OO4: Última vez
Pareja principal: Katsuki Bakugo x Midoriya Izuku
Autora: -YESYESCHAN
Día 4.
« Último suspiro »
El sudor y los aplausos que generaban ambas pieles juntas inundaban la habitación, acompañando los gemidos constantes que salían cada vez susurrando sus nombres entre suspiros y caricias.
El cuerpo desnudo de Izuku cabalgaba encima del cuerpo de Katsuki sintiendo al contrario aún duro en su interior, afirmando más el agarre de la cintura delgada del pecoso y ayudándolo a caer contra el mismo con más fuerza y velocidad para más deleite.
Un gemido ahogado.
Un gruñido ronco.
Ambos sintieron un electrizante placer recorrer su espina dorsal al llegar al deseado orgasmo, las piernas que mantenía a Izuku en equilibrio flaquearon y ante el mismo trago saliva tratando de regular su respiración, le encantaba sentir su corazón a punto de salirse del pecho, una sensación que solo el cuerpo fornido del rubio ceniza lograba avivar a su pobre corazón pollo y por supuesto, despertar su parte baja.
Izuku dejó caer su cuerpo sudoroso contra el pecho suave del contrario, quien lo sostuvo rodeándolo con sus brazos en un abrazo posesivo mientras ambos aún intentaban regularizar sus respiraciones aceleradas por el recién acto sexual realizado.
Un suspiro de parte del peliverde llamó la atención de Katsuki.
— Habla.
— ¿Ah?
— Quieres decirme algo, ¿no?. Habla.
El mutismo del pecoso fue lo que recibió como respuesta, aquello los mantuvo a ambos en un ambiente incómodo que por instantes fue opacado por sus respiraciones y si no fuera por su contacto aún íntimo pensarían que estaban en soledad.
Tanto el peliverde como el rubio ceniza estaban perdidos en sus pensamientos, y solo uno reaccionó.
— No podemos seguir así.
— Claro que podemos.
— Katsuki.— le llamó Izuku con seriedad.— No podemos seguir así.— repitió.
Izuku fue tomado por los hombros con brusquedad siendo alejado del pecho desnudo de Katsuki, después en un rápido movimiento fue apresado entre la suave cama del motel donde se hospedaban esa noche y el cuerpo sudoroso del rubio ceniza.
Katsuki lo observaba fijamente e Izuku tragó saliva al volver a admirar aquel destello perverso y lujurioso proveniente de esos hermosos ojos que lo consumían y devoraban con una sola mirada.
La fuerza y descaro desprendían de esos rubíes.
Izuku siempre fue consciente que con solo una mirada de esas, lograba tenerlo a su merced.
— Aceptaste ser mi perra.
— Y tú que no la amas.
Nuevamente el mutismo fue respuesta, dejándolos en una batalla de miradas que ninguno estaba dispuesto a perder. Esmeralda y rubí se mantenían fijos, negándose a estar en sintonía, fulminándose con la mirada entre sí.
La verdad es que sí, Katsuki Bakugo no amaba realmente a su esposa.
Yaoyorozu Momo podrá ser la mujer más hermosa, inteligente, vivaz, respetada y de una familia de alto calibre, de un estatus que puede tener a sus pies a cualquiera, con su encanto llega a cualquier corazón sin esfuerzo alguno... Teniendo a cualquier hombre a su disposición.
Cualquier hombre quisiera estar en la misma cama que la esbelta mujer, cualquier hombre desearía poseerla, estar incluso en matrimonio con tal magnifica mujer.
Por supuesto, cualquier hombre. Para desgracia de Momo y dicha de Izuku, Katsuki Bakugo era la excepción de toda regla.
Y todo por preferir penes antes que unos pechos grandes.
Gustos siempre serán gustos. Nadie podía criticarlo ni obligar a cambiarlos ya que después de todo, a Katsuki le valía poco lo que pensaran los demás.
Todos podrían irse a la mismísima mierda si él quisiera.
Claro, para Mitsuki Bakugo no, para ella no fue una "agradable" noticia que su único y bastardo hijo se lanzará con ganas al otro lado cuando tenían un legado que mantener.
Por esa misma razón fue que lo forzó a comprometerse con la deseada pelinegra con la esperanza de que su hijo sentara cabeza, dejando atrás su capricho y fachada rebelde.
Katsuki al ser amenazado con ser desheredado de toda la fortuna familiar, simplemente no le quedó de otra. Y no porque de verdad se sintiera amenazado, de igual forma a él no le importaba si terminaba en la calle con tal de defender cualquier ideal que tenga, sino que en su momento de aceptar dicho compromiso.-porque le importaba poco con quién tendría que compartir sus días próximamente.- no había considerado que más adelante conocería al que sería dueño de todos sus suspiros y corazón.
