Capítulo 65: Yendo por un Regalo
Narra Bakugou Katsuki
Desperté
La luz blanca de la habitación del hospital se sintió como un maldito reflector directo a mis ojos
Intenté levantarme, pero el peso en mi pecho me lo impidió
Había un dolor agudo en mi costado, como si me hubieran partido en dos, y mi ojo... sentí un vacío, una nada inquietante
Parpadeé un par de veces, intentando entender qué demonios estaba pasando
-¿Dónde...?- Intenté hablar, pero mi voz salió como un gruñido seco, sentí el sabor metálico en mi boca, sangre seca, tal vez
Un ruido me sacó de mis pensamientos
La puerta se abrió de golpe, y antes de poder reaccionar, una figura conocida entró como un vendaval
-¡KACCHAN!- Era Deku, y antes de darme cuenta, estaba llorando como un idiota, apretando mi mano como si fuera a desmoronarse en cualquier momento
Atrás de él, uno a uno, comenzaron a entrar los demás, Kirishima, con el cabello desordenado y los ojos hinchados, Momo, con una expresión de alivio mezclada con cansancio, Todoroki, como siempre, con esa cara de piedra, pero sus ojos lo traicionaban
Estaban brillando más de lo normal
Incluso Jirou estaba ahí, sus audífonos colgando descuidadamente de su cuello mientras evitaba mirarme directamente
Todos hablaban al mismo tiempo, como si intentaran llenar el silencio que yo había dejado
No entendía ni la mitad de lo que decían
Mencionaron "Tártaros", "ZeroSukui", "explosiones"
Fragmentos de memoria empezaron a golpearme como un tren; las llamas, las sombras, la maldita sensación de impotencia mientras todo se desmoronaba a mi alrededor
-Estabas...- Empezó pezó Mina, pero su voz se quebró -Estabas tan mal, Bakugou... Pensamos que no ibas a despertar, llevas días aquí-
-¿Qué...? ¿Cuánto tiempo?- Mi voz sonó más fuerte esta vez, aunque aún rasposa
-Hoy es 22 de diciembre- Respondió Todoroki, con esa calma suya que a veces me desespera
"22 de diciembre"
Las palabras flotaron en mi cabeza
Había estado fuera... casi una semana entera
La última vez que recuerdo algo claramente fue cuando me enfrenté a esa cosa en el estadio
Todo lo demás era un borrón; gritos, explosiones, dolor... y frío
Momo se acercó, con una sonrisa débil, y puso algo en mis manos
Era un pañuelo
Al principio no entendí, pero luego noté las lágrimas corriendo por mi rostro
Demonios... Yo no lloro
Kirishima, siempre el maldito optimista, rompió el incómodo silencio
-Me alegra tanto verte despierto, hermano, pensamos que te perderíamos, pero... tú eres Bakugou, siempre vuelves más fuerte, ¿verdad?-
Intenté responder, pero mi garganta se cerró
En lugar de palabras, solo salió un gruñido
Todos comenzaron a hablar nuevamente, diciéndome cuánto les preocupé, cómo estuvieron a mi lado todo el tiempo, Hagakure incluso dijo que me dejaron cartas en la habitación mientras dormía
No quería escucharlo
No quería sentir esto
Pero... tampoco podía detenerlos
Apenas tuve tiempo de respirar cuando la puerta volvió a abrirse, y vi a Maruo con su bata de Doctor
-Es un milagro que sigas vivo niño, pero más milagroso aún, es que tu cuerpo se esté recuperando-
Me quite las sábanas qué me cubrían y vi una pieza metálica donde antes tenía mi brazo
-Por cierto, tus demás amigos quieren verte, saludalos y luego reúnete conmigo si puedes ponerte de pie-
Yo asenti y de la puerta entraron los demas, la mayoría con ojos llorosos
Era como si hubieran estado esperando afuera, ansiosos
Uno a uno, todos los idiotas de la Clase entraron a la habitación
Al principio, no dijeron nada
Solo me miraban, como si no creyeran que estuviera realmente despierto
Sus caras... nunca los había visto tan jodidos
Incluso Denki, que siempre tiene una sonrisa idiota en la cara, parecía más apagado
-¡Bakugou!- Gritó Sero, siendo el primero en reaccionar
Antes de que pudiera responder, sentí un peso encima, Sero se me lanzó encima, abrazándome sin que me diera tiempo de reaccionar
-¡Oye, tarado, suéltame!- Gruñí, intentando empujarlo, pero mi cuerpo aún no me respondía como antes
-¡Cállate!- Respondió él, su voz temblorosa -¡Tienes idea de cuánto tiempo te estuvimos esperando, idiota explosivo!-
Mina fue la siguiente, su cuerpo temblaba mientras también se aferraba a mi brazo vendado, con lágrimas cayendo sin vergüenza por su rostro
-Bakugou... ¡Lo sentimos tanto! ¡Nos sentimos tan mal por todo lo que pensamos sobre ti! -sollozó-
-¡No me toquen, malditos!- Protesté, pero no tenía fuerza para apartarlos, y honestamente... algo en mi pecho se sentía raro al verlos así
Kirishima junto a ellos, sus ojos rojos y húmedos, pero con esa sonrisa de siempre
Colocó su mano firme sobre mi hombro, sin abrazarme (porque él sabe que lo habría matado si lo intentaba)
-Me alegra tanto que estés aquí, hermano...- Murmuró con una voz que sonaba rota -No tienes idea de lo que fue pensar que nos habías traicionado... Nos equivocamos, Bakugou, nos equivocamos contigo, y... lo siento mucho-
Miré a Kirishima, esa cara dura, la misma que había visto en cientos de batallas, ahora estaba marcada por el arrepentimiento
No dije nada
Me quedé callado porque no sabía qué responder
Luego vinieron más.
Jirou se acercó, sin mirarme directamente, sus dedos jugueteaban nerviosos con los cables de sus audífonos
-Bakugou...- Dijo con voz baja -Fui una completa imbécil-
Kaminari puso su mano sobre el hombro de Jirou
-Todos lo fuimos, pensar que eras...- Su voz se quebró, y Jirou se frotó los ojos rápidamente
-Tú no merecías eso, tú siempre peleaste por nosotros, y yo dudé de ti, perdón-
Ella hizo una reverencia, todos se veian reflejados su sentimiento de culpa en los ojos, en parte... Yo... Jamas lo eh odiado
Si me hubieran atacado todos juntos para meterme en Tartaros o si alguno me hubiera robado la novia, tal vez lo haría, pero no... Algo tan absurdo y anormalmente aburrido jamás me paso
-¡Ya basta de lloriqueos!- Intenté gruñir, pero mi voz no tenía la fuerza de siempre
Tokoyami asintió solemnemente desde el borde de la habitación
-Fuimos ciegos ante la verdad... Y el sufrimiento que llevaste, Bakugou, es nuestra culpa, prometo que nunca más cuestionaremos tu lealtad-
Hasta Ojiro y Shoji, dijeron lo suyo.... Y la verdad... Esto me estaba comenzando a avergonzar de oir
-Fui injusto contigo- Murmuró Ojiro, con el rostro bajo -Nunca pensé en lo que estabas pasando-
-Nos equivocamos, y pagaste el precio por algo que nunca hiciste- Añadió Shoji, con una voz firme, pero llena de culpa
Miré a todos
A todos esos idiotas llorando y disculpándose
Los miré a la cara y noté algo que nunca había visto: Miedo
No hacia mí, sino hacia lo que habían hecho, hacia el peso de las palabras y acciones que durante meses cargué en silencio
-¡Ya cállense todos!- Grité finalmente, sintiendo un nudo en la garganta que intenté ignorar -¡¿Qué demonios están haciendo?! ¡No necesito que lloriqueen por mí! ¡Ya pasó, maldita sea! ¡Solo pasemos pagina!-
-¡No, Kacchan!- Gritó Deku, con su voz temblorosa -Tú no mereces esto, nosotros... te fallamos-
Mi pecho ardió
Quería gritarles, insultarlos, decirles que no me importaba
Pero no podía
Porque en el fondo, todo lo que me decían me llegaba más de lo que quería admitir
Entonces, Todoroki dio un paso adelante
Me miró fijamente con esos ojos serios, pero también... tristes
-Nosotros dudamos de ti, pero tú nunca dudaste en pelear por nosotros, eso dice más de ti que de nosotros, no nos mereces, Bakugou, y aun así sigues aquí-
-¡Tch!- Giré el rostro hacia otro lado -¡No digas idioteces, mitad y mitad!-
-No son idioteces- Respondió Todoroki con calma -Perdónanos-
El silencio llenó la habitación, roto solo por las respiraciones entrecortadas de algunos y los murmullos bajos
Entonces, mientras todos seguían ahí, me di cuenta de algo
-¿Dónde está All Might?- Pregunté de repente, mirando alrededor
La habitación entera quedó en silencio, los rostros de todos cambiaron ligeramente, algunos fruncieron el ceño y otros evitaron mi mirada
-Él...- Comenzó Momo, algo incómoda -Esta en la habitación a tu lado-
Al escuchar eso me exalte e intente levantarme, pero mi cuerpo aun me dolía, Shinso puso su mano sobre mi frente, y me empujo de nuevo mi cabeza a la almohada
-¡¿Qué demonios le paso?!- Pregunté, mi instinto empezando a gritar que algo andaba mal
-No lo sabemos...- Respondió Kirishima, rascándose la nuca -Fue encontrado en la sala de observaciones donde estaban todos los profesores antes de... Que ocurriera lo de Monoma... Era raro-
-¿Raro cómo?- Gruñí, mirando a Kirishima con el ceño fruncido
-No está herido...- Dijo Momo con voz vacilante -Pero tampoco despierta. All Might está... inmóvil, como si estuviera dormido, pero algo lo retiene-
Dormido, algo en esas palabras hizo que un escalofrío me recorriera la espalda
No pude evitar recordar aquella vez cuando lo vi de pie por última vez, sosteniendo su sonrisa característica como si fuera lo único que lo mantenía en pie
Algo no encajaba
-No pudieron encontrar una explicación- Agregó Todoroki, mirando hacia la puerta -Los médicos creen que fue un efecto secundario de algo, pero no pueden identificar qué, está como... En letargo-
-¡Tonterías!- Escupí con enojo, sintiendo mi sangre hervir, mi pecho ardía, y no era por las heridas
Deku tragó saliva y se inclinó ligeramente hacia adelante, con los puños apretados sobre sus rodillas, había algo en su mirada, algo que nunca había visto en él: ira reprimida mezclada con una desesperación pura
-No fue un accidente, Kacchan...- Murmuró Deku, su voz baja y llena de peso -Creo que alguien... o algo... lo atacó en esa sala, pero no dejó rastro-
Sus palabras cayeron sobre mí como una piedra en el estómago, lo miré fijamente, intentando entender qué demonios estaba diciendo, Deku siempre era el que encontraba sentido en todo, pero ahora...
