Boceto 3
-Aghh mi cabeza- Sentía un punzante dolor en mi cabeza, como si recibiera constantes golpes. Me sobaba suavemente, esperando que el dolor se amengüe.
-Yo... ¿Dónde estoy? -
Mi vista estaba borrosa por lo que no podía ver. Sin embargo, tenía una ligera sensación sobre donde me encontraba.
-Fragancia de gasolina y muebles nuevos- esos olores estaban inundando mi nariz cada vez más. Intentaba recordar porque es que se me hacían tan familiares, pero al final mi esfuerzo fue inútil.
Pasado un tiempo, sentía todos los sentidos recuperados. Al abrir los ojos pude ver que me encontraba dentro de una camioneta.
Al ver las palancas y botones del auto a una distancia prudente a la mía pude intuir que me encontraba en el asiento del copiloto, más podía sentir que no estaba solo, gire la cabeza a la dirección a la que sentía que había alguien ... lo que estaba viendo me tenía realmente sorprendido.
-Apresúrate y ponte el cinturón hijo, ya nos tenemos que ir-
Me encontraba en el automóvil de mi padre, al parecer preparados para irnos. Al verlo me vino un sentimiento de alegría, no podía creía que alguna vez lo volvería a ver de nuevo.
Sorprendido, pero más confundido solo decidí con obedecer lo que decía. Sin embargo, al momento de agarrar el cinturón pude ver que mi pata era más pequeña de lo usual. Me acerque al retrovisor del auto para ver que ... ¿Era un niño?
-Te dije que te pongas el cinturón ¿A caso no entendiste lo que dije?- Al oír eso rápidamente me había puesto el cinturón, lo último que quería ver era a mi padre molesto. -Este lugar te ha hecho mal, menos mal ya no volveremos a venir de nuevo- dijo mientras arrancaba el automóvil.
¡PROMÉTEMELO! .... ¡PROMÉTEME QUE VOLVERÁS!
-¿Escuchaste eso?- le dije a mi padre algo sorprendido, había sentido un dolor dentro de mí al haber escuchado esas palabras.
-No sé de qué estás hablando- Al decir esto vi como comenzaba a aumentar la velocidad, parecía que quería irse lo más rápido de donde estábamos.
¡PROMÉTELO!
Escuchaba una y otra vez esa palabra. Miraba de lado a otro para saber de dónde provenía esa voz, sacando la cabeza fuera del carro hasta ver que detrás de nosotros se encontraba una fursona que intentaba alcanzar el vehículo, se encontraba tan lejos que se me dificultaba identificar quien era o hasta que clase de animal era.
-¡Prométeme que regresaras! ¡Que no nos olvidaras ... que no me olvidarás!- Lograba escuchar mientras veía cómo intentaba aumentar su velocidad, pero se le notaba cierto cansancio, ya que se notaba que flaqueaba al momento de correr.
No paso mucho tiempo en lo que pude ver como se cayó rendido al suelo, se notaba que estaba muy cansado.
-¡Promételo.. por favor! . . . no me olvides – Podía ver como intentaba pararse, pero cada vez que se levantaba solo terminaba cayéndose, después de varios intentos dejo de levantarse, se había quedado con el rostro al vehículo viendo cómo se iba, con la vista en mí. Las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos, escuchando un llanto mientras nos íbamos.
No tenía idea alguna de lo que estaba pasando ni a donde me estaba dirigiendo, pero el dolor dentro de mi comenzó a aumentar más al ver cómo me estaba alejando. Sentía que no debía irme, como si al momento de irme olvidaría todo lo que había pasado. Una gota cayó a mi mano, había mirado al cielo pensando que era porque estaba lloviendo, pero al sentir mis mejillas húmedas supe que me encontraba llorando.
-No lo debo olvidar- me decía una y otra vez inconscientemente, pero no importaba lo que me esforzaba no sabía que era lo que no debía olvidar. Lo único de lo que me encontraba seguro era que debía cumplir la promesa fuera lo que fuera.
Era algo que sentía que nunca debía olvidar
Yo... lo prometo
¡RINGG! ¡RINGG!
Al escuchar el despertador pude sentir que me encontraba en mi habitación, pero tenía el resentimiento de que necesitaba algo importante en ese momento.
-Cariño ...mmm... que pasa está todo bien - me decía mi esposa mientras ella intentaba espabilar completamente. ¿A caso haz tenido ese sueño otra vez?
-No sé de qué me estás hablando
-Amor... estas llorando otra vez. - dijo mientras se levantaba de la cama
-De que estas... - Puse mi mano a mi cara y era verdad, lo extraño es que no sabía la razón por lo que lo hacía.
-suspira. Ya hablamos de esto. ¿No crees que sería buena idea ir a un psicólogo? -me decía mientras se cambiaba.
