ACTO TERCERO
CUADRO PRIMERO
Bosque. Es de noche. Grandes troncos húmedos. Ambiente oscuro. Se oyen dos violines.
(Salen tres LEÑADORES).
LEÑADOR 1º
¿Y los han encontrado?
LEÑADOR 2º
No. Pero los buscan por todas partes.
LEÑADOR 3º
Ya darán con ellos.
LEÑADOR 2º
¡Chissss!
LEÑADOR 3º
¿Qué?
LEÑADOR 2º
Parece que se acercan por todos los caminos a la vez.
LEÑADOR 1º
Cuando salga la luna los verán.
LEÑADOR 2º
Debían dejarlos.
LEÑADOR 1º
El mundo es grande. Todos pueden vivir en él.
LEÑADOR 3º
Pero los matarán.
LEÑADOR 2º
Hay que seguir la inclinación; han hecho bien en huir.
LEÑADOR 1º
Se estaban engañando uno a otro y al fin la sangre pudo más.
LEÑADOR 3º
¡La sangre!
LEÑADOR 1º
Hay que seguir el camino de la sangre.
LEÑADOR 2º
Pero sangre que ve la luz se la bebe la tierra.
LEÑADOR 1º
¿Y qué? Vale más ser muerto desangrado que vivo con ella podrida.
LEÑADOR 3º
Callar.
LEÑADOR 1º
¿Qué? ¿Oyes algo?
LEÑADOR 3º
Oigo los grillos, las ranas, el acecho de la noche.
LEÑADOR 1º
Pero el caballo no se siente.
LEÑADOR 3º
No.
LEÑADOR 1º
Ahora la estará queriendo.
LEÑADOR 2º
El cuerpo de ella era para él y el cuerpo de él para ella.
LEÑADOR 3º
Los buscarán y los matarán.
LEÑADOR 1º
Pero ya habrán mezclado sus sangres y serán como dos cántaros vacíos, como dos arroyos secos.
LEÑADOR 2º
Hay muchas nubes y será fácil que la luna no salga.
LEÑADOR 3º
El novio los encontrará con luna o sin luna. Yo lo vi salir. Como una estrella furiosa. La cara color ceniza. Expresaba el sino de su casta.
LEÑADOR 1º
Su casta de muertos en mitad de la calle.
LEÑADOR 2º
¡Eso es!
LEÑADOR 3º
¿Crees que ellos lograrán romper el cerco?
LEÑADOR 2º
Es difícil. Hay cuchillos y escopetas a diez leguas a la redonda.
LEÑADOR 3º
Él lleva un buen caballo.
LEÑADOR 2º
Pero lleva una mujer.
LEÑADOR 1º
Ya estamos cerca.
LEÑADOR 2º
Un árbol de cuarenta ramas. Lo cortaremos pronto.
LEÑADOR 3º
Ahora sale la luna. Vamos a darnos prisa.
(Por la izquierda surge una claridad).
LEÑADOR 1º
¡Ay luna que sales!
Luna de las hojas grandes.
LEÑADOR 2º
¡Llena de jazmines la sangre!
LEÑADOR 1º
¡Ay luna sola!
¡Luna de las verdes hojas!
LEÑADOR 2º
Plata en la cara de la novia.
LEÑADOR 3º
¡Ay luna mala!
Deja para el amor la oscura rama.
LEÑADOR 1º
¡Ay triste luna!
¡Deja para el amor la rama oscura!
(Salen. Por la claridad de la izquierda aparece la LUNA. La LUNA es un leñador joven con la cara blanca. La escena adquiere un vivo resplandor azul).
LUNA
Cisne redondo en el río,
ojo de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy; ¡no podrán escaparse!
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
por la maleza del valle?
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre.
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada
por paredes y cristales!
¡Abrir tejados y pechos
donde pueda calentarme!
¡Tengo frío! Mis cenizas
de soñolientos metales,
buscan la cresta del fuego
por los montes y las calles.
Pero me lleva la nieve
sobre su espalda de jaspe,
y me anega, dura y fría,
el agua de los estanques.
Pues esta noche tendrán
mis mejillas roja sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¡No haya sombra ni emboscada,
que no puedan escaparse!
¡Que quiero entrar en un pecho
para poder calentarme!
¡Un corazón para mí!
¡Caliente!, que se derrame
por los montes de mi pecho;
dejadme entrar, ¡ay, dejadme!
(A las ramas).
No quiero sombras. Mis rayos
han de entrar en todas partes,
y haya en los troncos oscuros
un rumor de claridades,
para que esta noche tengan
mis mejillas dulce sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¿Quién se oculta? ¡Afuera digo!
¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante.
(Desaparece entre los troncos, y vuelve la escena a su luz oscura. Sale una anciana totalmente cubierta por tenues paños verdeoscuro. Lleva los pies descalzos. Apenas si se le verá el rostro entre los pliegues. Este personaje no figura en el reparto).
MENDIGA
Esa luna se va, y ellos se acercan.
De aquí no pasan. El rumor del río
apagará con el rumor de troncos
el desgarrado vuelo de los gritos.
Aquí ha de ser, y pronto. Estoy cansada.
Abren los cofres, y los blancos hilos
aguardan por el suelo de la alcoba
cuerpos pesados con el cuello herido.
No se despierte un pájaro y la brisa,
recogiendo en su falda los gemidos,
huya con ellos por las negras copas
o los entierre por el blando limo.
(Impaciente).
¡Esa luna, esa luna!
(Aparece la LUNA. Vuelve la luz azul intensa).
LUNA
Ya se acercan. Unos por la cañada y el otro por el río. Voy a alumbrar las piedras. ¿Qué necesitas?
MENDIGA
Nada.
LUNA
El aire va llegando duro, con doble filo.
MENDIGA
Ilumina el chaleco y aparta los botones, que después las navajas ya saben el camino.
LUNA
Pero que tarden mucho en morir.
Que la sangre
me ponga entre los dedos su delicado silbo.
¡Mira que ya mis valles de ceniza despiertan
en ansia de esta fuente de chorro estremecido!
MENDIGA
No dejemos que pasen el arroyo. ¡Silencio!
LUNA
¡Allí vienen!
(Se va. Queda la escena oscura).
MENDIGA
De prisa. ¡Mucha luz! ¿Me has oído? ¡No pueden escaparse!
(Entran el NOVIO y MOZO 1º . La MENDIGA se sienta y se tapa con el manto).
NOVIO
Por aquí.
MOZO 1º
No los encontrarás.
NOVIO (Enérgico).
¡Sí los encontraré!
MOZO 1º
Creo que se han ido por otra vereda.
NOVIO
No. Yo sentí hace un momento el galope.
MOZO 1º
Sería otro caballo.
NOVIO (Dramático).
Oye. No hay más que un caballo en el mundo, y es éste. ¿Te has enterado? Si me sigues, sigúeme sin hablar.
MOZO 1º
Es que quisiera...
NOVIO
Calla. Estoy seguro de encontrármelos aquí. ¿Ves este brazo? Pues no es mi brazo. Es el brazo de mi hermano y el de mi PADRE y el de toda mi familia que está muerta. Y tiene tanto poderío, que puede arrancar este árbol de raíz si quiere. Y vamos pronto, que siento los dientes de todos los míos clavados aquí de una manera que se me hace imposible respirar tranquilo.
MENDIGA (Quejándose).
¡Ay!
MOZO 1º
¿Has oído?
NOVIO
Vete por ahí y da la vuelta.
MOZO 1º
Esto es una caza.
NOVIO
Una caza. La más grande que se puede hacer.
(Se va el MOZO. El NOVIO se dirige rápidamente hacia la izquierda y tropieza con la MENDIGA. La muerte).
MENDIGA
¡Ay!
NOVIO
¿Qué quieres?
MENDIGA
Tengo frío.
NOVIO
¿Adonde te diriges?
MENDIGA (Siempre quejándose como una mendiga).
Allá lejos...
NOVIO
¿De dónde vienes?
MENDIGA
De allí..., de muy lejos.
NOVIO
¿Viste un hombre y una mujer que corrían montados en un caballo?
MENDIGA (Despertándose).
Espera... (Lo mira). Hermoso galán. (Se levanta). Pero mucho más hermoso si estuviera dormido.
NOVIO
Dime, contesta, ¿los viste?
MENDIGA
Espera... ¡Qué espaldas más anchas! ¿Cómo no te gusta estar tendido sobre ellas y no andar sobre las plantas de los pies, que son tan chicas?
NOVIO (Zamarreándola).
¡Te digo si los viste! ¿Han pasado por aquí?
MENDIGA (Enérgica).
No han pasado; pero están saliendo de la colina. ¿No los oyes?
NOVIO
No.
MENDIGA
¿Tú no conoces el camino?
NOVIO
¡Iré sea como sea!
MENDIGA
Te acompañaré. Conozco esta tierra.
NOVIO (Impaciente).
¡Pero vamos! ¿Por dónde?
