El despelote, al estilo japonés con terrorista de regalo
Advertencias antes de leer: (o bueno, antes de seguir leyendo esta boludez)
~ Recomiendo poner la música del vídeo como fondo porque bueno, da en parte un poco del ánimo que tiene el capítulo.
~ No releer estos capítulos más de 3 veces porque sino se te pegarán las puteadas que me mando y bueno, te voy a hacer honesto e insensible -supongo-.
~ Todo lo aquí relatado es ironía en un 10%, el resto son anécdotas o situaciones que me han ocurrido realmente y bueno, ahora me rio (ajio ajio ajio) pero en su momento quería que me tragara la tierra, que me cayera un meteorito encima, que me agarrara un patatús cosa de palmarla ahí mismo, etc. Quiero decir que aprecien un poco el sufrimiento ajeno y se rian también, o me digan si quieren más detalle -como si alguien fuera a leer esto :"v -.
~ Que disfruten con los relatos, pasen un lindo momento, y tengan buenos días, tardes o noches.
Cualquier duda me dicen en los comentarios, es gratis todavía :D
La historia comienza debajo del gif del mestizo musulmán-japonés
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Yo soy de esas personas que tienen sueño, adornado de cansancio y esencia de muerto, por ende caigo en la cama como si fuera una bolsa de papas -patatas, como le llames- y no me despierta nada, ni siquiera que el techo se me caiga encima.
Eso, por un lado. Por otro, esta el tema de vivir solo. Bueno, sola, con una gata que es el monumento al carácter podrido, y una deformidad enana prófuga de algún laboratorio que estaba seguramente a la orilla del Riachuelo, llamada Ema. Bah, típico, ya me fui por las ramas.
El punto es que soy de levantarme temprano para darles de comer (sino me plantan un piquete fuera de la puerta), y a veces cuesta, hasta que encontrás la alarma indicada. Nada de melodías balines que te duermen el doble, no no: tenés que ser moderno, por lo cual se pone una cosa horrenda, brutal, cosa que despiertes y quedes listo para huir del lugar.
Alarma de celular, 6:08 am: DESPAAAAACITO~
— ¡CÁLLATE, MIERDA!—
Ésa, señores y señoras, es la alarma más eficiente del mundo. Otra cosa, no regulable a horario pero sí efectiva, es la necesidad vital y sagrada de ir al baño. Cosa que ésa mañana iba a hacer, pero al momento de pisar suavemente el piso frio, noto algo blando y grande, que rebota. Obviamente, mi reacción fue inmediata: levantar las patas como si hubiera sentido la garra del monstruo que vive abajo de la cama agarrándome. Estirando un poco el cuellito, me doy cuenta que al lado de mi cama hay una especie de montaña hecha de almohadas, fundas, ropa y bolsa de dormir. . . y un trasero rosado a medio destapar. Y ronquidos, y baba.
Ah, cierto, es Mina. Mina Ashido, la aliencita kawaii del anime este, Boku no Hero. Si si, muy bonito -no el traste, la situación- pero hablando mal y pronto, me estaba meando. Así que hago malabares para pasar entre un montón de cuerpos que no veía bien, y me encierro en el baño. Creo que le pisé el cabello a Asui, vi el uniforme de ellas en las perchas del placard revuelto y hecho un desastre. . . bueno, eso siempre está asi.
Me baño, me cambio. Me quedé mirándome en el espejo, me veía una humana normal (bah, descendiente de Buda con los bigotes de Charles Chaplin) y estaba bien de la vista. Por ahi era el sueño, o sea, pude haber tenido una mala noche, el chofer de la combi se hizo bien el pelotudo y me cobró por 9 personas más, el mate estaba húmedo de fertilizantes y pesticidas, me golpee la cabeza con mucha fuerza, no sé; sólo sé que tengo hambre.
Inhalo, exhalo, y abro la puerta del baño.
