué me importa? – Trate de razonar para largarme.

— Tu cara desolada en clases dejaba mucho que decir, no seas necio, querido Seri.

— ¿Cómo que "cara desolada"? – Exclamé molesto.

— Dejando de lado que quieres ocultar tu sentimientos, ¿Seguro que no tienes una pizca de curiosidad de ver con quién se ha estado jugando Hanadori sin contarnos?, ¿Y si resulta ser una mala influencia? O ¿Es una persona tóxica?

Al momento de escuchar esas palabras, quedé en silencio. Hanadori puede ser bastante ingenuo pero no tanto para juntarse con malas compañías... ¿Cierto?

— ¡No lo sabremos hasta que vayamos a investigar!

— ¡Deja de leer mi mente!






Después de una acalorada discusión, llegamos al acuerdo de seguirlo. Si se dirigía a su casa, lo dejaríamos; pero si iba a alguna otra parte, continuaríamos hasta ver quién es aquella persona misteriosa con la cuál se encuentra.

Por mi sorpresa, Hanadori cambió la ruta de su casa hasta la parada de autobuses. Miré a Tsukimiya esperando que me contara cómo diablos íbamos a entrar al mismo autobús sin que el pseudo Dios nos viera.

Mi respuesta fue que utilizara la capucha de mi sueter mientras él se perdía entre las personas. Tuvimos la fortuna (y desfortuna) de que el autobús estuviese lleno de gente.

Pasaron veinte minutos de incomodidad en el infernal transporte, cuando finalmente Hanadori se digno en bajarse en la plaza.

Tsukimiya tomó mi brazo para jalarme del tumulto de personas y bajar del autobús. Nuestra investigación apenas iba a comenzar.

Mientras nos escondíamos entre edificios, observamos como el pelinaranja se había detenido en una fuente para sentarse. Parecía estar esperando a alguien.

— Llegó el momento de la verdad, Seri. ¿Con quién crees que se encuentre? ¿Alguna mujer mayor que él? ¿Un familiar? ¿Alguien de su antigua escuela?

Cómo si supiera ¿Porqué otra razón me dejé arrastrar hasta aquí?

Pasaron los minutos y Hanadori no se separaba del teclado del celular. No obstante, volteó su mirada cerca de donde nos ocultabamos Tsukimiya y yo.

Mierda, ¿Nos habrá descubierto?

— ¡Shimiki! ¡Por aquí! – Comenzó a gritar mientras alzaba su mano.

El pelimorado, con tendencias de acosador, apareció frente a nosotros y pude respirar al fin. Al menos soy consciente de que ese loco es conocido de Hanadori.

Sin embargo, mis molestias persistían al ver lo cariñoso que se comportaba Kabuto con el chico de coleta.

— ¿Pasa algo, Seri? ¿Estás celoso de que Hanadori abrace de esa manera a otros que no sean tú?

— ¡Claro que no! – Tembló mi voz. — Mira, están caminado a otro lado.

Señalé discretamente como Hanadori y Shimiki sostenían sus manos para irse dentro de un local.

No es necesario que tomen sus manos.

Los seguimos y miramos el local de ropa, estuvimos en la entrada unos minutos, viendo de reojo dentro de la tienda. No tenía idea de que estaban hablando los dos, pero podía observar que Hanadori se la pasaba bien, ya que le sonreía mucho al pelimorado.

Quizá solo estoy exagerando.

— Seri, muévete, están por salir. – Me habló Tsukimiya para que nos fuéramos del local.












Los dos continuaron entrando y saliendo a otras tiendas; entre ellas, una pastelería, una tienda de música, una confitería (¿Qué tiene ese par con los dulces?), y para concluir, un karaoke.

Para éste último, no pudimos tener acceso, pero sirvió para tomar un descanso de nuestra extenuante investigación.

— Realmente tienen energía de sobra. – Me extendió un refresco de naranja Tsukimiya.

— Gracias... A mí me sorprende cuánto se gastaron en esa tienda de dulces, ¿Acaso son niños?

El rubio rió ante mi contestación.

— No tiene nada de malo tener un niño interior, ¡Es incluso saludable!

Decidí abrir la soda mientras lo escuchaba y el golpe de la espuma ensució mis manos y parte de mi cara.

El maldito había agitado la lata.

Solo escuché la estruendosa risa de Tsukimiya burlándose de mí.

— ¡Te dije que era saludable! – Seguía riéndose el rubio.

— ¡Tsukimiya! – Me límite a perseguirlo por un rato tratando de golpearlo. Obviamente sin éxito alguno.

Luego de calmarme, volvimos al lugar de karaoke, ¿Aún seguían adentro?

— ¿No te sientes mejor? – Empezó a hablar Tsukimiya. — Ver como te deprimías con cada lugar que visitaba Hanadori y su amigo me estaba molestando. Necesitabas algo para distraerte.

No contesté nada. Tampoco estoy deprimido. Solo confundido. Viendo como Hanadori podía pasarla bien con otras personas, me hacia preguntar ¿Porqué se apega tanto a mí entonces?, ¿Porqué elegir a alguien que termina gritándote por tus estupideces?

