El Monstruo Despertado
Nota del autor: Este capítulo tiene escenas que pueden ser impactantes para gente sensible pues involucra temas sensibles relacionados con infantes, les recomiendo discreción.
Izuku seguía pensando en alguna manera para que la gente dejara de llamarlo Night Stalker, lo bueno es que tendría a su pequeño fan y amigo Ten-chan cómo consejero.
Llegó a su casa tranquilamente para poder pasar el fin de semana junto a su madre.
"Izuku, tendré que hacer un viaje para ir a ver a tus tías en otra prefectura." Le dijo en la mañana, mientras ambos desayunaban.
"Oh... ¿Pasó algo? ¿Necesitas que te acompañe?" Le dijo con preocupación.
"No hace falta, seremos solo un montón de señoras hablando de chismes... Aunque pensándolo bien, tus tías no te han visto desde hace años..." Concluyó.
"¿Entonces iremos ambos?" Preguntó.
"Si, vayamos los dos." Le dijo con una sonrisa.
Así, se prepararon para partir, un fin de semana completo en la prefectura de Mie.
Tal y como Inko lo había pensado, las tías de Izuku se impresionaron de como había crecido este desde hace años, pero Izuku trató de mantener el contacto en lo más mínimo posible.
Salió a pasear por las calles de la ciudad de Yokkaichi, encontrándose en su camino con una escuela secundaria como la suya, ciertamente le gustaba este lugar, era bastante calmado. Siguió así hasta llegar paseando por la ciudad de Suzuka, más en específico, su jardín forestal. Le encantaba el lugar, era tan tranquilo, y parecía ser un punto de encuentro para las familias, había visto a varias en el lugar, y al ver una que era solamente de tres personas recordó a la suya. Una chica, una mujer mayor que parecía ser su madre debido al enorme parecido entre ambas, y el que debía ser el padre, charlando, riendo y compartiendo. Cómo anhelaba que su familia se uniera así, desde hace años no veía a su padre, trabajar en el extranjero era más exigente de lo que pensaba, casi no podía ir a casa a pasarlo con su familia. Pero Izuku seguía pensando que era por su culpa... Que su padre los dejó por haber tenido a un hijo Quirkless.
El primer día pasó tras recordar esto, Izuku ya no tenía tanto ánimo de salir por hoy.
Pero el día siguiente lo pasaría dentro de casa, un tanto desanimado por lo del día anterior, prefirió quedarse a ayudar en la casa de sus tías, ayudando en todo lo que necesitará de fuerza. Cabe mencionar que Inko no se esperaba para nada el repentino aumento en la fuerza de su hijo, pero este se excusó diciendo que había estado ejercitando desde hace un tiempo.
Eventualmente su fin de semana llegó a un final y los dos debían volver a casa, ya habían llegado y estaban tranquilamente caminando por las calles, hasta que Izuku vio a un hombre repartiendo unos folletos. Izuku se acercó al hombre y este le habló.
"Ho-hola d-disculpen... ¿N-no han vi-visto a mi... A mi hijo? Ti-tiene solo seis y-y no he podido encontrarlo por ni-ningún lado." Hablaba con nervios el hombre.
"Santo cielo, lo siento mucho, espero que lo encuentre pronto..." Le dijo la mujer mientras recibía el folleto y lo inspeccionaba, pero no reconocía al niño de ningún lado. "No lo he visto lo siento... ¿Qué dices tú Izuku?"
Izuku recibió el papel con la foto del niño extraviado, una mezcla de emociones lo recorrieron, confusión, rabia, ira... Culpa...
"¿Ten-chan?" Dijo incrédulo.
"¿Co-conoces a mi hijo?" Le dijo el hombre, con algo de esperanza iluminando sus ojos
"Lo... Lo conocí mientras... Iba de camino a casa de la escuela..." Dijo con incredulidad.
Inko solo vio la cara de confusión y preocupación en su hijo, esto de la nada había llegado a otro nivel.
