Día 6 Deportes
Universo sin quirk.
El calor se apoderaba de su cuerpo. Una misera gota se deslizaba de su frente hasta perderse en su barbilla y finenalmente en el suelo.
Su respiración agitada y cansada cada vez más rápida.
Sus ojos viajando de un lado a otro, buscando, esperando.
El silbido resonó por toda la cancha, todos se pusieron en posición, se posiciono y miro a su contrincante a los ojos a través de la red entre ellos desafiándolo.
Los ojos rojos de su contrincante le miraron con diversión y sonrío mostrando sus colmillos.
El sonido de los tenis rechinando en el suelo no se hizo esperar pronto la pelota pasando por encima de su cabeza se apareció, su compañero salto y la lanzo, dejo de mirar a su contrincante para comenzar a correr y saltar.
Cuando estaba en el aire era tan glorioso, ver del otro lado de la cancha y sentir la emoción al golpear la pelota. Sus rizos se movían de un lado a otro, los mechones en su cara le causaban cosquillas.
Su palma golpeo con fuerza la pelota, mandándola a volar hasta el otro lado al otro lado de la cancha.
El rubio se movió con rapidez listo para atraparla.
Se lanzo al suelo deslizándose por el reluciente piso, estiro su brazo y cuando la pelota llego la lanzo al aire.
Y la rutina seguía y seguía.
Pero sus ojos no se despegaban del rubio, solo podían mirarlo a el.
El numero en su espalda se movía cual bandera ondeante.
Sus ojos verdes iban de un lado a otro observando, analizando y cuidando.
El silbido volvió a sonar y todos se detuvieron, miro al frente respirando agitado, el rubio lo miro con una sonrisa cansada y el ceño fruncido. Estaba preparado para cualquier declaración de guerra, es más, la deseaba.
El rubio se paro frente a la red sujetandola.
-Buen trasero nerd- dijo antes de irse.
Su cara se puso roja como fresa.
-QUEEEEE- le grito- mi equipo acaba de ganarte y tu solo mencionas mi trasero- enserio estaba indignado.
Comenzó a refunfuñar molesto y camino hasta la banca para tomar sus cosas.
Tomando su mochila azul marino y metió su botella después dar un gran trago de agua. Camino junto a sus compañeros de equipo hasta el baño, no era muy amigo de ninguno, tal vez ni siquiera les caía bien, solo lo invitaron a estar en el equipo por que daba buenos saltos y era muy rápido.
Camino despacio detrás de su equipo, entre ellos platicaban y jugueteaban, el solo camina atrás en silencio. Llegaron a los baños y después de meter sus cosas al casillero se dio una buena ducha, mientras el agua fría recorría su cuerpo y relajaba sus sentidos. Salió de la ducha y procedió a ponerse ropa cómoda en el último de los casilleros atrás de las duchas.
Cuando estaba por irse escucho como dos de sus compañeros salían de las duchas y se detenían en los casilleros frente a las duchas. No les estaba poniendo atención y continuo su recorrido, bueno eso hasta que escucho su nombre.
-¿Escuchaste como el numero 5 le coqueteaba a izuku?- izuku se sorprendió un poco y se escondió detrás de una pared.
-Si, izuku es demasiado torpe, no dudes que se aproveche de eso, seguro quiere hablarle para saber nuestras estrategias- ya un poco arto siguió caminando a la salida.
-Pero que se puede esperar del tonto y torpe izuku.
Antes de que siguieran izuku camino hasta estar frente a ellos, como estaban de espaldas no lo vieron, anuncio su presencia lanzando una pelota del suelo a los casilleros, pegando justo entre los dos compañeros de equipo y resonando en todo el baño el golpe.
-¿¡¡ACASO TE VOLVISTE LOCO IZUKU!!?- gritaron los dos.
-Oh lo siento- izuku hizo una reverencia de disculpa- soy demasiado torpe, la he dejado caer.
Y salió de los baños como si nada hubiera pasado aun que se sintiera sus ojos picar.
Se subió al autobús que los llevaría a casa y sentado en el ultimo asiento junto a la ventana se permitió soltar algunas lagrimas. A veces solo deseaba seguir en Japón, ser un japones en estados unidos no era algo fácil, se supone que el vino hasta América para ser el mejor bloqueador central del mundo justo como su maestro. Cuando llego se dio cuenta que las personas en estados unidos eran muy diferentes a como lo eran en el resto de América. Visito Brasil para entrenar su resistencia y había visitado México para perfeccionar su fuerza y tomar unas vacaciones en sus hermosos paisajes. También paso por Canadá para perfeccionar su ingles. Y ahora que vivía en los ángeles eran las cosas muy diferentes, para empezar encontrar gente que le rentara a los gay fue mucho más sencillo, hay un montón de tipo de personas de todas las razas y culturas.