¿Se habrá dado cuenta de que estar con Shimiki es mejor que estar conmigo?

¿Esta última semana que no me dirigió la palabra era su forma de decir que ya no quería volverme a hablar?

¿Lo habré cansado?

Probablemente sí. Hasta Hanadori debe tener un límite para soportar como lo intentaba alejar de mí.

¿No era lo que quería?

Me siento, de alguna forma, vacío con la idea de que Hanadori no quiera volver a saber de mí. Duele un poco.

— Deja tus monólogos internos para luego, Seri. Acaban de irse.

— ¿Cómo dices?

Voltee con rapidez y observé como el par se iba del puesto de karaoke.

Tsukimiya y yo apresuramos el paso para seguirlos.











Nos encontrábamos cerca de la fuente del principio y tuvimos la suerte de que ahora podíamos escuchar lo que decían Hanadori y Shimiki. Al parecer se estaban despidiendo.

— No puedo dejar de agradecerte todos los consejos que me diste, mi querido ángel. – Empezó a hablar el pelimorado.

— Es lo menos que podía hacer, conociéndote tendrás la victoria. – Extendió su mano Kabuto esperando a que Shimiki la tomara.

— Viniendo del Dios de la Destrucción, significa mucho para mí.

Ambos juntaron sus manos con confidencia y no tenía idea de que rayos estaban hablando.

Shimiki dió una mirada a nuestra dirección, se sorprendió, pero luego sonrió con malicia.

¿Iba a delatarnos?

— Miguel, solo recuerda. Cualquier cosa que necesites a cambio de la ayuda que me diste, puedes pedirla cuando quieras. – El chico de coleta aprovechó su agarre de manos con Hanadori para acercarlo más a su cuerpo.

Sus caras estaban muy cercas. Es como si quisiera...

Tsukimiya tomó mi hombro y me detuvo.

— Está queriendo tentarte, Seri. ¿Crees que va a valer la pena?

Quité su mano y caminé hacia ambos chicos. Lo más probable es que Hanadori este confundido y no sepa porqué su amigo está haciendo eso.

No es necesario molestarlo por mi culpa.

— ¡Oye, déjalo en paz! – Grité sin pensar.

Los dos chicos voltearon a verme y Hanadori se sorprendió.

— Gestöber, ¿Qué haces aquí?

— Vaya, vaya, el hierofante ninja. ¿Qué te trae por aquí? – Se hizo el inocente el pelimorado.

— Deja de fingir, sabes que los estaba viendo.

— ¿Cuánto escuchaste? – Titubeó Hanadori.

— No mucho, pero si lo suficiente para saber que te hartaste de mí. No vengo a recriminarte ni nada, también me cansaría de alguien que solo se limita a alejarte cuando tiene la oportunidad.

— ¿De que estás hablando?

— Obviamente de esta semana que me estuviste evitando a toda costa sin decirme nada. Te repito, no estoy molesto, solo quería saber porqué de repente me estabas dejando en paz... Siento haberte interrumpido en tu salida.

Comencé a caminar hacia la salida, ya no tenía nada que hacer en el lugar. No obstante, Hanadori me detuvo sosteniendo mi mano.

— ¡Espera Gestöber, en serio no te comprendo!, ¡Solo he estado viendo a Shimiki porque necesitaba mi ayuda para hablar con Tsukimiya!

Guardé silencio por unos segundos, queriendo procesar sus palabras.

— ... ¿Qué dijiste?

— Y hablando del rey de Roma. – Comentó el de coleta caminando hacia Tsukimiya.

— Parece que no tiene sentido que me siga ocultando... Y yo que estaba listo para huir.

— ¡Eres un traidor!

El rubio no pareció inmutarse a mis quejas y solo sonrió. Se limitó a ponerse en frente de Shimiki.

— Me alegra que al fin podamos hablar. Aún si es en estás circunstancias. – El pelimorado besó la mano de Tsukimiya.

— Oh, ya te recuerdo. Creo haberte hipnotizado porque no parabas de acosar a mi amargado amigo por tu obsesión a Hanadori.

¿A cuánta gente puede hipnotizar Tsukimiya?

— Exacto, ¡Tu me hipnotizaste con tu aura misteriosa y a la vez extravagante! Por eso quería acudir con Miguel lo antes posible ya que es alguien muy cercano a ti... – Shimiki alzó el mentón del rubio para poder acercarlo a él. Aún si ambos son altos, sus alturas son distintas.

— Me halagan esas palabras, pero prefiero ser directo. – Contestó Tsukimiya abriendo sus ojos heterocromáticos. — Soy alguien que prefiere las chicas maduras, si están casadas mejor. Así que, en pocas palabras, no tengo ningún interés en ti, ¿Comprendes?

El cuerpo del pelimorado tembló ante la actitud del rubio, pero su cara roja hacía confundirme ¿Acaso el loco se había excitado?

— Lo que comprendo es que eres alguien difícil, eso también me atrae bastante. Y, ahora que sé tu sincera opinión hacia mi persona, lo primero que haré entonces es tener tu interés. – Sin explicar más, Shimiki terminó con el poco espacio entre él y Tsukimiya. Lo estaba besando en frente de nosotros.