-¡¿Me estás diciendo que alguien pudo con él sin que ni siquiera se defendiera?!- Grité, casi escupiendo las palabras -¡¿Crees que All Might simplemente se dejó vencer?!-
-¡No!- Deku levantó la mirada, y sus ojos se encontraron con los míos, llenos de furia -¡Eso es lo que quiero descubrir!-
La puerta se abrió otra vez, y todos voltearon a mirar, y allí estaba Camie Utsushimi, parada en el umbral con una sonrisa juguetona en los labios
-¡Woah, Fuu-kun~!- Canturreó, entrando como si no hubiera tensión alguna -Me dijeron que ya habías despertado, pero necesitaba verlo con mis propios ojitos- Se inclinó un poco hacia mí, poniendo las manos detrás de su espalda -¿Cómo estás, explosivo hottie?
-¿Qué demonios haces aquí?- Espeté, frunciendo el ceño, mi cara se calentó un poco, y no por las heridas
-¿Tan rudo como siempre?- Respondió ella con un puchero fingido -De hecho, me reencontre con viejos amigos de Shikketsu... Trajeron a muchos para intentar ayudar, los extrañare, pero siendo ahora de la UA, es normal que me preocupe por mis compañero actuales- Luego, sonrió de nuevo, ladeando la cabeza -La verdad, voy a extrañar llamarte Fuu-kun, eso te quedaba bien cute, ¿eh?-
La habitación entera quedó en silencio, pude sentir las miradas clavándose en mí. Incluso Deku tragó saliva, mirando de reojo a los demás como si supiera lo que estaba a punto de pasar
Yo, por mi parte, sonreí
No pude evitarlo
-¿Ah, sí?- Respondí con una voz más baja, inclinándome un poco hacia adelante, aunque me dolía hacerlo -Si quieres, puedes seguir llamándome así cuando quieras, Camie, no me molesta-
El tiempo pareció detenerse un segundo, Camie parpadeó un par de veces antes de soltar una pequeña risa, sorprendida
-¡Ehhh~! Qué atrevido, Fuu-kun- Dijo con una sonrisa mientras se acomodaba el pelo -Me gusta más este Bakugou-
-Tch- gruñí, pero no pude evitar la leve curva en mis labios, es extraño, supongo que, el haberse sentido al borde de la muerte
Aunque las veces pasadas no me paso, de hecho creo que me volvieron incluso mas frio
Fue entonces cuando escuché a Momo aclararse la garganta de manera exagerada
-Oh, Camie-san- Dijo, con una sonrisa educada pero... extrañamente tensa -Es... encantador que hayas venido aqui a verlo.... Aunque estoy segura de que Bakugou no necesita ese tipo de apodos tan especiales ahora mismo- Su tono sonó más afilado de lo normal, pero claro, era Momo, siempre parecía educada
-¡Sí, sí!- Saltó Hagakure, moviendo los brazos de manera exagerada, como si quisiera atraer la atención -Además, ¡Bakugou ya tiene suficientes apodos! Todos le decimos cosas como "explosivo", "gruñón", "rey de las explosiones"... No necesita otro-
-¿Qué están diciendo?- Murmuré, mirándolas con el ceño fruncido, estaban actuando raro
-Nada, nada~- Respondió Hagakure rápidamente, haciendo un gesto con las manos -Solo que... ¡Bueno! Es gracioso cómo le hablas, Camie ¡Un poco raro, ¿no?!-
Camie pareció encantada con la situación, sonriendo mientras miraba a Momo y Hagakure
-Ohhh, lo entiendo- Dijo en un tono juguetón, llevando un dedo a su barbilla -¿Acaso hay alguien más aquí que quiera tener un apodo especial para Fuu-kun? ¿Hmm?-
-¡¿Eh?!- Exclamaron ambas al unísono, Hagakure empezó a moverse nerviosamente, mientras Momo giraba la cara con un ligero rubor en las mejillas
-¡N-No es eso!- Protestó Momo, tratando de sonar firme -Simplemente... no creo que sea apropiado, considerando que Bakugou está herido, necesita descansar, no... conversaciones innecesarias-
-¡Exacto! ¡Nada innecesario!- Añadió Hagakure, levantando las manos -Bakugou necesita calma y... y que todos lo tratemos igual que siempre-
-Tch ¿De qué demonios están hablando ahora?- Gruñí, mirando de una a otra, empezando a molestarme
-Nada importante- Dijeron ambas rápidamente, volviendo a sus posiciones como si no hubiera pasado nada
Camie dejó escapar una risita, disfrutando el espectáculo, antes de mirar hacia mí una vez más
-Pues nada, Fuu-kun, me alegra ver que estás bien- Dijo con un guiño -Si necesitas más visitas, solo llámame, ¿vale? Iré a ver a tu Huron mientras-
-Como si necesitara ayuda de alguien como tú- Respondí, pero no pude evitar mirarla de reojo
Camie saludó con la mano y salió por la puerta con la misma energía con la que había entrado
Apenas se fue, sentí cómo el aire se volvía extraño otra vez, Momo y Hagakure parecían demasiado concentradas en lo que estaban haciendo, y el resto de los demas se miraba entre sí con una mezcla de confusión y diversión contenida
-¿Qué demonios les pasa ahora?- Espeté, mirando a todos
-Nada, Bakugou- Dijo Kirishima, riéndose por lo bajo -Absolutamente nada-
-Tch, todos ustedes son unos malditos raros-
Lo dije, pero por alguna razón, esa extraña interacción seguía dándome vueltas en la cabeza, aunque no sabía exactamente por qué
Cuando la puerta se abrió de nuevo, pensé que iba a ser otro de esos idiotas lloriqueando por lo mismo, pero esta vez fue diferente
La figura que entró era alta, de traje oscuro y con esa mirada seria que siempre parecía estar buscando una mentira oculta en algún rincón
-¿Tsukauchi?- Gruñí, forzando mi voz rasposa
El detective asintió, inclinando ligeramente la cabeza a modo de saludo, cerró la puerta tras de sí, y el aire en la habitación cambió de inmediato
Nadie más entró
Tsukauchi me miró, pero no dijo nada hasta que estuvimos completamente a solas
-Bakugou Katsuki- comenzó con su tono bajo y profesional, sacando una libreta pequeña de su bolsillo -Necesito hablar contigo... a solas-
-¿Qué? ¿Ahora todos necesitan verme "a solas" o qué?- Gruñí, frunciendo el ceño, pero había algo en su expresión que hizo que no discutiera más
Tsukauchi se acercó, arrastrando una silla hasta quedar cerca de mi cama
No se sentó al borde, como hacían todos esos idiotas; no
Él lo hizo con calma, tomándose su tiempo
Abrió la libreta con un chasquido suave y me miró de nuevo
-¿Cómo te sientes?-
-¿Qué crees?- Solté con un bufido -No estoy muerto, eso ya es algo-
Una sonrisa breve cruzó su rostro, pero desapareció tan rápido como había llegado, Tsukauchi bajó la mirada un instante y luego suspiró
-Supongo que ya te habrás dado cuenta- Dijo al fin, con esa voz tranquila suya -De que hay mucha más mierda en el aire de lo que parece-
Muchos de mis compañores se sorprendieron, escucharon la palabra mierda, es enserio? Acabamos de ver a toda una clase ser devorada vivo
Ellos salieron de mi habitación y al fin nos dejaron solos
-¿A qué te refieres?- Pregunté, directo, no estaba para rodeos
-Tu caso- Dijo, mirándome de nuevo -Tu inocencia, los medios lo mencionaron, pero... no como esperábamos-
Algo en mi pecho se apretó al escucharlo, pero mantuve la expresión dura
-¿Qué quieres decir?-
-Bakugou- Tsukauchi bajó la voz un poco -La mayoría de las noticias que se difundieron sobre tu inocencia apenas recibieron cobertura, muchos mencionaron "errores de información" o hicieron notas pequeñas al final de sus transmisiones, pero cuando... cuando te acusaron, cuando te maldijeron en vivo, eso estuvo en primera plana-
Sentí cómo la ira empezaba a burbujear en mi interior
-¿Entonces qué?- Gruñí entre dientes -¿Ahora nadie tiene el valor de admitir que estaban equivocados?-
Tsukauchi guardó silencio por un momento antes de responder
