Día 9 Perfecto
Universo sin quirks.
Katsuki era un chico popular.
Esos típicos niños que molestaban a los demás y aun así eran populares.
Calificaciones perfectas.
Y claro era el capitán del equipo de fútbol.
Y por supuesto que también tuvo un montón de novias.
Y novios también.
Aunque claro ninguno duro más de una semana, es por lo que en su escuela era conocido como un mujeriego sin remedio.
Si, podría decirse que todos pensaban que él era perfecto.
El conocía a alguien todavía más perfecto.
Su vecino izuku Midoriya.
Su vecino era un chico bajito con pequitas y rizos. Era un nerd sin remedio, recuerda que en varias ocasiones estuvo nominado a varios premios estudiantiles, siempre los rechazaba por ser demasiado tímido.
O demasiado miedoso según el.
Aun así para el era perfecto.
Cuando sus rizos se movían con el viento, como sus largos y finos dedos se enredaban en su cabello cuando se estresaba, como sus bonitos y carnosos labios se apretaban cuando pensaba. El lo conocía desde hace años, no hay un solo recuerdo donde el no estuviera.
Recuerda una navidad donde el pecoso le regalo una libreta con All Might de portada. El le regalo unos calcetines de bombas.
Era su forma de pedirle matrimonio a los 6 años. O mas bien una muestra de que izuku estaría con el para siempre, y estaría para el para siempre.
En otra ocasión intento enserio proponerle matrimonio. Recuerda haber tardado horas recogiendo flores para hacerle una corona, la armo con sumo cuidado y la puso en la cabezita del pecoso.
''Deku ahora eres mi esposa''
''Yo no puedo ser tu esposa kacchan, no soy una niña''
El pecoso le devolvió la corona con una mirada triste.
''Era una broma, jamás me casaría con un deku como tu''
Izuku asintió.
El rubio llego a casa llorando y explicándole a su madre como el pecoso había rechazado su propuesta y le rompió el corazon a los cortos 5 años de edad. Su madre le aconsejo volver a preguntárselo en unos años, acepto gustoso.
Jamás volvió a preguntárselo. Sabia la respuesta.
¿Por qué era tan complicado?
Aun hablaba con izuku, casi siempre por mensaje, el pecoso siempre estaba encerrado en su casa.
Katsuki no entendía como podía estar enamorado desde los 5 años de alguien así.
Aun así le envió un mensaje.
''¿Te gustaría salir conmigo?''
Sus nervios no se hicieron esperar.
''Claro ¿Cuándo?''
''Mañana a las 2:00pm ¿Te parece bien?''
''Sip, ¿nos vemos dónde?''
''En el restaurante de ramen a donde íbamos de niños''
''Me parece bien, nos vemos mañana''
Suspiro de alivio, fue mucho más fácil de lo que imagino.
Se levanto de un salto de la cama, corrió hasta su armario y busco sus mejores ropas.
Después de una hora se rindió. No había nada decente en su armario. O eso pensó hasta que la vio.
-Oh bendita seas- exclamo mientras tomaba la sudadera con sus manos y la apegaba a su pecho.
Al día siguiente se vistió con una sudadera naranja claro con una ''x'' negra en el centro, unos pantalones negros y unas botas.
Cuando llego al restaurante se sentó en una mesa para dos junto a la ventana y espero.
Por la ventana vio a izuku correr hasta cruzar la puerta.
Katsuki perdió el aliento.
Izuku vestía con una sudadera verde olivo gigante, unos pantalones negros y sus características botas rojas, usaba sus lentes redondos y un gorro que cubría sus hermosos rizos.
Cuando lo vio le sonrío con su enorme sonrisa y blancos dientes.
-Hola kacchan- dijo cuando se sentó frente a el- ¿Cómo estás?
-Hola Deku, estoy bien.
-Y bien.........¿por qué estamos aquí?- pregunto izuku al ver que el no tenía intención de comenzar.
-Solo quería hablar contigo sin una pantalla.
Izuku rio suave. Su risa era perfecta. Así como todo el.
-Bien, hablemos kacchan.
Izuku le conto que acaba de ingresar a una universidad en Canadá con una beca en la facultad de medicina. Le hablo de lo muy emocionado que estaba por esta oportunidad y de lo mucho que le gustaba que estuvieran en la misma universidad.
Así, katsuki también había sido aceptado en esa universidad, también en la facultad de medicina.
Ambos hablaron de lo emocionados que estaban por ser cirujanos, izuku le platico que quería ser cirujano especializado en pediatría. El le comento que quería ser neurocirujano.
Hablaron por 2 horas enteras sobre cualquier cosa.
Para el final del día comprobó como siempre que izuku era perfecto.
Perfecto para él.
Cuando su viaje comenzó no dejo de hablar con izuku en el avión. Ambos hablaron sobre los dormitorios y como querían tener compañeros.
Para suerte de katsuki su compañero fue el pecoso.
Fingió molestia cuando en realidad en su mente saltaba de alegría, solo podía imaginar la maravilla de ver al pecoso dormido o en piyama.
Su sonrisa se ensancho.
-¿Por qué sonríes así? Estas asustándome- Izuku se rio después de decir eso.
Sus días en la universidad fueron pesados apenas tenían tiempo para dormir o para comer.
Intentaban apoyarse mutuamente.
Después de 4 años de sufrimiento y desesperación, por fin se graduaron. Sabían que el verdadero infierno comenzaba en su primer año como internos.
Y vaya que lo fue.
Decidieron mudarse juntos cuando el primer año comenzó. Era un pequeño y sencillo apartamento, solo había dos cuartos y un baño y una cocina. Uno de los dos cuartos era una sala, compraron un sillón cama y esa era la cama de izuku. Katsuki había insistido en darle la habitación al pecoso, pero este se negó.
Al final decoraron con pocos muebles ahorradores de espacio. Un sillón cama negro, una cama doble con armario abajo, una mesa que se convertía en estantería y dos sillas que se juntaban y ponían en las esquinas.
Izuku era quien normalmente limpiaba mientras el cocinaba y pagaba la mayor parte de la renta.
Algunas veces estaban tan cansados que solo llegaban y se acostaban en el sillón cama juntos. A izuku parecía no importarle, mientras que para katsuki era el cielo. Una vz despertaron abrazados y no fue incomodo.
A sus 25 años se dio cuenta que no podría vivir un segundo más como amigo de izuku. El quería más.
En el descanso lo jalo a un puesto de café, le compro su favorito y cuando volvieron al hospital lo acorralo en la pared de uno de los cuartos. Noto como las mejillas pecosas de izuku se ponían rojitas.
-Izuku......
-¿Si kacchan?
-Me gustas mucho....desde que somos niños- confeso al fin, vio como izuku tomaba su mano y sonreía.
-Lo se
Quedo un poco sorprendido cuando izuku llevo su mano a su mejilla y se acurrucaba en su palma.
-¿Cómo es que.....- no lo dejo terminar antes de darle un pequeño y casto beso en los labios.
Fue tan efímero y superficial, pero lo hizo brincar en su interior.
-Una propuesta de matrimonio es muy obvia ¿no crees? Además te escuche decirlo una vez que dormimos juntos.
-¿Decir que?
-Que me amabas, yo también te quiero.
Ambos se fundieron en un beso apasionado, sus labios se movían sin parar, sus manos acariciaban el cuerpo del contrario con emoción, los jadeos y suspiros no se hicieron esperar. Katsuki lo cargo de los muslos mientras izuku rodeaba su cuello con los brazos. Lo pego a la pared mientras acariciaba sus muslos y trasero, izuku movía sus manos por toda su espalda con desesperación, izuku estaba quitando su bata mientras el apretó uno de los muslos de izuku, cuando ese jadeo con deseo fue que la puerta se abrió.
Ninguno de los dos se dio cuenta hasta que escucharon el carraspeo de un hombre. Más específicamente su doctor encargado. Ambos se separaron agitados viendo como su superior estaba hecho piedra. Ambos quedaron petrificados.
-Jóvenes- empezó- quería preguntarles como estaba el paciente de la habitación 3 pero.....- Se rasco la nuca nervioso- No deberían hacer esas cosas aquí......No por que sean gays o algo así.....es que bueno.......es un hospital.....espero entiendan.
Ambos asintieron y katsuki bajo a izuku despacio. El hombre salió de la habitación y ambos se permitieron reír a carcajadas.
-Todo es tu culpa- murmuro izuku.
-Oh vamos- el rubio lo jalo a su cuerpo- un rato más.
-No puedo, tengo pacientes y tu también.
-Bueno, pero esta noche no te escapas.
Izuku río nervioso, pero asintió.
Ambos durmieron juntos esa noche y las siguientes.
Y katsuki después de años de relación, ya titulares, ambos con 31 años. Cuando vio a su novio de blanco y después de ambos decir acepto, colocarse los anillos y besarse pudo confirmar por una vez más como tantas en su vida.
Su izuku es perfecto.
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