"¿Q-que pasó? ¿Cómo fue que desapareció?" Preguntó de inmediato.
"No lo sé... Se-según los guardias del condominio me dijeron que había salido como siempre lo hace por unos minutos y luego... No volvió..." Dijo con lágrimas en los ojos. "Como trabajo hasta tarde, no llegó a casa hasta altas horas de la noche, y-y anoche cuando llegué ya no estaba." Dijo quebrándose y comenzando a llorar.
Los dos estuvieron junto al hombre hasta que este se calmó un poco. Le dijeron que los acompañará para que pudiera dormir un poco. Pero el hombre se negó, no lo haría hasta que su hijo estuviera con el.
Izuku le dijo que lo ayudaría a poner los carteles por la ciudad, por lo que el hombre le dio la mitad y el chico salió lo más rápido que pudo hasta desaparecer de la vista de ambos.
Izuku corría a máxima velocidad por toda la ciudad, pegaba folletos en todos lados, incluso se paraba a preguntar por información ahí mismo, pero nada...
Izuku se cansó del método convencional y cuando comenzó a usar su aspecto de Night Stalker, peinó la ciudad por completo, la mayoría solo vio un borrón oscuro que está vez no hacía nada más que correr por todos lados.
Pasó toda la noche corriendo, incluso algunos héroes aprovecharon de darle caza al ver que solo estaba corriendo, pero este no quería perder el tiempo y al pobre diablo que trataba de detenerlo, lo atacaba con fuerza, en algunos casos incluso rompiéndoles alguna extremidad para que no molestara más por hoy, pero hubo otros que tratando de ponerse a la par con el trataron de hablar para convencerlo, logrando que Izuku en ciertos casos explicará que estaba buscando al niño, un par de héroes en particular lo dejaron ir debido a que si bien este era un Vigilante, se notaba que su preocupación por el niño era genuina.
Al final no logró encontrar nada con respecto al niño. Izuku se sentía horrible, mientras el estuvo divirtiéndose en un viaje, el pequeño Ten estaba extraviado y no había manera de saber dónde estaba.
Al salir a la escuela la mañana siguiente, apenas cerró su puerta se ocultó para salir a buscar al pequeño nuevamente.
Seguían los avistamientos de Night Stalker, nadie se atrevía a ponerse en su camino, y los pocos imprudentes que lo hacían se encontraban con una dolorosa paliza.
Izuku siguió buscando, cada rincón, cada calle, callejón incluso en las alcantarillas buscaba alguna pista. Si había algo bueno en esta situación, era el hecho de que no podía cansarse y podía seguir buscando.
Izuku seguía buscando por los callejones hasta que en un momento escuchó a dos personas hablando.
"¿Entonces ese tipo sigue recolectando niños?" Dijo el primero.
Eso definitivamente llamó su atención.
"Hasta donde se, no planean detenerse de momento, el último cargamento ya les fue entregado." Dijo el segundo.
Esto ya era suficiente para Izuku.
Entró al callejón con una inmensa irá, tan grande que temblaba, cuando los tipos lo vieron y trataron de huir, Izuku los miró directamente y preguntó sin vacilar.
"¿Dónde están?"
"¿De que hablas?" Habló el primero tratando de desviar la atención.
"No me vengas con estupideces, escuché claramente que están recolectando niños para algo... ¡Que es ese algo!" Dijo gritando de ira.
"O-oye tranquilo... No se quién es, o que es lo que planea hacer... So-solo entregué la mercancía y ya." Dijo el otro.
"¡¿Mercancía?! ¡Un montón de niños! ¡¿TE PARECE SIMPLE MERCANCÍA?!" La ira era notoria en sus ojos.
"Lo-lo siento, pero te lo juro, es lo único que sé." Juro el tipo.
Izuku los miró a ambos, fríamente, y entonces habló.
"Te creo..." Le dijo.
Esto calmó un poco a los dos, que ya estaban pensando en los problemas en los que se meterían por entregar información.