-¿No crees que exageras?. Solo debió ser un tonto sueño sin sentido. No creo que haya que tomarle tanta importancia -digo mientras me seco las pocas lágrimas que quedaban en mi cara.
-Bueno pues me preocupa que despiertes así y no sepas el porqué. Ni tampoco sepas en que soñabas.
-Te dije que no te preocupes. ¿Está bien? No me pasa nada. -Me levanto de la cama y me estiro para poder relajar mi cuerpo
Después de una rápida ducha y un desayuno ligero me había vestido con algo de prisa para no llegar tarde al trabajo. Estaba en la sala ya listo para partir.
-Ya me voy -digo mientras me voy
-Hasta luego cariño -se me acerca para querer darme un beso
-Zoey no -nos separó rápidamente. No ves que ya se me está haciendo tarde. Tu sabes que odio las impuntualidades.
-Ah cierto perdóname...
Cierro la puerta y me dirijo al garaje. Al entrar me tomo mi tiempo para admirar todos mis autos. Tenía una gran colección desde los más clásicos hasta los más modernos. Pero personalmente tenía uno preferido. Un Mustang de color rojo con franjas verticales en el centro del carro.
Ya en el carro me dirigí en una velocidad prudente en el trabajo. No sin antes ir a por un buen café.
Sin embargo, al encender el carro y a ponerme a conducir tuve una extraña sensación.
... promételo
Frené lo más rápido que pude al escuchar eso.
-¿Quién dijo eso? -Después de un rato de observar el lugar para saber quién había dicho eso me di cuenta de que no había nadie. Me resigné y decidí dirigirme a mi trabajo. Tal vez el café ya me estaba afectando.
No paso mucho tiempo para que llegara a mi trabajo el cual era "jefe de la mayor industria de electrodomésticos" conocido mundialmente por la gran cantidad de artefactos fabricados para las comodidades de cada furry en el mundo. Desde los más pequeños hasta los más grandes.
Al entrar al edificio en mi caminata a mi oficina observaba cómo el personal trabajaba arduamente. Considerando lo más inteligente para ellos de hacer si es que quieren pertenecer a mi empresa.
Mientras me dirigía a mi oficina podía ver a mi secretaria asustada y al dirigir mi vista a la oficina pude saber cuál era la razón. Podía ver una silueta adentro la cual reconocería en cualquier lugar.
-Di-disculpe jefe -Me interrumpió de mis pensamientos. Ha vuelto a venir
-Ya se quien vino -Suspiro cancela mi horario de hoy
Al entrar cierro la puerta suavemente y le pongo seguro. No quería que nadie me entrometa en nuestra conversación. Sobre todo, con las tonterías que es capaz de hacer.
-Que es lo que quieres -Le dije al lobo que se encontraba dentro de mi oficina. A caso no te dije que no me busques en horas de trabajo
-Al hablarle se levanta del sofá del cual estaba sentado y se da la vuelta. Hermanito, como estas. También es un gusto verte -Decía mientras se acercaba y me abrazaba el cuello con su brazo
-Te he dicho que no vengas -quito su brazo de mi cuello. Acaso no entiendes lo que se te dice. -digo molesto esperando a que se fuera
-Pero porque tanta molestia. Crees que a papá le haya gustado que me trates así.
Al escuchar esas palabras me acerco bruscamente hacía él y le cojo la camisa acercándolo hacía a mi
-Escúchame bien no quiero que vuelvas a mencionar a nuestro padre. ¿Entendiste? O requieres otros medios para entenderlo. -comienzo a sacar mis garras como muestra de que no estaba bromeando con él.
-Relájate hermano, deberías aprender a controlarte un poco. -dice mientras se soltaba de mi agarre y se arreglaba la camisa. Ya veo porque este lugar se ve tan sombrío. Los empleados de aquí deben estar muy asustados. -comienza a dar unas cuantas carcajadas de burla.
Yo solo respeto las ideologías de nuestro padre. No voy a dejar que la empresa que nos dejó con tantos privilegios caiga en bancarrota y estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para ello. Y bueno debiste venir porque me quieres decir algo ¿no es cierto?
-A caso no puedo venir porque extraño a mi lindo hermanito, aún recuerdo cuando hacíamos todo juntos. Cuando dependías de mi para todo. Y sobre todo cuando le rogabas a nuestra madre para que te puedas bañar conmigo porque no te gustaba separarte de mí. ¿O es que tu solo querías verme desnudo? -me mira con cierta lujuria la cual realmente me repugnaba.
-Se directo ¿Qué haces acá? -digo ya harto de escuchar sus ridiculeces
-Vaya ya ni una broma puedes soportar. Agarra -dice mientras me lanza un sobre manila el cual se encontraba cerrado.
-¿Qué es esto? -dije extrañado al verlo
-Será mejor que le eches un vistazo a lo que hay adentro.