MENDIGA (Dramática).
¡Por allí!
(Salen rápidos. Se oyen lejanos dos violines que expresan el bosque. Vuelven los LEÑADORES. Llevan las hachas al hombro. Pasan lentos entre los troncos).
LEÑADOR 1º
¡Ay muerte que sales!
Muerte de las hojas grandes.
LEÑADOR 2º
¡No abras el chorro de la sangre!
LEÑADOR 1º
¡Ay muerte sola!
Muerte de las secas hojas.
LEÑADOR 3º
¡No cubras de flores la boda!
LEÑADOR 2º
¡Ay triste muerte!
Deja para el amor la rama verde.
LEÑADOR 1º
¡Ay muerte mala!
¡Deja para el amor la verde rama!
(Van saliendo mientras hablan. Aparecen LEONARDO y la NOVIA).
LEONARDO
¡Calla!
NOVIA
Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! Quiero que te vuelvas.
LEONARDO
¡Calla, digo!
NOVIA
Con los dientes, con las manos, como puedas,
quita de mi cuello honrado
el metal de esta cadena,
dejándome arrinconada
allá en mi casa de tierra.
Y si no quieres matarme
como a víbora pequeña,
pon en mis manos de novia
el cañón de la escopeta.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
LEONARDO
Ya dimos el paso; ¡calla!,
porque nos persiguen cerca
y te he de llevar conmigo.
NOVIA
¡Pero ha de ser a la fuerza!
LEONARDO
¿A la fuerza? ¿Quién bajó
primero las escaleras?
NOVIA
Yo las bajé.
LEONARDO
¿Quién le puso
al caballo bridas nuevas?
NOVIA
Yo misma. Verdad.
LEONARDO
¿Y qué manos
me calzaron las espuelas?
NOVIA
Estas manos, que son tuyas,
pero que al verte quisieran
quebrar las ramas azules
y el murmullo de tus venas.
¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!
Que si matarte pudiera,
te pondría una mortaja
con los filos de violetas.
¡Ay, qué lamento, qué fuego
me sube por la cabeza!
LEONARDO
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
NOVIA
¡Ay qué sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire
como una brizna de hierba.
He dejado a un hombre duro
y a toda su descendencia
en la mitad de la boda
y con la corona puesta.
Para ti será el castigo
y no quiero que lo sea.
¡Déjame sola! ¡Huye tú!
No hay nadie que te defienda.
LEONARDO
Pájaros de la mañana
por los árboles se quiebran.
La noche se está muriendo
en el filo de la piedra.
Vamos al rincón oscuro,
donde yo siempre te quiera,
que no me importa la gente,
ni el veneno que nos echa.
(La abraza fuertemente).
NOVIA
Y yo dormiré a tus pies
para guardar lo que sueñas.
Desnuda, mirando al campo,
(Dramática).
como si fuera una perra,
¡porque eso soy! Que te miro
y tu hermosura me quema.
LEONARDO
Se abrasa lumbre con lumbre.
La misma llama pequeña
mata dos espigas juntas.
¡Vamos!
(La arrastra).
NOVIA
¿Adonde me llevas?
LEONARDO
Adonde no puedan ir
estos hombres que nos cercan.
¡Donde yo pueda mirarte!
NOVIA (Sarcástica).
Llévame de feria en feria,
dolor de mujer honrada,
a que las gentes me vean
con las sábanas de boda
al aire, como banderas.
LEONARDO
También yo quiero dejarte
si pienso como se piensa.
Pero voy donde tú vas.
Tú también. Da un paso. Prueba.
Clavos de luna nos funden
mi cintura y tus caderas.
(Toda esta escena es violenta, llena de gran sensualidad).
NOVIA
¿Oyes?
LEONARDO
Viene gente.
NOVIA
¡Huye!
Es justo que yo aquí muera
con los pies dentro del agua,
espinas en la cabeza.
Y que me lloren las hojas,
mujer perdida y doncella.
LEONARDO
Cállate. Ya suben.
NOVIA
¡Vete!
LEONARDO
Silencio. Que no nos sientan.
Tú delante. ¡Vamos, digo!
(Vacila la NOVIA).
NOVIA
¡Los dos juntos!
LEONARDO (Abrazándola).
¡Como quieras!
Si nos separan,
será porque esté muerto.
NOVIA
Y yo muerta.
(Salen abrazados).
(Aparece la LUNA muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados, y se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la MENDIGA y queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro como un gran pájaro de alas inmensas. La LUNA se detiene. El telón baja en medio de un silencio absoluto).
TELÓN
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