Quedé petrificado al ver que el beso era correspondido.

Luego de segundos bastante eternos se separaron, la reacción del rubio fue relamer sus labios mientras sus ojos seguían abiertos en par. Después sonrió como hacía habitualmente.

— Bueno, hice lo que pude. Supongo que estaré al tanto de lo que hagas a partir de ahora. Al menos hasta que me aburra. – Tsukimiya se separó del chico de coleta y se acercó a mí. — ¿Te parece bien si me acompañas a casa mientras mi amigo arregla sus problemas con Hanadori?

— Me encantaría. De todos modos, ya planeaba irme. – Shimiki quiso tocar el hombro de Tsukimiya, pero éste lo detuvo.

— Solo recuerda. – El rubio dejó su sonrisa de lado. — No intentes pasarte de listo.











Al terminar la tensión entre ambos, Tsukimiya se despidió animadamente de mí y Hanadori, y comenzó su regreso a casa escoltado por Shimiki.

Con todo lo sucedido, olvidé como empezó toda esta discusión.

Aparte, el pelinaranja y yo jamás soltamos nuestras manos. Me separé al darme cuenta.

— Honestamente no esperaba que tu amigo tuviera ese tipo de sentimientos por Tsukimiya. – Empecé a hablar queriendo quitar el ambiente incómodo.

— Creo que debí suponerlo... Pensé que solo quería ser su amigo pero era muy tímido como para hablarle.

No comenté nada ante el inocente pensamiento de Hanadori.

Nos quedamos escuchando el sonido de la fuente trás de nosotros, ninguno sabía cómo debía continuar la conversación.

Más bien, yo no quería continuar la conversación. Pero sabía que a fuerza debía hacerlo. Fuí un idiota que sacó conclusiones por la paranoia.

— En verdad, lo siento. – Murmuré con vergüenza. — No debí haber dicho esas cosas.

— Está bien, Gestöber... Debiste sentirte muy solo como para haber pensado que te dejaría. También quiero disculparme por no decirte nada. Pero no pienso perdonarte hasta que me expliques porque rayos creíste que me cansaría de ti.

De todas las cosas que pudo pedir, ¿Porqué me pide contestar eso? Para mí es muy claro el porqué preferiría estar con otras personas en vez de mí. Lo demostró bastante hoy.

— Yo... Yo siempre trato de evitarte, me molesto con facilidad por tus tonterías y termino golpeandote a veces sin razón alguna, pero al mismo tiempo, también me preocupas si no te tengo cerca o te veo triste. No se que sentir con respecto a ti y eso me hace preguntarme ¿Cómo puedes soportar a alguien tan indeciso como yo? A alguien que te odia pero a la vez quiere que no termines lastimado. No puedo...

Mi mente se estaba volviendo un caos y en un punto comencé a desvariar sin saber cómo explicar mi punto.

¿Porqué es tan difícil de expresarlo?

— Gestöber. – Alzó la voz Hanadori mientras volvía a tomar mis manos. — Lo estás pensando demasiado. No me importa cuántas veces me grites o terminemos peleando, o incluso si te sientes inseguro y quieres evitarme para que no me lastime. Al final, siempre lo resolvemos y nuestra amistad nunca se rompe, por algo estuvimos una vida entera juntos.

— Es vergonzoso cuando lo dices de esa forma...

— Pero es la verdad, y lo diré hasta que te quede claro. Pase lo que pase estaré a tu lado, en esta y en todas nuestras vidas siguientes. – La seriedad y confidencia de Hanadori me hacían temblar.

Estoy acostumbrado a sus discursos cursis, pero en estos momentos, realmente me alegra oírlos de su propia voz.

Me hace pensar que cumplirá su palabra como siempre.

— Gracias... Pero sí sigues hablando así te tiraré a la fuente, es demasiado para mí. – Apreté mis manos contra las suyas ya sin importarme su calor.

Era agradable y me daba un sentimiento de tranquilidad.

— Ese es el Gestöber que tanto quiero. – Hanadori sonrió de vuelta.

De alguna forma, nos quedamos dos horas más sin parar hablando debajo de la fuente. Todo se había resuelto.

Claro, sin contar que los padres de Hanadori lo regañaron por llegar tarde a casa.






Aquel viernes amargo, se había endulzado sin que me diera cuenta.











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No sé hablar tatakae, pero mientras veía capítulos del manga sin traducir me encontré con este bello panel y conseguí inspiración xD

Muchas gracias por los comentarios diciendo que les alegra que volví, en serio me hicieron el día y hacen que sienta que lo valga escribir hasta las 2 de la mañana TwT

Por cierto, antes de concluir el libro, quisiera su opinión para el penúltimo One-shot. ¿Qué prefieren?

> Un One-shot Shimiki x Tsukimiya

> Un One-shot Hibiki x Mogami

> Un One-shot Swap (h0t)

¡Les daré hasta el miercoles 23 para que puedan decidir y me ponga a trabajar lo más rápido que pueda!

Nuevamente, gracias por todo el apoyo, los amo UwU

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