"Pero por si acaso..." Dijo el Vigilante.
Ambos miraron en su dirección, lo siguiente que sintieron, fue un enorme dolor de cabeza.
Izuku vio los recuerdos de los tipos. "Oye viejo, tenemos que encontrar algunos niños para llevarlos a esta dirección." "Como si fuera tan fácil maldita sea." "Oye mira, hay un niño ahí sentado en esas escaleras." "Oye niño, ven con nosotros." "N-no gracias... Estoy esperando a alguien"
El horror que sentía Izuku fue llevado al máximo, Ten estaba esperando a alguien, y la única persona a la que esperaba en este tiempo a esa hora era a él. Izuku quería creer que no era así, pero lo sabía...
Era su culpa...
Corría por toda la ciudad buscando el lugar en el que habían entregado al niño, además de ir pensando en un plan para rescatarlo, no sin antes llamar desde una cabina telefónica sobre la pista que había conseguido, aunque siendo honesto, no creía que eso fuera a funcionar mucho.
Por fin llegó a la dirección, un edificio que estaba a las afueras de la ciudad. Se veía bastante nuevo y con su Quirk no podía detectar a mucha gente.
Tratando de pasar desapercibido se transformaría en uno de los que asimiló antes y procedió a golpear la puerta.
"¿Otra vez tu? ¿Qué quieres?" Dijo un guardia.
"Vine por mi pago, faltaban algunos billetes." Respondió.
"Ay maldita sea... Odio cuando los imbéciles vienen a pasarse de listos." Dijo el guardia, abriendo la puerta un poco más, para darle una sacudida al tipo.
Izuku no perdió más tiempo, y en el momento en que el tipo abrió la puerta Izuku se abalanzo a él mientras lo apuñalaba con una mano y con la otra ahogaba sus gritos, asimilando al tipo en solo un instante.
"Muy bien, aquí está tu pago ahora piérdete." "Jefe, trajeron a más niños." "Perfecto, necesito que los lleves a las celdas."
Ahora sabía por dónde comenzar, avanzó por los pasillos del edificio, y aún estando en la forma del tipo que recién mató, trató de esconderse para no ser visto.
Izuku finalmente llegaría a las celdas de contención donde debían estar Ten y los otros niños que habían secuestrado, pero no encontraría nada.
"¿Qué haces aquí?" Le dijo alguien.
Al voltear la mirada, vio como un hombre un tanto chaparro y calvo lo miraba con enojo.
"¡Se supone que estés cuidando la maldita puerta Saito!" Le dijo el hombre.
Izuku reconocería de inmediato que se trataba del jefe del tipo y trató de improvisar lo mejor posible.
"Bueno, me aburría y quería venir a ver qué hay con los... Mocosos que traje aquí, pero no hay nadie." Trató de ser lo más convincente posible.
"Bueno, ya viste, así que lárgate." Le dijo el jefe.
"Por favor jefe, no hay nada interesante y ya me voy a quedar dormido allá afuera si no hago algo..."
"Ha... Eres una molestia ¿Sabías?" Dijo con irritación. "Ven, sígueme."
Ambos comenzaron a caminar por los pasillos del edificio, Izuku seguía silenciosamente al tipo, en el momento en que asegurase a los niños, este lo haría pedazos y se irían.
Eventualmente, y tras subir por un ascensor un par de pisos, llegaron a algo que parecía un pabellón médico, este se veía bastante limpio, pero había unas puertas al final del pabellón que por algún motivo no le daban buena espina al Vigilante.
"Pues ahí están, adelante idiota." Le decía con desinterés.
Izuku caminó a la sala contigua, con cuidado abrió las puertas...
Lo que vio en ese momento... Lo seguiría por el resto de su vida.
De haber sido capaz de vomitar... Lo haría...
Un montón de niños... Muertos... Abiertos desde la tráquea hasta la pelvis... Cuerpos sanguinolentos que aún tenían algo que derramar, y por dentro vacíos, como si los hubieran faenado como ganado.
