⊢ 03 ⊣
La idea principal poco después de que el tiempo siguiera pasando.
Las horas eran días, días en semanas. Dos meses habían pasado. Becky y Freen comenzaron a verse más seguido, hablaban de sus pasiones y sus días. Mientras Becky contaba con alegría que se había aprendido una nueva canción, Freen estaba orgullosa de volverse algo más cercana a ella.
Parecía que se conocían hace mucho, pues lograban complementarse fácilmente.
Becky siguió tocando en el bar y Freen siguió siendo su mayor fan. Era como una rutina, Becky ya no temía cuando terminaba pues ella sabía que recibiría el aplauso de Freen y eso era todo lo que le importaba.
Al tercer mes, Becky estaba en el estudio de la artista comiendo con ella. Ese se había vuelto su lugar seguro, casi todas las tardes se reunían allí para seguir con sus charlas.
—¿Qué sucedió con la pintura?
Preguntó la después de tragar un poco de la ensalada de papaya. Freen la miró con una sonrisa
—El arte lleva tiempo, Becky y no quiero pintar algo vago, quiero que sea real
Becky pasó su lengua por sus labios en un acto para humedecerlos y eso llevó a que Freen la mirara
Su boca. Sus dientes. Sus labios, ese tono tan rosado que sonreía casi siempre. Freen había encontrado que esa era su parte favorita de Rebecca.
Era su parte favorita porque cuando cantaba, cuando reía y cuando contaba historias esa boca la enamoraba aún más.
—¿Te has enamorado antes, Becky?
La chica levantó la vista de su plato, ni siquiera tuvo que pensarlo mucho
—No, la verdad es que no. — Freen asintió— ¿Y tú?
—¿Antes? No. — fue honesta. —¿Ahora? Puede ser.
Becky sintió sus mejillas calientes cuando Freen se acercó a ella. La pelinegra acarició su mejilla tan lento que parecía tortura para ambas. Sarocha sonrió por sentir la temperatura de su piel
—No voy a morderte, Becky
Casi compartían aliento, estaban tan cerca de la otra que respiraban el mismo aire
—Entonces solo bésame lento.
El primer contacto fue suave, solo sintiendo a la otra en sus labios. Solo un beso superficial, Freen quería cumplir su deseo. El dulce contacto con sabor a papaya fue alargándose más y más porque ninguna quería salir de esa burbuja.
Freen estaba enamorada, Becky comenzaba a estarlo
Las manos no alcanzaban para tocarse lo suficiente y sus cuerpos se pegaron de un momento a otro. Parecía que era un reencuentro de almas, como si estuviera planeado para que ellas se enamoraran.
Sus hilos rojos se habían enredado varias veces, pero ahí estaban ahora. Juntas. Sin espacio para arrepentirse o escapar, aunque ninguna quería hacerlo en verdad.
Freen sonrió en el beso haciendo que Becky también lo hiciera. Se separaron cuando el aire se volvió necesario.
—No puede ser que beses tan bien ¿Hay algo que no hagas tan hermoso? — Freen comenzó a acariciar su rostro una vez más
—Tú no te quedas atrás. — contestó riendo. — Todo lo que eres me atrae, incluso sin haberte visto personalmente ya sabía que eras increíble
—Y a mí solo me bastó tu voz para saber que eres mi destino. Esa noche pude irme antes, pude no haber salidopero estoy tan feliz de haber estado ahí, Becbec
Becky sonrió, luego volvió por otro beso. Y otro más. Ella solo quería sentirla entera, total y plenamente.
Becky ahora era feliz.
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