34. Atrapada
Capítulo 34
Atrapada
—No lo sé.
—Por favor, no digas que no lo sabes—rodeé los ojos mirándolo seria—Digas lo que digas terminaré haciendo lo contrario, ¿Qué tiene de malo?
—El hecho de que posiblemente Bianca te pida algo a cambio—señaló con tono obvio.
— ¿Estás segura de que es posible hacer eso?—Dilara parecía estar de acuerdo conmigo pero a la misma vez apoyaba a Lionel—Es peligroso jugar con la magia, Naomi.
—Todos sabemos que no terminará bien—habló la abuela en un suspiro.
—En unos días podremos deshacernos de ese collar, creí que era el objetivo principal—miré a Leo mientras estaba de pie en la cocina. Diego se encontraba con mis padres que habían querido disfrutar un día con su nieto—Sé que quieres ayudarme, lo aprecio pero...
—Estuviste de acuerdo cuando te conté sobre la idea—señalé— ¿Acaso debo recordártelo entre caricias y besos?—Dilara rió un poco por eso.
—Muy graciosa—se levantó de la silla saliendo de la cocina.
—Hablaré con él—la chica pelirroja lo siguió dejándome a solas con la abuela. Ésta se acercó tomando asiento junto a mí, miró por donde los chicos se habían ido antes de dirigirse a mí y hablar.
—Mayra apareció en mi casa hace tres días—susurró.
— ¿Qué?
—La pobre se encuentra terrible. Tenía un aspecto espantoso, sabe que su hermano la odia y que gracias a su querido "novio" casi mueres en el lago, además de que Diego por poco sale herido...
— ¿Astor le hizo algo?—mantuve el tono bajo.
—No, fue lo primero que le pregunté y lo negó varias veces—contestó—Pensó que podía hablar conmigo sin problema, dijo que siempre le decías lo comprensiva que era contigo y con todos—sonrió de lado acariciando mi mano sobre la mesa— ¿No estarás molesta con ella, cierto?
—No, claro que no—me apresuré a responder—Pero...me hubiera gustado que fuera honesta conmigo.
— ¿Crees que Lionel lo entienda? Mayra me hizo prometer no decir nada pero...siempre se termina sabiendo todo.
—Son hermanos, siempre han estado allí para el otro, sabemos como es el chico de terco y testarudo pero terminarán solucionando sus problemas—asentí convencida—Sólo debe darle tiempo.
— ¿Así como tú y Lauren solucionarán los suyos?—suspiré sintiéndome extraña al pensar en eso. Hace días que no tocaba ese tema—Son hermanas, siempre han estado allí para la otra—repitió mis palabras con una sonrisita traviesa.
—Lauren debe aprender a cerrar la boca cuando debe...
—Naomi—reprochó con suavidad—Estoy segura que no lo dijo enserio. ¿Has hablado con ella?—negué con la cabeza—Deberías dejarle un mensaje. ¿Acaso no te ha ayudado con Diego en los primeros meses? ¿Qué me dices durante el embarazo?
—Lo sé—llevé mis manos a mi cabeza—Créeme que lo sé pero en estos momentos hablamos de Mayra, no de mí.
—Nunca es tarde para hablar de ti—acarició mi espalda—Te preocupas por todo.
— ¿Es normal, no?
—No es común—admitió.
Probablemente cuando esté en mi habitación a solas con la laptop le dejaría un mensaje a su correo. No sabía que podía decirle pero después lo pensaría. Mordí mi labio mirándola.
— ¿Crees que esté en tu casa, abuela?
—Cuando me fui estaba durmiendo—se encogió de hombros— ¿Quieres ir ahora?—asentí incorporándome con ella. Dilara y Lionel charlaban en la sala en voz baja, cuando mentí sobre salir a tomar aire me sorprendió no escuchar propuestas de compañía pero lo agradecí para mis adentros.
Cerré la puerta al entrar tocando el suelo de madera. La abuela fue a las habitaciones para buscarla, miré por la ventana de la sala encontrando un cielo oscuro por las nubes grises. La nieve cada vez iba creciendo. Bianca había podido decirle a sus padres sobre unos días en Alaska, los había convencido de que era un lugar hermoso y que Juneau les encantaría. Le entregaría el collar sin pensarlo, dejaría que se lo llevara, lo quería lejos de mí.
