Lee Jordan había quedado en juntarse con Katie y Angelina a elegir el anillo. Ambas llegaron con una sonrisa. Primero fueron a Gringoots, en donde los atendió un duende.

—A la boveda Jordan, porfavor—pidió Lee dandole la llave.

Después de la guerra, a los heroes se les otorgó tres bovedas más a su nombre. El duende los llevó a la boveda, Lee guardó unos cuantos galeones y fueron a la oficina para cambiarlo por dinero muggle. Salieron del callejón diagon y fueron a la joyería muggle. La misma en la que Draco había comprado su anillo.

—Encontré el anillo perfecto—dijo Katie, quien estaba embarazada nuevamente.

Los dos estuvieron de acuerdo, pagaron y se fueron. Por la semana de la moda, iban a pasar unos días en Paris, el lugar perfecto para pedirle matrimonio. Viajaron en traslador y se acomodaron en el hotel. Ese día, Alma habia ido con Angie y Katie a pasear por Paris. Tenían una habitación de hotel con vista a la torre Eifel. Lee fue a comprar velas y muchas rosas, tambien fue a buscar el cartel que habia encargado días atrás.

Cuando Alma llegó se encontró con toda la habitación oscura, excepto por un camino de velas y rosas qur llevaban al balcón. En el balcón estaba un cartel enorme con luces y rosas, todo muy bien decorado y con la torre Eifel de fondo.

La pelirroja se llevó sus manos a la boca con sorpresa, no se esperaba eso. Lee salió de la oscuridad y se arrodilló frente a ella sacando un anillo rojo con un rubí y diamantes.

—Alma Celeste Weasley ¿me harías el honor de casarte conmigo?

—Por supuesto que si.

Lee le puso el anillo y se besaron. Ahí, bajo la luna parisina.