Y entre todos esos cuerpos, colgados como carne en un congelador...
Reconoció a Ten...
Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas... El pequeño niño al que no vio durante dos noches... Su pequeño fan, que anhelaba ser un héroe aún sin un Quirk como el... Se hallaba muerto y dejado como un simple pedazo de carne colgando en el congelador de una carnicería... Se le acercó, con lágrimas cayendo en enormes cantidades desde sus ojos, le tomó sus pequeños pies y lo sujetó con delicadeza, mientras comenzaba a arrodillarse ante el, su fuerza lo abandonaba, pero algo lo llenaba...
Odio...
"No lastimes la mercancía... ¡Aún hay que rellenarlos para venderlos como muñecos!" Dijo el jefe entre risas.
Izuku se volteó con ira y lágrimas en sus ojos, viendo entonces que el jefe le apuntaba con un arma, junto a otros seis guardias.
"No sé quién mierda seas amigo... Pero no eres el imbécil de Saito... Te mueves y te expresas muy diferente de ese estúpido, además tú pequeño acto te tristeza me terminó de convencer... Así que dime... ¿A quien tengo el gusto de matar?" Dijo con burla.
Izuku ya no lograba contener su ira, por lo que finalmente habló.
"¿Por qué?" Dijo simplemente. "¿Por qué matar a todos esos niños? ¿Qué ganas con eso?" Preguntaba con la voz rota.
"¿Qué ganó? ¡JAJAJA! ¡HASTA TU PREGUNTA ES ESTÚPIDA! ¡DINERO! ¡MONTONES Y MONTONES DE DINERO! ¡JAJAJAJAJA!" Dijo riendo a más no poder.
Izuku solo lo veía mientras le levantaba con ira, ya no podía contenerse.
"Acábenlo." Dijo el jefe con simpleza.
Los disparos no se hicieron esperar, todos y cada uno de ellos le dieron, brazos, piernas, cabeza, corazón... Ninguna parte de su cuerpo quedó sin que le disparasen.
Izuku se quedó ahí de pie, el jefe lo veía con impresión, los otros guardias miraban confundidos y revisaban sus armas.
"¡AHHHHH!"
El grito del chico los hizo entrar en alerta, pero no fueron capaces de reaccionar a tiempo. Izuku concentró toda su fuerza en sus manos, y cuando fue a golpear a uno de los tipos, notó que sus manos tenían unas enormes garras de aspecto metálico y sus manos se había vuelto negras, pero a la vez, había vuelto a su aspecto original, revelando su identidad a los otros, pero no sin antes terminar por rebanar al tipo que quería golpear.
Izuku lo asimiló por completo, y terminó yendo hacia los demás.
"¡Solo es un mocoso! ¡MATENLO DE UNA VEZ!" Gritó con desesperación el jefe, a la vez que trataba de huir.
Izuku sin dudarlo un momento comenzó a asesinar a sangre fría a todos los guardias, las lágrimas que salían de sus ojos se habían vuelto rojas mientras que sus ojos color esmeralda brillaban en la oscuridad que provocaba al destruir todos los focos de la sala.
De pronto todos los gritos y los disparos se detuvieron... El jefe se detuvo en la puerta del ascensor... Mientras miraba al pasillo y la ventanilla del pabellón donde dejaron a los niños, las luces parpadean y vio una silueta.
Las puertas se abrieron de par en par y pudo ver al chico que intentaba matar mirándolo directamente, el cual comenzó a correr a máxima velocidad a el. Apretaba el botón para cerrar las puertas del ascensor con desesperación, y antes de que el llegara al ascensor este se cerró y comenzó a bajar.
El hombre comenzó a respirar con calma, solo era salir del ascensor y entonces saldría a un auto para huir de allí.
Hasta que vio esas horribles garras, atravesar el techo del ascensor.
