O22: Gringe
Pareja principal: Katsuki Bakugo x Midoriya Izuku
Autora: NatsukiHaru
Día 22.
« Concurso de Talentos »
Qué alguien me arranque los oídos por favor, no entiendo cómo es posible que alguien cante igual de estridente que las uñas pasando por un pizarrón.
—Terminó por fin —susurró Kirishima a mi lado.
La tortura número siete había terminado y nos esperaba la número ocho. Kirishima y yo, somos parte de una banda que recientemente ha obtenido bastante fama, por el camino que vamos no dudó que el próximo año estemos ganando un Grammy o cualquier otro reconocimiento importante.
Es por esto mismo que no entiendo que hace el baterista y vocalista de Black Dragons en un tonto concurso de talentos en un pueblo del que nadie sabe sus existencias.
"Debes obtener un poco de humildad Bakugo", me dijo el estúpido de mi manager, Aizawa. Kirishima solo me acompañó por gusto.
—El participante número ocho, el increíble Denkinini —presenta el maestro de ceremonias.
Al escenario sube un joven rubio con un rayo negro mal pintado en su cabello, vistiendo un traje viejo que le quedaba grande y una capa que probablemente pertenecía a un disfraz de Drácula. Los encargados de la utilería suben una mesa de plástico roja y algo tapado con una tela negra.
—¡Hola a todos soy el gran Denkinini! —exclama el muchacho abriendo la capa con las manos—. El día de hoy he venido a sorprenderlos con mi increíble magia.
—Esto va a ser otro fracaso —gruño por lo bajo.
—Oh, vamos Katsubro, puede que lo haga bien —me reprende Kirishima a mi lado—. Démosle el beneficio de la duda.
—Para mi primer acto necesito a un asistente —dice el participante para luego fingir que busca a alguien en el público poniendo una mano en su frente—. Tu señor, el de cabello rojo adelante, ayúdeme por favor.
Kirishima, quién es la persona que señalaron, se levanta entusiasmado y sube al escenario, donde el chico está alistando una baraja de cartas.
—Buenas tardes, señor ¿cómo se llama? —pregunta el chico aunque claramente ya sabe a la perfección quién es el estúpido pelo de mierda pues sus mejillas sonrojadas lo delatan.
—Eijiro Kirishima —contesta mi amigo, porque sí, es mi amigo.
—Bueno Eijiro, por favor tome una carta y no me la muestre —dice ofreciendo la baraja el idiotita.
Kirishima hace caso y toma una carta mirándola bien antes de pegarla a su pecho con una sonrisa.
—Ahora vas a ponerla en la baraja —indica el chico estirando el monto de cartas con manos temblorosas.
Como había hecho antes Eijiro puso la carta con el resto y le sonrió de forma coqueta al supuesto mago. Pobre desgraciado, seguramente su cerebro hizo corto circuito cuando vio la malditamente sexy sonrisa de mi compañero de banda, porque cuando estaba intentando darle vuelta a una carta en el fondo la baraja entera se le resbala de las manos tirando todo en el suelo.
—¡Perdón! —exclamó azorado el muchacho mientras se tiraba al suelo para tomar las cartas.
Lastimosamente para él, Kirishima, quien es un amable de mierda, se lanza de inmediato a cogerlas también provocando que los dos se den un fuerte golpe en sus frentes. La risa del público no se hace esperar, haciendo que ambos olviden el desastre y se levanten.
—Mejor haré otro truco —comenta acercándose a la mesa, que ahora tenía un mantel, donde está lo que parecía ser una jaula de pájaros y la destapa, está es vacía—. Yo el gran Denkinini, haré aparecer a Merlín, mi gato.
Después de decir eso colocó la tela en la jaula de nuevo, prosigue olvidándose por completo de Eijiro quien se estaba en medio del escenario sin saber qué hacer.
—Bidibi-Badibi-Bu que aparezca Merlín —al terminar de decir eso levanta la tela que cubría la jaula, pero allí no hay nada.
Unos segundos después, no tengo idea de cuánto exactamente porque todo pasa muy rápido, la mesa es volcada y de debajo de ella sale un muchacho de cabello negro batallando con un gato blanco y peludo.
