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OO1: Juegos de azar

Pareja principal: Bakugo Katsuki x Midoriya Izuku.

Autora: -YESYESCHAN

Día 1.

«Juega conmigo»

Estaba desorientado, su ritmo cardíaco no le dejaba pensar con claridad.

Las esposas estaban muy ajustadas y le quemaba la piel cuando intentaba activar su quirk al querer liberarse de ellas, siendo inútil el intento. 

Después de todo, no era buena señal despertar en una habitación oscura y con poca iluminación. Estaba atado de pies y manos en una silla metálica, siendo un bombillo amarillo la única luz que lo iluminaba por encima de su cabeza, su respiración era el único sonido que predominaba allí, ocasionando que el pánico se hiciera dueño de su cuerpo lentamente.

Gotas de sudor resbalaban por sus mofletes pecosos mientras intentaba recuperar el aliento, sus músculos tensos se movían al ritmo de su respiración y su traje de héroe le ajustaba por alguna razón aparente.

«¿Cómo termine así?»

No lo sabía, y eso le frustraba.

No recordaba nada.

Su mirada verdosa se movía observando a su alrededor, buscando alguna vía de luz solar o quizás, alguna pista de su paradero, pero con solo intentar ver más allá de la oscuridad traía como consecuencia que sus ojos se cristalizará por el esfuerzo y terminará parpadeando para poder sobrellevar el ardor de los mismos.

«¿Qué sucedió?»

Tampoco lo sabía, y empezaba a creer que no llegaría a una respuesta por sí mismo.

Le dolía la cabeza cuando intentaba recordar. No tenía idea si llevaba más de un día en aquel lugar, sin embargo, las marcas en su piel debido al agarre fuerte de las cadenas y soga le demostraba que llevaba más tiempo de lo pensado.

«¿Dónde estoy?»

—Vaya, vaya. Parece ser que el Símbolo de la Paz se dignó a despertar por fin. —Una voz ronca, gruesa y burlona se hizo escuchar entre las cuatro paredes.

Izuku se crispó del susto al instante para luego voltear a mirar a sus costados en busca del origen de la voz ajena.

No encontraba nada.

—No eres tan impresionante como te pintan en los reportajes de la televisión. —Nuevamente habló—. No duraste ni cinco minutos contra mí, que... patético.

—¿Quién eres?

Una roca chocó ágilmente en su frente con rudeza. La fuerza del golpe logró que la silla se tambaleara e Izuku al reaccionar rápido se inclinó hacia adelante evitando que cayera de espalda. Un suspiró salió de sus labios, pudo evadir algún moretón, eso ya era algo bueno en esas circunstancias. Se sintió aliviado, no obstante, todo sentimiento de calma abandonó su cuerpo al observar como una figura se movía entre las sombras rehuyendo de la luz.

—No es de tu incumbencia, imbécil —dijo la sombra.

Izuku frunció el ceño.

«Oh, claro, el secuestrarme y mantenerme aislado no es motivo suficiente para saber quién eres», se quejó Izuku en su interior.

— ¿Qué quieres de mí?

— Sigo sin creer que un niño como tú sea el mismísimo Símbolo de la Paz. ¿Tan desesperados estaban por tener nuevamente un pilar en la basura que consideran sociedad?

Izuku nada mas logró para procesar una porción de la oración.

—¡Joder, no soy un niño! ¡Tengo 24 años! —exclamó furioso. Estaba cansado de que lo consideren un niño cuando él poseía la edad adecuada para considerarse a sí mismo un adulto.

El desconocido silbó con cierta gracia.

—Un traga años, cuéntame tu secreto.

—Si lo supiera ya sería rico, pero no. —Suspiró con desgano—. No tengo idea.

—Qué decepción, me gustaría saberlo.

— Me imagino. Uraraka-san dice que la razón por la que aún poseo una cara de bebé y no crezco es porque asegura que en mi niñez me la pasaba bajo las mesas.

—¿Eso es verdad? —preguntó interesado, de un momento a otro la silueta se acercaba a la luz.

—Sonará gracioso, pero si es verdad lo que decía —comentó Izuku avergonzado, creyendo que quizás las palabras de su amiga castaña no eran una mentira total—. Siempre jugaba bajo las mesas de mi hogar.

¿En qué momento la conversación tomó ese rumbo tan natural?

Una carcajada se adueñó del lugar.

—¡Jodida mierda! ¡Eres tan estúpido!

—¡Oye! —Iba a reclamar aquel insulto, pero quedó en silencio al instante.

Una persona con un esmoquin negro se hizo presente ante su campo visual e iba a juego con una camisa blanca, la corbata era de un color rojo y su chaqueta oscura iba abierta sin abotonar. El desconocido se acercó hasta quedar de cuclillas frente a él.

Izuku no pudo identificarlo al poseer una máscara de All Might cubriendo su rostro, nunca pensó que ver el rostro de su ídolo tan de cerca le daría tanto miedo.

—Eres interesante, me gustas Midoriya Izuku —expresó divertido mientras apoyaba su mejilla en su muñeca ladeando la cabeza.