Gritaba con desesperación, trataba de manera inútil el apretar cualquier botón para que el ascensor se moviera. El chico terminó de abrir el techo y se metió al ascensor, usando sus terribles garras, atravesaría el hombro del sujeto para alzarlo causándole mucho dolor.
"¡Ahhh! ¡Por favor! ¡No me mates por favor!" Gritaba con desesperación.
"No te mataré..." Le dijo, dándole un poco de esperanzas al hombre. "Pero desearas estar muerto..." Le dijo con odio, causando un terror inigualable en el tipo, el cual solo pudo gritar pidiendo ayuda...
Al día siguiente Izuku se encontraba en su casa, viendo las noticias... En su cara no se expresaba nada... En este momento era solo un cascarón vacío...
Una llamada al teléfono de su casa interrumpió sus pensamientos. A lo que Inko contesto.
Mientras ella hablaba, Izuku escuchaba las noticias.
"A altas horas de la noche sería denunciado a las autoridades la presencia de una organización que aparentemente secuestraría niños con intenciones desconocidas, tras esto se procedería a un operativo que involucraba a la policía y a los héroes disponibles, dejando un gran impacto en ambos. Según declaraciones de las autoridades, la organización habría secuestrado y mutilado a una gran cantidad de niños de manera horrible, dejándolos según declaraciones de otros más sensibles que presenciaron la escena y cito: Como una bolsa de piel sangrienta."
Izuku escuchaba esto y apretaba los puños con fuerza, la ira y el dolor que esto causó en el no moriría.
"Además, una vez que fue registrado el edificio en que esto se desarrollaba, se encontró a una persona en un estado crítico, apenas viva que se encontraba mutilada y con claros signos de tortura, en estado catatónico debido a la fuerte experiencia que vivió, pero sería luego verificado por autoridades que, de hecho, se trataba de el líder de dicha organización, que probablemente fue torturado cómo represalia por los actos horrendos de los que se le acusa, por la misma persona que hizo la denuncia. Dejando de esta persona nada más que su torso y su cabeza pero con claras marcas de tortura de diferente índole."
Izuku recordaba a ese tipo y a sus guardias de la noche anterior, lo que les había hecho a ellos y en especial a su jefe... No se sentía orgulloso de haberlos asesinado y haber torturado al jefe... Pero no sé arrepentía ni un poco.
"Izuku..." Llamó su atención su madre, haciendo que este la mire. "E-encontraron a Ten..." Dijo con dificultad.
Izuku sabía lo que le diría, pero aún así trato de poner la cara más esperanzada posible.
El rostro de Inko se comenzó a mojar con lágrimas mientras negaba con la cabeza, a la vez que su hijo también dejaba salir todas las lágrimas que había guardado.
Una hora después, ambos se encontraban en la morgue, el padre de Ten se encontraba ahí, estaba devastado, no podía más.
"Kussetsu-san..." Dijo Izuku.
El pobre hombre tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, unas inmensas ojeras y desarreglado. Vio a Izuku y se levantó para hablarle, pero ni bien lo hizo, se desplomó, siendo detenido justo a tiempo por Izuku. Trataba de hablar, pero nada salía, Izuku no necesitaba palabras, por lo que solo abrazó al hombre para darle su apoyo, y las lágrimas volvieron a salir ante la mirada de Inko.
Pero no eran los únicos... Muchas personas estaban ahí, la mayoría eran familias seguramente... Izuku ya se hacía una idea de quienes eran...
Entonces le explicaron a Izuku que, como el señor Kussetsu se encontraba en mal estado, no podían contar con el al cien por ciento para reconocer el cuerpo. Izuku accedió a reconocer el cuerpo, la noche anterior lo había visto ahí, colgado y desnudo como una simple carne colgando en un congelador, razón por la que el mismo había bajado los cuerpos de todos los niños y los alineó para taparlos lo mejor que pudo.
Cuando Izuku vio a Ten ahí, no pudo evitar llorar nuevamente, ya lo había visto, pero no dejaba de dolerle, jamás lo haría...