El tal Denkinini quien de inmediato se lanza a ayudar a su amigo, se queda estático en su lugar al ver como el pelinegro arroja al gato justo a la cara de Eijiro.
El pobre intento de mago solo puede quedarse de pie en medio del desastre viéndose más rojo que un tomate, mientras en el auditorio las risas de burla llenaban todo.
—B-bueno, espero que les gustará mi acto —dijo el intento de mago dando una reverencia.
Por mi parte yo me quiero morir, odio las películas de comedia justo por esto, la pena ajena es un mal que me hace sentir terrible. Yo sabía que había venido a este lugar solo a sufrir.
Unos minutos después Kirishima estaba de regreso a mi lado con la cara llena de gasa y curitas. El pobre quedó hecho un desastre.
—Eso te pasa por coqueto —le digo.
—Solo cállate.
Un momento después el maestro de ceremonias regresa al atril para anunciar otro desastre que solo me hará desear que me trague la tierra.
—Damas y caballeros, con usted el siguiente participante, Izuku Midoriya —presentó el hombre.
En poco tiempo una gelatina de cabello verde subió al escenario con un violín en la mano. El chico que parece querer salir corriendo mira al público solo para terminar temblando más.
—Noches buenas, me Izuku llamo —dijo el chico casi atragantándose con las palabras—. Violín tocar venir.
Por favor solo mantenme y acaben con mi sufrimiento. Solo puedo apartar la mirada e intentar de forma disimulada tapar mis oídos, listo para el inminente chillido del violín.
Antes de que logré tapar mis oídos una melodía demasiado conocida para mí me llega. La canción que nos impulsó a la fama, el primer éxito de nuestra banda está siendo tocado en violín.
La música perfectamente adaptada para ser tocada por un único instrumento, llena el lugar como un rayo de esperanza. Alzo mi mirada para encontrarme con la misma gelatina verde, ahora tranquilo firme y concentrado tocando la canción con maestría.
Sus ojos se encontraban cerrados y su expresión era serena mientras se balanceaba al ritmo que lograba sacarle a las cuerdas del instrumento. Era otra persona, aquel en el escenario no era el mismo que subió, no había forma.
—Wow, bro, eso es genial —comentó el pelo de mierda—, ni Jirou toca tan bien el violín.
Era cierto, nuestra guitarrista y compositora, quién era excelente con cualquier instrumento que se le pusiera al frente, no podía compararse a aquel peliverde en el escenario.
No sé ni en qué momento me moví, solo me doy cuenta de ello cuando escuchó la exclamación de sorpresa de los presentes. Casi le arrebató el micrófono al maestro de ceremonias y luego me dirijo al centro del escenario, esperé un momento para buscar mi entrada, entonces cantó.
La multitud empieza a gritar y aplaudir emocionada, yo no presto atención, solo me concentro en el sonido del violín y continuó la canción.
—El profundo océano, mis lágrimas se perderán para siempre —cantó dejándome envolver por la suave melodía antes de que el coro estalle con fuerza.
El tiempo se me va volando y sin darme cuenta ya estoy pronunciando las últimas palabras con un elaborado falsete. En algún punto yo también cerré los ojos y al abrirlos me encuentro de frente un par de bellos verdes que me miran inundados de lágrimas.
Unas mejillas pecosas se tiñen de rojo y unos bellos labios rosa se abren como intentando pronunciar alguna palabra. Seguramente estaba tan concentrado que ni siquiera se dio cuenta de que yo estaba cantando a su lado.
—Bien hecho gelatina —digo y sin darme cuenta terminó sonriéndole coquetamente—. Nos vemos al terminar el concurso en la puerta trasera.
Con un beso en sus suaves mejillas me retiro del escenario devolviéndole el micrófono al maestro de ceremonias, justo cuando los aplausos estallan como un torrencial aguacero.
—¿Qué fue eso? —pregunta Eijiro cuando vuelvo a sentarme a su lado.
—Sabes que me gustan los músicos —contestó—, y los hombres de apariencia tierna.
Al final de todo no fue una completa tortura el ir a ese evento. Quizás le agradezca a Aizawa.
De nuevo Natsuki, estaba viendo un concurso de talentos y la pena ajena me estaba matando y así nació esto.
No tengo mucho más que decir así que me retiro lentamente ~
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