Quizás estaba sonriendo, no lo sabía. Pero él se sintió analizado de pies a cabeza, como si la mirada minuciosa llegará incluso hasta su alma.

Izuku visualizó unas hebras rubias cenizas saliendo a los costados de la máscara de plástico.

—Pues... —tartamudeó Izuku.

—Juguemos, héroe Deku —susurró con descaro, alzando un poco su máscara para luego lamer la oreja del peliverde y retroceder al instante.

¿En qué momento se había acercado tanto?

El chico soltaba risas con suma burla al ver como el pecoso se sonrojaba con fuerza, para luego balbucear incoherencias. El héroe se detuvo al observar como de las manos ajenas se asomaba una moneda brillante, empezó a caminar alrededor de Izuku, acechándolo tanto física como psicológicamente.

Él era el depredador.

Izuku la presa.

Una jodida presa que estaba en la boca del lobo, a punto de ser tragado entero.

—Si sale cruz, ¿qué quieres que apueste? —comentó de la nada llamando la atención del peliverde que estaba a nada de tener un ataque de ansiedad—. ¿Qué es lo que más desea tu corazón, héroe?

—Quiero mi libertad.

—Predecible.

—Y también... Te quiero ver detrás de las rejas.

—¿Te crees policía o qué?

Izuku se quedó en silencio.

—Bueno, acepto. Es lo que se espera de una pequeña mierdecilla bastarda como tú —señaló el enmascarado.

—No me gusta tu vocabulario, y aún no sé quién eres...

—Si sale cara, serás mío.

Los ojos de Izuku se abrieron como platos, ¿Había escuchado bien?

— ¿Qué...? —No pudo evitar preguntar el héroe con un temblor.

—Lo que escuchaste, nerd.

—Pero... yo...

—¿Acaso no es justo? Uno de los dos renunciará a su propia libertad, si el otro pierde, no me digas que temes perder —expresó divertido incitando al pecoso a ceder, para luego empezar a jugar con la moneda en su mano.

Izuku dudó por unos momentos, no sabía qué pensar al respecto. 

¿Era un villano o solo un simple secuestrador? Hasta podría ser un terrorista, quien sabe, de todos modos, no tenía de otra, ¿verdad?

Estaba atado, tenía hambre y hasta incluso poseía tanta sed que deseaba agua para poder saciarla. No le pediría nada a su secuestrador, por supuesto que no, sería como sentar cabeza e Izuku no daría su mano a torcer.

Nuevamente, dudó y lo pensó.

— Oye, no tengo todo el maldito día, bastardo —habló con seriedad el enmascarado, se notaba a leguas su falta de paciencia.

—¿Qué gana usted al tenerme aquí?

—Joder, y síguele con lo mismo.

—Solo quiero...

—Ya te lo dije, me gustas. ¿Qué más quieres que diga?, ¿eh?

—¿¡Solo por eso!? ¡No lo entiendo! —Izuku exclamó desesperado, su ritmo cardíaco no bajaba de intensidad, no le daba buena espina todo esto.

—Me importa una mierda que no lo entiendas, solo juega conmigo.

Y antes de que pudiera decir algo más, el desconocido lanzó la moneda al aire.

Izuku permaneció con la mirada fija en el objeto metálico mientras giraba, el tiempo se detuvo por unos instantes para el pecoso y tragó saliva al ver como la moneda descendía por la fuerza de gravedad que la impulsó hasta caer e impactar en la mano del contrario. Él la atrapó de forma rápida y cerró la mano en un puño para luego chocar esa mano en su palma izquierda.

Una pausa.

Un latido.

¿Nunca creíste que tu futuro podría depender de un simple juego?

La mano derecha fue apartada mostrando el resultado, e Izuku quedó tan pálido como una hoja de papel. Sus ojos verdes estaban que se salían de su sitio, de lo abiertos que se encontraban.

Ya se imaginarán quién ganó este juego.

Desde un comienzo él había ganado.

—Debes de conocer el rostro de tu nuevo dueño —expresó con cinismo desbordante el ganador de tan retorcido juego, y la máscara de plástico de All Might fue lanzada a un lado.

Izuku no podía creer a quien tenía enfrente.

—Kacchan...

—Ahora tenemos tiempo de sobra para jugar, Deku.


¡Al fin inicio! ¡Es hoy, es hoy, es hoy!

¡Mucho gusto gente preciosa! Soy Jess y fui la encargada de esta historia, ¡Un Kacchan villano! Curioso ¿verdad? Soy muy fanática de las historias DekuVillain y en un comienzo sería sobre un Deku villano...

Hasta les puedo decir que en un principio iba a ser sobre un Kacchan como Croupier(Repartidor de cartas) y un Deku estafador, todo ambientado en un casino XD ¿Por qué no use la idea? La flojera es mi peor enemigo, y si pensaba escribir sobre eso tenía que investigar sobre el tema que iba a elaborar... No, no, no mucho trabajo y poco tiempo TT

Y como dicen por ahí, escribe lo que quieres leer.

¡Con toda alegría doy comienzo a los Bnhatober! Espero les haya gustado, lo hayan disfrutado que es lo más importante y nos leemos mañana.3.

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