Tras haber terminado los papeleos correspondientes los tres decidieron ir al hogar del señor Kussetsu, el hombre pidió a Izuku hablar algo en privado, a lo que Izuku e Inko accedieron sin dudarlo un momento. Por lo que ambos varones entraron al departamento mientras Inko esperaba afuera.
El hombre llevó a Izuku a una habitación, no hizo falta preguntar de quién era, vio sus juguetes ahí tirados, su cama preparada para acostarse, su pijama al lado de esta, y una carta en un escritorio pequeño que había ahí.
"La carta es para ti..." Dijo el hombre.
Izuku incrédulo fue a tomar la carta y comenzó a leerla.
"Desde esa misma noche imaginé que tú eras ese vigilante..." Confesó el hombre.
Izuku lo miró incrédulo.
"Pero... No te culpo por lo que pasó... Fue mi culpa... De haber estado más tiempo en casa..."
"Debí haber estado para el de todas formas... Mientras el estaba aquí esperándome yo estaba en otra ciudad..." Cada vez más se quebraba la voz de Izuku.
"Los niños... Son responsabilidad de sus padres...Tu eras su héroe... Pero los héroes son humanos y también pueden fallar..." Decía soltando lágrimas.
Se acercó a Izuku y le tomó del hombro dando la mejor sonrisa que pudo.
"Desde que mi esposa falleció... Fui un pésimo y muy ausente padre... Así que te agradezco... Por haberle dado un sueño que seguir a mi hijo... Aunque esté no haya podido cumplirlo..."
Ambos se quedaron ahí un momento más hasta que Izuku vio una hoja llena de varias palabras que parecían al azar. Al verlas solo pudo llorar en silencio con una sonrisa.
Tras unos minutos más, Izuku salió del apartamento.
El pobre hombre se quedó solo en esa habitación, los juguetes que con tanto esmero le había comprado, los libros que con tanta alegría le leía su esposa para dormir, las figuras de héroes que ambos amaban coleccionar... Fue a su habitación y volvió casi de inmediato, con un arma en su mano... Se sentó junto a la cama de su hijo.
"Ya voy a reunirme con ustedes." Dijo con el arma junto a su cabeza y una sonrisa en su rostro...
El sonido de un disparo alertó a todos en los departamentos, pero para Izuku que recién estaba llegando a las escaleras...
"¡Nooo!" Gritó mientras iba a la puerta del señor Kussetsu. "¡Kussetsu-san! ¡Kussetsu-san abra la puerta! ¡Abra la puerta o la tirare!" Gritaba con desesperación.
Inko estaba aterrada y llamando a la policía mientras trataba de calmar a su hijo, el cual de la desesperación por abrir la puerta, sin pensarlo dos veces la pateo con inmensa fuerza para poder entrar.
"¡Kussetsu-san!" Gritaba mientras entraba.
"¡Izuku no!" Gritó su madre.
Cuando está se acercó a dónde estaba Izuku, este la detuvo...
"No... No veas esto mamá... No necesitas verlo... Solo... Llama a la policía..." Dijo con pesar.
Al final del día ambos estaban en su hogar, estaba tranquilo, tanto que era incómodo.
Izuku se fue directamente a su habitación, despidiéndose de su madre e indicando que no tenía hambre...
Esa noche Izuku por primera vez en meses pudo dormir...
Pero solo pesadillas lo acecharon...
Desde ese día, Izuku volvió a dejar de contener sus golpes. La muerte de su mejor amigo le había afectado mucho más de lo esperado, casi no los asimilaba a menos que pensará que su Quirk podría servir para encontrar gente y evitar que lo que le pasó a Ten le pasará a otro.
Los noticieros comenzaron a informar de sus matanzas, calificando a este asesino serial como "El Segador de Musutafu"
En los meses venideros, los villanos habían dejado de aparecer en la noche por el miedo a ser cazados por este monstruo.