Se sintió mas acogido, hasta que sus compañeros de equipo comenzaron a burlarse de su acento y aspecto. No fue fácil adaptarse, y aun le dolía dejar su país y la muerte de su maestro.
Mientras miraba por la ventana volvió a ver al rubio, iba en el otro autobús y miraba la ventana, pronto sus miradas se conectaron y el rubio sonrió.
Sabia que el rubio era japones, se le notaba por su acento y su nombre ''Katsuki Bakugo''.
El rubio escribió algo en una hoja e papel y una pluma que saco de su mochila, sonrió y pego la hoja con su numero escrito a la venta mientras con su mano hizo el símbolo de ''Llámame''.
Izuku sonrió y asintió anotando el numero en su celular. Pronto envió un mensaje.
''Hola soy izuku Midoriya''
La respuesta no tardo en llegar.
''Hola izuku, soy Katsuki Bakugo''
Pronto comenzaron a hablar todos los días.
Llevaban hablando casi 2 meses y izuku se sentía en las nubes mas esponjosas y suaves, no lo malentiendan, el sabia que las nubes estaban hechas de agua, pero al verlas se sentía tan a gusto que ahora relacionaba esa sensación con las nubes. Un día el rubio le envió un mensaje como tantas veces había hecho.
''¿Estas libre el viernes?''
''Si ¿Por qué?''
''Hay un restaurante muy bueno cerca de mi casa, no se si puedas venir pero ¿Te gustaría ir conmigo el viernes a las 8pm?''
El peliverde sintió mariposas en el estomago y un sonrojo se apodero de sus mejillas.
''Claro ¿Dónde es?''
El rubio le paso la dirección y quedaron de verse a las 7 frente al restaurante.
Se vistió con unos pantalones miliares y una blusa holgada blanca, sus típicas botas rojas y su mochila amarilla.
Nervioso se dirigió al lugar y se encontró con katsuki, este le sonrió y lo guio hasta una mesa. Se la paso muy bien ese día, y en la noche fueron al parque practicar un poco.
-Tienes buenas piernas- dijo mientras le lanzaba la pelota.
-Tu tienes buenos brazos- salto y remato la pelota.
-Mis amigos me lo dicen todo el tiempo, ellos también creen que tienes buenas piernas, querían proponerte que te unieras al equipo- dijo mientras volvía a lanzar la pelota.
-¿Enserio?-pregunto para después rematar con fuerza.
-Si, les dije que te preguntaría aunque se que vas a decir que no- El rubio corrió detrás de la pelota y la tomo y se la lanzo.
-¿Por qué diría que no?- atrapo la pelota y se quedo quito hasta que el rubio llego a su lado.
-Porque a pesar de que mis amigos son unos idiotas yo jamás los abandonaría- le quito la pelota de las manos y se posiciono para lanzar.
-¿Y si te dijera que son mis amigos?¿Si te dijera que muy apenas somos compañeros de equipo? Ellos en realidad no me consideran su compañero soy mas un anzuelo o un pedazo de carne que tienen que soportar.
Katsuki lo miro desconcertado.
-Entonces te aconsejaría dejar un lugar tan toxico, no es bueno estar con personas que te hacen daño aunque no lo hagan físicamente.
Izuku asintió entendiendo lo que el rubio decía.
-¿Entonces debería dejar el equipo?- miro al rubio intentando conseguir una respuesta.
-Si tu quieres.
Eso fue la respuesta que necesito.
-Eres muy raro izuku- le dijo katsuki- nadie pregunta si debería irse cuando quiere irse.
El peliverde rio.
-¿Yo raro? Tu eres raro ¿Quién lleva una pelota de voleibol a una cita?
-Bueno tienes un punto.
Ambos rieron y siguieron practicando a la luz de la luna llena y de las estrellas.
Puso el papel en el escritorio y se sentó con calma frente al hombre.
-¿Qué es esto izuku?-pregunto tratando de negarse a perder a uno de sus mejores jugadores.
-Es mi carta de renuncia señor
-¿Hay algo que pueda hacer para evitar que te vayas?
Izuku sonrió comprensivo.
-No señor, lo siento.
-Bien- el hombre firmo el papel- Buena suerte izuku.
-Gracias.
Cuando salió del lugar un nuevo equipo lo esperaba afuera. Les sonrió a todos.
-Bienvenido Midbro, katsuki nos ha hablado mucho de ti, es tan varonil- hablo kirishima con emoción.
-Gracias Kirishima kun- y juntos partieron a su nuevo lugar de entrenamiento, katsuki le recibió muy contento, y no traro de ocultar su emoción.
Siguió jugando a lado de un equipo maravilloso, cambio su uniforme blanco a uno negro y cambio sus momentos solitarios a unos felices. Se sentía como en casa.
Y por fin era feliz, junto a su novio katsuki.
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