-No es solo cobardía- murmuró -Es que... la mayoría de los medios se están cuidando las espaldas, durante días, fuiste el villano perfecto, un chivo expiatorio, ahora que la verdad salió a la luz, exponerlo completamente dejaría en evidencia su error... su fracaso-
-Malditos cobardes- Escupí, con la voz ronca
-Sí- Respondió Tsukauchi, sin más -Pero no todos, hay gente peleando para limpiar tu nombre, lo sabes, ¿verdad?-
Lo miré de reojo, no sabía que responder exactamente, mi plan no era limpiar mi nombre... O al menos no era algo que esperara que pasara
Mi plan era matar a ZeroSukui y a toda la liga... Y simplemente morir luego... Pero... Esto me vino por sorpresa
-¿Y qué importa eso ahora?- Solté con amargura -Aunque publiquen una disculpa en todos los malditos canales, eso no va a cambiar lo que pasó, ni lo que dijeron, ni lo que pensaron-
Tsukauchi me observó con detenimiento, no dijo nada durante unos segundos, como si estuviera analizando cada una de mis palabras
Luego, dejó su libreta sobre la cama y apoyó los codos en sus rodillas
-Escúchame, Bakugou- Dijo con voz firme -No puedes controlar lo que piensan los demás, ni lo que dicen, lo único que puedes controlar es lo que haces tú, si dejas que esto te consuma, les estarás dando la razón, aunque no la tengan—
—Honestamente... Ya no me importa eso—
Era en mi cabeza en un hecho que nada cambiaría esto
Me quedé en silencio, respirando agitadamente mientras sentía el dolor de mi heridas recorrer mi cuerpo
—¿Y qué van a hacer ahora?— Pregunté después de unos segundos
Tsukauchi se enderezó, tomando su libreta de nuevo
—Seguiremos investigando— respondió —Y quiero que estés preparado, esto no ha terminado, Bakugou, todo lo que pasó... lo de Monoma, lo de All Might... hay algo más detrás de esto, algo grande—
—Tch— gruñí, mirando hacia el techo —Como si necesitara más problemas en mi vida—
—Créeme— Murmuró Tsukauchi, levantándose —Si alguien puede aguantar todo esto, eres tú—
De pronto comenzó a mirar a todos lados, como si estuviera asegurándose de que estábamos solos
—Que le pasa?— Le pregunte, mientras metia su mano en su bolsillo, y lo vi sacar algo que no llegaba a distinguir
—Lo que tengo aquí es importante y... delicado—
Le lancé una mirada desconfiada, pero asentí, la curiosidad y la falta de un ojo empezaba a ganar terreno en mi cabeza
—Está bien, pero no te pongas dramático, detective, suelta de una vez lo que traes, si es un arma, apunta a mi cabeza y acaba con mi sufrimiento de una vez— Espeté, con mi ceño fruncido
Mostro lo que tenia en sus manos... Era una jeringa
Una jeringa con un líquido extraño, parecía viscoso y opaco, de un color azul oscuro con pequeños reflejos morados que casi brillaban bajo la luz de la habitación, sentí un escalofrío recorrerme al verlo
—¿Qué demonios es eso?— Solté, mi tono era más serio de lo que quería
Tsukauchi respiró hondo antes de hablar
—Este líquido fue extraído del cuerpo en coma de Zerofaibu, uno de los Zeros que pertenecen a ZeroSukui— Dijo, con cuidado en cada palabra
El nombre hizo que un peso invisible me cayera encima, Zerofaibu... La misma mujer que peleo contra Tetsutetsu de la clase B
¿Cómo o cuando la capturaron?
También, si la capturaron, ¿Por que aun no han venido por ella? O mas bien... ¿Por que sigue viva?
Los recuerdos se encendieron en mi cabeza como una maldita chispa; mis padres muertos, mi reputación destruida, los gritos de odio en la televisión, las miradas de mis amigos que se clavaban como puñales... todo gracias a ZeroSukui
—¿La tienen en coma?— Pregunté, con un tono bajo y afilado
—Así es, durante el escape del estadio, una explosion de las bombas de la liga de villanos, le impacto de lleno, y Tetsustetsu la trajo— Al decir eso recorde como en su pelea, Tetsutetsu la manoseo el pecho por accidente
Pensar que ese desgraciado la ayudo, me hace sospechar de el
—Je, no me digas que ese idiota de metal se enamoro de ese monstruo solo porque le parecio linda— Respondi un poco burlon pero la expresion en la cara de Tsukauchi era seria —Asi que, extrajeron muestras de su sangre por lo visto—
El tomó la jeringa entre sus dedos y la sostuvo frente a la luz
—Le encargamos este caso a un investigador privado de mucha confianza, alguien con acceso a tecnología y conocimientos especializados que ni siquiera las fuerzas policiales tienen, porque encontramos algo... fascinante en el cuerpo de los Zeros— Hizo una pausa, como si intentara encontrar las palabras adecuadas —Bakugou, sus cuerpos no son como los nuestros—
—No me digas, Sherlock— Bufé —Acaso descubrieron su canibalismo? O que poseen multiples dones? O si, que son jodidamente difíciles de matar—
—No exactamente, es algo mucho peor— Respondió con seriedad, inclinándose ligeramente hacia adelante —Bakugou, el líquido que ves en esta jeringa es parte de su sistema regenerativo, hemos descubierto que los Zeros poseen una capacidad de regeneración tan avanzada que va más allá de lo que podríamos llamar normal—
Me quedé callado, observando el líquido con detenimiento, algo en él se sentía mal, no tenía que tocarlo para saber que era antinatural
—Pues si, debió ser obvio, cuando hice un agujero en el estomago de ZeroWan, este se regenero, aunque debido a ese limitador que antes tenían, tardo en regenerarse un promedio de 6 minutos—
Tsukauchi asintió y comenzó a explicar
—El investigador descubrió que, en lugar de tener un sistema celular estándar, los Zeros poseen algo llamado "tejido bioasimilativo", compuesto por células extremadamente complejas, cada una de estas células contiene microestructuras inteligentes, algo así como máquinas orgánicas capaces de reconstruir y replicar el cuerpo incluso si se destruyen partes enteras—
—¿Qué...?— Murmuré, intentando entender
—Escucha con atención— Continuó Tsukauchi —No importa si les cortas un brazo, una pierna, o si destruyes una parte de sus órganos, estas células reconstruyen el daño automáticamente, es como si tuvieran una "programación" para mantener la estructura original del cuerpo intacta. Y lo más aterrador es que no parece tener límites—
—¿Estás diciendo que incluso si los despedazas... vuelven a crecer?— Pregunté, incrédulo
Recuerdo que cuando asesine a Zeroeito, con solo partirle la cabeza a la mitad, este dejo de regenerarse
—Exactamente, a menos, teorizamos, que se destruya el núcleo principal... El núcleo parece ser el punto central donde este tejido bioasimilativo opera, como un maldito corazón artificial, pero hasta ahora, nadie ha logrado identificar dónde está ubicado en cada uno de los Zeros—
Tragué saliva, mi garganta se sentía seca, el dolor en mi cuerpo había pasado a segundo plano, entonces debe estar en el centro en el cerebro, es lo mas probable
—Entonces... Esa cosa en su cuerpo, ¿Es lo que los hace... inmortales?—
—En cierto modo, sí... Es un sistema perfecto, autorreparación ilimitada, replicación de tejidos y, lo peor de todo, sin deterioro celular, es como si estuvieran hechos para no morir jamás... Pero, algo mas impactante—
Al decir eso ultimo volvió a abrir su libreta, mientras pensaba que para este punto para mi ya nada seria impactante
—Tienen varios códigos genéticos en su cuerpo, ZeroFaibu, tiene al menos de 5 personas diferentes en su sistema, dos de ellas eran heroinas profesionales y una ayudante, una de ellas era la jubilada Cow Lady, otra llamada Amplifier, la ayudante de Ingenium Enigma, y la otra era de una joven que habia sido internado al padecer cancer de piel...—
El se detuvo, ¿Porque?