Hace poco había recibido un mensaje de Eric preguntando por todo. Me limité a decir lo necesario evitando todo el tema de lobos, magia, lagos, etc. No era sencillo mentir todo el tiempo.
— ¿Naomi?—giré mi cabeza encontrando a una Mayra distinta a como acostumbraba verla. Su cabello corto estaba despeinado pero aceptable, la ropa que llevaba la hacía lucir más humana. Me acerqué a ella abrazándola con fuerza—Lo siento, enserio, lo siento—susurró al corresponderme—Debí decir la verdad...
—Shh—intenté calmarla notando los sollozos de su parte—No te culpo de nada, no te odio, no vine a reclamarte, sólo quería verte.
Sus brazos se aferraron a mí, eso me preocupó más. La chica lobo que había conocido era muy dulce y siempre parecía tener una sonrisa en sus labios. Sí, opinaba de la misma forma que su hermano respecto a los hermanos de Dilara pero ahora parecía haber cambiado. El abrazo duró un rato más, no sabía cuál de las dos lo necesitaba más.
—Me odia—secó sus mejillas mirándome. Sus ojos azules estaban algo hinchados además de que bajo ellos se notaba las ojeras—Mi hermano me odia, mis padres no me entienden y mi sobrino casi muere por el hombre que amo...
—Oye, tranquila—tomé asiento con ella en el sofá abrazándola de nuevo.
—Estoy comenzando a odiarme.
— ¡Escucha!—tomé su barbilla—Astor le había declarado la guerra a Lionel mucho antes de que te enamoraras de él—quiso hablar pero se lo impedí. Aparté las lágrimas que seguían deslizándose por sus mejillas—No fue tu culpa querer a alguien tan malo.
—No es malo, lo conozco—se separó un poco aclarando su garganta—Fue tan dulce conmigo esa tarde, creí que estaba intentando engañarme pero había algo en su mirada que realmente le hacía arrepentirse de lo que era. Confié en él como tonta. Le entregué todo de mí sin pensarlo y no sé porque lo hice. Fue algo que simplemente...se dio.
— ¿Has hablado con él después de lo que pasó?—asintió sin verme.
—Fue un día después cuando apareció. Tuve que esforzarme por sacarle las palabras y odié eso.
— ¿Qué te dijo?
—Decía odiar a todo el mundo, decía odiar a mi hermano, odiarse a sí mismo y odiarte a ti por tener razón—posó sus ojos en mí. Recordé las palabras que le había dicho, esas que parecieron activar algo en su interior— ¿Qué le dijiste para que estuviera tan mal y pensativo?
—Lo que nadie quiere escuchar—respiré profundo con mi mano en su espalda—La verdad.
— ¿Qué clase de verdad era esa?
—Esto va más allá de su venganza hacia Lionel—comenté—Es obvio que se siente celoso de tu hermano, saber que tiene un hijo de meses con una humana le enferma, Astor es mayor que Leo, ¿Qué ha logrado en toda su vida? Sólo causar temor entre los suyos, te aseguro que su propio hermano, Caín, le teme—Mayra tuvo la vista perdida por un rato mientras escuchaba—Terminará solo, Mayra—acaricié su cabello—No importa lo mucho que lo ames, si él no decide cambiar no puedes hacer nada.
—Astor no quiere hijos—volvió a mirarme.
—Eso dice.
—Pero le gustaría saber lo que se siente—añadió—Cada vez que estábamos juntos lo escuchaba decirlo, siempre salían preguntas tontas entre nosotros.
Fruncí el ceño alejándome un poco.
— ¿Acaso estás embarazada, Mayra?
***********************************
FOTO: Debo decir que la chica de la derecha es lo que más o menos tengo en mente de Mayra. No he conseguido una actriz que acierte el 100% pero ésta se parece más que las demás. De todas maneras seguiré buscando. ¡También debo anunciar que el final se acerca! Creo que también es un buen momento para decir que tengo una segunda parte en mente pero me gustaría saber lo que opinan los lectores n.n
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro