Por lo que yo te quiero [Diosito/Pastor]
Diosito lo quiere tanto que podría llorar.
Mariconea por eso durante varias semanas después de despertar en aquella ambulancia, tanto que Marito tiene que espabilarlo a base de tincazos para que se deje de joder. Pero no es la cagada a pedos de Mario lo que lo hace parar, no. Deja de lado el llanto lastimero y lo reemplaza con la ira. Por el odio que se clava como garras en su pecho, el resentimiento que se acumula en su garganta como un grito, y el irrefrenable y abrumador deseo de venganza que lo mantiene despierto por las noches. Siente como lo consume por completo cuando, en respuesta a sus plegarias, Pastor vuelve a cruzarse en su camino en Puente Viejo, allí parado del otro lado del patio como si nada hubiera pasado entre ellos. Nada nunca le pasa a él, es intocable a sus ojos.
Diosito tiembla de anticipación por el solo pensamiento de ponerle las manos encima y hacerlo sufrir, pero entonces...
Entonces le pasa algo peor que Pastor ahorcándolo con ojos nublados de viciosa maldad, y es traumático, terrible, le provoca sudores fríos. Todo lo que alguna vez le ha pasado palidece en comparación, e inevitablemente, vuelve al principio. A seguir a Pastor con la mirada cuando camina por los pasillos de Puente Viejo, a trotar tras él cada vez que Marito no le presta atención. No le alcanza el tiempo a su lado, y hace todo por ser notado por él. Se convence de que lo suyo es una segunda oportunidad del destino, un regalo de Dios (el grande, el que todo lo ve). Y con eso Pastor lo vuelve a tener en desventaja.
Porque Diosito lo quiere tanto que puede ignorar un poco que Pastor no lo quiera nada, ni un poco, ni una décima de lo que él lo quiere. No le importa porque puede querer por los dos, está seguro de eso. Pero Pastor ni siquiera quiere eso. Pastor siempre tuvo la mente lejos de él, más allá de la cárcel y en un hogar cálido, en una familia con la puta de la Molinari. Lo peor es que Diosito no se parece en nada a ella y nunca se parecerá, empezando porque la licenciada es mujer (y lo entiende porque también le gustan las mujeres) y tiene amor de madre, voz suave y tranquilizadora (y lo entiende también porque llegó a sentir eso con la Molinari antes de que la conociera de verdad). Ella calma esa bestia sanguinaria y salvaje que guarda Pastor dentro (que Diosito conoce muy bien y solo sabe provocar), y Pastor la ama por eso, está enamorado de ella y es por ella que nunca considera a Diosito. O eso cree.
Pero la Molinari nunca le perdonaría ni la mitad de todo lo que Diosito perdonó. Sólo Diosito lo quiere tanto como para hacer eso. Es evidente, está claro, lo saben todos. ¿Por qué Pastor no se rescata?
n/a: Un borrador viejísimo! Lo publico simplemente porque es el más completo de los que tengo, y vendrán otros de este tipo!
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