—Y quien es la quinta...— Cuando dije eso lo vi suspirando un poco preocupado, pero este luego me miro serio
—Era de tu madre... Mitsuki Bakugou...— Cuando dijo eso me sentí conmocionado —Como sabrás, las tumbas de tu madre y padre Masaru, fueron saqueadas hace tiempo—
Cerré los ojos, sintiendo cómo la ira subía en mi pecho
Esos malditos, esas mierdas... Usaron su sangre y restos para esto... El me seguía contando mas detalles, pero por mi cabeza recorrió mi sed de sangre... mi sangre me ardía
—¿Y qué se supone que haga con esta información, detective?— Dije con voz ronca, abriendo los ojos para mirarlo directamente —¿Quieren que salga a pelear contra algo que no puedo ni matar? Ya que no era necesario que lo menciones... Hiba a irme de aquí, cuando mis pies comiencen a responderme e ir por esos hijos de puta—
Tsukauchi me miró con gravedad
—No, Bakugou.... Quiero que estés preparado, porque si ZeroSukui ha perfeccionado esta tecnología, entonces todavía hay muchas más amenazas esperando aparecer y no vamos a poder detenerlas sin ti—
Mire en un rincón, mi katana, rota, junto a mi cadena, las dos absorbieron la mayor cantidad de impacto, si no fuera por ellas, habría perdido ambos brazos, y probablemente la cabeza
—Esto va a sonar una locura, Bakugou, pero necesito que confíes en mí—
—¿Confianza?— Bufé con desprecio —¿Desde cuándo alguien me pide algo así?—
—No tienes opción— Respondió con calma, dando un paso más cerca de mi cama —Estás malherido, Katsuki, si no hacemos algo, podrías quedar fuera de combate durante semanas... o meses—
Mis ojos se entrecerraron, sabía que tenía razón, pero no me gustaba ni un poco su tono, ni la forma en que estaba apretando esa jeringa entre los dedos
—¿Qué vas a hacer con eso?— Le advertí, aunque mi cuerpo no estaba en condiciones de resistir
—Esto es solo una prueba...— Murmuró él, acercándose a mi lado —Lo hemos usado antes en sujetos de prueba, pero tú, Bakugou, podrías ser el primero en sobrevivirlo—
—¿SOBREVIVIRLO?— Mi voz retumbó en la habitación, pero antes de poder moverme o soltar otro insulto, sentí cómo me sujetaba el brazo bueno y hundía la aguja en la piel, liberando el contenido
—¡TSUKAUCHI, MALDITO!—
La sensación fue instantánea, como si me estuvieran inyectando fuego líquido en las venas, el calor recorrió mi cuerpo a una velocidad inhumana, subiendo desde el punto de inyección hasta mi pecho, mi cuello, hasta la punta de mis dedos
Mi respiración se aceleró; sentía como si algo me estuviera causando un terremoto desde dentro, como si un enjambre microscópico de agujas estuviera cosiendo cada centímetro de mis músculos desgarrados y huesos fracturados
Me arqueé hacia atrás en la cama, dejando escapar un rugido entre dientes
—¡¿Qué carajos me hiciste, Tsukauchi?!—
Él me observaba con atención, su rostro serio pero expectante
—Solo espera...—
Y entonces, ocurrió
El dolor comenzó a ceder, las punzadas que sentía en mi pecho desaparecieron, giré ligeramente el cuello y pude ver las cicatrices y los hematomas de mis hombros desaparecer frente a mi, la piel rota y amoratada se cerró, como si nunca hubiera estado herida
—Imposible...— Murmuré con incredulidad
Pero entonces miré mi brazo izquierdo, el que había perdido, y la realidad me golpeó con fuerza, no pasó nada
La extremidad seguía tan ausente como antes, y al quitarme la venda y ver con mi otro ojo, este miraba poco, casi borroso
No había señal de regeneración, ni siquiera un atisbo de que algo intentara crecer en su lugar
—¿Por qué...?— Dije entre dientes, girándome hacia Tsukauchi con una mezcla de furia y confusión —¿Por qué mi brazo y mi ojo no...?—
El detective negó con la cabeza, sus ojos se mantenían firmes
—Sabíamos que esto ocurriría— Respondió con calma —Tuvimos que disolver mucho del material que extrajimos de Zerofaibu, Bakugou, esto no es magia, es una biotecnología extremadamente inestable y poderosa, usamos cantidades muy pequeñas en pruebas anteriores y...— Hizo una pausa, como si dudara en continuar —Las ratas explotaban al instante—
—¿Explotaban?— Repetí, mi voz sonaba más baja ahora
Tsukauchi asintió lentamente
—Sí, el cuerpo de las ratas no pudo soportar la velocidad a la que las células regenerativas trabajaban, creaban un exceso de tejidos, una reacción descontrolada que terminaba por... destruirlas—
—Entonces, ¿Por qué yo no exploté?— Pregunté con frialdad
—No sabiamos... Solo podiamos intuirlo con pocos fundamentos, ademas de tu físico entrenado, tu tolerancia al dolor... Y la compatibilidad de sus organismos por tu sangre... Al menos si podemos confirmar es que este líquido es capaz de curar casi cualquier tipo de herida—
Mis ojos volvieron a mirar el lugar donde debería estar mi brazo, y sentí una oleada de frustración recorrerme
—Casi, ¿eh?— Murmuré —Y a cambio, me convierto en tu maldito conejillo de indias—
—No era una opción, Bakugou— Respondió él con seriedad —¿Sabes lo que significa este descubrimiento si se hace público? Si este material cae en las manos equivocadas, o si simplemente llega a conocerse, la carrera de medicina como la conocemos se volverá insignificante—
Lo miré en silencio
—Regeneración ilimitada, curación instantánea de heridas fatales, este es el tipo de avance que podría cambiar al mundo entero... o destruirlo... De hecho, es cada vez mas difícil mantener en coma a Zerofaibu, su cuerpo se adapta rápido, y debemos estar constantemente dopándola—
—Y aún así me lo metiste en el cuerpo sin preguntar...— Respondí, intentando reprimir mi furia
—Lo hice porque te necesitamos vivo, Bakugou, necesitamos a alguien que pueda luchar contra ellos, contra los Zeros y ZeroSukui, este no es solo tu problema— Su mirada se endureció —Es el problema de toda la humanidad—
Me quedé en silencio, sintiendo los músculos de mi cuerpo más fuertes, más firmes que antes, pero con la ausencia constante de mi brazo izquierdo recordándome que no era invencible
"Regeneración..."
Apreté los dientes, mirando el techo
El mundo había cambiado
Y ahora yo también
Y Tsukauchi se fue dejándome solo en mi habitación, yo al ver por la ventana vi una banca...
Me salí de mi habitación y me dirigí hacia ella sin ser visto saltando por la ventana, y mi recosté ahí
—Nunca has sido del tipo paciente tranquilo, verdad— Me dijo una voz que reconoci, al mirar a mi lado vi al hermano de Iida —Entonces, Bakugou... ¿Qué vas a hacer ahora?—
Al escucharlo no respondo, solo me quede sintiendo el viento agitando mi cabello y refrescando mi cuerpo mientras tomaba un profundo respiro
—No lo se— Le respondí, y vi como me observaba de reojo, algo sorprendido, yo me mantuve calmado —Solo sé una cosa... Voy a matarlos... A ZeroSukui, a todos esos malditos Zeros, a la Liga de Villanos y a Shigaraki, los voy a hacer pedazos con mis propias manos—
Tensei se sento a mi lado mientras tocaba sus piernas protésicas
—¿Y después? ¿Qué vas a hacer después de eso?— Fue lo que me pregunto, y lo mire...
La verdad... No planeo vivir despues...