— ¡Buenos días, Ara-san!—
Ara-san, Ara-san; la morochita esta tiene unas cositas rosadas en la cara que son tan tiernas. Me estaba sonriendo, y me pasó la mano frente a mi cara
— ¿Ara-san, estas bien? Estás muy pálida. . .—
— No me pasa nada mi vida, dame un minutito que ya te dejo pasar al baño ¿Dale?—
Cierro la puerta, inhalo todo el aire posible en mis pulmones, y dejo salir mis existenciales dudas como si de un trueno de poder inmenso se tratara
— ¡PERO LA P*TA MADRE QUE TE RE MIL PAR*Ó, LÓGICA DE M*ERDA Y EL KARMA Y EL COSMOS Y LA RECALCADÍSIMA CONCH* DEL RESPONSABLE DE ESTA ROTURA DE LA CUARTA PARED DE M*ERDA! ¡¿ME QUIEREN VOLVER LOCA, QUÉ SOY, EL MONO DEL MILENIO?! ¡ME VAN A OÍR, CÓMO QUE ME LLAMO SÁNCHEZ! ¡CARAJO!—
Abro la puerta, y veo una Urarakita algo traumada. Mi culpa, lo sé. Mala mía, perdón.
— Eh, que esto quede bien claro, Urakaka ¿Me escuchas?— con la yema de los dedos le aprieto un poquito las mejillas, y le hablo muy calmadamente — No estoy enojada con ninguno de ustedes, sólo que necesitaba desahogarme de todas las cosillas malas que tenía guardadas muuuuy dentro de mi pobre existencia ¿Está? ¿Tranquila? —
— Qué kosei más sorprendente. . . —
— No, no es un. . .— ay, para qué explicar mi cara de Poker Face en ese momento — Bueno, no importa. Ahora ves ese mueblecito largo y blanco adentro del baño, adentro hay toallas y todo lo que necesites vos y tus amigas. Se bañan, usen la ropa que haya en el placard porque hay para rato y después bajan a la cocina ¿Dale?—
— Sí—
— Decime si pensas que estoy loca, lo admito que estoy un poco fuera de mis cabales, pero para que no quedes tan impactada—
— Ah. . .— rascándose un poco la cabecita, suspiró preocupada—Es que se siente extraño, estar lejos de casa—
— ¡¿ÉSO ES LO QUE TE PREOCUPA?!— lo pensé, ojo, lo pensé. No lo grité, mis pensamientos los escribiré en negrita para no confundirlos. Les hablo a ustedes, los que leen esta historia (después me quejo de que se rompe la cuarta pared -.-) — No pasa nada, tranqui. Pero igual, nadie puede pensar con el estómago vacío. Desayunamos y después hablamos todos ¿Sí?—
— ¡Sí! —
Creo que tengo una olla hirviendo en la boca de mi estómago. Voy en silencio por el pasillo (las otras chicas seguían durmiendo cuando deje la habitación), paso y miro por la ventana. Estaba fresquito, tranquilo, era viernes por lo que podía faltar a mi trabajo -o más bien, a mi acto de caridad- y dedicarme a pensar en qué quilombo me había metido. Hermoso día, fatal.
— Y bueno, qué mañanita. . .—
Hermoso momento para que el mueble de la cocina se lleve mi dedito meñique del pie.
— Que mañanita del ORRRRRRRRRRRRRRRT*—
¿Qué? Así iban los primeros minutos después de despertarme ¡Debería ser un crimen!
Maldito mueble, algún día lo quemaré para hacer un asado y que arda con ganas.
Medio rengueando -no sé si así se escribe, pero mi dedo estaba listo para amputar- pongo la pavita eléctrica para unos mates y qué veo, por la ventana que da al fondo, unas bolitas oscuras. Caigo en cuenta de que yo no estaba sola (la p*ta madre) y que estos dibujitos-huéspedes toman té, no mate.
— Por suerte, a mi me gusta el té en hebras. Así que sale con bizcochuelo—
Seee, me encanta la pastelería y la cocina, y en mi casa nunca falta algo dulce para comer. No soy experta, eh, pero me las ingenio. Por ese lado me manejo bien: ahora el tema era hablarle al boludito cabeza de pelotitas para ver -más o menos- cómo lo "tanteaba".
O sea, cómo habría que hablarle, como dirigirse para no ser mal educada ni hacerlo sentir que está en un régimen de la colimba (me han dicho que tengo carácter militar) así que procedí a saludar, en nativo argento, por supuesto.
— Buenas, Don Uvita ¿Todo bien?—
— Buenos días. Tienes un gran patio, y muy lindo. Ése árbol parece milenario—
Ah pero bueno, filósofo me salió el enano. Buenísimo, yo adoro mi árbol. Por ahí con éste sí se puede hablar.
— ¿Sabés que sí? No llega al milenio, pero sí a los dos siglos. Una historia interesante, si tenés ganas de escucharla. Pero más tarde, viste, porque ustedes deben estar todos medio asustados con esto del "viajecito" que se pegaron —
— No te preocupes, seguro de que los chicos van a buscar una salida. Sin embargo, me preocupan las chicas: ya sabes, son más sensibles, y necesitarán que todos nos mostremos firmes. Así que, me preparé mentalmente para darles confianza y ser un buen compañero—
Pausa y silencio dramático
— Así que, si me disculpas, veré que todo esté en fantásticas condiciones—
— Fantásticas van a ser las patadas que te voy a meter si te acercas a mi cuarto donde están las muchachitas. Quedate acá y espera a tus compinches—
Pedazo de boludoooo, como si no supiera cuando me quieren hacer un cuento. En fin, pava lista, tazas listas, bizcochuelito servido, sillas de madera, sillas de plástico, sillón de la compu porque no tengo tantas sillas, y aparecen el tercer personaje en escena (al estilo teatro relataba XD)
— B-Buenos días, Araceli-san—
— ¡Hola, Brocolín! ¿Cómo estás? ¿Cómo dormiste? ¿Qué contás? —
— . . . —
Se mareó, lo veía en el espiral de sus ojos (a la mërda, que efectos tienen estos dibujos). Tres preguntas y se mareó. Papito, qué lucha que va a ser esto.
— A ver, empiezo de nuevo, más despacio— ahí, radichetín asintió— Hola Brocolín—
— H-Hola—
— ¿Cómo estás?—
— Bien, bien. Gracias —
— Vamos bien ¿Cómo dormiste?—
— Acostado—
— Qué hijo de put*, alcahuete—
Le doy una probadita al mate para sacarme la trolleada de la mente, mientras Mirodilla tartamudeaba disculpándose (yo no entiendo cómo hace para no morderse la lengua cuando está así, sinceramente). Luego de tirar 3 mates, le hago una seña para que se siente y tome el té.
— Está bien eh, no me enojo. Salió sin querer tu respuesta. Preguntaba por si pudiste dormir, o por ahí los nervios no te dejaron ¿Entendés?—
— Oh, ya veo. Gracias por preocuparte, y si, pude dormir bien—
— ¿De tus compañeros, sabes algo?—
— Todos durmieron, por lo que vi—
— Lo mismo las chicas, eh. Todas roncando a pata suelta, asi que al menos descansaron—
— ¿Pata suelta?—
— ¡Uuufa, pibe! O sea, es muy largo explicar las expresiones argentinas, por ahora concentrate en tu problema, después hablamos de costumbres ¿Dale?—
— Entiendo—
— ¿Anda tu celular?—
— No— me mostró el Chamchung (el nombre para hacer parodia, nada más) y estaba más muerto que el helado derretido — No hay ninguna señal, ni rastro—
— Me imagino— apareció un rubio y un carpincho colorado en la cocina, con bastante sueño diría yo —Buenos días, señoritos Kirishima y Kaminari —
— Buenos díaaaas—
Se pegaron alto bostezo los dos, y se sentaron a seguir durmiendo en la mesa, ante la mirada pálida -o la existencia blanca, siendo más exacta- de Mirodilla. Bueno, yo por ése día iba a ser tolerante, no iba a gritar (tarde, ya lo había hecho en realidad), no iba a pelear, no iba a pegarle a nadie. . .
— B-Buenos días—
— ¡¡Aún tengo sueño!!—
— ¡Mina-san, no seas descortés!—
— ¿"Descortés"? Ay Momo querida, no sabes cuánto te quiero— me reí un poco, fuera de broma, no me lo creía: estaban delante mío, en mi cocina, unos personajes que ay Dios, me moría— En serio, tomense las cosas con calma por favor. Coman algo, tomen té y después vemos qué hacemos—
— Muchas gracias por su hospitalidad, Araceli-san—
— ¡Huele muy bien! ¡Vamos a comer! —
Ashido había sacado la tapa donde estaba el bizcochuelo y el olorcito despertó al par durmiente para comer. A la merda que tenían hambre, no dejaron una sola miga.
Aparte de eso, suena pero rarísimo el "san" después de los nombres: intenten decir su nombre en voz alta y agreguen ese sufijo -o como se llame- al final. Verán lo que digo.
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