Al abrirlo logro ver una carta escrito a mano. Sin prisa me dispuse a leerlo.
Señor Bullock.
Queremos informarle que nuestra empresa ya no está interesada en su idea de una afiliación ofrecida hace algunos meses. Hemos detectado cierta inconformidad por su público por lo que no consideramos pertinente por ahora afiliarnos a su compañía. Esperemos que esto no repercuta rotundamente en sus acciones financieras.
-¿Qué significa esto? -dije exaltado. Si no fuera porque necesito mantener un perfil en este lugar, hubiera roto la carta.
-Significa lo que lees ... y para serte sincero no creo que sea la única carta que vayas a recibir con estas noticias.
-Pero que les ocurre, ¿por qué crees que esté ocurriendo esto? Si este es la mejor empresa del mundo. Esto para esos idiotas sería perder la oportunidad de su vida
-Bueno... hermano creo que en poco tiempo perderá ese título
-¿De qué estás hablando? -¿Cómo se le ocurre decir eso?, he estado matándome estos últimos años para que sea la mejor y me dice que ¿no lo es?
-Como ya sabrás en estos últimos años se han presentado una gran cantidad de empresas de todos los tipos con ideas originales y novedosas las cuales se han adaptado perfectamente a nuestra época. Sin embargo, esta ha tenido las mismas ideas año tras año.
-Y que tiene eso de malo, he hecho todo lo que nuestro padre ha hecho, no quiero cambiar sus ideologías. Quiero dejar todo justo como él nos lo dejo.
-Yo solo digo que si no cambias y buscas ideas más renovadoras. No creo que dures mucho. -dijo en lo que se retira el lugar.
Considerando esto alguna de sus estúpidas bromas decido ignorarlo y encargándome de mis asuntos pendientes: el papeleo aburrido y monótono que tenía, las ineptas dudas de mis empleados y en dar unos respectivos chequeos al lugar para asegurarme de que no haya inconvenientes.
Después de acabarlo me encontraba descansando en el sofá de mi oficina mientras me ponía a admirar el paisaje del lugar.
-...Que es lo que habrá pasado esta mañana. -Esto raramente me pasa, pero siempre cuando despierto termino con un sentimiento como si estuviera haciendo algo mal, como si me faltara algo.
... promételo. Eso fue lo que había escuchado
Esta es la primera vez que siento que esa voz que escuche está relacionada con mi sueño... no creo que deba enfocarme de eso ahora. Hay muchas cosas de las cuales debo encargarme.
En eso le hecho una pequeña ojeada a toda mi oficina.
-Esta empresa entraría en un caos si no fuera de que yo estoy aquí.
Escuchaba como es que tocaban la puerta
-Pase -digo cansado. ¿A caso es que no pueden hacer algo bien sin necesitar de mi ayuda?
-Buenas tardes jefe, quería informarle que he encontrado un problema en nuestras ganancias. Este mes hemos obtenido solo el 80% de las ganancias habituales y yo...
-Solo es un percance que se solucionara pronto. Así que le sugiero que no se preocupe.
-Señor creo que esto realmente es más serio de lo que se ve y deberías realizar propuestas para
-De eso me encargo yo. Solo encárguese de que esto no se difunda por el lugar. No quiero que ocurra un caos innecesario. -Lo último que aceptare es que alguno de mis empleados me venga a decir a mí que hacer.
-Ah sí claro, perdone por las molestias, - dice en lo que se va cerrando la puerta.
Al analizar las ganancias mensuales pude ver que el empleado tenía razón no ha habido un aumento considerable en comparación de los otros meses y desde hace un año se han estado reduciendo el porcentaje de ganancias.
Pasaron las horas y ya se había hecho de noche me encontraba en mi cama echado sin poder dejar de pensar en las posibles explicaciones de la baja de ganancias.
-Cariño te he visto pensativo y angustiado todo el rato. ¿A caso te ha pasado algo muy grave en tu trabajo? -me dijo mi esposa al parecer con el intento de aliviarme
-No pasa nada
-Solo quiero que sepas que puedes contar conmigo en cualquier momento cariño- Dijo mientras comenzaba a acercarse a mí. -En la mañana no pudiste aceptar mi beso.
-¿Y eso te molesto?
-No, sé qué fue por la prisa, pero ahora no hay nada que te apure. Y bueno estaba pensando de que tal vez hoy podría ser un buen día para...
- Hoy día he estado muy ocupado con los problemas del trabajo. - dije mientras me cubría con la sábana y me acomodaba. Descansa.
-Ahh. Si tú también descansa.
Habían pasado algunas horas y aún no había podido conciliar el sueño. Aún seguía algo preocupado por el problema.
- Puede que mañana sea un gran día.
Pasaron los minutos y sentía como poco a poco me comenzaban a pesar los parpados hasta que al final cedí ante el cansancio y me quedé dormido.
...Mañana será un gran día...
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