Nunca pensó que conocería a Izuku Midoriya. En una mirada fugaz, en un encuentro demasiado normal que al seguir coincidiendo en los mismos lugares fue que su atracción trajo consigo curiosidad por ambas partes, para luego convertirse en un amor desenfrenado.
En un amor sincero.
En un amor apasionado.
— Te amo, pero también me tengo amor propio.
— Deku.
— ¿Qué?
Sus labios fueron apresados por los contrarios, un jadeo escapó de su boca al sentir la lengua húmeda del rubio ceniza explorando toda su cavidad bucal sin darle tiempo de respirar o siquiera seguirle el ritmo, se dejo ser y nuevamente se entregó en aquel beso con entusiasmo. Izuku estaba que soltaba uno que otro gemido hasta que Katsuki le mordió el labio inferior con lentitud, una lentitud tan tortuosa que se percató de algo.
Sintió calor recorrer su parte baja, otra vez.
— Esta será la última vez.
Izuku no disimuló su sorpresa, desvió la mirada intentando mostrarse indiferente.
— B-Bien...
— Déjame terminar pequeña mierdecilla.— pronunció el rubio ceniza con voz ronca, un leve temblor invadió el cuerpo de Izuku al escucharlo.— Esta será la última vez como amantes.
— ¿Qué...?
— Por amor iré en contra de mi familia, por amor iré en contra de mis amigos y por amor haré cualquier cosa para que estés a mi lado.— expresó con una calma inusual, Katsuki al visualizar lágrimas deslizarse por las mejillas pecosas las limpió con su pulgar para luego sostener el rostro contrario, acunando sus mejillas en una suave caricia.— Por ti, Izuku, juro que estaremos finalmente juntos como tanto hemos deseado.
Izuku observaba incrédulo al rubio ceniza mientras un mar de lágrimas saladas no daba descanso, un hipo y sus uñas se enterraron en su agarre en los hombros contrarios ante los sentimientos que florecían en él.
Se sentía tan amado.
Se sentía tan feliz.
Se sentía en casa envuelto en aquellos brazos, tan cálidos, tan firmes.
Soltó un sollozo quebrado, para luego ocultar su rostro en el pecho de Katsuki intentando aferrarse a ese sentimiento, aferrarse a ese futuro tan luminoso para ambos.
Katsuki lo correspondió en silencio, afirmando el agarre para luego continuar con sus caricias en la cabeza jugando y enredando sus dedos en aquellas suaves hebras verdosas.
Pero, Izuku no dependerá de solo palabras bonitas.
— ¿Te divorciarás de ella?
— La vieja me dará problemas, pero nada es imposible.
— Bueno, si es así. Tendré que esperar.— suspiró con desgano.
Sintió su nariz ser apresada por los dedos de Katsuki para luego ser jalado por los mismos, se quejó y el contrario se rió bajo.
— Quita esa molesta expresión de tu estúpido rostro de nerd.— Izuku hizo un mohín.— Cuando digo que haré algo, nada me detendrá hasta que lo cumpla. Lo prometo Deku.
Eso no es del todo mentira, Izuku es consciente de eso. Una sonrisa pequeña surco sus labios con timidez.
— ¿Con el meñique?.— preguntó Izuku desviando la mirada al sentir el calor invadir ambos mofletes, Katsuki nunca se cansará de admirarlo, las pecas se pronunciaron más ante el color carmín de se expanden desde las mejillas pecosas de Izuku subiendo por sus orejas que poco disimulaban sus rizos verdes hasta llegar entre el cuello y la nuca.
Totalmente perfecto a sus ojos.
Chasqueo la lengua para luego levantar su meñique y unirlo con el del pecoso que fue extendido hacia él.
— Con el meñique.
— Kacchan se tragara mil agujas si no cumple con su promesa.
Rodó los ojos divertido.— Promesa del meñique sino tragaré mil agujas. ¿Contento?
— Si.— Izuku mostró su más radiante sonrisa, satisfecho.
— Bien, ahora segundo round.
— ¿Cóm-? ¡Ahg!.
Izuku no recordaba que Katsuki seguía dentro de él, con una sola estocada y cubriendo ambos cuerpos con la sábana continuaron otorgandose placer hasta quedar satisfechos.
Al menos Katsuki, porque de lo contrario Izuku no podrá levantarse por dos días seguidos.
Si tu amante no te hace una promesa infantil cuando se lo pides, allí no es.
¡Saludos preciosuras! Reportándose Jess con la actualización del día, ¿satisfechos? ¿mucho soft? ¿sus imágenes mentales fueron mejores que las mías? Imposible, quizás, puede que si.
Primera vez que escribo algo subido de tono, muchos nervios, espero les haya gustado ¡Lo importante aquí es tu presencia! Y deseándote un lindo Lunes, hasta la próxima~
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