—Sukui!— Escuche ese grito, era dirigido hacia mi, y de pronto alguien abrazo mi pierna
Era la niña que estaba al lado de esa tal Raiha en las gradas junto a Nino y Miku, las cuales vi junto a Raiha caminar hacia mi rápidamente, y Raiha abrazo a Idaku alejándola y observando mi cara
—Pensé que estaban muertas— Dije entre risas al verlas
—¡Te encontramos, Sukui! ¡Sabía que estabas aquí!— Decía ella muy feliz, y alegre, se veía raro, y mire a Tensei
—¿Sukui? ¿De qué habla esta mocosa?— Dije yo, y Raiha miro a otro lado, de pronto Tensei toco mi hombro
—Por Sukui... Se refieren a ZeroSukui, verdad, durante la explosion que causo la liga, vi como ZeroSukui luego de derrotar a Bakugou se las llevo a ustedes volando—
Al decir eso fruncí mi ceño y las mire fijamente mientras Nino y Miku evitaban el contacto visual conmigo
—Nos salvó... Él nos salvó—
—¿Quién las salvó?— Pregunte
—ZeroSukui—
El aire pareció volverse denso, las palabras de Raiha resonaron en mi cabeza como un eco que se negaba a desaparecer
"ZeroSukui... Él nos salvó"
Las miré a todas fijamente, las manos apretadas hasta que sentí las uñas clavarse en mi palma, mis dientes rechinaron, pero no dije nada, Raiha, por alguna razón, sostenía mi mirada con firmeza, como si estuviera lista para recibir un golpe directo a la cara
—¡No digas estupideces— Gruñí, mi voz más baja y áspera de lo que esperaba —Ese maldito no salva a nadie—
Raiha frunció el ceño, su expresión cambiando de la sorpresa a la frustración
—¿Cómo puedes decir eso?— Preguntó, con la voz temblorosa pero firme —Tú no estabas allí, Bakugou, no viste lo que hizo—
—¡Por supuesto que no estuve! El maldito bastardo casi me mata, y por no mencionar su historial de canibalismo, de ese maldito monstruo asesino—
—¡No es así!— exclamó Idaku de repente, aferrándose a Raiha, sus ojitos brillaban con lágrimas, y su voz sonó casi suplicante —Él nos ayudó... Él nos salvó cuando nadie más lo hizo...—
Aquellas palabras, tan simples, golpearon como un martillo en mi cabeza
Tensei se mantuvo en silencio, observándonos de reojo, sentía su mirada clavada en mí, expectante
—Explícate— Gruñí finalmente, cruzando los brazos, ignorando el vacío en el lado izquierdo de mi cuerpo —Si vas a defender a ese maldito, dame una razón que valga la pena escuchar—
Raiha respiró hondo y tomó la mano de Idaku para calmarla, luego, comenzó a hablar, con voz lenta y serena, como si intentara poner en orden sus pensamientos
—Lo conocimos hace tiempo... antes de que se llamara ZeroSukui, para mí, simplemente era "Sukui"— Dijo, mirándome a los ojos —Nunca dijo su nombre, siempre insistía en que no tenía uno—
—Patético...— Solté por lo bajo, aunque algo en su tono me hizo callar
—Era diferente...— Continuó Raiha, ignorando mi comentario —Se parecía un poco a ti, en realidad, era explosivo, orgulloso, y parecía odiar al mundo, pero al mismo tiempo, hacía cosas buenas, rescató a Idaku cuando ella estaba perdida en las calles... y a mí también, aunque de otra manera—
Dirigí una mirada rápida a la pequeña, quien seguía aferrada a Raiha, con los ojos clavados en el suelo
—Eso no cambia lo que hizo después— Murmura Tensei de repente, su voz firme —Atacó a héroes, los canibalizo, asalto tumbas, arruino la vida de un joven, el mismo con el que estan hablando ahora mismo—
Raiha asintió con pesar, su mirada bajó por un momento
—Lo sé... Pero algo cambió en él, no sé cuándo ni por qué, pero una vez cuando fui a una comicon con Idaku, cuando estabamos volviendo en tren, vimos como este era atacado por heroes profesionales, y este fue atacado por ellos mismo— Raiha alzo un poco su camisa mostrando un costado de su cuerpo, y este tenia una cicatriz apenas visible —No tengo dudas de que ZeroSukui sano mis heridas y luego se fue—
—Solo fingia, es lo mas seguro— solté, aunque esta vez sin la misma furia de antes —Esa basura lo eligieron para ser lo que es, no trates de buscarle una excusa—
—Bakugou...— murmuró Tensei...
Estaba muy enojado, pero creo que podía controlarme, asi que solte un suspiro
—Y dónde está ahora, entonces?— Pregunté, entrecerrando los ojos —Dónde está ese "Sukui" ahora?—
Raiha negó con la cabeza
—No lo sabemos... desapareció otra vez—
Suspiré, una risa seca escapó de mis labios
—Por supuesto que desapareció— Respondí con una mezcla de burla y frustración —Es lo único que saben hacer esos malditos Zeros; aparecer cuando les conviene y dejar un desastre a su paso—
Tensei me miró con el ceño fruncido, pero no dijo nada, las chicas también guardaron silencio, y por un instante, todo lo que se escuchaba era el viento silbando entre los árboles y el leve sollozo de Idaku, quien seguía aferrada a Raiha
Cerré los ojos y apoyé la cabeza en el respaldo de la banca
Todo esto me olía mal
Aquellas palabras seguían rebotando en mi cabeza como un eco implacable
"ZeroSukui nos salvó"
Ja, como si esa maldita maquina de destrucción y asesinato tuviera algo bueno, es un maldito clon que proviene de un maldito loco esquizofrénico
—Lo único que me importa— Dije finalmente, con voz más baja y controlada —Es encontralo... Torturarlo y luego darle la peor de las muertes— Dije eso mirándolas a todas fijamente, y se veía el miedo que ejercía sobre ellas
Calme mi acción, mientras veía las nubes del cielo
—¿Y si no es lo que piensas?— Preguntó Raiha de repente, sus ojos buscando los míos, había además de miedo algo desafiante en su mirada
—¿Y si ZeroSukui aún tiene algo bueno dentro de él?— Dijo Idaku aun temblorosa y llorosa
—No lo creo, y si no quieres verlo, eres mas estúpida de lo que pensé— Escupí, poniéndome de pie de golpe, Idaku se sobresaltó y Raiha me miró con desaprobación, pero no me importó —Mira, si quieres seguir creyendo en cuentos de hadas, allá tú, pero yo no me voy a quedar sentado esperando que aparezca otra vez para joderlo todo—
Me alejé sin esperar respuesta, mis pasos resonando en el suelo, podía sentir sus miradas sobre mi, no me importaba, solo me aleje... Para despejar mi mente
El viento soplaba fuerte mientras caminaba por las calles, con las manos metidas en los bolsillos y la cabeza gacha, ocultando mi rostro bajo el flequillo, el murmullo de la gente a mi alrededor era imposible de ignorar, aunque intentaba hacerlo
—¿Es él? ¿Ese no es Bakugou Katsuki?—
—Dicen que estuvo en Tártaros, ¿no?—
—Sí, pero no fue él... fue un clon de ZeroSukui, igual, ¿Cómo no se dieron cuenta?—
—Apuesto a que él estuvo involucrado en algo turbio, siempre fue así de agresivo...—
Cada palabra me golpeaba como una descarga eléctrica en la nuca
Malditos ignorantes
No entendían nada, pero aun así se creían con derecho a hablar, quería gritarles, decirles que se callaran, pero no tenía sentido
En el fondo, había una parte de mí que pensaba lo mismo que ellos; si no hubiera sido tan débil, tan idiota, no habría terminado en Tártaros, ni perdiendo mi brazo, ni perdiendo un ojo
Los murmullos se fueron desvaneciendo cuando llegué a mi destino, el cementerio
Un lugar apartado, frío, donde el silencio era el único consuelo
Me detuve frente a las dos lápidas, el nombre de mis padres grabado con precisión, aunque estén vacías
Mi garganta se cerró un poco al verlas
Había evitado venir aqui... Porque, no tenia nada que decir... Ni lo tengo ahora... Solo queria apartarme un poco de las cosas
—Viejo...— Murmuraba con voz ronca, dirigiéndome a la lápida de mi padre, me quedé de pie, mirándola sin saber exactamente qué decir —Supongo que no estoy tan bien como esperaba— Solté con una sonrisa amarga —Perdí mi don, un brazo, me encerraron, casi muero, me falta un ojo, todo un jodido desastre, ¿eh?—
Miré a la otra lápida, la de mi madre, y sentí algo clavarse en el pecho, ella siempre fue dura conmigo, pero lo hacía porque quería que fuera fuerte
Lo entendí mucho después
—Ustedes siempre decían que debía pelear con todo lo que tuviera— Murmuré, arrodillándome frente a las tumbas, sintiendo cómo el peso de todo lo que había pasado comenzaba a caerme encima —Pero no sé si puedo hacerlo esta vez... Lo eh intentado... Pero ni con esta nueva fuerza ni poder eh podido matarlo, se donde esta Shigaraki, se como entrar... Pero, viendo como están las cosas... Ya ni siquiera confió en mis habilidades—
Me quedé en silencio, el viento frío acariciando mi cara, entonces, escuché pasos suaves detrás de mí
Al principio no me giré, pensando que era alguien más visitando a los muertos, pero luego escuché una voz dulce y temblorosa
—Katsuki-kun...—
Esa voz
Mi cuerpo se tensó y me puse de pie lentamente, Al girarme, la vi
Inko Midoriya
La madre de Deku
Estaba parada a unos metros, abrazando un bolso contra su pecho, con una mirada que mezclaba sorpresa y algo más... compasión
—¿Qué estás haciendo aquí?— Gruñí, intentando mantener mi voz firme mientras daba un paso hacia atrás —No tienes nada que ver conmigo—
—Por favor, no te vayas— Respondió ella rápidamente, dando un pequeño paso hacia adelante, su voz suave pero firme, me detuve en seco
No quería escucharla
No quería verla
Pero algo en su tono me ancló al suelo
—¿Qué quieres?— Escupí, sin mirarla directamente
—Quería... hablar contigo— Dijo ella, bajando ligeramente la cabeza —Desde hace tiempo, pero nunca había tenido la oportunidad...—
—No hay nada que decir— Respondí de inmediato, dándome la vuelta para irme —Si vienes a regañarme o algo, ahórratelo... Estoy muy cansado para eso el día de hoy—
—Sé lo que le hacías a Izuku cuando eran niños—
Sus palabras me atravesaron como un cuchillo, deteniéndome en seco
Todo mi cuerpo se congeló
Por un segundo, no supe qué decir
—¿Qué...?— Murmuró mi voz apenas audible
—Sé todo lo que le hiciste— Repitió Inko, su voz suave pero cargada de dolor —Las palabras, los golpes, las burlas... yo lo sabía, y aun así, Izuku nunca te ha odiado... Siempre decía que tú eras fuerte, que quería ser como tú—
—Cállate— Murmuré, aunque mi voz apenas era más que un susurro
No podía darme la vuelta
No podía mirarla
Mis manos temblaban ligeramente, y apreté el puño hasta que los nudillos se pusieron blanco
—No, no me voy a callar— Respondió ella con firmeza, aunque su voz seguía siendo suave, casi maternal, cada palabra suya era como una aguja clavándose directamente en mi pecho —Durante años vi cómo lo tratabas, vi cómo lo reducías con tus palabras, cómo le quitabas el brillo de los ojos cada vez que lo humillabas y aun así... Izuku sonreía "Kacchan es mi amigo", decía, "Él no lo entiende ahora, pero algún día lo hará"—
—¡Ya basta!— solté con un gruñido, girándome para enfrentarla, mi respiración agitada, el corazón latiendo con fuerza en mis oídos —¿Qué quieres de mí? ¿Ah? ¿Quieres echarme toda la mierda en la cara? ¿Quieres recordarme lo que ya sé? ¡Yo sé que fui un maldito monstruo! ¡Se que fui un maldito desgraciado! ¡No soy mas que un engreído! ¡Gritón! ¡Berrinchudo! ¡Quejumbroso victimista! ¡Escoria! ¡Egoísta! ¡Hipócrita! ¡Miserable! ¡Caprichoso! ¡Y un mal amigo para cualquiera!—
La última frase se me escapó sin control, resonando en el aire helado del cementerio, Inko no retrocedió
Ni siquiera parpadeó
En cambio, dio un paso hacia adelante, acortando la distancia entre nosotros
—Katsuki...— Dijo mi nombre con tanta ternura que sentí cómo el nudo en mi garganta se hacía más grande —Yo no estoy aquí para gritarte, ni para juzgarte, estoy aquí porque quiero entender... y quiero que tú entiendas, Izuku nunca te guardó rencor, nunca quiso verte sufrir, aunque le hiciste daño, el creía en ti, siempre creyó en ti ¿Sabes lo que eso significa?—
Me quedé callado. No podía mirarla a los ojos
Era demasiado
Todo era demasiado
Un zumbido comenzó a llenar mi cabeza mientras sus palabras seguían clavándose en lo más profundo de mí.
—Cada vez que Izuku llegaba a casa con moretones, con raspones, con lágrimas que intentaba ocultar, yo le preguntaba qué había pasado— Su voz tembló ligeramente, como si recordarlo le costara —Y él... él siempre encontraba una excusa para ti "No fue culpa de Kacchan", decía, "Él solo está enfadado... Él no es malo", pero Katsuki, tú sí lo eras en esos momentos, lo herías porque no entendías lo que él significaba para ti, y lo que tú significabas para él—
El zumbido en mi cabeza se hizo ensordecedor
Mis rodillas temblaron, pero me obligué a mantenerme de pie
—Yo no...— Balbuceé, mi voz rota, mis labios apenas formando palabras —Yo no quería... Yo no quería que él...—
—¿Qué? ¿Que fuera mejor que tú? ¿Que no te necesitara?— Preguntó Inko con suavidad, sentí cómo su mirada me atravesaba, arrancándome las capas que me había puesto durante tantos años —Pero Izuku nunca te dejó atrás, Katsuki, ni siquiera cuando lo empujabas, cuando lo insultabas, cuando lo convertiste en el blanco de tu frustración, siempre estuvo detrás de ti, ofreciéndote la mano... incluso cuando tú no la querías—
El peso de sus palabras cayó sobre mí como una avalancha
Quise gritar, romper algo, golpear el suelo, pero no podía moverme
No podía respirar
—¿Por qué?— Murmuré finalmente, mi voz ahogada, las lágrimas comenzando a arder en mis ojos —¿Por qué nunca me odió...? Yo... yo merecía que me odiara...—
—Porque Izuku vio algo en ti que tú no podías ver— Respondió Inko, acercándose aún más hasta quedar frente a mí, sentí el calor de su mano cuando la apoyó suavemente sobre mi hombro —Vio al niño que un día fue su héroe, vio tu fuerza, y creyó que podías ser mejor, porque siempre has sido más que tus errores, Katsuki—
Sus palabras fueron la última grieta en el muro que había construido dentro de mí
Un sollozo desgarrador escapó de mi garganta, mi cuerpo finalmente cediendo al peso de todo lo que había cargado durante tanto tiempo
Mis rodillas se clavaron en la tierra, y las lágrimas comenzaron a caer, pesadas y ardientes, una tras otra, manchando el suelo frente a las lápidas
—Lo siento...— Murmuré entre sollozos, mi voz rota y casi inaudible —Lo siento... Lo siento tanto...—
—Está bien...— Susurró Inko, arrodillándose frente a mí y apoyando una mano cálida sobre mi cabeza, sentí cómo me acariciaba el cabello, con la misma ternura con la que seguramente lo hacía con Deku cuando era niño —Está bien, Katsuki. No tienes que cargar con esto solo—
Mis sollozos se intensificaron, mis hombros temblando mientras hundía la cabeza en mis manos, el sonido de mis lágrimas era lo único que llenaba el aire frío y silencioso del cementerio
Todo el odio, el arrepentimiento, la culpa... finalmente se liberaban, como una presa que se rompía después de años
—Perdóname...— Repetí una y otra vez, aferrándome a la voz de Inko, a la calidez de su mano —Por favor, perdóname...—
Ella no respondió con palabras
No necesitaba hacerlo
Se quedó ahí, conmigo, acariciando mi cabeza como si pudiera borrar todo el daño que yo había causado
Poco a poco, el torrente de lágrimas y sollozos fue perdiendo intensidad
Mis respiraciones seguían siendo irregulares, entrecortadas, pero el peso en mi pecho parecía ligeramente más soportable, Inko no dijo nada más, simplemente se quedó allí conmigo, en ese silencio que no juzgaba, en esa quietud que no me condenaba
Era extraño... sentir algo similar a consuelo después de todo lo que había hecho, después de todo lo que era
Finalmente, logré levantar la cabeza y limpiarme los ojos con el dorso de la mano temblorosa. Inko se puso de pie lentamente, y yo hice lo mismo, torpe, como si el peso del mundo aún estuviera amarrado a mis hombros
La miré, apenas capaz de sostener su mirada, sintiéndome pequeño frente a ella
—Gracias...— Murmuré con voz ronca, sorprendido de que esas palabras salieran de mi boca —Gracias por... por no odiarme también
Ella sonrió, una sonrisa triste, pero cálida, como si viera en mí algo que yo no podía ver
—No tienes que agradecérmelo, Katsuki— Dijo suavemente —Pero prométeme algo, prométeme que algún día... le dirás esto a Izuku—
El aire se atascó en mi garganta, y por un momento, no pude responder
¿Cómo iba a enfrentar a Deku después de todo lo que había hecho? ¿Cómo iba a pedirle perdón después de tantos años de humillaciones, de desprecio? Pero vi los ojos de Inko, vi la esperanza que había en ellos, la misma que seguramente Deku tenía cada vez que me ofrecía la mano
Asentí débilmente, aunque mi voz casi se quebró al responder
—Lo haré... Se lo prometo—
Inko respiró profundamente, como si aquellas palabras le quitaran un peso de encima, luego, volvió a mirarme con esa dulzura maternal que dolía más que cualquier golpe
—Sabes...— Comenzó, su voz tan baja que apenas pude oírla —Podrías intentarlo, Katsuki, ser un héroe, quizá no te sientas digno de esa palabra, pero podrías serlo... No por los demás, ni siquiera por Izuku, sino por ti mismo, para que tus padres... puedan descansar en paz, puede ser también con un acto de amor—
Sus palabras me atravesaron como una lanza directa al pecho
Ser un héroe... Esa palabra parecía tan distante, tan inalcanzable para alguien como yo
Y, aun así, por un instante, quise creer que era posible
Me permití esbozar una sonrisa amarga, apenas una sombra de lo que solía ser, y bajé la cabeza
—Lo intentare...— Respondí, porque no quería romperle el corazón diciendo la verdad
Inko pareció aceptar eso como suficiente, porque me dedicó una última sonrisa antes de irse, su figura se alejó lentamente entre las tumbas, y yo me quedé solo, otra vez, frente a las lápidas de mis padres
Miré las inscripciones frías y silenciosas y recordé lo que Inko había dicho
"Ser un héroe..." Mis labios se torcieron en una mueca amarga mientras le daba la espalda al cementerio
—No puedo ser un héroe...— Susurré para mí mismo, con una determinación oscura en la voz —No cuando sé lo que voy a hacer—
Porque mi destino estaba sellado, no importaba cuántas veces escuchara palabras de perdón o esperanza, no importaba cuánto Deku o Inko creyeran en mí
Yo lo sabía
Sabía lo que era
Sabía lo que había decidido
"Voy a encontrar a Shigaraki... y lo voy a asesinar, a él y a toda esa maldita Liga. No voy a parar hasta que estén muertos, hasta que todo lo que tocaron quede reducido a cenizas"
No habría redención para alguien como yo
El mundo no necesitaba otro héroe roto
Lo único que podía ofrecerle era una última explosión que borrara a esos bastardos de la faz de la Tierra
Caminé lentamente hasta mi "hogar", si es que podía llamarse así
La casa seguia destrozada y abandonada, las ventanas rotas cubiertas con carton, el techo a medio derrumbar
La puerta principal aún colgaba de una bisagra, haciendo un ruido sordo cada vez que el viento la empujaba
Me detuve en la entrada, mirando la oscuridad que había dentro
Era como verme a mí mismo
Ruinas de lo que alguna vez fue un lugar lleno de vida
No podía entrar todavía
Me quedé allí parado, con las manos en los bolsillos, sintiendo cómo el viento frío me atravesaba
—Viejo... Vieja...— Murmuré en voz baja, casi como si me escucharan desde algún lugar —No sé si esto es lo que querían para mí... pero no me queda de otra, no voy a parar hasta acabar con ellos, al menos entonces... podrán descansar en paz—
Me quedé un rato más en silencio, mirando aquella puerta, antes de finalmente dar un paso al frente
Al abrir la puerta de mi casa abandonada, lo primero que me golpeó fue el olor a polvo y a humedad
El interior estaba oscuro, las sombras se alargaban por el suelo y las paredes destartaladas
Avancé con pasos pesados, dejando que la puerta se cerrara sola con un chirrido metálico. No esperaba encontrar a nadie allí
Esta mierda era mi refugio, mi condena
Pero entonces, lo vi... O mas bien... Lo sentí venir
**CLANCK**
Levante un cucharon de metal lleno de oxido del suelo y detuve una espada que se dirigía hacia mi, y vi sus ojos rojos y mirada feroz de siempre
—Vaya forma de recibir a alguien en su propia casa— Respondí algo burlón y por los rayos del sol, su cara era clara
Stain, y este guardo su espada
—Hump, no sabia nada de ti en días, asumi que te habian asesinado en esa pelea que tuvieron— El me respondió con una sonrisa algo perturbadora, pero ya estaba acostumbrado
—Y como fue la operación?—
—Hiba mal, casi nos atrapan, pero unas misteriosas explosiones acompañadas de un terremoto, pudimos tener éxito—
Al decir eso lo segui hacia el sotano de la casa, y vi a dos figuras sentadas en sillas, frente a escritorios con una lampara
—Hola Bakugou— Fue el saludo que me dio Chisaki, este miro mi falta de un ojo —Asi que lo que paso en I-Island, ese milagro estuvo relacionado contigo, ¿Puedes ver con eso?—
—Poco, demasiado—
Vi a su lado al hombre que fueron a buscar a I-Island... David Shield, el maldito científico de renombre mundial, profesor y creador de tecnología avanzada para héroes
Pero David no tenía el porte del hombre que vi una vez de reojo, había un moretón fresco en su rostro, justo en su pómulo derecho, el tipo parecía incómodo, ajustándose sus gafas mientras evitaba mi mirada
—Bakugou Katsuki, ¿Cierto?— Respondió él, con un tono de voz cansado pero firme —Nos conocimos brevemente en el evento de I-Island... Aunque dudo que te acuerdes, creo que estabas más ocupado peleando que haciendo relaciones públicas—
—Pues no tengo futuro como actor ni como comunicador, que quiera que diga, por cierto ¿Por que tienes esa pinta de mierda?—
David suspiró y se pasó una mano por la cara, como si necesitara tiempo para responder, Chisaki, por su parte, dejó escapar una risa seca
—No lo juzgues tanto, ya bastante tiene con lo que ha pasado— Dijo Chisaki, con cierto sarcasmo, mirándome de reojo
—¿Pasado?— Murmuré, dirigiéndome a Shield con una mirada dura —¿Qué pasó?—
David Shield se acomodó en el viejo sofá y comenzó a hablar, su voz más seria esta vez
—No esperaba que un grupo de villanos irrumpiera en la prisión donde estaba cumpliendo mi condena, pensé que pasaría el resto de mi vida allí, pagando por mis errores... pero luego aparecieron ellos— Su expresión se endureció mientras nombraba a cada uno —Stain, Muscular, Lady Nagant... y Chisaki, entraron y me sacaron a rastras de mi celda—
—Si, no tengo mucha ayuda para serle sincero, hacemos lo que podemos con lo que tenemos, ¿Fue tan malo?—
David asintió con gravedad
—Sí.... Al principio, no entendía nada, pensé que me iban a matar o usarme para algún plan insensato, pero luego...— El hombre me miró directamente —Luego recibí una llamada, era Melissa, mi hija, ella me dijo que esto había sido parte de su plan—
—¿Melissa?— Pregunté, sorprendido, porque ella no hiba a participar en su escape
—Sí, Melissa me contó todo— Prosiguió David, ajustándose sus gafas —Me dijo que había sido tu idea, al parecer, tú querías que estuviera libre para ayudar en algo importante—
—Si, necesitamos a un genio— Cuando dije eso, Chisaki tosió y estaba un poco molesto —Ademas de un Yakuza sin brazos ni piernas—
Chisaki sonrió, este de pronto jalando con una especie de prótesis mecánica de sus manos, abrió un cajón
—¿Te acuerdas de aquella jeringa que Giran "amablemente" te entregó hace un tiempo?— Preguntó, su voz calculadora como siempre
Mis ojos se clavaron en el estuche metálico, claro que me acordaba, lo torture con avispas y luego lo decapite, encontré esto en sus ropas antes con un poco de fluido
—¿Qué hay con eso?—
—Trabajamos en ello— Respondió Chisaki con calma, su mirada clavada en mí —Con la ayuda de David Shield y su conocimiento en ingeniería biotecnológica, logramos mejorar la fórmula, pudimos replicarla y crear 12 dosis más... Y mejorarlas un poco—
Mis ojos se abrieron ligeramente, y mi voz salió más grave de lo habitual
—¿Replicarla? ¿Más inyecciones?—
—Exacto— Asintió David, interviniendo con tono profesional —Pero eso no es todo, esta nueva versión es 2 veces más potente que la original—
—¿2 veces más poderosa?— Murmuré en voz baja, mis manos cerrándose en puños
—Sí, pero hay un problema— Continuó Chisaki, inclinándose hacia adelante —El efecto es temporal y no solo eso, la dosis no es para cualquiera, un cuerpo débil, alguien que no esté acostumbrado al dolor, simplemente... teorizo que moriría al inyectársela—