En esos meses, Izuku personalmente se había asegurado de que el índice de criminalidad nocturna de Musutafu se redujera tanto, que los héroes solo necesitaban trabajar de día, pues según algunos villanos, era mejor ser atrapado por los héroes, que ser asesinado por el Segador.
Izuku siguió así hasta que llegó el día de los exámenes de admisión de la UA, por poco había olvidado que debía dar ambos exámenes, el de clases de héroes y el de cursos generales.
Lo único bueno que el veía de haber asesinado y asimilado a tantas personas, es que su inteligencia también se desarrollaba. Por lo que el examen de cursos generales fue pan comido para el.
Pero ahora se encontraba ante ese imponente edificio nuevamente, y en la entrada se encontró con Bakugo. Este lo miró por un momento e Izuku devolvió la mirada.
Katsuki no dijo nada, solo se retiró en silencio, desde que se había hecho noticia la Masacre de Musutafu, que fue como las noticias lo calificaron, toda la clase de Izuku notó su cambio de actitud, por lo que supusieron que estaba relacionado con alguno de los niños que fueron víctimas de eso.
Izuku se portaba distinto a cómo fue alguna vez, la sonrisa de su rostro había desaparecido por completo, su tartamudeo cada vez que estaba nervioso también, ese miedo que mostraba cada vez que veía a algún compañero usar su Quirk era inexistente, y pobre del tonto que tratase de convertirse en el nuevo Bully de Deku, pues Izuku los derribaba de un solo movimiento y sin ningún esfuerzo.
Una vez que perdió de vista a Katsuki, Izuku siguió caminando para entrar al edificio, cuando de la nada, una persona junto a el cayó. Cómo acto reflejo, Izuku se movió para evitar su caída poniendo su brazo en el torso de esta persona para ayudarla.
La persona, que era una chica, se reincorporó y con nervios le habló al chico.
"Ha, muchas gracias por ayudarme, sería de mala suerte que me caiga antes del examen ¿No crees?" Dijo la chica, una castaña con una cara regordeta que le recordó a Izuku de un Mochi. "Bueno... Gracias por la ayuda ¡Suerte en tu examen!"
Algo confundido Izuku la vio marcharse, pensando que la chica no lo dejo hablar para nada.
Izuku en realidad no tenía ganas de hacer el examen, le bastaba con poder seguir haciendo su trabajo, pero desde el día en que el padre de Ten se suicidó, había hecho una promesa. Juro que sería un héroe. Su razón sería una muy simple, cada vez que se sentía superado por lo que hacía, pensaba en lo que le habían hecho a su pequeño amigo, y la rabia volvía a hacer hervir su sangre... Esto era lo que aun con su anhelo de ser héroe, lo convertía en un asesino despiadado que acechaba casi cada noche.
Pero durante el último mes, Izuku había estado leyendo la carta que Ten le dejó, y esto le había dado la motivación que necesitaba para hacerlo, Izuku simplemente leyendo la carta podía calmarse y pensar más fríamente.
Su carta se había vuelto su tesoro, y pobre de aquel que se interpusiera en el camino a cumplir su promesa... Ni siquiera los héroes más fuertes, podrían protegerlo del monstruo que había despertado.
Para Night Stalker Nii-san:
Nii-san, muchas gracias por haberte vuelto mi mejor amigo. Me divierto mucho cuando tú y yo hablamos de héroes y de mis amigos.
Mis amigos no me creen cuando les digo que tú eres mi amigo, pero no importa porque yo sé que es verdad.
Voy a pensar en un nombre de héroe genial para ti y verás que serás aún más genial.
Gracias por ser mi amigo.
Ten Kussetsu
PD: Eres mi héroe favorito.
Nota del autor: Este capítulo se me hizo muy difícil de escribir, aunque el pequeño salió muy poco tiempo le agarré cariño muy rápido y me dolió mucho hacerle lo que le hice.
Si les soy sincero, llore un par de veces mientras escribía este capítulo.
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