—¿Y yo?— Pregunté, mi voz casi un gruñido —¿Podría soportarlo?—
—Tu cuerpo ya ha demostrado que es lo suficientemente resistente— Respondió Chisaki con una leve sonrisa —Pero incluso tú sentirías cómo tu sistema nervioso se quema por dentro durante el proceso, no va a ser fácil—
Me quedé en silencio un momento, mirando el estuche sobre la mesa
Doce dosis
Y ni siquiera el estúpido investigador privado que contrataron junto al cuerpo en coma de una Nomu pudo hacer eso, pudieron crear una especie de medicina que sanaron todas mis heridas, pero no pueden hacer que eso
—Oye mocoso!— Dije en voz alta Muscular quien se acercaba a mi —¡Ya quiero pelear! ¡Cuando voy a hacerlo!—
—Calma, lo haras... Pero antes, debo ir a un lugar... Solo— Tome una de las doce dosis que me mostro Chisaki —Necesitare esto, si lo que veo ahi es lo que me temo, puede que necesite esto para escapar en cuyo caso matar a tantos como pueda—
Al decir eso David me miro extraño, creo que es comprensible, que alguien de mi edad hable tan tranquilamente de como va a asesinar a alguien no es algo lindo de escuchar
—Por cierto— Me dijo David mientras me detenía con sujetando mi única mano —Melissa dijo que esto podría pasar... Bueno, ella hablo de una mano, no un brazo casi entero, pero igual servirá— El se acerco un poco a un lugar poco iluminado, y volvió con un enorme maletin —Dice que este es el ultimo que te hara, y que porfavor no lo rompas—
Al abrirlo, me quede observando una prótesis, con un diseño mucho mas atractivo que las otras veces, pero, estaba hecho para conectarse con parte de mi brazo, y solo reemplazar mi mano, asi que no creo que me sirva, de pronto David, puso su mano en mi hombro
—Te hare un implante en lo que queda de tu brazo y podrás ponértelo— Me lo decía con una gran sonrisa
Yo asentí, y este me recostó sobre una mesa
—Normalmente necesitaríamos anestesia... Pero no tenemos— Fue lo que me decía David mientras este buscaba herramientas en una caja
—Ya eh soportado peores dolores antes, además sentirlo solo me confirmara que estoy vivo—
El se volvio a acercar a mi con algunas herramientas mientras aun me sonreía —Por cierto... Cual es tu relación con mi hija— Al decirme eso su tono se puso serio
Sin pensarlo mucho respondí
—Una vez dormimos juntos en un motel—
David no respondió de inmediato, su rostro cambió, la sonrisa tensa y rígida mientras agarraba un destornillador que parecía demasiado grande para la tarea
—Vamos a enfocarnos en la operación— Dijo finalmente, su voz gélida como el acero en sus mano
Me recosté en la mesa, sintiendo el frío de la superficie contra mi espalda, el aire en el sótano era denso, cargado con el olor metálico de las herramientas y el amargor de productos químicos
No había anestesia, ni siquiera un maldito trapo para morder
Esto va a doler
David ajustó una lámpara para iluminar mi brazo
El destello me cegó por un momento, y cuando mi visión volvió, pude ver la sombra de la hoja del bisturí que ahora sostenía
—Primero...— Murmuró él, más para sí mismo que para mí, luego, sin previo aviso, presionó la hoja contra lo que quedaba de mi brazo
El primer corte no fue nada comparado con lo que siguió, sentí el bisturí abrirse paso a través de la piel, tirando y desgarrando a medida que cortaba las fibras musculares endurecidas por el uso
Mi mandíbula se tensó, mis dientes rechinaban mientras el calor abrasador del dolor subía por mi hombro como una ola de fuego
El sudor ya comenzaba a correr por mi frente
—Tranquilo— Gruñó David —Esto es solo el principio, necesito limpiar las terminaciones nerviosas—
"Limpiar"
Esa palabra no podía ser más engañosa, usó un aparato que parecía una especie de soplete pequeño
Cuando lo encendió, el zumbido eléctrico llenó el sótano
Luego lo acercó al hueso expuesto
Un chispazo
Un crujido
El olor de mi propia carne quemada
Mi visión se volvió borrosa, y un grito inhumano salió de mi garganta
Quise apartarme, pero David apretó mi brazo con una fuerza sorprendente
—¡Quédate quieto o te haré daño de verdad!— Gritó, y hubo un destello de enojo en su voz, mezclado con algo más... ¿remordimiento?
Cuando el "soplete" finalmente se apagó, todo mi cuerpo temblaba
Mi respiración era un jadeo corto y desesperado
Intenté enfocar mi mirada, pero los bordes de mi visión se oscurecían
—Aguanta, mocoso— Dijo Lady Nagant, desde algún lugar del fondo, su tono más burlón que comprensivo —Pensé que eras más resistente que esto—
Lo ignoré
No tenía fuerzas para responder
David trajo la prótesis
Brillaba bajo la luz de la lámpara, con un diseño elegante y funcional
Era casi irónico que algo tan pulcro y tecnológico estuviera destinado a fusionarse con un cuerpo tan destrozado como el mío
—Esto va a doler más que antes— Dijo, sin molestarse en suavizar el golpe
Cuando conectó el primer electrodo a los nervios, sentí como si me clavaran mil agujas incandescentes
Era un dolor tan agudo, tan abrumador, que por un momento mi mente se desconectó del presente
Era como si mi brazo estuviera siendo devorado por dentro, una y otra vez, cada fibra nerviosa gritando al unísono
Me retorcí, pero David y Stain, que había aparecido en algún momento, me sujetaron con fuerza
Mis uñas rasgaron el cuero de la mesa mientras el siguiente electrodo se conectaba
La segunda descarga fue aún peor; un dolor líquido recorrió mi espina dorsal, dejando cada músculo de mi cuerpo rígido como una tabla
No sé cuánto tiempo pasó, podrían haber sido segundos o minutos, pero finalmente, el dolor comenzó a menguar
No porque fuera menos intenso, sino porque mi cuerpo simplemente dejó de registrar el sufrimiento
Todo era una neblina cálida y distante
—Hecho— Dijo David, limpiándose la frente cubierta de sudor con el dorso de la mano —Prueba moverla—
Abrí los ojos lentamente, viendo el brazo metálico extendiéndose donde antes solo había vacío, dudé un momento antes de intentarlo
Al hacerlo, la prótesis respondió con una fluidez casi orgánica
Los dedos se cerraron, se abrieron
Podía sentir cada movimiento como si fuera mi propia carne
—¿Cómo se siente?— Preguntó David
—Como si me hubieras apuñalado y quemado al mismo tiempo, pero...— Hice una pausa, moviendo la mano mecánica en un puño apretado —...es jodidamente perfecta—
David asintió, aunque no parecía orgulloso, tal vez estaba cansado, o tal vez seguía pensando en lo que había dicho sobre Melissa, no me importaba
El dolor persistía en algún lugar profundo de mi cerebro, pero ahora tenía un nuevo brazo, una nueva herramienta
Me levanté de la mesa, tambaleándome ligeramente, Stain me observaba con una sonrisa torcida, y Chisaki solo levantó una ceja
—¿Listo para matar a unos cuantos villanos?— Preguntó Muscular desde la puerta, claramente impaciente
Le di una mirada, flexionando mi nueva mano, el metal reflejó la tenue luz del sótano mientras una pequeña chispa recorría los dedos
—Más que listo—
Luego de eso, antes de salir, decidí hacerle unos ajustes a mi vestimenta, me ayudaron en hacerlo, usando poca tela que teníamos, junto con algunos antiguos Jeanis y un antifaz improvisado... Y algunos equipamientos para poder tener soporte, y para pelear en cuyo caso las cosas se pongan... Violentas
Sali luego de unas horas de mi antigua casa mientras oscurecía y vi caer copos de nieve del cielo
—Dos dias para navidad... Nunca fui bueno para esperar para tener mis regalos... Ire por ellos ahora...—
Dije y me fui caminando lentamente... Pero algo que lamentaría toda mi vida... Es que... No note que alguien me seguía...
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿COMO ESTUVO EL CAPITULO?
¿BUENO O MALO?
¿ENTRETENIDO O ABURRIDO?
Espero que el capitulo les haya gustado, lo hice en el punto de vista de Bakugou para tratar de darle mas emoción y sentimentalismo, si se que habrá muchas preguntas, pero los capítulos que sigan, serán los que de verdad ya les hagan saber como será el final de esto...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro